Maratón cinéfilo para recibir con los brazos abiertos 2016: Sufragistas, Macbeth, B, La cueva y En tierra de sangre y miel

Sufragistas (Suffragette, 2015) de Sarah Gavron

sufragistas

La directora Sarah Gavron trata de exponer el movimiento sufragista a través de la historia de una lavandera trabajadora y explotada, Maud Watts (Carey Mulligan), y su despertar o conciencia como mujer con deberes pero también derechos (que durante toda su vida han brillado por su ausencia), entre ellos, el del voto, para de esta manera poder también aspirar a un cambio de su situación en el futuro. Así parte de un personaje de ficción para codearla con personajes y acontecimientos históricos verídicos que tratan de exponer la complejidad del movimiento. Y digamos que con una obra cinematográfica visualmente clásica y correcta y con una galería de actrices femeninas carismáticas (Carey Mulligan, Helena Bonham Carter, Anne Marie Duff…), la directora pone en marcha una introducción válida para empezar a indagar en este grupo de mujeres que lucho por conseguir el voto.

Así la película se balancea entre el melodrama con tintes del Dickens más social, donde Maud Watts no solo despierta y se rebela contra su sumisión sino que toma conciencia de lucha y se convierte en madre coraje bajo la lluvia, y el documento histórico que trata de explicar las complejidades y contradicciones (lucha con actos cada vez más violentos o tan solo con meditados actos de protesta) de un movimiento que sí consiguió un cambio importante para las mujeres, una lucha, sin embargo, que sigue en marcha y en plena actualidad. Y pone en primera línea personajes históricos como Emmeline Pankhurst (Mery Streep) o Emily Wilding Davison que fueron dando pinceladas a la historia de un movimiento social revolucionario y necesario o ficciona situaciones interesantes como la relación que se establece entre el personaje de Maud Watts y un inspector de policía con rostro de Brendan Gleeson.

Macbeth (Macbeth, 2015) de Justin Kurzel

Macbeth

Como analizamos apenas hace unos días, Paula Ortiz se arriesgaba y se tiraba sin red para realizar La Novia, basada en Bodas de sangre de Federico García Lorca; así ocurre también con el director australiano Justin Kurzel y su Macbeth, basada en la obra de Shakespeare. Y es importante hacer hincapié en la palabra “basada”, porque ambos cineastas aportan sus miradas y el lenguaje totalmente cinematográfico y visual para trasladar las obras teatrales a la pantalla de cine.

Y la mirada de Justin Kurzel sobre Macbeth trae un aspecto interesante, pero también parece que Shakespeare a veces se le escapa o la intensidad de su tragedia por una belleza formal que enfría los momentos de catarsis. Toda la película adquiere un halo de alucinación continua y angustiosa. Tanto Macbeth (Michael Fassbender) como lady Macbeth (Marion Cotillard) parten de momentos traumáticos y continuos, a la dureza de la vida en una Escocia medieval se une la pérdida de un bebé, una dura y violenta batalla con muertes que afectan al guerrero, y un futuro oscuro…

Una predicción de las hermanas fatídicas (¿aparición o alucinación?) a Macbeth y su compañero Banquo… despierta las ansias de poder del matrimonio, quizá para alcanzar una posible calma, que no es más que un espejismo. Violencia, sangre, traición y asesinato. Lucha de poderes. Macbeth actúa continuamente bajo estrés postraumático… y esa es la idea más brillante de la mirada de Justin Kurzel, que sin embargo no favorece a la evolución y posterior locura del personaje potente de lady Macbeth, que en esta versión no logra toda su fuerza (sobre todo durante su locura y posterior suicidio).

Por otra parte el director crea un retablo visual potente donde la luz de las velas, se mezcla con la niebla o con el rojo intenso de un incendio. O la humedad del ambiente, se mezcla con los ropajes oscuros o las pinturas de guerra. Las lágrimas caen de los rostros de los personajes que desvelan su continúo tormento. Un lenguaje visual que da sensación de un ambiente de alucinación constante con la ralentización de imágenes con efectos de gran belleza.

Marte (The martian, 2015) de Ridley Scott

marte

Una película de aventuras clásica pero en un planeta lejano y mítico. Ridley Scott se empapa de la épica de Robinson Crusoe, del Chuck Noland de Náufrago o de los conquistadores y colonos que se quedaron solos en tierras lejanas… y se va a Marte. Allí nos presenta a Mark Watney (Matt Damon), un astronauta que sufre un accidente y es abandonado por sus compañeros pues le creen muerto. Una historia de supervivencia donde Mark pone todas sus habilidades en marcha porque como dice desde un principio no piensa morir allí.

Así que emoción asegurada ante la pregunta de cómo sobrevivirá el héroe y cómo será rescatado y llegará de nuevo a la tierra. Por supuesto con todos los obstáculos posibles por el camino. Pero Scott imprime no solo un buen ritmo a la historia sino que coloca a su personaje en un Marte que se convierte en un planeta hostil pero hermoso. Y al héroe le pinta como un hombre con un optimismo indestructible pues no tira la toalla en ningún momento. Y entre cultivos de patatas y otras hazañas, todo lo envuelve con música de los ochenta (la única que ha dejado la comandante de la expedición) que va de Abba a David Bowie, para que no decaiga el ánimo. Con una factura visual impecable, Scott además imprime ritmo entre la soledad del héroe y los esfuerzos que realizan tanto en el planeta tierra como en la nave de sus compañeros para poder hacer posible el milagroso rescate. Entretenimiento puro.

B (B, 2015) de David Ilundain

B

El debut cinematográfico de David Ilundain pone los pelos de punta y enfrenta cara a cara con la corrupción política de un país, el nuestro. Ilundain vio en un escenario, y se quedó impactado, la obra Ruz-Bárcenas en el Teatro del Barrio. El dramaturgo Jordi Casanovas había utilizado como texto dramático la transcripción literal de la declaración de Bárcenas ante el juez Ruz el 15 de julio de 2013. Alberto San Juan decidió dirigir la obra con Pedro Casablanc y Manolo Solo como actores principales.

Pero David decidió que era tan potente lo que había disfrutado como espectador con lo representado en el escenario que tenía que convertir ese material en película. Y en ambos casos se produjo el milagro: se ficciona un documento y funciona. Se pone frente la mirada de los espectadores, totalmente al desnudo, las cloacas del poder. Y es tan fuerte el contenido de lo que se escucha que se convierte en obra con ritmo, tensión y suspense. Es tan fuerte lo que se escucha que hasta provoca la risa incómoda. Así B se sostiene con el enfrentamiento/duelo de un Bárcenas que arrasa y un juez Ruz que contiene pero va soltando un hilo que abruma. David Ilundain no arriesga con la forma (todos los personajes encerrados en una sala de juzgado), planos/contraplanos de Bárcenas y Ruz e insertos de los rostros con las reacciones de los miembros de la acusación, los abogados de Bárcenas, el técnico de sonido y grabación… pero el contenido golpea y es contundente.

La cueva (La cueva, 2012) de Alfredo Montero

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La cueva es una película de terror psicológico y claustrofóbico que parte de una buena idea pero no está bien desarrollada. Así La cueva tenía muchas posibilidades, y consigue convertir la gruta en un personaje infernal y agobiante, pero la historia contundente que podría haber planteado, no fructifica. Alfredo Montero opta por el metraje encontrado o grabado, que ya se está convirtiendo en un subgénero (no hay más que irse a El proyecto de la bruja de Blair, Rec o La visita). Un grupo de cinco amigos se van de veraneo a Formentera a aislarse durante unos días del mundo. Todo lo está grabando uno de ellos con una cámara… Un día encuentran una cueva por casualidad y se meten en ella… pero es una trampa natural de la que es imposible salir.

La situación va llegando al límite hasta tal punto de que los amigos se transforman en enemigos a batir para lograr la supervivencia y encontrar la salida. Esta atractiva y terrorífica idea no está bien dibujada. Y es una pena porque cuenta con el ambiente adecuado, con una forma de rodarla que funciona pero el desarrollo de los personajes, las relaciones que se establecen entre ellos (antes y después de entrar en la cueva) y los actores elegidos desinflan y debilitan la cruda propuesta.

En tierra de sangre y miel (In the Land of Blood and Honey, 2011) de Angelina Jolie

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En tierra de sangre y miel sorprende gratamente. Sin embargo cuenta con el hándicap de que nadie se la tomó ni se la toma demasiado en serio por quién la rodaba (que además sigue realizando trabajos como directora), se partía de un doble prejuicio: ¿por qué Angelina Jolie no puede realizar una buena labor como directora? ¿Por qué no se puede analizar con seriedad su obra cinematográfica?

Lo cierto es que realiza un buen debut, contundente y fuerte, con una mirada muy cinematográfica y con decisiones de puesta en escena inteligentes. Jolie tiene claro que quiere denunciar un hecho y realiza una película dura y directa para hacerlo.

Para ello narra una historia trágica de amor imposible entre un policía serbio y una pintora bosnia musulmana que ven truncada su historia por el estallido de la guerra. Ambos vuelven a encontrarse en pleno conflicto pero en condiciones (y situaciones) muy diferentes… y ahí no es posible volver a amarse.

La película denuncia crudamente cómo se empleó y se emplea la violencia sexual sistemática como arma de guerra (violaciones, humillaciones continuas, palizas, sumisión brutal…) así como también muestra el exterminio brutal que sufrieron los musulmanes bosnios por parte de los serbios. No hay concesiones y sí muestra también que es muy complejo entender cómo se llegó a esa violencia y horror. Y en una película cruda muestra momentos hermosos para reflejar esa historia de amor imposible: una habitación desnuda de paredes blancas y dos sombras gigantes que bailan (pertenecen a los protagonistas)…, como dos fantasmas, tratando de recuperar esa química que surgió antes de la contienda en un local donde bailaron juntos. Y realmente Jolie logra contar una historia de sangre y miel…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

16 comentarios en “Maratón cinéfilo para recibir con los brazos abiertos 2016: Sufragistas, Macbeth, B, La cueva y En tierra de sangre y miel

  1. Tiene imágenes interesantes Macbeth, pero al final me parece un poco mamotreto y se come un tanto a los personajes y su tragedia. Me da la sensación incluso de que no aporta nada que no hubiera conseguido antes, y de mucho mejor modo, películas como Ran o sobre todo Excalibur.

  2. De esa selección sin duda la que más me apetece ver es «Macbeth». La versión que hizo Polanski es la que más me ha gustado, a lo que se puede añadir la interpretación de la historia que realizó Kurosawa en «Trono de sangre». Que ésta cuente como pareja protagonista a Fassbender y Cotillard, es un aliciente incuestionable: actores formidables.
    ¡Feliz 2016, Hildy! Mucho cine que ver y que seguir compartiendo.

  3. No he podido ir a ver Sufragistas y se me va a escapar si no me apuro. Estoy completamente de acuerdo con Macbeth. Visualmente muy bella, pero no suficientemente poderosa. Le faltó, le faltó. También concuerdo con The Martian, entretenimiento puro que cumple su función. In the Land of Blood and Honey no la he visto y admito que soy culpable, y estaba bien prejuciada, jejeje. La voy a ver sin menosprecio después de leerte.

    ¡Feliz año, muchos abrazos!

  4. Querido crítico abúlico, exacto tiene imágenes muy interesantes pero no capta la fuerza de Macbeth y se escapa el personaje de Lady. Aunque hay momentos en los que logra que te quedes hipnotizado…

    Besos
    Hildy

  5. Sufragistas me pareció un testimonio muy necesario porque muchas veces ignoramos (u olvidamos) de donde venimos y cual ha sido el camino recorrido…y así perdemos toda la perspectiva… ¿Hemos avanzado? ¿Cual ha sido el resultado? ¿Ha sido muy lento, ha sido por igual en todos los países? ¿Qué precio se pagó por ello? y así un montón de preguntas para responder, tema ideal para una tertulia de cine, por ejemplo.
    Me gustó mucho la interpretación y se ve que está hecha con admiración por aquel movimiento que finalmente consiguió remontar una humillación de siglos…

  6. Fassbender y Cotillard, querido Licantropunk, tienen fuerza pero sobre todo el personaje de Lady Macbeth en esta versión a mí se me diluye sobre todo en la parte de su conciencia, culpa, locura y muerte.
    Nombrando las otras versiones de Macbeth dejas ver (añadiendo la de Welles, también) las distintas miradas e interpretaciones de la obra que se posan sobre el Macbeth de Shakespeare. Y la Kurzel, creo que no es una excepción y cuenta una mirada personal.

    Beso
    Hildy

  7. Querida Carmen, Sufragistas me parece una película interesante para empezar a indagar y comprender el movimiento sufragista. Efectivamente, Macbeth… me cautivó por momentos por su belleza… pero me dejó también en ocasiones muy fría. También es cierto que es de los textos más complejos shakesperianos. Con Marte me lo pasé estupendamente, y es lo que cuando la vi quería, pasármelo bien. Y el debut de la Jolie, de veras, que me sorprendió muy pero que muy gratamente.

    Feliz año, preciosa. Qué 2016 nos espera…, lleno de sorpresas, eso seguro, y también buenos proyectos
    Beso
    Hildy

  8. Totalmente de acuerdo, querida Maria Rosa, me parece una buenísima película para tertulia apasionada. La película pone la semilla para interesarse por este movimiento necesario (expone sus complejidades) y también deja ver cómo la lucha de esas mujeres todavía no ha perdido vigencia en muchas partes del mundo.

    Beso
    Hildy

  9. Bueno, sólo he visto algunas. «Sufragistas» es correctita y del montón, sin más. Cine de tesis políticamente correcto en el fondo y en la forma, sin más ambición que subrayar un mensaje tan oportuno como oportunista.

    «Macbeth» es otra cosa. Ahí hay quilates. Cierto que no aporta nada a lo que ya se ha visto de la obra en el cine (cosa lógica, por otra parte, lo contrario sería como esperar algo más de un nuevo montaje teatral respetuoso con el tiempo, la época y la coyuntura asociada a ambas), pero es una obra sobre todo sensorial e introspectiva, alejada de las alharacas visuales, a menudo inconvenientes, de Paula Ortiz.

    «Marte» es un entretenimiento ligero de poca o nula sustancia hasta que llega el irritante cuarto final, ese rollito «we are the World, we are the children» con los chinos y con las plazas de medio mundo a rebosar de ciudadanos ávidos de esperanza ante el rescate del pavo de Damon me estomaga profundamente. Una vez más, la moralina del héroe yanqui que es salvado para salvar el mundo.

    Y en cuanto a Angelina Jolie, supongo que su fama como actriz con un ojo espantoso para elegir proyectos alimenticios y sus poses de famoseo barato de familia feliz arrastran todo lo demás. Nunca he llegado a pensarla como actriz seria, pero como directora apunta a algo más. A ver si se anima y se lo termina de tomar en serio.

    Besos

  10. Sí, querido Alfredo, te doy la razón en que Macbeth es bastante introspectiva, y que parte de una mirada-idea que me ha interesado profundamente (estrés postraumático), pero sin embargo también hubo algo que se me escapaba o que no me llevaba a la catarsis de la tragedia shakesperiana. Aunque hubo muchos momentos que me encandilaron. Ayer volví a ver La Novia y definitivamente me dejó fría, aunque la sentí algo más.
    Con Sufragistas, tienes razón, cinematográficamente es solo correcta. Pero me interesó lo que contaba y planteaba temas y complejidades que siguen vigentes en el mismo movimiento u otros.
    A Marte yo iba a pasármelo bien y lo consiguió… incluso me tragué el rollito “we are the World, we are the children” con gusto, jajjajajaja. Además, que se le va a hacer, me cae bien Damon…, jajaja.
    Y el debut de Angelina Jolie me sorprendió pero que muy gratamente. «Invencible» no la he visto y la que va a estrenar en breve, de momento, no ha recibido muchas aclamaciones. Pero ahí, creo, que hay una voz y una mirada…
    La de B, es de veras muy interesante…

    Beso
    Hildy

  11. Sufragistas caerá mañana aunque me escame un poco la puesta en escena pelín épica? pero me apetece verla y ponerme del lado de aquellas señoronas con un par, mientras grito eso de «a las barricadas», pardiez!

    Y Macbeth me gustó, y mucho. Otra épica pero ésta bastante más convincente desde su teatralidad y tragedia. Será que no ando yo muy familiarizada con la obra en sí y por eso me encandiló tanta hybris desatada. Sin olvidar que Fassbender está tremendo, como dijo mi chico, a lo que le respondí: ajá, «tremendo» es la palabra.(Se me permite un poco de frivolidad?? jajaja).

    Me apetecía empezar el año cinéfilo con una de griegos por mucho que se digan escoceses y Shakespeare la firme.

    La de B la tengo en la lista y con ganas.

    Besos atronantes.

  12. Mi querida Marga, buen cine para tertulia y para informarte e introducirte en el movimiento sufragista. Se deja ver bastante bien.
    Macbeth me gustó, cierto. Pero no tanto como esperaba en alguno de sus aspectos, aunque como digo en algunos momentos me dejó hipnotizada y me encantó esa mirada de un Macbeth bajo estrés postraumático. Yo adoroooo a Fassbender, jejeje. Madre mía ¡cuando sale del lago!¡Tremendo!
    La de B merece la pena verla pero te pone de una mala hostia increíble…

    Beso
    Hildy

  13. En cuanto a Macbeth, estoy muy de acuerdo contigo Hildy, tiene una gran fuerza visual, yo diría que casi demasiada, quizá los exteriores se comen un poco el interior tormentoso y alucinante de sus protagonistas, la fuerza arrebatadora de sus sentimientos de ambición, de odio y luego de atroz locura. Leyendo el poderoso texto, que es lo primero que hice al regresar de verla, te das cuenta de toda la fuerza y sabiduría que Shakespeare volcó en sus obras. Una buena ocasión para volver a leerlas en este 2016, cuatrocientos aniversario de su muerte, y para ver esta película impactante.

  14. Exactamente, feliz con ese aniversario, querida Maria Rosa. Siempre nos quedará Shakespeare. Y has dado en el clavo, la fuerza visual se come «la fuerza arrebatadora de sus sentimientos de ambición, de odio y luego de atroz locura». Ahora es una película interesante con aciertos que hacen que no pase desapercibida.

    Beso
    Hildy

  15. Tengo que recuperar Macbeth, que reconozco que me da un poco de pereza y seguramente pronto me anime con «Suffragette». Sobre Marte, discrepo bastante, pues como producto de entretenimiento supongo que al «gran público» se le haga bastante tediosa. Sin embargo, igual que ocurría con «Gravity» de Cuarón, me parece que «The Martian» funciona más como acertada parábola sobre la necesidad de mantenerse estoico ante las dificultades y retos en los que nos coloca la vida.
    Soy un cinéfilo «blandito» criado a mitad de camino entre los héroes derrotados de Ford y los verborreicos de Capra y supongo que eso ha propiciado que me encanten esas figuras épicas por muy variada que sea la forma en la que se muestra su heroicidad. Por eso, tal vez también por vivencias y momentos personales, me ha conmovido esta película de Ridley Scott y me ha llegado su héroe resistente que, como un espacial Jefferson Smith en Caballero sin espada, está dispuesto a resistir más allá de lo que cualquier seríamos capaces de hacer. Dejo de lado los accesorios patriotismos y las implicaciones de pseudo-política internacional, en efecto muy ligeros e idílicos, para centrarme en el individuo y en su capacidad para resistir y superar la adversidad. El discurso final me toca y me atrapa; me parece un momento de cine fabuloso, al tiempo que un canto a la esperanza y os recomiendo que lo reviséis (mejor en versión original siempre).
    De algún modo, tanto ésta como su anterior «Exodus» (dedicada expresamente a la memoria de su hermano) me parece que están muy marcadas por el momento personal de Ridley Scott y el suicidio de su hermano Tony.
    Como siempre, gracias Hildy por propiciar el espacio para compartir visiones.

  16. Qué bueno, querido John Book, encontrarte de nuevo. Y, sí, yo creo que estamos bastante cercanos en cuanto a la visión de Marte y su héroe. Para mí, como digo en el texto, al héroe Scott le pinta como un hombre con un optimismo indestructible pues no tira la toalla en ningún momento. Yo me lo pasé estupendamente con esta película y me gusta las referencias… sobre todo a los héroes de Capra y ese Jefferson Smith, al que no me canso nunca de ver en su lucha diaria. En cuanto a Exodus… aún no la he visto. La última que había visto de Scott fue la para mí incomprendida El consejero, un película que me resulta bastante interesante.

    Tanto Macbeth como Sufragistas no son redondas pero sí muestran aspectos muy interesantes, para el análisis y el debate.

    Beso
    Hildy

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