Breve radiografía de Mel Gibson. Lluvia de películas, recuerdos, reflexiones y un libro

Mel Gibson, como Hamlet.

Mi interés por Mel Gibson es de esos secretos inconfesables… Las ganas por escribir este post empezaron cuando me enteré de la aparición de un libro con el actor de protagonista. Por supuesto, mostré enseguida mis ganas de tenerlo en mis manos, y ya forma parte de mi biblioteca. La publicación en cuestión analiza su trayectoria y se titula: Mel Gibson. el bueno el feo y el creyente, de David Da Silva (Applehead Team, 2020). David Da Silva, un historiador y profesor de cine francés, realiza un análisis interesante sobre el actor australiano, pues construye un camino que conecta sus trabajos y elecciones como actor y director con su vida personal.

Durante años he visto muchas de sus películas, y algunas varias veces. También he leído sobre sus múltiples escándalos. Su vida ha estado marcada por su bipolaridad, el alcoholismo, sus creencias religiosas y su padre (de hecho, un hombre infinitamente más extremo y controvertido en todo que su hijo). En un momento de su vida, donde ya no había sitio para más escándalos y declaraciones sin desperdicio (antisemitas, homófobas, racistas, insultos, exabruptos con cualquiera que se cruzara con él…), y donde su popularidad estaba ya seriamente dañada, resurgió de sus cenizas de la mano de una amiga, Jodie Foster. Esta, que no puede ser más distinta a él en todos sus posicionamientos, le ofreció el papel principal para una pequeña, interesante y extraña película donde era la directora, El castor (2011), y Mel estuvo brillante como un tipo con depresión profunda, que empieza a salir de ella por una marioneta en forma de castor. En una rueda de prensa en el Festival de Cannes, la actriz (que conoció al actor cuando trabajaron juntos en Maverick, 1994) mostró otra imagen de Gibson: “Es amable, leal y puedo estar horas con él hablando por teléfono. Es una persona muy compleja y yo le amo en toda su complejidad y le agradezco que se entregara de corazón a esta película sin pedir nada a cambio”.

No hay duda de su personalidad compleja, y es que Mel es de esos actores que arrastran sobre sus hombros todas sus contradicciones y problemas, que además estos se hacen públicos, pero también marcan su carrera cinematográfica y sus elecciones. Es lo que se dice un hombre políticamente incorrecto. Su carrera está llena de tipos duros al borde del abismo, de la depresión y de la locura, rodeados de violencia y que transitan el lado oscuro, pero muchos de ellos surgen de nuevo como aves fénix. La vida como lucha constante por salir de la oscuridad. Muchos deambulan un mundo apocalíptico y sin esperanza, otros en un mundo en continuo conflicto donde el protagonista trata de aferrarse a los seres más cercanos (padres, hermanos, esposas, hijos…). Los héroes de Gibson son mil veces derrotados, pero también alcanzan la luz o vuelven a ponerse en pie o van dejando una senda. Personajes en lucha constante contra sus demonios.

Además Mel Gibson en su trayectoria cinematográfica ha saltado al abismo y se ha arriesgado en los caminos que ha transitado. Podría haberse acomodado como actor de cine de acción, pero ha recorrido otras sendas. El castor es solo un ejemplo. Cuando todo el mundo en EEUU le identificaba como héroe de cine de acción con éxitos del tipo Arma letal (1987, 1989, 1992) o Conexión Tequila (1988), creó una productora para sacar adelante proyectos más atractivos y con más libertad de movimiento, y lo primero que puso en pie fue Hamlet (1990), reservándose el papel de príncipe danés. Y es que Gibson siempre ha admirado a Shakespeare. Por ejemplo, como puede leerse en el libro de David Da Silva, para su examen de ingreso en el Instituto Nacional de Arte Dramático, en Sidney, leyó un extracto de El rey Lear. Una curiosidad que no quiero dejar escapar sobre su productora (Icon Productions), su logo es una parte de un famoso icono ruso que representa a la Virgen María. Sus creencias siempre presentes.

Con su productora empezó a ponerse detrás de las cámaras, y como director ha arriesgado en sus proyectos, con obras tremendamente personales y contradictorias, muchas perseguidas por las controversias. Así que tras una intimista El hombre sin rostro (1993) y el éxito que supuso Braveheart (1995), una película del medievo sobre un héroe escocés, William Wallace; llevó a cabo dos proyectos cinematográficos con decisiones personales sorprendentes: La pasión de Cristo (2004), donde se hablaba en latín, hebreo y arameo, y Apocalypto (2006), donde quiso que sus personajes dialogaran en lengua maya. Tanto el director como el actor juega mucho con una fuerza bruta y visceral, sus películas son muy físicas, directas e hiperviolentas, pero siempre para alcanzar una meta que suele trascender al protagonista.

Una de las conclusiones más curiosas y llamativas de Mel Gibson. el bueno el feo y el creyente es cuando su autor, al final del libro, realiza una comparativa del Gibson director con King Vidor, como dos hombres en los que su fe personal y sus creencias han influido poderosamente en su cine. Sinceramente nunca se me hubiera ocurrido, pero Da Silva sí logra construir nexos de unión entre ambos cineastas y abrir una reflexión interesante.

Algo pasa con Mel

Mel Gibson, en El Castor.

Es curioso, pero no solo ha salido recientemente el libro, sino que la Filmoteca Española está proyectando durante este mes las tres películas de Mad Max (1979, 1981, 1985) que cuentan con Mel Gibson de protagonista, primera saga donde el actor australiano destacó con su presencia y carisma. Por otra parte, sigue activo y estrenando películas en salas de cine, alguna de ellas no ha pasado desapercibida como Dragged Across Concrete (2019), de S. Craig Zahler. Además, parece ser que está preparando un remake de Grupo Salvaje, para presentar un Oeste bajo su mirada. Así que me ha parecido buen momento para escribir sobre él.

En Australia no solo trabajó con George Miller, sino también con Peter Weir, y ambos formaron la personalidad de Mel en el cine y allanaron su salto a Hollywood. Gibson no solo es un actor muy físico, sabe jugar con su cuerpo y mirada, sino que también cuenta con una voz grave que traspasa la pantalla. Mientras que Miller explotó su lado más salvaje, un héroe superviviente que sigue sus impulsos e instintos para sobrevivir, Weir apostó por el carisma de un hombre joven, sensual y atormentado en un mundo hostil y violento. Sus personajes en las películas de Weir tratan de no hundirse, luchar, tener los ojos abiertos y ser conscientes del mal que les rodea en conflictos violentos, donde están rodeados de fuerzas externas que hacen lo posible por quitarles de en medio. Así es el protagonista absoluto de dos películas bellísimas: Gallipoli (1981) y El año que vivimos peligrosamente (1982).

Su salto a EEUU hizo que continuara el rastro de personajes que luchan contra circunstancias adversas como el granjero de Cuando el río crece (1984), pero su popularidad subió como la espuma cuando se convirtió en héroe de acción con la saga de Arma letal. De hecho, en esta saga explotó, sobre todo en la segunda y en la tercera, otra cualidad donde no le ha ido mal: usar el humor en situaciones adversas. Así también en su carrera hay comedias que lograron funcionar bien en taquilla como Dos pájaros a tiro (1990) o ¿En qué piensan las mujeres? (2000). No obstante nunca ha abandonado a los héroes de acción ni el protagonismo en películas que se alejan de su zona de confort, pero que tocan temas presentes en su filmografía y fomentan la fibra sensible del actor, como Señales (2002). En esta última Mel es un sacerdote que pierde la fe, tras la muerte de su esposa, y se refugia con su hermano y sobrinos en una granja, sufriendo todos una invasión alienígena.

Hamlet y Payback

Mel Gibson, en Payback.

Para completar esta radiografía he querido recuperar Hamlet y Payback (1999). Dos películas para dibujar a ese Mel que navega entre películas que se salen de su zona de confort y otras en las que se mueve como pez en el agua como héroe de acción, siempre atormentado (pero puede que aderece su desgracia con unas gotas de humor). La primera fue dirigida por Franco Zeffirelli, y nos traslada a un mundo medieval donde transcurre la tragedia shakesperiana. Es una película con mucha fuerza donde Zeffirelli mete no solo gotas de thriller y suspense, sino que crea un poderoso melodrama familiar desatado donde muere hasta el apuntador. El Hamlet de Gibson es carnal, atormentado, desatado y muy loco. Es un Hamlet visceral, marcado por la relación con su padre y con un amor enfermizo hacia su madre, capaz de hacer perder la cordura a una Ofelia que no entiende sus ásperas reacciones, y con un objetivo claro, la venganza. El Hamlet de Gibson se aleja de otros príncipes daneses, que hacen hincapié en un personaje sensible, reflexivo, intelectual y delicado. El suyo es un hombre del medievo, sensual, carnal, diestro con las armas, lleno de dudas y contradicciones, y al borde de la locura y del abismo.

Con Payback, Brian Helgeland firma un divertimento. Como punto de referencia, un clásico: A quemarropa, de John Boorman. Un consejo, no verla pensando que es un remake de aquella, Payback va por libre, solo “respeta” algunos elementos de la trama. Nos cuenta las andanzas, en primera persona, con la voz grave de Gibson, del ladrón y asesino Porter, traicionado en uno de sus trabajos por su amigo de correrías y su esposa. Mel Gibson crea un antihéroe en un principio absolutamente oscuro, que solo quiere recuperar su dinero y vengarse de su compañero. Para ello, no tiene reparo en emplear la violencia o eliminar a todos aquellos que no le permiten cumplir con sus propósitos o que no le ayudan a avanzar en su objetivo final. Pero poco a poco se van abriendo grietas en la oscuridad de Porter, un tío duro que quiere recuperar ese dinero para cambiar de vida en compañía de la mujer que ama, una prostituta (Maria Bello). Así el antihéroe atormentado y violento, esconde a un tipo que quiere una vida tranquila junto a la mujer que ama, aunque antes ambos tendrán que pasar todo un calvario de explosiones, palizas y golpes. Mel Gibson logra crear un personaje en un principio frío como el acero, un tipo duro con el que es complicado empatizar, pero que evoluciona hacia un hombre con corazón, que busca algo de tranquilidad en su tormentosa vida. Al final, a pesar de sus múltiples burradas contra “los malos”, el espectador termina deseando que este antihéroe llegue a buen puerto. Y es que la película emplea además otro de los puntos fuertes en la carrera de Gibson: meter humor en los momentos más adversos.

Y, sí, sé que con Mel chocaría a todas horas, pero como he dicho al principio mi interés por él es de esos secretos inconfesables… no puedo evitar continuar viendo sus películas, y muchas de ellas además disfrutándolas.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

26 comentarios en “Breve radiografía de Mel Gibson. Lluvia de películas, recuerdos, reflexiones y un libro

  1. Querida Hildy
    gracias a tu magnífica radiografía me animo a revivir un día de estos «El hombre sin rostro», que la vi supongo que cuando la pusieran en la tele siendo yo un pipiolo adolescente y tengo buen concepto pero apenas ningún recuerdo de ella. No estoy muy al tanto de los detalles de su vida personal -y mental- más allá de las puntuales noticias de movidas, detenciones, rehabilitaciones, etc, pero siempre me ha extrañado mucho esa fama de hombre desnortado porque las películas que ha dirigido me parecen muy interesantes y bien inteligentes. Porque es un director de esos que tiene un planteamiento no sé si decir moral o espiritual de la realidad que es verdad que descrito con palabras inquieta un poco, por ejemplo me refiero a la violencia, que él presenta no solo como espectáculo sino como algo más, como algo que hacemos los humanos de lo que es imposible zafarse. O sus valores cristianos, totalmente extemporáneos en la cultura de masas actual a la que se dirige su cine. Esto es muy difícil transmitirlo sin caer en el esperpento o simplemente convertirlo en ruido y furia visual, pero él lo hace y me gusta mucho. El paralelismo que mencionas entre él y King Vidor la verdad es que no se me habría pasado nunca por la cabeza, pero es cierto que el viejo maestro, de otra manera, también incluye en sus películas un componente moral, aunque sea en otras direcciones, que se superpone a la misma historia, y terminamos recordando más eso que la anécdota. Vamos, que ya me estoy imaginando alguna «doble sesión»: «El pan nuestro de cada día» y Apocalypto» o bien «El gran desfile» y «Hasta el último hombre» y bueno bueno… ¡Cuánto material!

    Gracias amiga

  2. Vaya, vaya, así que eres una fan del amigo Mel… Bueno, escándalos aparte, que no me interesan, y al margen de ideologías y creencias, que solo me interesan en la medida que puedan nutrir y plasmarse en sus películas, no es un tipo que me caiga mal. Aunque personalmente creo que lo de «australiano» es un postizo, porque en realidad nació en el estado de Nueva York, fue australiano de conveniencia y ahora está nacionalizado irlandés por voluntad propia.

    Pero en fin, la coincidencia es que hace poco he visto también la trilogía original de Mad Max y «El año que vivimos peligrosamente», y, bueno, no me parece que sea un actor eminente pero tampoco es un cacho de carne tipo Mario Casas, para entendernos. Y algunos de sus pastiches violentos, como «Vacaciones en el infierno» están bastante bien y tienen su miga. Me parece más versátil de lo que la propaganda dice, más que nada porque, como en casi todo en estos tiempos, se le ataca más ideológicamente que por lo que hay o no hay en su cine, ya sea actor o dirija. Y, desde este punto de vista, por más irregular que sea, contiene momentos de mucho mérito. Por ejemplo, «Hasta el último hombre», en cuanto a las escenas de combate. Como en otras películas suyas, esas mesoamericanas, escocesas, o bíblicas que citas, por ejemplo, el guion es en muchas partes para echárselo a los cocodrilos, pero en otros instantes y en el plano puramente narrativo alcanza cotas más que dignas. Como director lo veo más capacitado para el espectáculo que para la hondura y la sensibilidad, y por eso el guion se supedita, para mal, al espectáculo, por más que este pueda ser a veces de primer orden, y eso llena sus historias de absurdos, incongruencias y a veces ridículos palmarios, pero de repente se va al extremo contrario y te deja pizcueto.

    En fin, ya veo que has estado entretenida…

    Besos

  3. Hola Hildy
    Pueeesss… yo creo que Mel Gibson como secreto inconfesable puede funcionar, pero como actor lo veo bastante justito y como director tuvo el momento «Braveheart» y, desde luego, tonto no es y sabe jugar sus cartas. Lo que no se puede negar es que siempre esta en el sitio adecuado y en el momento preciso.
    Me hace gracia que comentes lo del sentido del humor en los «héroes de acción». En los cincuenta a los JohnWayne les ponian un jubileta, un niño, un borracho… un DeanMartin vamos. Los protagonistas eran muy machos como para andar con «gracias»; en los ochenta todos los «Machotes» tenían su «momento comedía».
    Jodie Foster puede que sorprendiera con «The Beaver» (no la he visto) pero hacía poco que había interpretado su cruce entre una MelGisonada y «Taxi Driver». The Brave One creo que se llamaba.
    Un saludo, Manuel.
    PD, Un saludo también para mi tocayo de nombre y apellido; por un momento pensé que ya había escrito el comentario.

  4. Vaya perfilazo te has marcado sobre el bueno de Mel, que la verdad es que sale en películas que me encantan, con ‘El año que vivimos peligrosamente’ a la cabeza. Y lo que siempre me ha gustado ‘Payback’, oye. En ‘Dragged Across Concrete’ hace un personaje tan gibsoniano (fachuzo, cínico y desencantado) que le da una ambigüedad muy curiosa (y divertida) a la película. Y como cita Alfredo, algunas de esas películas de serie B que hace últimamente, como ‘Vacaciones en el infierno’, son bastante divertidas.

  5. Que tal Hildy!
    Es muy buen actor y no has dejado magnificas películas. Además de los problemas domésticos creo que fue a raíz de las declaraciones de su padre cuestionando el holocausto que quedo señalado. Con todas sus sombras y defectos es un tipo que me cae bien, no sabria explicar el motivo, esto es algo que no puedo decir de muchos otros…
    Estupenda la entrada, besos;)

  6. Querida Hildy,
    mis impresiones sbre Mel Gibson son ambivalentes, pero me gustaría citar a John Boorman, director de POINT BLANK,versión original de PAYBACK en 1967,obre Mel:
    «Él se cree Lee Marvin, pero es 2 pies de estatura más bajo y tiene un tercio de su talento»(Fuente:IMDB)
    Besos,IVÁN

  7. Querido Manuel, sí, es de las cosas más curiosas del libro «Mel Gibson, el bueno, el feo y el creyente», esa reflexión final que hace el autor poniendo en paralelo las carreras de Vidor y Gibson. Las sesiones dobles que plantea son El pan nuestro de cada día y Braveheart y El manantial y El hombre sin rostro. A mí tampoco se me hubiese ocurrido tal paralelismo, pero me hizo pensar bastante.
    Como director he visto Braveheart, La pasión de Cristo y Apocalypto. Las tres son muy físicas, visuales y violentas, y efectivamente tienen un componente siempre de trascendencia. De las tres creo que la que más me gusta es Apocalypto. Me falta por ver, como director, Hasta el último hombre. Y como tú apenas recuerdo El hombre sin rostro, y me apetece revisitarla.

    Beso enorme
    Hildy

  8. … jajaja, mi querido Alfredo, recuerda que sé todo de Mel, y ahora más, después de haberme leído el libro. Y efectivamente nació en EEUU, y luego se fue toda la familia, por iniciativa de su padre, a Australia. Sí, es un actor más versátil de lo que parece, y puede construirte un personaje. Luego tiene una voz que a mí personalmente me gusta mucho. En cuanto, a su labor detrás de la cámara, de momento, si algo es cierto, es que tiene una mirada y unos temas que toca y da cierta unidad a su trabajo tras la cámara. Y momentos visuales muy potentes. Todavía no he visto «Hasta el último hombre».

    Beso
    Hildy

  9. Querido Manuel, sí, sí, Mel es uno de mis secretos inconfesables, jajaja, ¡¡¡y no es el único!!! Tengo una galería de actores que le acompañan.
    Fíjate que no he visto The Brave One, donde está Jodie Foster en plan justiciera, pero sí leí sobre ella y los debates que hubo alrededor de su fondo. Me llamó la atención que además estuviera dirigida por un director que tiene películas que me gustan bastante como Neil Jordan.

    Beso
    Hildy

  10. Querido crítico abúlico, ¡lo que me pude divertir con «Payback»! Me lo pasé muy bien con ella. Divertimento puro.
    Como actor me he reído con él en su faceta gamberra (Dos pájaros a tiro), o como héroe de acción atormentado tipo Mad Max, o como tipo contra las adversidades (El año que vivimos peligrosamente) y me ha gustado también en aquellos papeles que se salía de su zona de confort. Por ejemplo, está muy bien en «Señales», de Shyamalan, una película muy interesante.

    Beso
    Hildy

  11. Querido Fran, efectivamente a la sombra de Mel ha estado su padre (ha fallecido hace nada), un hombre, como digo en el artículo, mucho más extremista y controvertido que su hijo, con horribles declaraciones negacionistas del Holocausto.

    Es curioso, yo siempre que recuerdo a Mel, me viene a la cabeza lo que me impresionó en esa carrera final sin retorno que hace en Gallipoli.

    Beso
    Hildy

  12. Querido Iván, ¡¡¡es absolutamente genial la frase de John Boorman!!!
    Ya digo que no se puede ver Payback pensando que es un remake de A quemarropa. No tiene nada que ver. Mientras la de Lee Marvin era puro cine negro y este protagonizaba una película innovadora en su manera de contar la odisea de un hombre que quiere vengarse y recuperar el dinero de un robo, la de Mel Gibson es un divertimento puro y duro, sin pretensión alguna. La de Boorman es como si transcurriera dentro de la mente de un muerto en vida. Payback, sin embargo, es todo pirotecnia y fuegos artificiales.

    Entiendo perfectamente que Mel Gibson no guste o genere impresiones ambivalentes (a mí también me pasa).
    Por eso, lo reconozco como secreto inconfesable… porque es cierto que muchas películas donde es protagonista me gustan y las he disfrutado, como las dos de las que hablo al final del artículo.

    Beso
    Hildy

  13. Vaya, ¡saludos a mi tocayo! (¿De apellido también…?)

    Anoche volví a ver «El hombre sin rostro» y, aparte de ser una peli entretenida, solvente y eso que se dice de «con valores, me dejó muy pensativo. Me refiero al tema que se desarrolla en la parte final -no quiero destripar, porque entonces el que no la conozca o recuerde la verá con otros ojos desde el comienzo- que inquieta y extraña a partes iguales. Inquieta dentro del mismo devenir narrativo de la peli, porque te coge un poco con el pie cambiado y ademeás -esto me parece más interesante- extraña cómo ha hecho que la visión de la película y el juicio sobre lo que cuenta haya cambiado mucho desde que se estrenó asta hoy. En mi casa tenemos a una moza de 17 años que no sabía al final cómo juzgar el asunto, porque en una peli o serie actual esos «asuntos» no se pueden presentar así, con ese tono a la vez farruco y original con que Gibson plantea sus moralejas.

    Besos

  14. ¡¡¡Dios mío, Manuel, tengo que verla entonces otra vez de nuevo!!! Me has dejado con unas ganas después de tu comentario y de la experiencia que habéis tenido en casa al verla… A ver si la veo pronto.

    Beso
    Hildy

  15. Querida Hildy, Mel Gibson era uno de los favoritos de mi hermana, así que en mi casa no nos perdíamos ninguna de sus películas. Y como siempre tuvimos la costumbre de ver las películas una y otra vez hasta que se deformaban las cintas del VHS, ya conocíamos todos los diálogos de memoria pero igualmente seguíamos. Las de Arma Mortal estaban en bucle permanente, especialmente la tercera; Maverick nos inspiró a aprender a jugar al póquer y apostábamos de a centavos; y Etérnamente joven era otra que repetíamos todo el tiempo. Y más adelante, Conspiración (¿era ese el título en español, con Julia Roberts?) fue otra favorita. Señales y Lo que las mujeres quieren recuerdo haberlas visto en el cine, también con mi hermana. Ah, y Braveheart y Hamlet también estaban dando vueltas siempre por allí. Me has traído, en resumen, un montón de recuerdos de mi infancia y adolescencia y es que casi siempre había alguna película de Mel Gibson en el fondo…
    Un beso enorme cargado de nostalgia, Bet.-

  16. ¡Hey Manuel Pozo! Yo me llamo Manuel del Pozo (lo cierto es que mi nombre es compuesto, pero no me gusta presumir de ángel, ejem, ejem)
    Para mí la edad de oro de Mel Gibson terminó con «The River» (Cuando el río crece) poco más que eso por unos llamado placer culpable, otros secreto inconfesable y por casi todo el mundo telefilm. Una de esas películas que cuando fracasan suponen un bache para el actor… y la última protagonista para la actriz; en este caso Sissy Spacek que, incluso, tuvo su correspondiente candidatura al Oscar.
    Un saludo. Bueno: dos saludos, Manuel

  17. No comparto tu debilidad por Mel Gibson. Aun así la entiendo. Hay intérpretes con los que hemos crecido y hemos sigo testigos de su evolución, que ha sido paralela a la nuestra. A mi me pasa algo parecido con Keanu Reeves, me provoca una enorme simpatía y ternura, más allá de sus films e interpretaciones.
    Gibson como actor me parece muy limitado. No conoce algo que a mi me encanta: la sutileza. A veces sus interpretaciones se convierten en un catálogo de muecas y ojos desmesuradamente abiertos. Con todo, no es un actor que me moleste y le reconozco algo incuestionable. Auténtica cualidad de estrella. Cuando está en pantalla la llena y no puede dejar de mirarlo.
    Su filmografía como actor no me seduce especialmente. Pero tiene una de esas películas que, si me la encuentro por la tele, la veo siempre con agrado: “Dos pájaros a tiro”. Una estupenda mezcla de comedia romántica y película de acción. Dos géneros que no siempre casan bien.
    Yo prefiero el Gibson previo a su consagración como estrella. “Tim” una delicada historia de amor entre un joven con discapacidad mental y una mujer madura (yo creo que hoy el tema sería tabú) y “Mrs. Softel” una historia de amor entre un joven presidiario y la esposa del alcalde de la prisión donde él espera la pena de muerte. Una historia de amor muy bonita, melancólica y a la vez extrañamente esperanzadora. Merece mayor reconocimiento que otras películas románticas de los 80 más populares.
    Como bien dices su voz (aparte de sus enormes ojos azules) es su principal baza. La descubrí por primera vez en la hermosa y seguramente fallida “Pocahontas”, donde además cantaba. No lo hacía nada mal (otra cosa es el misterio de porqué un personaje inglés habla con acento americano…)
    Como director he visto “Braveheart” y “Apoclaypto”. No acabé de entender como una película tan simple como “Braveheart” tuvo tanto éxito. Pero quizá el éxito radica en su propia simpleza. Los malos son malísimo, los buenos, brutotes pero estupendos. El héroe es arquetípico (y no es una crítica) el amor es profundamente romántico. Sin duda la historia de amor es lo que más me gusta porque como parábola política, el film tiene la profundidad y complejidad de un tweet. Y una duda me asalta ¿por qué de todos los bravos escoceses, William Wallace es el único que no lleva barba?
    En cambio, aplaudo “Apocalypto” y ya se que no es históricamente rigurosa (cuando llegaron los españoles, la civilización maya ya vivía en una profunda decadencia desde hacía siglos) pero me parece una película bien narrada, bien estructura, bien filmada, bien interpretada y supone algo que me apasiona, un viaje, el descubrimiento de un mundo, que es una de las cualidades del cine que más me gustan. Gibson tiene el mismo enfoque en “Apocalypto” que Fellini en “Satyricon”. Entender que representar el pasado es llevarnos a otro planeta. Y la tesis de la película está muy bien demostrada.
    Veo en IMDB que tiene varios proyectos. Espero que se concentre en dirigir…
    Un abrazo, Lilapop.

  18. Mi Bet, me imagino a esas dos hermanas con esas cintas de VHS rodando sin parar en el video, disfrutando de las pelis de Mel… Arma letal o mortal en bucle. Las dos recitando de memoria los diálogos. Y es que esos recuerdos de infancia con cine no se borran.
    Fíjate, qué casualidad, que el otro día estuve hablando con mi hermana por teléfono, y a las dos nos dio por recordar momentos cinematográficos vividos juntas durante la infancia y adolescencia. Y salieron cosas muy bonitas.

    Beso enorme
    Hildy

  19. Pero dos Manueles y dos Pozo… ¡¡¡eso es un lujazo para este blog que se enriquece con los comentarios de los dos!!!
    Jajajaja, me han entrado ganas de recuperar otra vez Cuando el río crece…

    Beso
    Hildy

  20. Ay, Keanu Reeves, otro intérprete con el que también he crecido, queridísima Lilapop, y ¿sabes cuál fue la película que me tocó la patata con él de protagonista y que también fue una de las que me ponía en bucle? My Own Private Idaho, de Gus van Sant. Adoro esa película.
    Luego tengo otra favorita porque sale junto a otro ser que es todavía más secreto inconfesable que Mel: Patrick Swayze, jajajaja. Me refiero a «Le llaman Bodhi», tampoco me canso de verla.
    Y ¿sabes con que saga me lo he pasado últimamente genial y sale Reeves? con la de John Wick. Solo he visto dos de momento.
    De Mel Gibson no he visto la de «Tim», pero siempre me ha apetecido, y ya teniendo tu referencia me apetece aún más. ¿Recuerdas a James Caan, también como discapacitado mental enamorado, en Llueve sobre mi corazón? Cómo me gusta esa peli de Coppola. Y totalmente de acuerdo con lo que dices de Apocalypto.

    Beso
    Hildy

  21. Guardo un grato recuerdo de ”Llueve sobre mi corazón”, una de esas películas que nadie menciona cuando se habla sobre la filmografía de Coppola. “Tim” es bastante diferente en tono y argumento.
    Lo siento, no puedo con el pobre de Patrick, que en paz descanse. Este hombre sí que me parce un actor bastante malo. Y protagoniza ese engendro llamado “Dirty Dancing” con una actriz aún peor que él, la nefasta Jennifer Grey. Que esa película, protagonizada por ese par, se haya convertido en el referente de película romántica de toda una generación, se escapa por completo a mi comprensión. Y que conste que a mi más que a nadie le gustan los musicales románticos, pero con “Dirty Dancing” no puedo.

  22. … por eso digo que Swayze es más secreto inconfesable todavía que Mel… Y hablas de Dirty Dancing…, pero mi Patrick también estuvo en Ghost… ¡No me quiero imaginar lo que puedes sentir por esa película!
    Sí, lo confieso, ponen Dirty Dancing en la tele, y me quedo enganchada a ella… Aghhhhaghhhhh.

    Beso
    Hildy

  23. Hola. Mel Gibson es un tipo realmente curioso entre la fauna de Hollywood. Por su apariencia y por su magnetismo tiene toda la planta de estrella de Hollywood, pero si nos paramos a mirar su filmografía, se diría que es un actor bastante desaprovechado. Dramáticamente, en el «Hamlet» de Zeffirelli demostró que podía ser tan bueno como cualquiera, y creo que, por lo general, tiene una vis cómica muy potente que no ha sido para nada explotada. Pienso, sobre todo, en ciertos momentos de la saga de «Arma letal» y también en una película que para muchos era un «éxito de temporada», pero que a mi me pareció muy simpática por su falta de pretensiones como «Lo que piensan las mujeres.» Gibson se diría que ha nacido más bien para ser director. No sería raro que en el futuro, si se lo propone, pudiera alcanzar un status como director similar al que ahora tiene Clint Eastwood. Aunque a mi «Braveheart» me parece una película imperfecta, el resto de sus películas como director más conocidas («La pasión de Cristo», «Apocalypto», y la sorprendente «El último hombre», gran aportación al cine liberal antibelicista) me parecen exponentes muy claros de un realizador muy sólido y coherente. Habrá que ver que nos depara el futuro, pero yo creo que, aparte de que tiene una compañía productora propia (Icon), el destino le está marcando el camino de manera muy clara.

    Saludos

    P.D: Os invito a que os paséis por Ivoox para escuchar una nueva edición de mi podcast “El juguete de los Lumiere”, que en este, su quinto programa, esta dedicado a “Cantando bajo la lluvia.” Este es el link: https://www.ivoox.com/cantando-bajo-lluvia-audios-mp3_rf_64003354_1.html. Muchas gracias de antemano.

  24. ¡El quinto programa ya, Deckard! Y además con una película inagotable como es Cantando bajo la lluvia. Me parece una aventura superinteresante. Tengo que adentrarme en el mundo podcast. Espero hacerlo pronto. Tus podcast son un aliciente para empezar en este mundo. Necesitaría días de 48 horas para alcanzar todas las que me apetecen y me esperan.

    Pues ahora estoy con una de Mel actor con una historia que desconocía sobre la elaboración del diccionario de Oxford, «Entre la razón y la locura».

    Beso bajo la lluvia
    Hildy

  25. “Ghost” efectivamente, horror de los horrores para mí. Y mira que las historias de amor con fantasma pueden ser lo más bello ( “El fantasma y la Sra. Muir”) Pobre Demi Moore, ¿ha hecho alguna buena película? Hace unos años, en un programa de radio, preguntaban a los oyentes qué película romántica era su preferida y la más votada fue “Ghost”- Hasta se llevó el Oscar a mejor guion. El mismo año que “Bailando con lobos” recibió una lluvia de Oscar y se la alababa como la película que resucitaba el western…En fin, Serafín…
    Por cierto, y para acabar, yo siempre he encontrado un parecido entre Gibson y Costner. Tienen físicos parecidos y representaban o representaron una actualización del héroe americano clásico. Uno en su faceta más explosiva y gamberra y otro la más estoica. Y los dos encarnaban esa virilidad incuestionable, no exenta de vulnerabilidad y demonios interiores, hoy tan en decadencia y tan criticada.

  26. Interesante la mirada sobre Gibson y Costner, queridísima Lilapop. Además los dos se pusieron tras las cámaras. Curiosamente, Costner no es uno de mis secretos inconfesables. De lo que he visto hasta ahora de su filmografía en el único papel que me ha hecho vibrar ha sido en Un mundo perfecto.

    Beso
    Hildy

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.