Quemado por el sol (Utomlyonnye solntsem, 1994) de Nikita Mikhalkov

Deslumbrada quedé con esta película el año de su estreno. No olvido esa pareja bailando al son de un triste tango ruso en un paraje cubierto de nieve. No olvido a esa niña sentada en un banco tarareando la canción.

Imposible el olvido de esa dacha vetusta pero hermosa donde no parece que haya pasado el tiempo donde un día de verano cada uno de los miembros de la familia disfruta del ocio.Imposible que se me vaya de la cabeza ese hombre enorme y fuerte, aguerrido, con un humor encantador y sonrisa amplia, un héroe del pueblo, el comandante Kotov. Que cree en una Rusia igual para todos.

Inolvidable esa relación preciosa entre padre e hija. Entre el gran Kotov y una pequeña y encantadora Nadia. Más espabilada que nadie. El paseo en barca, sus divertidos juegos, sus miradas y sonrisas… Sus diálogos.

Emocionante la relación entre esposa y marido. Maroussia y Kotov… el baile, las miradas, lo que callan, lo que dicen. Lo que se aman.

El tío, los padres, las abuelas, la vieja sirvienta siempre doncella, las comidas, los baños, la hora del té, las charlas familiares, la música de piano, el partido de fútbol, paisajes bucólicos…, las diversiones de un sencillo y cálido día de verano en Rusia.

En ese día, visita inesperada, un antiguo amigo de la familia, de Maroussia, una visita del pasado. El atractivo Mitia, pianista y artista como los miembros de la familia de ella. Un día desapareció y nunca más se supo. A Maroussia se la rompió el corazón y la costó recomponerlo… apareció Kotov. El amigo atractivo, divertido, todos le conocen y él trae de nuevo la música al piano. La provocación… y revuelve el mundo de sentimientos de la bella Maroussia. Se nota en cada uno de sus gestos y reacciones.

Mitia cuenta una historia a la niña Nadia, que escucha con interés, un cuento triste. Muy triste. De dos enamorados que se separan por un ogro. La niña quiere saber si el cuento tiene final feliz…, y Mitia le dice que la enamorada se casó con el ogro… Les da a los personajes extraños nombres. Mitia y sus historias… Mitia y sus recuerdos. Mitia y el pasado que ya no vuelve. Mitia y su dolor por ser expulsado de ese pasado.

Mitia rompe la calma, el amigo del pasado viene a misión concreta y aquella historia bucólica, divertida y tierna, se convierte en último momento en historia de terror. Del terror político. En historia tremenda y violenta. El Terror de Stalin. Su presencia se apodera de todo, y a los héroes del pasado también les callan.

Quemado por el sol increíblemente hermosa, increíblemente dura, increíblemente impactante. No sólo es hermosa por sus imágenes, o su buen guión con ese giro maravilloso y duro, o unos personajes perfectamente construidos sino que te arrastra en cada fotograma a sensaciones y emociones. Abre el corazón y luego de un golpe, lo desgarra. El director y también actor (no hay otro Kotov posible) Nikita Mikhalkov regala película maestra. La hija de Kotov, Nadia, es también en realidad la hija del director…, quizá por eso se consiguen momentos tan hermosos de la relación entre un padre y su hija pequeña. Maroussia tiene el rostro fresco, hermoso y sensible de Ingeborga Dapkunaite en intepretación llena de matices y gestos. Y Mitia es un estupendo Oleg Menschikov que se transforma en cada fotograma, personaje complejo, un hombre roto por dentro y por fuera capaz de transformarse en el terror absoluto o en encantadora persona del pasado. Artista sensible pero con mucho odio y tristeza dentro, es un maremoto que estalla. Tampoco hay que dejar atrás la cantidad de personajes secundarios que aparecen en la película, cada uno con escena determinante (impresionante, el hombre que durante todo el día anda perdido en su camión).

No puedo dejar sin mencionar la banda sonora. La música de Quemado por el sol transmite mil y un sentimientos desde ese tango ruso hasta la melodía que acompaña a Maroussia, el canto de la abuela o el piano tocado por Mitia…