John Wayne, el vaquero cumple 100 años

Hoy iniciamos un viaje a caballo junto al Duke, el símbolo del héroe norteamericano, por praderas de celuloide. El 26 de mayo cumplió 100 años aunque ya nos había dejado en 1979. John Wayne fue el protagonista ideal de las películas del Oeste y, también, se especializó en el género bélico. Wayne, el tipo duro, llenó con un rostro mítico y hierático buenas historias del salvaje oeste junto a los directores que le adoptaron como actor fetiche (John Ford y Howard Hawks). John Wayne imprimió a su personaje tintes de leyenda. Este hombre nunca se vio más allá de las estrellas…, de hecho su epitafio, que dejó escrito en castellano (se casó tres veces con mujeres de origen hispano), dice: “Feo, fuerte y normal”. Perfecta descripción. Sus raíces familiares le unían a Irlanda y Escocía…con Ford pudo interiorizar sus orígenes.  Su historia está llena de anécdotas interesantes y nadie le puede negar un puesto en el Olimpo de los actores –era un tipo complejo y lleno de sorpresas, dejó una filmografía brillante (muchos de los western que protagonizó figuran entre mis favoritos)–. Por eso, propongo ese viaje a caballo junto a él como Ringo y hacer distintas paradas en curiosidades y recuerdos. 

1)  Jonh Wayne empezó a trabajar en el cine mudo de la mano de uno de los vaqueros más míticos de aquellos tiempos de silencio: Tom Mix. Allí, en esos años 20, ya entabló amistad con un director que empezaba a ser grande John Ford. Poco a poco se fue convirtiendo en la estrella de las películas del oeste de serie B (películas de bajo presupuesto). Raoul Walsh le dio la oportunidad en una película de presupuesto alto y como protagonista en La gran jornada (1930). La película fue un fracaso de taquilla y Wayne continuó como estrella de serie B.

2) Tardó en convertirse en estrella con brillo propio y fue de la mano de su amigo John Ford (una amistad complicada y compleja que se prolongaría a lo largo de los años) en 1939 en la excelente La Diligencia. Wayne es Ringo, un fuera de ley, que acompaña a varios personajes en una diligencia en un viaje lleno de sobresaltos. Ahí, el fuera de ley y la prostituta de buen corazón demuestran una mayor valía moral que la mayoría de los respetables viajeros. La Diligencia es una obra maestra que está inspirada en un maravilloso cuento de Guy de Maupassant, Bola de sebo.

3)  Con John Ford trabajó en más de veinte películas. El actor formaba parte del elenco que acompañaba al director que dirigía películas del oeste. ¿Cómo olvidar historias profundas y maravillosas: Fort Apache, La legión invencible, Río Grande, Centauros del desierto, Misión de audaces o El hombre que mató a Liberty Valance?

4)  Con el director John Ford, siempre fiel a sus raíces irlandesas, protagonizó dos películas deliciosas y mágicas, alejadas de su rol, donde el actor se convierte en personaje inolvidable: El hombre tranquilo y La taberna del irlandés.

5) ¿Sabían que protagonizó en los años cuarenta tres películas junto a Marlene Dietrich?¿Sabían que fue uno de los amantes de la actriz? Las películas fueron: De isla en isla, Los usurpadores y Forja de corazones.

6) Trabajó con muchas actrices pero en el imaginario colectivo y cinéfilo siempre aparece en los brazos de la pelirroja y temperamental Maureen O’Hara. Intervinieron en cinco películas (su relación profesional empezó en los años cincuenta. Ella también pertenecía al elenco de actores que acompañó a John Ford a lo largo de los años): Río Grande, El hombre tranquilo, Escrito bajo el sol, McLintock y El gran Jack.

7) John Wayne realizó también películas memorables al lado del gran Howard Hawks que le hizo protagonista de mi película favorita del Oeste (Río Bravo en 1959) y también contó con su presencia en joyas como Río Rojo y El Dorado. El director también le alejó de su rol habitual y le hizo protagonizar una deliciosa película de aventuras en África: ¡Hatari!

8 Nuestro vaquero favorito tuvo mal ojo al aceptar participar en una de las peores películas de la historia del cine. Se transformó en un improbable Gengis Khan en El conquistador de Mongolia. Fue uno de los actos de locura del excéntrico millonario Howard Hughes. La película es todo un monumento a lo kitsch hasta tal punto que tiene una de las frases de promoción más hilarantes (que rescata Terence Moix, ese cinéfilo inmortal –en sus libros y su pasión por el cine vive todavía–, como su magnífica serie de estrellas Mis inmortales del cine): “Esta mujer tártara es para mí, y la sangre me dice: ¡Cógela!” Además, esta película ha pasado a la historia por otros motivos trágicos. Gran parte del rodaje se realizó en un territorio de Arizona que desprendía radiaciones debido a pruebas nucleares que se habían realizado por la zona. No se tomaron las debidas precauciones ni se dio importancia a este hecho. Así que durante semanas se expusieron al aire, el agua y comida todo el elenco de intérpretes así como los técnicos. Años después llegó la tragedia, la mayoría de los participantes de esta película contrajeron el cáncer y muchos de ellos no pudieron sobrevivir. Entre ellos John Wayne, Susan Hayward y Agnes Moorehead.

9) Al vaquero le dio también por la producción y la dirección. Realizó dos películas interesantes donde deja al descubierto parte de su pensamiento político conservador (apoyó en EEUU a los republicanos, por ejemplo, a Ronald Reagan) y lo reaccionario de sus planteamientos: El Álamo y Boinas verdes (sobre la guerra de Vietnam donde Wayne alaba la intervención norteamericana).

10) Este año el Festival de Cannes ha rendido homenaje al actor y ha proyectado una de sus películas más desconocidas. Parece ser que Wayne se sentía orgulloso de su interpretación y contribución en Hondo de John Farrow. También para la ocasión se proyectó Río Bravo.

11) La editorial especializada en libros de cine T&B ha sacado el primer volumen de una completa biografía y filmografía del actor: John Wayne. El vaquero que conquistó Hollywood. Primera parte (1907-1955). Y ya está preparando el segundo tomo que abarcaría del año 1956 al 1979. Los dos tomos están escritos por Juan Tejero.

12) En su última película da vida a un pistolero del lejano oeste aquejado de cáncer…, un canto nostálgico junto a Lauren Bacall en El último pistolero (1976) de Don Siegel.