Barbara Loden (I). Vida de Barbara Loden (Sexto piso, 2022) de Nathalie Léger

Quién es Barbara Loden. La autora, Nathalie Léger, recibió un encargo a priori sencillo: una entrada de Barbara Loden para un diccionario cinematográfico. De pronto, la escritora se convierte en una araña que teje un libro bello, sensible e inteligente. Descubre que no puede limitarse a una objetiva y fría entrada, donde tan solo se mencione algunos datos biográficos, su trayectoria como actriz y glosar la única película que dirigió en 1970, Wanda. Entonces, se ve inmersa en un proceso de investigación, donde va tejiendo diferentes hilos. La escritora y también realizadora Marguerite Duras en una conversación con Elia Kazan expresó que «existe una inmediata y decidida coincidencia entre Barbara Loden y Wanda».

Nathalie Léger ofrece un libro de 114 páginas con una prosa rozando lo poético que va guiándote por una telaraña que te deja atrapada entre sus líneas. Lo primero que me llamó la atención fue su portada. Siempre me fijé en Barbara Loden. Una ilustración de la actriz en Wanda de Ruth Gwily se convierte en una llamada. Una vez en mi poder lo leí una vez y me dejó tan fascinada que inmediatamente acometí la segunda lectura para saborearlo despacio. Y no tengo duda, lo voy a leer muchas más veces. Es un libro soñado, en el sentido de que me hubiese gustado escribirlo, lo confieso.

Como amante del cine de Elia Kazan, no olvido un triste personaje en Esplendor en la hierba. Sí, todo el mundo recuerda a Dennie Loomis (Natalie Wood) y Bud Stamper (Warren Beatty), pero también está Ginny Stamper. Personaje trágico con rostro de Barbara Loden. La hermana mayor de Bud, joven rebelde, herida y vulnerable, que nos enteramos al final que ha fallecido en un accidente de coche. Loden da todos los matices al personaje: alocada, divertida, seductora, pero totalmente perdida, herida y dañada. Y los hombres que la rodean van cavando más honda su tumba. Esplendor en la hierba es de 1961, pero, sin embargo, plasma con tremendo realismo una violación grupal a una Ginny absolutamente borracha y desolada.

Sí, Nathalie Léger dibuja un paralelismo entre la vida de Barbara Loden y el de otra rubia que se convirtió en mito: Marilyn Monroe. Esta última también podría haber sido una buena Ginny. Y Loden se convirtió en Marilyn. Ambas pueden hermanarse por sus infancias y el camino que se fueron abriendo hasta llegar al cine. Cuenta Léger que fue una Maggie ideal, que Loden se subió al escenario para encarnar a la venus rubia que creó Arthur Miller en Después de la caída. Elia Kazan sabía desde el principio que ese papel tenía que ser para Barbara: «Sabía que había rasgos comunes entre ellas, traumas infantiles, una herida idéntica».

Barbara Loden como Ginny Stamper.

Vida de Barbara Loden va tejiendo y uniendo el destino de un montón de mujeres, pero para finalmente trazar un retrato de una mujer concreta… Una mujer en la multitud. Qué es este libro. ¿Un autorretrato? ¿Una biografía con muchas pinceladas? ¿Una ficción sobre Barbara? ¿Una narración sobre un proceso creativo arduo? ¿La historia de una herencia familiar de la propia autora? ¿Todo a la vez? «Una mujer encarna a otra en un papel que ha escrito ella misma basándose en otra mujer (cosas que descubrimos después), y lo hace interpretando algo más que un simple papel, pues no se representa a sí misma, sino que encarna una proyección de sí misma en otra mujer interpretada a su vez por ella misma basándose en otra».

Porque para alcanzar a Barbara hay que entender a Wanda. Y es que Loden realizó una única película totalmente independiente donde ella misma era el personaje protagonista. La actriz partió de una noticia de sucesos que llamó su atención: Alma Malone, una mujer que terminó implicada en un atraco. «Nada más conocer su condena de veinte años de cárcel, le dio las gracias al juez».

Nathalie Léger nos va implicando en su compleja y difícil investigación de la figura de Barbara Loden, la búsqueda de documentación, las entrevistas frustradas a personas que la conocieron, la lectura de distintas entrevistas, el visionado de sus apariciones televisivas… y la observación y narración detallada de su única película como directora, Wanda. De hecho, termina visitando cada una de las localizaciones que aparecen en el largometraje. Se empapa de Wanda. Pero también de la vida de Barbara, de la de Alma Malone, y la de la propia autora con una vivencia de su madre.

Todo nos va llevando al retrato de una mujer que murió con 48 años de un cáncer y cuyas últimas palabras fueron: «mierda, mierda, mierda». Y con este libro, la autora va reconstruyendo a Barbara Loden… a través de muchas mujeres en la multitud.

Durante veinte años fluctuó su relación con Elia Kazan, y cuando ella falleció ya era inminente el divorcio. Este último es una de sus fuentes, tanto por los libros que escribió como por las entrevistas que concedió, donde si le preguntaban, hablaba de ella. Incluso escribió una novela donde ficcionó su relación: El compromiso. La adaptación cinematográfica de esta última película dolió profundamente a Loden. Ella era Gwen, pero Kazan no luchó por darle el papel. Cedió a las presiones de los productores que querían a Faye Dunaway. Por cierto, esta última había sido su suplente en Después de la caída. Los hilos no dejan de tejerse.

Me voy a un libro que tengo de Kazan sobre sus películas y describe al personaje de Gwen en El compromiso. Y no puedo evitar pensar en Barbara Loden: «Dentro del “sistema”, Gwen es una revolucionaria en el nivel personal. Desempeña un trabajo para ganarse la vida, pero le disgusta. Aunque ha aceptado el hecho de que el mundo está gobernado por hombres, emprende una rebelión privada y silenciosa. No piensa mucho en los hombres, ni siquiera en los hombres con los que se acuesta. Es como si viviera en el antagonismo».

Nathalie Léger nos habla de una mujer que consiguió autorretratarse de una forma muy especial en la pantalla. Detrás de la cámara empezó a expresarse en voz alta, sin ataduras. Antes de ser diagnosticada, iba a dirigir de nuevo. Esta vez iba a realizar la adaptación de El despertar de Kate Chopin, sobre la rebelión emocional y silenciosa de una mujer a finales del siglo XIX. Al principio de un hilo de mujeres en la multitud, justo ahí está Barbara Loden.

La autora, que escribió este libro en el año 2012, cuenta que una de las entrevistas televisivas de Barbara Loden que analizó fue la del programa de Mike Douglas que permitía que sus entrevistados Yoko Ono y John Lennon invitaran a distintas personalidades. Así que la pareja invita al programa a Barbara Loden para que hable de Wanda. Busco esta intervención y la encuentro. El final de la función es que Yoko Ono se pone a cantar (de esa manera que ella tenía tan especial… ¿gritaba?) con toda una banda detrás, por su puesto Lenon con la guitarra. Y en una esquina, discreta, está tocando Barbara un instrumento de percusión. Está presente…, de pie, alta, rubia, sonriente, pero a la vez no está… No forma parte de ese cuadro, como Wanda no forma parte de su propia vida.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

10 comentarios en “Barbara Loden (I). Vida de Barbara Loden (Sexto piso, 2022) de Nathalie Léger

  1. Qué interesante, mi querida Hildy. Tomo nota. Sin duda valdrá la pena adentrarse en los enigmas que rodean esta existencia tan desgraciada.

    Besos

  2. Mi querido Alfredo, para mí este libro merece muchísimo la pena. Me ha parecido un libro sobre una actriz y directora con un enfoque sensible, original y muy bien escrito. Es más, aunque no se conozca a Barbara Loden ni su trayectoria es un libro tan bien escrito que merece la pena su lectura. Un libro de cine que muestra cómo también se puede ser creativo y emplear la literatura para escribir sobre actrices, películas, directores…

    Beso
    Hildy

  3. Hola Hildy
    Lo cierto es que «Splendor in the Grass» en un muy bello poema pero la pelí no puede ser más desoladora, no se salva ningún personaje y, para mi, Ginny es el antagónico de Dennie, una libre, la otra atada; una rebelde, la otra sumisa pero en algún punto parece que Dennie será la nueva Ginny, hasta casi compartir final -en casi las mismas fechas que Marilyn-.
    Luego está el tema YokoOno; para unos canta, para otros grita,… lo dejamos en performance (qué debe querer decir en una palabra, ¿hasta dónde aguantas hoy?).
    Por relajar tensiones hay que consensuar que, al menos, Barbara dejó su apellido para la «posterioridad ejpañola». Loden: abrigo de origen tiroles que, en España, se utiliza para ir de cacería a la cafetería.
    Un saludo, Manuel.
    PD. ¡Qué estupenda tu conferencia sobre Kubrick!

  4. Querido, querido Manuel: efectivamente, Ginny se presenta como el personaje antagónico de Dennie. Y es cierto que en un momento parece que ambos personajes van a llevar vidas paralelas, que se van a situar frente a frente como en un espejo. Lo triste es que ninguna de las dos durante mucha parte de los acontecimientos y a pesar de ser antagónicas consiguen un cierto equilibrio emocional, una cierta calma y felicidad. Tan solo parece que toma las riendas, pero es incierto su futuro, Dennie al final de la historia. Qué rica en análisis es Esplendor en la hierba… y, sí, qué hermoso es el poema.
    Lo de Yoko Ono te doy totalmente la razón, yo creo que ella y su vida era todo un performance. Creo que es un personaje absolutamente enigmático y poco analizado: ¿era una artista total que ponía en catarsis a todo aquel que se enfrentaba a sus actuaciones? A veces pienso que se reía de todo el mundo, que tenía un sentido del humor agudo… A ver con qué descuadro hoy al personal, cómo les dejo descolocados y con la boca abierta.
    Ayyyy, Manuel, la riqueza de nuestro diccionario… No sabía yo el significado de loden.
    Beso con un abrigo tirolés
    Hildy

  5. Ay Hildy, cuanto trabajo me das, porque no sabía nada de Barbara Loden, y del abrigo Homónimo ya ni te cuento… Este tocayo mío está hecho un dandy.
    Por lo pronto he conseguido Wanda y espero echarle el ojo pronto.

    Sobre Yoko Ono mejor no digo nada, pero sí déjame acotar que sigue vivita y berreando, ya que hablas de ella en pasado. A pesar de lo que nos parece a los que vivimos en el mundo de debajo de donde ella orbita, creo que es justo reconocer que antes de liarse con Lennon ya era importante en lo suyo, el arte conceptual. Luego, claro, fue archifamosa por estar con él y es odiada a partes iguales por lo que pasó entre los Beatles -que no sé yo si no era inexorable- y por la que lía siempre que se acerca a un micrófono, pero por lo demás es una artista que yo valoro y respeto. A lo mejor Yoko Ono es al arte lo que Barbara Loden al cine… Es una ocurrencia que tengo.

    Un besazo muy fuerte

  6. ¡¡¡¡Ay, los tiempos verbales, queridísimo Manuel, sí, lo sé… Yoko Ono sigue entre nosotros!!! Y con cerca de 90 años yaaaaa. A mí es una mujer que me interesa, creo que es de esas personas que tienen otra construcción en su mente y que miran de otra manera el mundo.
    Desde que vi hace muchos años Esplendor en la hierba y me apasionó, siempre me fijé en Barbara Loden, pero no era fácil indagar en su vida y obra. El próximo texto será sobre Wanda, ya me dirás qué te ha parecido.
    El libro de Vida de Barbara Loden a mí me ha gustado muchísimo.

    Beso
    Hildy

  7. Hola, Hildy:
    El otro día, en una librería vi el libro Nathálie Leger. Parece muy interesante, pero puede que aún me interesa más leer “El despertar” la novela de Kate Chopin que Babara Loden pretendía adaptar.
    ¡Qué personaje tan atractivo Barbara Loden! ¡Y qué joven se fue! Ciertamente su Ginny en “Esplendor en la hierba” es inolvidable. Una mujer demasiado libre para su entorno y que acabará destruida. Ya en ese personaje hay unos rasgos de patetismo que están muy presentes en “Wanda”.
    En alguna otra entrada te recomendé “Wanda” que no se si ya has podido ver. A mi me impresionó. Y una de las reflexiones que me sugirió mientras lo veía es lo valiente que debió ser Loden para hacer un film sobre una mujer como Wanda en la época de la segunda ola feminista, tan combativa. Para nada Wanda es una protagonista acorde con los postulados feministas de la época. No es rebelde, ni fuerte, ni busca la libertad, ni es transgresora. Ni tampoco se la puede reducir a víctima del maltrato. Pero tampoco “Wanda” pude gustar a los sectores conservadores. No es un papel por el que te nominan al Oscar. Es una mujer que ha hecho dejación de sus papeles de esposa y, más “imperdonable”, de madre.
    Wanda es una mujer absolutamente perdida y alienada. Ese brindis final…En el que parece que celebra su ya inminente caída en el abismo definitivo.
    Me sorprendió y me impresionó un retrato de mujer como el que presenta el único largometraje (desgraciadamente) de Barbara Loden.
    Debemos alegrarnos que se recupere la figura y la obra de creadoras como Barbara Loden. Una carrera que estoy segura que nos hubiera dejado una obra rica y compleja. Nos queda un único film tan a contracorriente en el momento de su estreno como ahora.
    Un abrazo, Hildy

  8. Querida Lilapop, sí, he visto Wanda y ya he repetido además. Me ha fascinado. Es tan triste, tan dura. De hecho, la próxima entrada va a ser sobre la película.
    El libro de Loden merece la pena, pues me ha gustado mucho cómo se acerca a ella y la manera en que está escrito.
    Yo llevo tiempo detrás de El despertar, desde que lo descubrí me ha llamado la atención, y también de El compromiso. Los tengo en mi lista de pendientes y acelerarán los dos el puesto.
    En la investigación que hace Lèger escribe en un momento del texto precisamente sobre lo que reflexionaste al verla, es decir, la reacción del movimiento feminista, que no esperaba una antiheroina cinematográfica como Wanda, y efectivamente no gustó mucho.
    Sí, lástima que muriera tan joven y que no pudiese rodar más películas. También me hubiese encantado verla en Después de la caída.
    Beso enorme
    Hildy

  9. «Wanda» es todo un hallazgo para el que no la haya visto. Muy recomendable. Una película casi autobiográfica según reconoció la propia directora. Una pena la muerte prematura de Barbara Loden, a la que se le auguraba una carrera muy interesante como realizadora. Solo las tomas del arranque de «Wanda» son para enmarcar cuando presentan el paisaje hostil de una mina, y le dan el tono justo al largometraje, muy cercano al estilo de las obras del free cinema británico. El contraste de Wanda vestida de blanco caminando entre los médanos de carbón, su soledad manifiesta, recuerda mucho a las películas de Rossellini (Stromboli, por ejemplo, con Ingrid Bergman perdida entre la roca volcánica); o a las de Antonioni, donde el deambular de sus desdramatizados actores servía para reflexionar sobre la incapacidad del ser humano a la hora de relacionarse.
    Es decir, la cinta de Loden tiene más cercanía con el cine europeo que con el estadounidense. Y, desde luego, mucho más reconocimiento en el viejo continente que en su país.
    Abrazos.

  10. Querido Ethan: efectivamente, afirmo todo lo que vas escribiendo en tu certero comentario sobre Wanda y que complementa perfectamente además la siguiente entrada que he realizado sobre la película en sí.
    Ese principio con Wanda vestida de blanco andando entre las montañas negras de la mina es una presentación del personaje y su mundo maravilloso.
    Tienes razón en ese aire que bebe del cine europeo del neorrealismo a las nuevas olas.
    Como dices es una película que merece la pena hallarla y verla.
    Además es de las que dejan huella y se va enriqueciendo según vas viéndola más veces o comentándola con otras personas que también la han mirado.

    Beso
    Hildy

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