Rescatar rostros del olvido

Olvidado y hermoso Gérard Philippe murió con tan sólo 36 años y ya era muy grande en los escenarios de teatro y contaba con una considerable filmografía (desgraciadamente difícil de conseguir).  En sala, en pantalla grande, se le recuerda sobre todo por Fanfan La Tulipe o fue uno de los amantes de Montparnasse, atormentado Modigliani. Su aparición estelar en el mundo del cine se produjo en 1947 con El diablo en el cuerpo, una adaptación de la novela de Raymond Radiguet…, su última película fue en 1959 bajo la batuta de Luis Buñuel en una de sus películas menos conocidas, La fiebre sube al Pao con la mismísima María Félix.

Otro personaje mítico de vida atormentada y complicada fue la de Arletty pero si quieren rescatarla está grande en dos películas francesas hermosas: Hotel del Norte, 1938, y Los niños del paraíso, 1945, ambas de Marcel Carné. En la primera es una prostituta de carácter y en la segunda una bella y misteriosa dama.

Seguimos con Francia y la vida de una hija de exiliados políticos españoles, María Casarès, actriz de teatro y escenarios que también estuvo bien presente en pantalla grande. Dulce personaje de mujer enamorada en Los niños del paraíso y musa de Cocteau en Orfeo. Su último papel es precioso de abuela nostálgica en La otra América.

Y nos vamos con uno de esos franceses como Boyer o Chevalier que hicieron carrera en Hollywood, quizá es el más olvidado de los tres, el elegante Louis Jourdan que no cae en olvido por sus composiciones en Carta de una mujer desconocida de Max Ophüls y Gigi de Vicente Minnelli.

Desde Italia recordamos el rostro de Elsa Martinelli que no eligió muy bien sus papeles pero estuvo inolvidable en esa película de aventuras en la selva que se llama Hatari en 1962 donde fue la fotógrafa más intrépida. También trabajó bajo las órdenes de Orson Welles en El proceso.

Otra mujer que no ha dejado de trabajar ni a sol ni a sombra que fue todo un icono en los años setenta y ahora un puntito olvidada es Stefania Sandrelli. Cuenta, sin embargo, con una filmografía rica en aciertos: en nuestro cine ha trabajado en varias ocasiones, sin duda su papel más recordado es el de la madre de Jordi Mollá en Jamón, Jamón. Pero en los años setenta y ochenta es imposible olvidar su rostro en La familia, Novecento, El conformista

Y si hablamos de la Sandrelli surge otro rostro hermoso que trabajó junto a ella en más de una película, la rubia etérea Dominique Sanda también presente en Novecento y El conformista y arrebatadoramente hermosa y confusa en El jardín de los Finzi Contini. También fue icono de belleza y sensualidad en los años setenta.

Entonces con El jardín de los Finzi Contini de Vittorio de Sica viene a la cabeza el muso de Visconti, Helmut Berger. El rostro bello por excelencia que oculta lo más degenerado y triste en su impresionante intervención en La caida de los dioses o su desolador papel en Confidencias. Dicen que era mal actor pero tenía una presencia y un rostro que despertaba sentimientos encontrados y extraños.

A Massimo Troisi sólo se le recuerda por su último papel, cuando ya estaba muy enfermo del corazón, y con el que consiguió reconocimiento internacional, El cartero y Pablo Neruda. Sin embargo, era un actor, guionista y director de cine valorado en Italia y que fue actor fetiche durante tres películas del director Ettore Scola.

El cine americano también tiene muchísimos rostros olvidados. Los niños prodigios que destacaron en su juventud y a los treinta y… ya eran has been. Un ejemplo es uno de esos niños y luego jóvenes con talento desbordante como Russ Tamblyn que si hubieran sido buenos tiempos para los musicales se hubiese convertido en leyenda. Pero le recordamos bailando en Siete novias para siete hermanos y en West Side Story y no le olvidamos como adolescente con problemas en Vidas borrascosas.

Otro de esos niños que tuvo carrera de adulto pero nunca llegó a estrella fue Dean Stockwell (su trabajo ha sido muy prolífico en televisión) pero yo no puedo olvidarle en Larga jornada hacia la noche en 1962.

Carroll Baker empezó pisando fuerte en los cincuenta y se convirtió en musa sexual, tentación rubia, y pronto cayó en olvido y en carrera mediocre. Sin embargo, nunca será olvidada por sus interpretaciones en Gigante, la maravillosa Baby Doll o la mastodóntica La conquista del Oeste.

Su aparición en la pantalla grande fue impactante y en jugoso papel, aún sigue trabajando pero nunca fue mega estrella, sin embargo, cuenta con una filmografía con unos cuantos títulos muy interesantes. Nunca caerá en olvido por su magnífico debú en Río Bravo. Pero nunca la olvidaremos en Código del hampa, La jauría humana o A quemarropa. Me estoy refiriendo a Angie Dickinson.

¿Acaso no recuerdan a una divertidísima Paula Prentiss en Su juego favorito, genial comedia? ¿O en esa locura que es Qué tal, Pussycat? También se dejó ver en esa película antibélica con nombre de Trampa 22.

Cerremos la lista por hoy con una actriz que vino de Suiza y protagonizó dos papeles antagónicos pero maravillosos, divertida y sexy se convirtió en personaje inolvidable de Un dos tres de Wilder. Tierna, meláncolica, romántica y esperanzada en Tiempo de amar, tiempo de morir del maestro Sirk. Sólo por esas películas yo ya no la olvido, ella es Lilo Pulver.

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