Perlas desconocidas (1). La legión negra (Black legion, 1937) de Archie Mayo

La legión negra, una película social con un Humphrey Bogart sorprendente.

No es de extrañar que el estudio que durante los años 30 produjo las más importantes películas de gángsteres, también se decantara por otras que tocaban distintos temas sociales. La legión negra es un ejemplo. La Warner Brothers estaba un poco más cerca de la realidad que otros estudios. Durante esa década, marcada fuertemente por la Depresión, surgió también con virulencia el fascismo en EEUU, de modo que, entre otras cosas, nacieron organizaciones violentas que, similares al KKK, repartían el terror con sus actos vandálicos y asesinatos contra colectivos que ellos consideraban que no eran americanos. La consigna bajo la que funcionaban sigue en activo hoy, por desgracia, en muchas partes del mundo: “América para los americanos”. La legión negra habla de una de esas organizaciones, y su protagonista es un joven Humphrey Bogart muy alejado del héroe duro, cínico y romántico que le convertiría en mito.

No era la única película que en aquellos momentos estaba advirtiendo sobre este fenómeno. Desde otro punto de vista, ahí estaba también la más conocida Furia (Fury, 1936) de Fritz Lang (y en un estudio bastante alejado de estos temas: Metro Goldwyn Mayer). Ni tampoco sería la única película que tocaría la existencia de este tipo de grupos. Un año antes Columbia realizó Legion of terror una desconocida película (que no he podido ver) sobre una organización similar a la de La legión negra, ambas inspiradas en una real que operaba en algunos estados de EEUU. Es más, estas películas, como haría más explícitamente Frank Capra con Juan Nadie, denunciaban cómo movían los hilos grupos de hombres influyentes y poderosos tanto en lo económico, como en lo político y en los medios de comunicación, que dejaban el “trabajo sucio” a hombres-títeres como Taylor, el protagonista de la película.

Todo empieza cuando el obrero Frank Taylor (Humphrey Bogart) no consigue el puesto de capataz en su fábrica y se siente frustrado y humillado ante su familia (su mujer y su hijo) y sus vecinos. No quiere ver que el nuevo capataz está más cualificado y preparado que él, aunque Taylor lleve más años en la empresa. Él solo ve que su nuevo jefe es polaco y le ha arrebatado el puesto que le correspondía. Al poco tiempo, en casa, oye en la radio el discurso de un tipo que denuncia cómo los inmigrantes les están quitando los puestos de trabajo y cómo están haciendo peligrar el modo de vida americano. Taylor se siente identificado con las ideas. Así que este no solo renuncia a su mejor amigo y vecino Ed Jackson (Dick Foran) que tiene ideas muy diferentes, sino que se aleja de su propia familia (cuando siempre había tenido claro que era lo más importante), y se junta con otro compañero de fábrica (Joe Sawyer) que ha advertido su resentimiento y le habla de una legión a la que él pertenece y que imparte todas las noches justicia para defender sus puestos de trabajo.

Archie Mayo construye una película demoledora que no solo no esconde la violencia del grupo en cuestión, sino que logra una atmósfera oscura y negra tanto para articular la transformación de Taylor así como para mostrar los lugares de reunión de la legión, sus rituales y juramentos (los trajes que llevan que ocultan sus identidades, las pistolas, las antorchas, los látigos…) y sus escaramuzas nocturnas. Si la película ya es deprimente, el conflicto salta realmente cuando un alcoholizado Taylor confiesa a su amigo Ed Jackson dónde está metido, y este trata de hacerle reaccionar para que salga de ahí, amenazándolo con que va a acudir a la policía. Taylor se asusta porque ha roto el juramento de no nombrar la existencia del grupo y avisa a sus “nuevos camaradas”. Entre todos secuestran a Ed para darle su merecido, pero se precipita la tragedia.

La legión negra no acaba bien para su protagonista a pesar de que finalmente despierta, sobre todo cuando siente que su familia está siendo amenazada por sus andanzas. La película inserta el discurso inevitable de un juez (Samuel S. Hinds) donde se deja la huella moral del film: esos comportamientos son inadmisibles, manchan el concepto de patriotismo y no tienen nada que ver con los derechos fundamentales ni con la libertad de los individuos. Pero lo último que vemos es el rostro desesperado de Taylor, y el de su mujer que lo ve desaparecer tras una puerta.

Por otra parte, La legión negra es una oportunidad para ver no solo a un Bogart más joven, sino a este actor alejado del tipo de personaje que construiría su mito. Como Taylor muestra a un Bogart capaz de construir a la perfección a un hombre que se deja arrastrar por todos sus defectos, fácilmente manipulable y capaz de esgrimir la violencia con orgullo hasta evolucionar a un hombre vulnerable y asustado. Por otra parte, le sigue una cohorte interesante de secundarios; a los ya nombrados también la película cuenta con la presencia de Ann Sheridan como prometida de Ed.

Otro de los alicientes que deja esta película es ver la importancia de la radio como medio de comunicación durante los años 30 y cómo estaba presente en la vida cotidiana. Las familias se reunían alrededor de las radios, donde no solo se daba la información más inmediata, sino que además se ocupaba del ocio con música o seriales. Incluso hay un momento donde se deja ver cómo funcionaba y se construía un noticiario y cómo se «escenificaba» lo que podía estar ocurriendo o los distintos testimonios.

La legión negra es de esas perlas ocultas que muestran otra manera de indagar, analizar y estudiar una interesante historia del cine que tiene muchos caminos que recorrer.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

8 comentarios en “Perlas desconocidas (1). La legión negra (Black legion, 1937) de Archie Mayo

  1. Excelente texto, mi querida Hildy, para una película, en efecto, semioculta y predecesora de tantas cosas. Muy buena contextualización, porque es evidente que si Warner no hacía estas películas, pocos podían hacerlas (excepto Columbia, que entonces era básicamente un estudio de imitaciones de bajo presupuesto hasta que llegó Capra). No obstante, aparte de la curiosidad de ver al Bogart previo a la confección definitiva de su personalidad en pantalla, debo reconocer que me gusta más unos añitos después, cuando rocía de cinismo cada una de sus apariciones y encarna tan espléndidamente ese desencanto vital y esa lucidez pesimista que siempre le son propias.

    Besos

  2. Hacia tiempo que no te leía Hildy por una serie de cosas… pero hoy que te retomo vuelvo a admirarme de tu maravillosa forma de contar una película. Si estuviese en mi mano ahora mismo me sentaria en silencio a ver «La legión negra»…Una película de la que nunca había oido hablar, o quizá me hablaron pero no con la capacidad de contar que tú tienes. Una vez más me doy cuenta de la gran importancia social del cine. Un tema que está tan latente en la actualidad y que en los años 30 ya se llevó al cine, en una película que se debería reponer y a la que voy a intentar conseguir para verla con todo detinimiento. Muchas gracias Hildy Johnson por contarnos tan bien las películas.

  3. Mi querido Alfredo, me ha encantado ver a Bogart en un registro tan diferente. ¡Me ha interesado mucho esta película de Archie Mayo! Tiene momentos magníficos como cuando Taylor realiza el juramento o la última secuencia en el juicio cuando la mujer de Taylor y él se siguen con la mirada. También me gustó mucho la declaración entre Ed, el mejor amigo de Taylor, y su prometida (Ann Sheridan).
    Y lo de la radio es un mundo precioso. Y hay tantas películas que reflejan su importancia. Sería otro precioso ciclo.
    Beso
    Hildy

  4. ¡Querida María Rosa, cómo me alegra leerte!
    Merece la pena verla. Y como dices es una peli de los años 30, pero sigue vigente lo que refleja. ¡Merece la pena también ver a Bogart en un personaje muy alejado de los que construirían su mitología!
    Beso
    Hildy

  5. Conocí esta película por una crítica en la revista Dirigido que años atrás me compraba. Realmente la Warner de los 30 y primeros 40 tenía un sello: ambientación principalmente urbana, historias criminales con un toque de realismo social. Y luego su fantástico cine de aventuras con Errol Flynn.
    ¡Cómo le costó a Bogart llegar al estrellato! Se pasó la década de los 30 en la Warner haciendo papeles secundarios frente a estrellas como el gran Cagney o viendo como tenían más trabajo que él actores a años luz de su talento y su presencia: George Raft (nunca entendí el atractivo de este hombre, pero supongo que daba el pego como gánster) o aún peor, intérpretes inanes como George Brent o Pat O’Brien. Cuando pienso que “Casablanca” estuvo a punto de ser protagonizada por Raft que la rechazó o que Ronald Reagan fue seriamente considerado para el papel de Rick se me ponen los pelos de punta. Una estrella iluminó ese film con el cambio de protagonista.
    Respecto al director Archie Macho recuerdo que cuando empecé a leer sobre cine, tenía cierto prestigio, pero ahora está olvidadísimo, como muchos directores que forjaron su carrera en los 30. Gente como Frank Lloyd, Clarence Brown, Norman Taurog o Lewis Milestone, de los que (casi) nadie se acuerda. No digo que todos ellos tengan un corpus excelso. Ni que estén en la misma categoría que compañeros suyos de generación más prestigiosos o mejores. Pero Brown y Milestone tienen una obra interesante en general y los otros seguro que tienen films rescatables y estimables, como el que has comentado. Quizá el hecho que algunos no prolongaron su carrera mucho más allá de la década de los 50 o que estén en los 30 sus filmes de prestigio (algunos con Oscar) no ha ayudado mucho a su consideración presente, dado el olvido y desinterés cuando no desprecio displicente, en el que ha caído eso que se ha venido en llamar “Cine clásico”. Solo hace falta ver la serie “The movies” producida por Tom Hanks. Le dedica un programa a cada década, a partir de los 60. Los 30 a los 50 se compilan en un único programa. Y el cine mudo, por lo visto, nunca existió…Para el Hollywood de hoy y para gran parte de la crítica norteamericana actual, el cine americano no tiene valor hasta la llegada del “Nuevo Hollywood”. Y para gran parte del público el cine empieza en los 80. En fin…Siempre nos quedará tu blog.

  6. Sí, querida Lilapop, ¡cuántos directores con películas interesantes en su filmografía están cayendo en olvido! Y la lista que mencionas de esos directores es interesantísima, porque además sus películas no son tan accesibles como las de otros. Y, sin embargo, siempre deparan buenas sorpresas.
    A Bogart le costó llegar al estrellato, pero ¡una vez allí, se convirtió en un mito!
    Otro mundo es indagar en el cine mudo ¡cuántas joyas por descubrir! y además tienen tanto que aportar y que decir, algunas son tan modernas. Tan brillantes.
    Lo bueno es que ahora hay muchas vías para poder acceder algo más a estas obras, descubrirlas y disfrutarlas.
    Gracias Lilapop por regalarme frase tan mítica. Espero que este blog pueda abrir de vez en cuando alguna puerta o ventana para recuperar historias que merecen la pena ser rescatadas, recordadas.

    Beso desde el Ritz Cafe
    Hildy

  7. Excelente artículo, y muy sorprendente para mí por varios motivos: no sabía de su existencia, el papel inusual de Bogey, como comentáis, y que parece que se hubiera rodado ayer. La veré.

  8. Bienvenido, Augustus

    La legión negra es una película interesantísima, y, sí, desgraciadamente, sigue siendo actual.
    Es toda una sorpresa toparse con este personaje de Bogart tan alejado de los personajes que le convertirían en un mito cinematográfico. Es una gozada verlo.
    Espero que la disfrutes.

    Beso
    Hildy

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