To the wonder (To the wonder, 2012) de Terrence Malick

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La vi ya hace tres días y sigo dándole vueltas. No podía escribir en caliente porque salí muy descontenta de la sala de cine. Creo que no fue el día adecuado para verla. Ese día creo que me hacía falta algo más ligero, creo que tenía el botón de la lírica, el misticismo y la espiritualidad apagado. Así que necesitaba un periodo algo más largo de reflexión para poder ser más justa con ella. No pude entrar ni un solo segundo en la dinámica de esta historia. Y creo entender por qué.

Así como en El árbol de la vida las voces en off y las imágenes mostradas estaban en absoluta comunión, en To the wonder las voces en off iban por un lado y lo que mostraban (siempre hermoso) no lograban esa genial comunión que lleva al espectador por caminos sugerentes.

El uso de la voz en off en Terrence Malick es una seña de identidad que emplea magníficamente. Así soy una enamorada de cómo utiliza las voces en off en sus primeras obras y qué es lo que muestra en imágenes. Para mí es imposible olvidar la fuerza y la belleza así como las historias marcadamente trágicas y complejas de Malas tierras y Días del cielo (tan, tan hermosa).

To the wonder habla del amor y de lo complejo que es amar y ser amado. Y como amar supone también esfuerzo, sacrificio, deber… y que no es un camino fácil sino complejo y arduo. Y que cuando no se sabe manejar lleva irremediablemente al fracaso, pero ese fracaso es parte de su naturaleza. To the wonder habla de la búsqueda de la libertad, de encontrarse a sí mismo, de lograr una comunión con el otro de tal manera que uno más uno se convierta en uno y no en dos. To the wonder habla de la capacidad de soñar pero también de que el amor supone riesgo y aprendizaje. To the wonder compara el amor terrenal y el espiritual y como los dos son igual de complejos. To the wonder habla de desgaste y cansancio pero de intentar ilusionarse y elevarse. Todo lo sugieren las voces en off. Un discurso, compartido o no, bien construido… pero la fuerza de las palabras no logra trasladarse a las imágenes y a los personajes. Hay momentos muy hermosos pero la psicología y el comportamiento de los personajes no casa con las palabras derramadas. Así hay un exceso de saltos y cambios bruscos de carácter de ella (bellísima Olga Kurylenko) y un estatismo perenne en él (Ben Afleck) pero que sin embargo no hace más que provocar un torrente de emociones en sus oponentes femeninas (Kurylenko y Rachel McAdams).

No obstante To the wonder presenta varias posibilidades en la manera de contar con la cámara que hace que la película se quede en la retina del espectador durante varios días. El uso espectacular que realiza de los espacios (y el movimiento de los personajes), esa casa que nunca se llega a amueblar, los paisajes (como las imágenes que provocan un sentimiento de infinito en la isla de Saint Michel) o las vidrieras de la iglesia. Las diferencias entre Europa y EEUU tanto en estilo de vidas como en paisajes (el contraste logrado dice y sugiere mucho). Las grandes superficies como los kilométricos y ordenados supermercados (escenario muy cinematográfico) o las enormes lavanderías. Y otra metáfora interesante es como Malick presenta EEUU aparentemente natural, idílico, limpio y ordenado… que contrasta con la profesión del personaje masculino que analiza el medio ambiente y como está altamente contaminado con sustancias peligrosas que afectan al comportamiento de los seres vivos. Tras lo idílico un mundo oscuro, caótico y que sufre.

Reconozco que en ningún momento logré entrar en la película ni conectar con ninguno de sus personajes pero también me doy cuenta de que muchas imágenes y frases no se me van de la cabeza… La sensación tras To the wonder ha sido extraña… Salí tremendamente cabreada pero después vino la reflexión y la calma.

Y es que hablar del amor no es fácil y mostrarlo menos (y ahí fue donde no pude entrar… no vi ni el enamoramiento, ni el desenamoramiento, ni la traición, ni el sufrimiento, ni sentimientos sublimes… en los rostros y las acciones del los personajes). Terrence Malick está vez no logró que las voces en off y las imágenes fuesen a la par… logrando la catarsis del espectador. Como espectadora no logré meterme en la pantalla blanca, no viajé…

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