Madres paralelas (2021) de Pedro Almodóvar

Melodrama y memoria en Madres paralelas.

«No hay historia muda. Por mucho que la quemen, que la rompan, que la mientan, la historia humana se niega a callarse la boca», esta frase del escritor uruguayo Eduardo Galeano cierra Madres paralelas de Pedro Almodóvar. Una propuesta arriesgada del cineasta manchego que se refugia en los recovecos de un melodrama contenido para fundirlo con un tema que le interesa: la localización y apertura de las fosas repartidas por la geografía española fruto de la Guerra Civil.

Así cuenta una historia sobre la maternidad con un personaje central, Janis (Penélope Cruz), que se ve metida en una encrucijada moral que hace que oculte una verdad, hasta que la quema y no puede callarse la boca. Pero a la vez es una mujer que lucha por conseguir hacer realidad el sueño de su abuela ya ausente: abrir la fosa común en el pueblo donde vivió durante su infancia para recuperar el cuerpo de su bisabuelo.

¿Cómo logra unir las dos historias? Janis es una fotógrafa y tiene que retratar a Arturo (Israel Elejalde), un antropólogo forense, implicado en la apertura de las fosas. Janis y Arturo se convertirán en amantes. Ella se quedará embarazada y, ante la indecisión del amado (es un hombre casado), decidirá seguir adelante con el embarazo, pues desea ser madre. No obstante, pese a las vicisitudes sentimentales de sus protagonistas, no interferirán en el intento de conseguir la apertura de la fosa.

Todo está entrelazado y tiene sentido en Madres paralelas. La profesión de fotógrafa de su protagonista, compartida con su bisabuelo, y la importancia de las fotografías en la historia: esos rostros de los fallecidos que «viven» a través de los retratos que guardan las familias. La profesión del amante, antropólogo forense, además este personaje cumplirá otra función: sembrará la duda en la recién estrenada maternidad de Janis.

Todas esas madres paralelas, presentes y ausentes, que construyen el relato cinematográfico: en un principio, puede parecer que el título se refiere tan solo a Janis y a la joven Ana (Milena Smit), ambas comparten habitación en la maternidad y son madres a la vez. Y la vida las hará volver a reencontrarse tiempo después.

Pero hay otras madres paralelas: Teresa (Aitana Sánchez Gijón, con un buen personaje, que además genera ganas de saber más de él y que tenga más presencia de la que tiene), la madre de Ana; la propia madre de Janis (también madre soltera), a la que solo vemos en una fotografía; o su abuela, otra madre por partida doble (de su hija y de su nieta) y también personaje ausente, solo sabemos de ella por lo que cuenta Janis. Incluso aquellas que por decisión o circunstancias no tienen descendencia hablan también indirectamente de la maternidad: Elena (Rossy de Palma), la mejor amiga de Janis, o el maravilloso personaje que Teresa, actriz de profesión (y apolítica porque tiene que gustar a todo el mundo.), decide representar y que le hace «abandonar» a su hija en un momento crítico: Doña Rosita, la soltera, de Federico García Lorca.

La apertura de la fosa con la presencia de los protagonistas de la película y esa imagen estática en que esos mismos personajes se posicionan igual que los esqueletos de la fosa supone una bella metáfora, como la que en su día regaló Rossellini en Te querré siempre con el descubrimiento de los cadáveres de Pompeya (una de las películas amadas del muy cinéfilo Almodóvar): pueden pasar miles de años (las fosas solo tienen unas décadas), pero esos cuerpos vivieron historias, fueron seres de carne y hueso, que amaron, sufrieron, rieron, lloraron…, y no tienen por qué ser borrados de la Historia. Se niegan a callarse la boca. El bisabuelo de Janis tenía su historia, rememorada por su hija y su bisnieta, y acabó en una fosa.

Almodóvar une en Madres paralelas su amor hacia el melodrama como género y hacia ese universo que es capaz de generar en cada una de sus películas con el testimonio directo de un tema que le interesa y del que quiere plasmar su propia mirada: los silencios y el olvido que han acompañado a muchísimas personas durante la Guerra Civil y que se ha ido perpetuando a lo largo de las décadas hasta la actualidad. No es de extrañar que Almodóvar y la productora El Deseo estuvieran detrás del documental El silencio de otros (2018) de Almudena Carracedo y Robert Bahar, que revela la historia de un grupo de víctimas del Franquismo.

Por otro lado, el realizador ha tenido en mente encontrar una historia que le permitiera dar su visión sobre la Guerra Civil en la actualidad; de hecho, uno de los proyectos que todavía no ha llevado a cabo es un largometraje sobre el poeta Marcos Ana (encarcelado con 19 años en 1939 hasta el año 1961). Marcos Ana, recientemente fallecido (2016), escribió sus memorias: Decidme cómo es un árbol (2007), y fue un libro que conectó con Almodóvar. Es más, recuerdo que cuando lo leí, que me encantó, me quedé prendada de un momento del poeta recién salido de la cárcel con una prostituta… y que casa totalmente con la sensibilidad de Almodóvar.

Madres paralelas es un melodrama más reposado y contenido del realizador manchego, que en el tono de sus películas se ha ido transformando de un Douglas Sirk a un John M. Stahl. Sus personajes se mueven en un universo reconocible: esas casas maravillosas donde habitan; las calles de Madrid; la presencia del taxi; sus mujeres almodovarianas con un nuevo rostro como el de Milena Smit, que recuerda a una joven María Barranco; la importancia de los objetos; el contraste entre la vida urbana y la vida rural… Hay momentos que enganchan: cómo esa elaboración de la tortilla de patata por parte de Janis o cómo emplea el director la canción de «Summertime» de Janis Joplin para un instante crucial entre las dos protagonistas.

El conflicto central y melodramático del que parte Madres paralelas es el mismo que expuso otro maestro contemporáneo del melodrama familiar, el realizador japonés Hirokazu Koreeda, en una de sus películas. En De tal padre, tal hijo (2013) partía de la misma premisa para dar rienda a una historia que transformaba la vida de sus protagonistas, salvo que Koreeda se centraba en la paternidad.

Pedro Almodóvar reflexiona sobre la complejidad de la maternidad con un abanico diverso de personajes femeninos, que además son también guardianas de la memoria. Son ellas, las mujeres, las que en un momento determinado aportan el detalle preciso para la identificación de los muertos en el pueblo: el sonajero, el anillo de boda, el calzado… Son ellas las que transmiten la historia de los fallecidos y las que saben el lugar exacto donde se encuentra la fosa para desenterrar del olvido a los seres queridos.

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10 comentarios en “Madres paralelas (2021) de Pedro Almodóvar

  1. Hace mucho tiempo que Almodóvar dejó de ser una prioridad para mí, así que no la he visto y aguardaré a verla hasta que las teles hagan su trabajo. No obstante, piqué con las dos últimas, «Julieta» y «Dolor y gloria», y en ambas salí de la sala con la misma conclusión: que me las podía haber ahorrado, monetaria y cinematográficamente hablando. No puedo soportar tanta impostura.

    Besos

  2. Una vez más me asombras y deslumbras Hildy por este texto sobre «Madres paralelas», que me ha parecido una película redonda, en el sentido de la cantidad de problemas que presenta y en como los enlaza y hace creibles. Las mujeres, totales protagonisras de la historia, son genialmente representadas por todas las actrices. Después de leerte creo que voy a volver a verla. Muchas gracias por hacernos profundizar y reflexionar sobre lo visto.

  3. Mi querido Alfredo, a mí, sin embargo, sí que me sigue sorprendiendo. Me gustó mucho «Dolor y gloria», película a la que dediqué dos textos, y me entusiasmó el cortometraje sobre «La voz humana», su mirada al texto de Cocteau. Esta «Madres paralelas» me mantuvo enganchada a la pantalla. Creo que es una película con miradas diversas y arriesgada, porque expone un tema que le apetecía tocar y un punto de vista personal. Además lo inserta en un puro melodrama. Y esas madres paralelas son muchas madres, no solo las protagonistas. Me mereció la pena hasta por sus imperfecciones. La filmografía de Almodóvar la he ido queriendo poco a poco y ahora espero cada estreno con expectación.

    Beso
    Hildy

  4. Queridísima María Rosa, yo es una película que he disfrutado mucho. Y, sí, me parece que enlaza muchas cosas, y que lo hace bien. Las mujeres, efectivamente, son las totales protagonistas. Y todas las actrices creo que están maravillosas.

    Beso
    Hildy

  5. Hola Hildy
    Ya desde que se supo el tema «Madres Paralelas» y la presencia de P. Cruz me vino a la memoria el «prefacio» de una de sus pelis en que la madrileña daba a luz en un autobús. Fue, para mi gusto, lo mejor de aquella película… y el papelito de Penélope también. Porcierto: ¡Qué bien les sienta la relación Pedro-Penélope!
    Seguro que la edad tiene algo que ver pero, aparte de melodrama, yo veo en los argumentos almodovarianos una gran influencia de lo que entonces fueron folletones radiofónicos. En esta ocasión el tema multiplica el efecto ya que siempre había un «efecto antigaláctico» es decir, de Ama Rosa a Lucecita, siempre había un momento «¡Yo soy tu hija!
    Un saludo, Manuel.

  6. Me quedo con las actuaciones de las actrices, fantásticas, en especial Cruz y Sánchez-Gijón. Pero las dos historias que marcan la trama, hablo del puro relato, me parecen un poco deslavazadas y forzadas a encajar. Algo en el engranaje que chirría y escenas que resultan poco creíbles.
    Al menos en la sala que yo estaba se escucharon muchas risas cuando Cruz enseña a pelar una patata a Milena. Eso es, pensé, esto me transmite la película: es una patata, la están pelando, pero no se pelan así las patatas.

    ¡Un besote, Hildy!

  7. Querida Hildy, suelo no conectar con Almodóvar pero con esta tal vez me enganche cuando llegue al streaming. Tu texto me hace ponerle una ficha.-
    Un beso enorme, Bet.-

  8. Querido Manuel, sí, hacen un buen tándem Pe y Pedro. Me alegré mucho cuando ella ganó la copa Volpi. Está muy bien como Janis en «Madres paralelas».
    Melodrama y folletín radiofónico. De pronto, me he acordado de Manuel Puig, y cómo en sus novelas mezcla todas estas cosas y crea obras tan maravillosas como «El beso de la mujer araña»…

    Beso
    Hildy

  9. Margaaa, qué alegría leerte. Me ha encantado cómo has explicado tu forma de mirar la película, con esa metáfora de la patata.
    Fíjate que para mí cada uno de los asuntos iba encajando fotograma a fotograma. Y ya digo que a pesar de sus imperfecciones, es una película que me transmitió ternura hacia sus personajes y la historia que contaba.
    ¡Ay, cómo me gusta la tortilla de patata, jajajaja! A mí ese momento culinario me hizo ilusión.

    Beso
    Hildy

  10. Bet del alma mía, ¿te imaginas que conectas con Almodóvar al ver «Madres paralelas»? Nunca se sabe con qué película una va a lograr conectar con un director, con una directora o un actor o una actriz… Y cuando ocurre es mágico, ¿verdad?

    Beso
    Hildy

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