Diccionario cinematográfico (234). Melopeas

Las melopeas es, en tono coloquial, como se nombran las borracheras o los estados de embriaguez… En el cine se han representado desde sus inicios las distintas borracheras de sus protagonistas. Y estas tienen una doble mirada: o desencadenan la tragedia o la comedia.

El millonario de borrachera con Charlot en Luces de la ciudad.

Melopeas de comedia. Charlot sabía muy bien hacer de borracho; de hecho uno de sus cortos, Charlot a la una de la madrugada, es una pantomima pura y dura sobre un hombre en plena melopea. El personaje de Chaplin regresa a casa después de una juerga nocturna con una borrachera considerable encima, y, claro, todos los objetos de la casa se le vuelven en contra. Pero en Luces de la ciudad parte de sus gags cómicos vienen de un personaje que no es Charlot, un millonario borracho (Harry Myers). Cuando está bebido, siente amor y amistad por el pequeño vagabundo, pero cuando está sereno no recuerda absolutamente nada y se convierte en un hombre de lo más estirado.

Muchas comedias basan algunos de sus gags en las melopeas de sus personajes principales. Por ejemplo, no hay borrachera más glamurosa y romántica que la que protagonizan James Stewart y Katharine Hepburn, dos personas no muy acostumbradas al alcohol, en Historias de Filadelfia. O Preston Sturges, que parte de una borrachera de su personaje principal para desarrollar la loca trama de El milagro de Morgan Creek, una comedia divertidísima. En ella una joven de un pueblo, después de una noche de juerga con varios soldados que se hospedan en la aldea, amanece sola sin acordarse de nada, con un anillo de casada, y poco después, embarazada.

De pronto, me viene a la cabeza las melopeas del personaje de Bogart en esa película de aventuras trepidante y divertida que es La Reina de África y que traen de cabeza a su estirada y enamorada Katharine Hepburn. Y tirando de aventura, ahí está el personaje de Ava Gadner emborrachándose en plena selva en Mogambo, todo para dar un poco de color a las aburridas noches que piensa que la esperan o para ahogar penas de amor.

No puedo olvidar tampoco al camarero bebido de El guateque, siempre que la veo sus escenas me hacen llorar de la risa. No hace mucho recuperé otra comedia de Blake Edward, una de los años ochenta, Cita a ciegas. La premisa también juega con las melopeas de su protagonista, Nadia. Un chica tímida y muy sensual que pone patas arriba la vida de Walter, un ejecutivo. Y todo porque este no hace caso a una advertencia: a Nadia no la sienta nada bien beber.

Despertar en el infierno, una película de terror de culto, donde su protagonista se hunde en su parte más oscura cuando empieza a beber sin freno.

Melopeas de tragedia. Sin embargo, el mismo Edward conocía también la parte oscura de las borracheras. Y realizó una dura película sobre el alcoholismo donde las melopeas de sus protagonistas, Jack Lemmon y Lee Remick, evidencian su problema. Se trata de Día de vino y rosas. Billy Wilder era otro que sabía lo que significaba el alcohol cuando se convertía en una pesadilla, a pesar de usarlo a veces en sus comedias para momentos estelares, y lo demostró en Días sin huella, las borracheras de un escritor fracasado (Ray Milland) terminan derivando en delirium tremens.

Si hay momentos tristes en El buscavidas tienen que ver con las melopeas de uno de los personajes más desoladores del cine: el de Piper Laurie, una mujer solitaria y con una cojera que muestra su inestabilidad emocional, profundamente herida y enamorada de un Paul Newman, que se vuelve en un momento en el más cruel de los hombres. Tampoco tienen consuelo las borracheras de una cada vez más desequilibrada Blanche Dubois (Vivien Leigh) en Un tranvía llamado deseo.

El alcoholismo y las melopeas solitarias de hombres y mujeres sin hogar son protagonistas de Tallo de hierro, La leyenda del Santo Bebedor o El espantapájaros. También son dolorosas las borracheras de Leaving Las Vegas, de una prostituta enamorada y un escritor que quiere beber hasta morir. O los estragos y traumas que causan las borracheras de los progenitores a sus hijos en películas como El príncipe de las mareas o Aflicción, las dos protagonizadas por Nick Nolte.

No hace mucho pude ver dos películas angustiosas que representan a hombres en una borrachera perpetua. Una, es una película de culto de terror australiana: Despertar en el infierno, sobre un profesor que camina hacia la autodestrucción durante los días que pasa en una sombría ciudad minera. El alcohol está continuamente presente y su estado de embriaguez le hace sentir la realidad de manera diferente. Y la otra, una reciente película gallega, que adapta una novela de Eduardo Blanco Amor, A esmorga. Y narra una sombría noche de borrachera continua de tres amigos y todo lo que esto arrastra.

Y estas son solo algunas de las melopeas que recuerdo en una pantalla de cine. ¿Cuáles se os quedaron grabadas a vosotros?

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20 comentarios en “Diccionario cinematográfico (234). Melopeas

  1. Dios, es que en ‘Despertar en el infierno’ hasta puedes paladear el olor a resaca, pies y pedos de esa cabaña de Donald Pleasence. Qué experiencia.
    Las borracheras también eran clave en el humor de John Ford, tan a la antigua. Irlandeses ebrios y trifulcas de bar, todo uno.
    También se podía hacer como Oliver Reed y llevarlo todo ya ensayado de casa. Pura tradición británica. Aunque no recuerdo cuál de estos actores dipsómanos aseguraba que, para interpretar a un borracho, sí que necesitaba estar sobrio. Me suena que fuera Richard Burton, pero no estoy seguro.
    Ah, y sobre la pregunta final. Creo que, desde pronto, el cine ya te da indicios de por dónde pueden ir las cosas con el alcohol. ‘Dumbo’ viendo elefantes rosas es un punto de encuentro intergeneracional.

  2. ¡¡¡Las melopeas de los personajes de John Ford!!! Fíjate, me vienen a la cabeza con mucho cariño La taberna del irlandés y El hombre tranquilo…
    Ay, qué mal rollo me dejó Despertar en el infierno, la verdad te lo digo, jajaja. Lo pasé muy mal viéndola. Y ¡mis pobres cangurossss!
    Efectivamente, nombras a dos actores con problemas de alcoholismo en la vida real como Oliver Reed y Richard Burton, que sabían estar memorables en este tipo de secuencias en sus películas. De este último y su Liz Taylor me viene a la cabeza las melopeas de una película que adoro ¿Quién teme a Virginia Woolf?
    Jajajaja, ¡buenísimo lo de Dumbo!!!!

    Beso
    Hildy

  3. Hola Hildy!
    Me ha encantado ese estupendo repaso de grandes peliculas con no menos grandes borracheras. A mi hay una pelicula en particular que me encanta y que da buena muestra del tema en cuestión, se trata de Arthur (Arthur, el soltero de oro 1981), esta escena es una de mis favoritas: https://www.youtube.com/watch?v=YYtTb23PIAs
    Besos;)

  4. Se te ocurren ideas geniales y la que has desarrollado aquí es muy muy interesante…el poder del vino sobre la mente es terrible y el cine ha sabido reflejarlo muy bien. Todos los ejemplos que muestras son muy convincentes, también recuerdo escenas sueltas de películas de las que no recuerdo el nombre muy impresionantes…El vino, sin llegar al exceso, sí que suele estar presente en gran cantidad de películas, como lo estuvo el fumar…

  5. ¡Salud, Hildy! Apenas vi el título de tu entrada pensé en Ingrid Bergman en Notorious, en la que conoce a Cary Grant en una noche de juerga. Y en Cary Grant, que termina despatarrado sobre una mesa luego de salvarse por un pelo de morir en Intriga Internacional.-
    De las que mencionas, Cita a ciegas es una peli muy querida de mi infancia y Luces de la ciudad uno de mis descubrimientos de 2020. E Historias de Filadelfia, cada vez que la veo me gusta más.-
    Sigo pensando y me vienen a la cabeza Guillermo Francella y Eduardo Blanco como dos alcohólicos entrañables en películas de Juan José Campanella (El secreto de sus ojos y Luna de Avellaneda). Y las borracheras de Greta Garbo y Cyd Charisse cuando se ponen los zapatos de Ninotchka. Y otros dos descubrimientos recientes con escenas de borrachera también: Two-Faced Woman y This thing called love.-
    En el balance final me he decantado más por el lado de la comedia, debe ser que lo necesito, pero justo a último momento me acuerdo de Little Caesar, que nunca tocaba el alcohol hasta que cayó en decadencia.
    Te mando un beso enorme con más risas que lágrimas mientras invito una ronda más para todos.
    Bet.-

  6. Qué gran tema, mi querida Hildy… Hoy las melopeas parecen reservadas a los críticos. Así pueden decir que tal o cual tontería que se estrena es una obra maestra… Yo voy a quedarme con unas melopeas de las de verdad, las que cogían Richard Burton, Peter O’Toole y Richard Harris (por no hablar de Oliver Reed) cada vez que se citaban en Londres, o cualquier otro sitio) a correrse una juerga. Los dependientes de los pubs dudaban entre frotarse las manos por lo que iban a ingresar o secarse el sudor por la de trabajo que iban a tener…

    Besos, hic!

  7. Querido Fran, qué alegría leerte. Gracias por compartir la secuencia de «Arthur, el soltero de oro». ¿Te puedes creer que es una película que no he visto? Tengo que recuperarla. Sí, no hay duda, existen muchas melopeas unidas a comedias divertidísimas. Uno de los últimos éxitos en sagas de comedia y melopeas ha sido las de Resacón en las Vegas.
    Por cierto, otro motivo para ver Arthur, me encanta Liza Minnelli.
    Beso
    Hildy

  8. Querida, querida María Rosa, leyendo tu comentario y la presencia del vino en el cine (que daría para otro precioso post), me viene a la cabeza un momento de vendimia, melopeas, distorsión de la realidad, espíritu de Baco presente y angustia en una buenísima y terrorífica película de Rock Hudson, Plan diabólico (Seconds).
    Beso
    Hildy

  9. ¡Queridísima Bet, que viva la comedia siempre! Jo, qué buenos recuerdos me traen las pelis de tu comentario.
    Y me alegra porque las tengo un cariño especial, además de encantarme, las dos pelis de Campanella que nombras. Y recuerdo las melopeas de los personajes que bordan Francella y Blanco.
    Dios, y la melopea de Ninochka es inolvidable…

    Beso burbujeante
    Hildy

    PD: me dice Irene Bullock que te dé siempre las gracias por la compañía que la estás haciendo en su aventura Diario cinéfilo de una dama.

  10. Mi queridoooo Alfredo, ¡vaya con los cuatro! Richard Burton, Peter O’Toole, Richard Harris y Oliver Reed… Ufff, no sé si me hubiese gustado encontrarlos en sus orgías etílicas. Qué buenos actores eran todos, pero qué momentos tremendos pasaron en sus vidas por el alcohol.
    Y qué huella física les fue dejando.
    No hace mucho leí una biografía de Burton y Taylor, y me encontré con un Burton tan atormentado y roto por la bebida…
    Por cierto, mi William Holden, que también protagonizó buenas melopeas en sus películas, arrastró el problema del alcohol en su vida. A mí me entristece su borrachera en una comedia a la que tengo cariño: Encuentro en París.
    Beso
    Hildy

  11. Esto de las melopeas da para entablar debates muy en profundidad. Como muy bien relatas, en el cine todos recordamos borracheras alegres como las de «Luces de la ciudad.» Hubiera estado bien que para describir esta hubieras enumerado las fases de la borrachera (1-desinhibición, 2-exaltación de la amistad, 3-canticos populares,etc…). Pero la borrachera tiene casi siempre su reverso trágico. Aunque por lo general en su filmografía abundan los festines etílicos alegres, en algunas películas de John Ford se puede ver también muy claramente la cruz de la moneda, sobre todo en «El Delator» y en «Hombres intrépidos.» En esta última, sobre todo, se ve que es muy peligroso emborracharse en malas compañías, porque si te descuidas te pueden birlar el salario de todo un año, y además embarcarte de nuevo a la fuerza en pleno festival etílico en un mercante repleto de negreros y explotadores (que es lo que viene a pasarle a John Wayne en la película).

    En esta línea dramática de alcoholizados, en el cine ha habido muchas muestras. Mencionas dos casos muy claros como los de «Días de vino y rosas» (el caso más claro) y «El Buscavidas.» Pero todavía hay otros casos más chungos. Estoy hablando de aquellos personajes que viven en una borrachera perpetua. Me refiero a esos que ya no distinguen el día de la noche, ni cuando tienen resaca de cuando no, porque viven en una resaca permanente y en una nube constante de vapores en las que una nueva copa ya no les aporta prácticamente nada más que un gesto meramente estético de aparentar beber como quien solo lo hace ocasionalmente. De estos hay muchos, pero ahora me vienen a la mente dos casos muy claros. El primero el Paul Newman de «Veredicto final» de Sidney Lumet(guión de David Mamet sobre una novela de Barry Reed),en el que su personaje (Frank Galvin), apenas puede centrarse en su trabajo de abogado en un caso muy difícil y el segundo, el Dexter Gordon de «Alrededor de la medianoche» de Bertrand Tavernier (aunque en este caso se insinúa también la presencia de otras drogas añadidas más serias). El caso de Gordon era muy serio. Cuando le nominaron al Oscar al mejor actor por esta película en 1986, algunos manifestaron su temor a que fuera premiado, porque se aseguraba que Gordon tenía más alcohol que sangre en las venas, y que difícilmente iba a poder mantenerse sobre sus dos pies si finalmente alcanzaba la estatuilla.

    En fin. Grandes momentos que nos han dado las películas. Por último, Hildy, con tu permiso, quería invitaros a ti y a tus seguidores a escuchar un nuevo podcast que he elaborado para la plataforma de contenidos Ivoox, que he titulado «El juguete de los Lumiere» que en este primer espacio he dedicado a la gestación de «Apocalypse Now.» El link es el siguiente:

    https://www.ivoox.com/podcast-juguete-lumiere_sq_f11048773_1.html.

    Os animo a todos a que os paseis por ahí. Sereis todos muy bienvenidos.

    Gracias, Hildy, y un saludo a todos. Besos.

  12. ¡Querido Deckard, qué bueno tu aventura cinéfila, gracias por compartir el link a tu podcast! ¡Y el primer programa sobre el universo Apocalipsis Now! Espero escucharte pronto y descubrir otra mirada sobre esta película. Y seguro que este proyecto te aporta muchas alegrías.
    Y superinteresantes tus aportaciones a las melopeas cinematográficas. Qué buena es Veredicto final y qué bien está ahí Paul Newman como ese abogado que no para de beber… Me hace acordarme de otro hombre de derecho con un problema de alcoholismo considerable y de melopea continua, es el compañero de trabajo y amigo de James Stewart en Anatomía de un asesinato, el gran Arthur O’Connell.

    Beso
    Hildy

  13. Gracias por tus palabras, Hildy. Espero que se pueda abrir un puente entre nuestros dos espacios cinefilos.
    En cuanto a «Anatomía de un asesinato» que decir. Una película que marcó una época. Si analizas la filmografia de Otto Preminger, se ve que quizás, en comparación con la sutileza de alguno de sus coetáneos como Lubistch o como Billy Wilder, sus películas (incluso las mejores) tienen una cierta tosquedad formal. Probablemente tiene mucho que ver con la rudeza germánica del personaje (recordemos como Wilder contaba jocosamente como Preminger trataba de «calmar» a uno de sus castigados actores diciendole: «RELAJAAATE!»). No obstante, la figura de Otto Preminger fue fundamental para ir derribando los muros de la censura. Pasaba efectivamente en «Anatomía de un asesinato» rompiendo tabús mostrando a un personaje borrachin y utilizando además un lenguaje sexual explícito en un proceso judicial turbio. Pasaba también en «El hombre del brazo de oro», tratando otra adicción si no gemela si bastante afin con el alcoholismo como era la drogadiccion, asunto totalmente tabú en la realidad y en la pantalla en aquella época. Y pasaba también en «Tempestad sobre Washington» en la que se mostraba sin tapujos a una clase política carcomida por la corrupcion, además de mostrar abiertamente a un personaje de homosexualidad clandestina cuya condición de tal es utilizada como materia de chantaje político. Una película sin duda audaz en la fecha de su estreno. Y que decir de «Carmen Jones» copada por un reparto de color muchísimo antes que estallara el Movimiento por los Derechos Civiles que eclosióno en los 60.Por lo que cabría decir, por tanto, que si no hubiera habido un Otto Preminger, hubiéramos tenido que inventarlo para quemar etapas e ir rompiendo las barreras y los límites de la permisividad.
    Nada más que añadir. Besos.

  14. ¡Qué cinematográfica que es la borrachera! Puede ser triste, cómica, terrorífica, enajenante…El borracho más hilarante es el camarero de “El guateque” (con permiso del Cary Grant al volante de “Con la muerte en los talones”) al que Blake Edwards brinda una compañera ideal en su última aparición en la película. El propio Edwards, como bien recuerdas, ya había retratado el tema el alcoholismo, en un tono, mucho más grave en “Días de vino y rosas” película que vi de niña y que me impresionó. La recordaba bien, pero al volver a verla recientemente, hubo escenas que se me hicieron insoportables. Les deseo toda la suerte del mundo a los protagonistas y quiero ver esperanza en ese plano final. Pero no sé yo…
    También revisé hace poco “Luces de la ciudad” (película con uno de los finales más bellos de la historia del cine) y sin duda, el millonario sufre un trastorno de doble personalidad motivado por el alcohol. Toda una crítica a la élite de los Estado Unidos.
    Me has descubierto ese film australiano que intuyo durísimo.
    Y borracheras famosas a añadir, la muy surrealista y rosa de “Dumbo”. La interpretación descarnada y valiente de Susan Hayward en “Mañana lloraré” como la alcohólica cantante Lilian Roth y un film pequeño, independiente, seco que me parece interesantísimo, la opera prima de la actriz Barbara Loden, que también la protagoniza. Un retrato femenino desconcertante y osado (hoy sería políticamente ya no incorrecta sino imposible. Su protagonista es una mujer débil, vitalmente perdida, una auténtica relegada del sueño americano) Nunca un brindis final me ha parecido tanto una celebración de la autoinmolación.

  15. Querídisima Lilapop, ¡no sabes lo que me apetece ver «Wanda»! Llevo años detrás de ella. Espero verla pronto, y me alegro un montón de que la recuerdes aquí. Por otra parte, siempre me ha interesado Barbara Loden.
    ¡Cómo me río siempre con ese camarero de El guateque! Lloro de la risa.
    «Despertar en el infierno» es muy chunga, a mí me dejó fatal, pero tiene algo y merece la pena verla. ¡Ya me contarás!
    Me encantan todas tus aportaciones.

    Beso
    Hildy

  16. Barbara Loden es una figura interesantísima. A mi me fascinó desde su interpretación en «Esplendor en la hierba». «Wanda» es una película muy valiente y valiosa.

  17. Querida Hildy,
    la borrachera cinematográfica que más recuerdo es de la bella y elegante Capucine como una aristocrática dama que cada vez que se embriaga tiene sexo con su enamorado chofer Alberto Sordi,y luego no recuerda absolutamente nada,así que el confundido chofer espera resignadamente entre una borracera y otra de su desdeñosa patrona.
    Esta es una película italiana de episodios de los años ´60 y que se dió con distintos nombres(Las hadas-Las brujas-Las reinas)y los otros episodios eran protagonizados por Monica Vitti,Claudia Cardinale y Raquel Welch
    Beso,IVÁN

  18. ¡Querido Iván, qué películas tan interesantes nos traes siempre! He indagado y acá se tituló «Las cuatro brujas». Sí, me ha apetecido mucho verla. ¡Capucine y Sordi!, no me puedo perder esa pareja.

    Beso
    Hildy

  19. Hola, Hildy, buenas noches; cuánto tiempo sin darme un paseo por tu página, siempre tan nutritiva. Ay, las borracheras, qué juego tan bueno dan en pantalla. Hay una que me resulta inolvidable, porque forma parte de una de mis pelis de cabecera, El viaje a ninguna parte, y es la curda que se agarran José Sacristán, Juan Diego y Gabino Diego, en uno de esos pueblos de lo que ahora se suele llamar la España vaciada, en una fría y negra noche, después de la función teatral. Cómo mezcla Fernán Gómez patetismo y comicidad en la escena (al igual que en toda la peli…). Una maravilla. Un fuerte abrazo y hasta pronto.

  20. Pero ¡Maaaanueeellll!, qué alegría volver a leerte de nuevo después de tanto tiempo. Qué bueno de verdad saber de ti. ¡Me encanta la melopea que has elegido compartir y que traigas aquí el cine de Fernando Fernán Gómez!
    Beso
    Hildy

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