Septiembre (September, 1987) de Woody Allen

… dos amigas esperando septiembre… El final del ensueño.

Creo que uno de los libros que voy a leer este verano va a ser la autobiografía de Woody Allen, A propósito de nada. Me apetece mucho. Lo que es cierto es que llevo un tiempo que estoy repasando de nuevo películas de su filmografía que tenía muy olvidadas y que a lo mejor solo había visto cuando se estrenaron o en algún pase televisivo. Algo tiene su cine y su forma de contar historias que me engancha. Algunos diálogos son un deleite escucharlos. Sus personajes suelen mostrar sus luces y sus sombras, y algunos se desnudan emocionalmente frente al espectador, sin pudor alguno. Una de esas películas que tenía totalmente olvidada era Septiembre. La rodó entre Hannah y sus hermanas y Días de radio, y frente ese binomio quedó algo enterrada, y olvidada. No me ha decepcionado.

Todo empieza en las habitaciones vacías de una casa de campo aislada. De pronto, oímos voces en francés, hasta que nos topamos con un hombre y una mujer dando una clase de dicho idioma. Ahí empieza el periplode varios personajes en un corto periodo de tiempo. Y durante unas horas todos vivirán una catarsis para que poco después todo vuelva a la calma. Septiembre cuenta una historia con el espíritu de una obra de Chejov, a lo tío Vania, mezclado con una película de Bergman, tipo Sonata de Otoño, y arrastrando los miedos, las obsesiones y las neuras de Woody Allen. No faltarán amores no correspondidos y otros imposibles, con notas musicales especiales de Art Tatum, Irving Berlin o Rudy Vallee. Y estará el publicista que quiere ser escritor junto a la fotógrafa desgraciada o la esposa en crisis con el profesor de francés enamorado. Y se mezclarán unos con otros. Los personajes que despertarán de su sueño veraniego a los cuatro anteriores serán una anciana modelo y actriz y su pareja, un científico. Ella tiene una personalidad arrolladora y un pasado muy parecido al de Lana Turner (con asesinato incluido). De alguna manera es como si el viejo y glamuroso Hollywood se codeara con los tristes personajes de Chejov, los intelectuales del mundo de Allen y los sesudos personajes bergmanianos. Y este cóctel especial funciona.

Quizá sea la magia de una casa a punto de venderse o el tiempo elegido, esos últimos días del verano plácido cuando acecha ya septiembre y se acaba el paraíso. Quizá sea esa atmósfera del sueño de una noche de verano donde todos los personajes enloquecen un poco para luego a la luz del día recuperar la cordura. Quizá sean diálogos especiales: Cómo volverás esta noche a tu casa. Volveré pensando en ti… Quizá todo cambia cuando se va la luz, y todo queda en la penumbra. Quizá es el alcohol que suelta nuestras lenguas. Quizá es lo difícil y complejas que son las relaciones: entre madre e hija, entre amores no correspondidos, entre amigas…

Todo gira alrededor de tres potentes personajes femeninos, perfectamente acompañados por tres personajes masculinos que permiten conflictos y reflexiones. Seis actores les dan vida. El personaje de Mia Farrow refleja la inestabilidad emocional y la fragilidad; el de Dianne Wiest contrasta por su dulzura y por vivir un momento de crisis personal, pero a la vez enfrentarse a la vida con fuerza; y el de Elaine Stritch es una mujer arrolladora que vive sin frenos ni miedo (y por eso cree que puede comunicarse con el más allá, empapada en alcohol, porque nada muere), ella lo tiene claro ante los obstáculos de la vida dura: sigue adelante. Y frente a ellas pululan el profesor maduro enamorado (Denholm Elliott); el intelectual perdido y frustrado (Sam Waterston), que desatará el conflicto entre las dos amigas; y el científico (Jack Warden) que piensa que nada somos frente a la inmensidad del universo, que todo es aleatorio, que todo puede extinguirse y que nada puede hacerse…, más que vivir.

Se dice que Woody Allen dio muchas vueltas al rodaje, que quiso repetir secuencias una y otra vez e incluso cambió a actores para obtener lo que quería. La casa es mágica, cobra vida; y la luz que consigue el director de fotografía Carlo Di Palma impregna todo de una atmósfera entre realidad y ensueño.

En Septiembre solo hay que dejarse llevar por la luz de una vela, y una melodía de fondo.

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15 comentarios en “Septiembre (September, 1987) de Woody Allen

  1. Parece que «September» te gusta, Hildy. Pero voy a disentir. En mi opinión, las películas hay que verlas como un todo. De nada sirven los aciertos parciales como en este caso la bella fotografía de Carlo di Palma, si luego fallan todos los demás elementos esenciales. Probablemente estemos ante la peor película de Woody Allen. Y no es sólo poque Allen «le diera muchas vueltas, al rodaje» como bien dices, sino que, en una decisión sorprendente e inedita, la volvió a rodar entera del primer al último plano. Esa polémica y gravosa decisión muestra muy a las claras que el genio neoyorquino no estaba nada satisfecho con el material que estaba manejando. La segunda vez que la rodó, si, cambió actores, pero como no hay peor ciego que el que no quiere ver, se negó a reconocer que los problemas estructurales de este proyecto eran fundamentalmente de guion. Y eso es algo muy raro en el. Porque estamos hablando del mejor guionista del mundo, y de un hombre cuya lucidez le ha hecho cortar en la, sala de montaje multitud de escenas por las que otros directores y guionistas hubieran asesinado literalmente. Allen suele ser implacable y profundamente autocritico. No es raro, porque se podría decir que en la cumbre de la cinematografía mundial, desde hace muchos años, ya nadie le hace sombra y compite consigo mismo. Pero en «Septiembre», por alguna razón que se nos escapa, no supo ver los errores que había cometido en su libreto. Como te podrás imaginar, yo no soy «script doctor», pero en mi opinión el problema de base es que quiere mezclar elementos demasiado heterogéneos en un guión muy escueto. La influencia chejoviana y de Bergman es muy evidente, pero no casa muy bien con la naturaleza extrovertida de lo que representa el personaje de Elaine Strich. Esa historia suya que, como bien apuntas, es el calco del extraño asesinato del amante de Lana Turner, el gangster Johny Stompanato por parte de Cheryl Crane, la hija de la estrella, no mezcla muy bien con el tono bucólico, elegiaco y de amores otoñales que tendría que haberse impuesto a simple vista. Esa mezcla de relato ruso decimononico, intimismo sueco y crónica negra hollywwodiense, al menos aquí, mezcla muy mal. Hay escenas que bordean lo pintoresco. Me refiero a un momento en el que Dianne Wiest esta resistiendo estoicamente el cortejo amoroso de uno de sus pretendientes (creo que de Sam Waterston) y justo en el exterior hay un relampago que anuncia tormenta. Esta todo orquestado de una manera tan forzada y artificiosa que parece más una parodia de Chejov que un homenaje al maestro ruso. Y estoy seguro de que Woody Allen era muy consciente de ello pero no supo esquivar ese obstáculo. No hay que olvidar que estamos hablando de un mago del humor. Y quizás su inconsciente le jugo una mala pasada. Porque son varios momentos de «September» en los que a uno le invade esa sensación. Pero, en definitiva, demasiados elementos dispersos en una película que, para colmo, es la de más corta duración de toda su carrera.
    Pese a su título shakespeariano, la película más chejoviana de Allen es «La comedia sexual de una noche de verano», obra poco apreciada en su dia, pero que merece una revalorizacion.

    Besos.

  2. Pues, querido Deckard, argumentas bien el porqué te parece September una de las peores de Allen. Sin embargo, ya sabes los misterios del cine y la literatura… A veces nos llegan por los caminos más insospechados, y lo que miras como algo negativo, a mí me llega como un acierto. Quizá me dejé llevar por esa atmósfera entre realidad y ensueño, me metí de nuevo en esa casa, y bajo esa luz de la vela, fui embrujada por cada uno de sus personajes. Efectivamente me enganchó y, sí, me gustó. El cóctel de personajes y su mezcla a mí me enredó. Pero que conste que me parece muy interesante también todo lo que argumentas en contra. De hecho, es cierto que no es solo una de sus películas menos recordada, sino también una de las menos valoradas entre aquellos que disfrutan con su obra.

    Beso
    Hildy

  3. También tengo que decirte que con Woody Allen el nivel de exigencia es mayor. Cuando mayores son las expectativas, mayor es la decepción. No se como fue la primera vez que la viste, pero seguro que tenías las expectativas bajas y por eso no te pareció tan mala. Yo también suelo reaccionar asi y la mayoríia funcionamos así, como la madre que defiende a su oveja negra. Pero por alguna razón, en este caso si que coincidí con la mayoría y le vi los defectos. No obstante también cabría decir que «cualquier Allen menor es una obra mayor». Me pasa con algunas otras de las suyas, aunque, personalmente, a esta no le encuentro demasiados argumentos en su defensa…..

    Ya me he leído su autobiografía «A propósito de nada». Muy divertida y reveladora. Lectura imprescindible. Como es lógico, dedica mucho tiempo a explicar los detalles de su guerra personal con Mia Farrow. Para mí, lo que demuestra que Woody Allen es una persona integra es que si hubiera aireado o incluso denunciado ante los tribunales algunas de las cosas alucinantes que cuenta aquí sobre ella, la podría haber aplastado hace mucho tiempo. Sin embargo, no lo ha hecho más que ahora porque Farrow no le ha dejado otra opción que defenderse al estar entre la espada y la pared.

    Besos.

  4. Umm… no creo haber visto esta película. Este período de Allen se funde en mi memoria por la reaparición de una suerte de elenco estable y por una paleta de colores que se repite, sumado a que como vos, las habré visto alguna vez por televisión (sí tengo bien claro mi recuerdo de «Días de Radio», película que adoro). Pero me interesa repasar esas películas para distinguirlas.-
    A mí también me atraen las memorias de Allen, están en formato audiolibro leídas por él mismo, eso debe ser un lujo…
    Un beso enorme, Bet.-

  5. Sí, «Días de Radio» es una preciosidad, mi querida amiga Bet. Y además tanto en Hannah, como en Septiembre y en Días me parece que está maravillosa Dianne Wiest, una actriz de rostro que genera paz con personajes que me gustan mucho en estas tres películas. Ya os contaré cuando pueda leerme las memorias.

    Beso
    Hildy

  6. Mi querida Hildy, me paso por aquí para desearte un buen, qué digo, un gran verano. Te lo digo sin la mascarilla puesta. «Septiembre» es una gran película con una gran sensibilidad y grandes interpretaciones. Te podría decir que yo pasé por los mismo que Mia (su personaje), nada de lo que está pasando entre ella y el viejo Woody, claro. Habría que hablar de las películas de Woody que pasaron sin pena ni gloria, donde tanto los críticos como los espectadores les dieron larga. Incluso el título me gusta. Aquí Woody hizo una versión dramática, aunque no lacrimógena, del luctuoso escándalo que conmovió a Hollywood a finales de los años cincuenta, protagonizado por Lana Turner, su hija Cheryl Crane y su amante Johnny Stompanato (vaya apellido, me dan ganas de acabarlo con una rima). Como bien dices, en esta película circula el espíritu chejoviano, sobre todo “El jardín de los cerezos” que fue el último drama escrito por el maestro de la melancolía. El argumento deriva de los estados de ánimo de los personajes. El propio jardín se puede considerar un personaje más de la obra (en el mismo sentido que lo es la casa en “Septiembre”). Carlo Di Palma, el director de fotografía dijo de esta película: “Siempre que me hablan del cine de Woody Allen, yo hablo de Septiembre. Porque, para mí, se trata de una película extraordinaria.”

    Un fuerte abrazo, mi querida Hildy.

  7. Mi querido Francisco, qué alegría más enorme leerte. ¡Me encanta que te hayas pasado de nuevo por aquí! Sí, el título de la película es precioso. A mí también me parece que esconde una sensibilidad especial. Me gusta mucho la frase que compartes con nosotros de Carlo Di Palma. Hay muchas cosas que me gustan del cine, pero una, sin duda, tiene que ver con algo que dices en el comentario. Y es esa identificación o empatía que podemos sentir por un personaje.
    La verdad es que hay mucho que contar de lo que ocurrió en la vida de Lana Turner. Es como si la actriz se hubiese metido durante su vida en uno de esos melodramas que interpretó en el cine.
    Lo dicho, me encanta leerte de nuevo.

    Beso
    Hildy

  8. Mi querida Hildy, las memorias de Allen me han creado una sensación ambivalente. Me han gustado y al mismo tiempo se me hacen cortas, invierte mucho espacio en tratar el famoso asunto de Dylan (lo que para mí era innecesario, puesto que nunca ha habido «asunto Dylan» salvo en la imaginación de algunas) y anda algo escaso de aquello que podría esperarse de libros de memorias, anecdotarios suculentos, sucedidos ocurrentes, misterios desvelados, secretos puestos a la luz… Lo que cuenta está bien, a ratos es divertida y, en especial cuando habla de su infancia y primeros pasos en el espectáculo, apasionante. Pero me han sabido a poco.

    La película me parece muy intereante. No creo que sea, ni de lejos, lo peor de Allen (Barcelona, Roma o Conocerás al hombre de tus sueños son el podio indiscutible de esta clasifición oficiosa); es más, es una película que crecerá con el tiempo, y las particulares circunstancis de la repetición de su rodaje quedarán en simple anécdota. Naturalmente, es una película que, como ya ocurrió con Interiores, choca con la expectativa cuadriculada de un público que lleva bastante mal que le corrijan las etiquetas que adjudica gratuitamente, que es muy poco flexible a la hora de aceptar propuestas arriesgadas y sorprendentes de aquellos a los que ha colocado en terreno seguro y previsible. Septiembre rompe con esa imagen, y lo hace para bien.

    Por supuesto, cuando leas a Allen verás que en cuanto a Septiembre (y muchas otras de sus películas, algunas de las más aplaudidas entre ellas) comparte esa sensaciòn de obra no completada a su gusto, de experimento frustrado, de error. Pero también hay que tener en cuenta que no ve sus propias películas una vez terminadas, y que el juicio soberano siempre corresponde al público, para bien y para mal. Para mí, en cuanto a público, se trata de una gran película.

    Besos

  9. Woody Allen tenía que hablar en sus memorias del «asunto Dylan» porque por desgracia, esa cuestión ha emponzoñado su vida y su trabajo a niveles insospechados a escala universal. Su silencio hasta el momento había, sido muy elegante pero le ha ayudado muy poco. Con lo que cuenta de Mia Farrow en su Autobiografía podría haber aniquilado a Farrow en dos días y haber limpiado su imagen, pero no lo hizo porque no lo consideraba decoroso. Y eso le puede aniquilar. Farrow ya ha conseguido se pararle de sus hijos aniquilar su imagen publica y hacer añicos el contrato de producción que Allen había firmado con Amazon. Y esto todavía no ha terminado. Podría ir a peor. Por eso considero que Allen hace bien en defenderse, aunque sea tarde.
    Y en cuanto a «Septiembre» no se, si es su peor película («A Roma con amor», en efecto, es terrible) pero desde luego yo la pondría en la cola. Puede que el hecho de volver a rodarla enterita a algunos les pueda parecer anecdotico pero para mí no lo es en absoluto. Es más me parece profundamente significativo. Habría que preguntarles a los productores. Que opinariais si fuerais los productores y os viniera el director diciendo «mira, oye, que es que no me ha gustado como ha salido. Creo que puedo hacerlo mejor. Vamos a rodar de nuevo.»? A mi, desde luego, si me vinieran con esas desde luego esa actitud me parecería poco profesional. Ni siquiera Kubrick se permitió jamás semejante chulada. El hecho de que Woody Allen lo hiciera no nos extraña demasiado porque el siempre ha sido serio en su trabajo y nunca ni antes ni después ha tenido un comportamiento semejante. Además sus presupuestos son bajos ya que utiliza a grandes estrellas que cobran el salario mínimo y no es un derrochador. Pero en el caso de «Septiembre» como mínimo eso tuvo que suponer duplicar costes. Quien puede permitirse semejante lujo? El que se lo permitieran habla muy bien del prestigio de Allen y del crédito que tiene en la industria. De lo que no habla muy bien es del material de base de «Septiembre.» Porque la culpa ahí no era no de los actores ni de un electricista o de un tramoyista que generarán un mal ambiente en el primer rodaje. El fracaso de «Septiembre» se debe clarisimamente a un guión deslavazado. Cuando algo te sale mal la primera vez y controlas todos los hilos puedes echarle la culpa a las circunstancias, pero cuando a este nivel te dan una, segunda oportunidad y la desaprovecha no puedes mirar hacia otro lado. Allen se obceco con esta historia y perdió. No pasa nada, pero resulta bastante obvio. El propio director lo ha reconocido tácitamente, sólo que no puede decirlo a las claras porque la gente de lo echaría en cara siempre. Y hasta para eso hay que ser hábil.
    Besos.

  10. Mi querido Alfredo, me han dicho ya muchas cosas sobre el libro, y a personas que tenían tantas ganas como yo de leer estas memorias estas no han cubierto sus expectativas por los motivos más variados. Entre otras cosas, por algo que me hubiese interesado enormemente, y es un análisis exhaustivo de su propia creación y su forma de escribir guiones o rodar, o cómo construye sus personajes, conocer más de sus fuentes, gustos y bagaje cultural… Y por haber contado más cosas de sus rodajes y películas. Por cosas que me han contado creo que el libro es sincero, pues le refleja con sus luces y sus sombras.
    Respecto a la historia con su hija adoptiva Dylan Farrow, está claro que es muy difícil dilucidar la verdad de lo que realmente ocurrió. De hecho, a Woody Allen nunca se le ha llegado a juzgar por falta de pruebas concluyentes que demostraran la acusación, pero es algo que nunca se ha resuelto ni acabado. Dylan que ya es una mujer madura últimamente ha reivindicado más que nunca su verdad. Es un tema, a mi parecer, muy delicado y me es difícil aportar una opinión tajante. Creo que la gran perjudicada en esta historia es la propia Dylan Farrow, y pienso que tanto Mia Farrow como Woody Allen (si realmente como dice nunca hizo nada) no han pensado nunca en el bienestar psicológico y emocional de su hija. Creo que los dos la han utilizado como arma arrojadiza en una separación difícil y compleja. Y, sí, sé que en las memorias dedica bastantes páginas a este tema.
    Con todo, con este tema surge una reflexión difícil: un artista puede crear cosas maravillosas, y, sin embargo, no ser un tipo de vida ejemplar o perfecta, sino con muchas sombras. Por otra parte, el saber más de un creador, tanto su vida pública, como la creativa y la privada, permite mirar y comprender desde muchos puntos de vista su obra.
    Por otra parte efectivamente haría una sesión doble de «Interiores» y «Septiembre», me parecen dos propuestas arriesgadas de Woody Allen, y muy interesantes para analizar y mirar.

    Beso
    Hildy

  11. Querido Deckard, respecto «Septiembre» has argumentado en los distintos comentarios por qué no te ha gustado. Y como te dije me quedan bastante claros los motivos. Sin embargo, últimamente estoy viendo otra vez sus películas denominadas serias, tipo Interiores, Septiembre u Otra mujer, y me parecen propuestas bastante ricas, con muchos matices. Me encanta también cómo emplea la tragicomedia en Delitos y faltas, Blue Jasmine o Irrational Man. Incluso me interesó bastante una muy olvidada de su última etapa, El sueño de Casandra. Todas muestran la riqueza de registros en los que Allen como director se mueve, más allá de la comedia.
    Me gusta el análisis de toda su obra porque hay luces y sombras de los seres humanos, humor, reflexiones sobre la vida y el arte, está presente el azar y el más allá, no faltan lágrimas, ni la complejidad de las relaciones humanas, está muy presente la música, los cantos de amor a ciudades o a otros artistas que han influido en su vida… Y, por supuesto, y es inevitable, dentro de esa extensa obra hay propuestas redondas y geniales, algunas solo buenas, otras regulares e incluso hay fallidas. Pero en estas últimas yo siempre he logrado encontrar el personaje o el diálogo que me recuerda por qué me gusta. Y todas construyen una coherencia.

    Beso
    Hildy

  12. Si he subrayado lo que no me gusta de esta película no es por llevarte la contraria ni por refutarte, porque el texto que has escrito, Hildy, me ha gustado y valoro que tú siempre por lo que parece, intentes ver siempre el vaso lleno o medio lleno. Eso te honra. Y yo también valoro muy positivamente la vertiente dramática de Woody Allen. Es más, considero que está por encima de la cómica. Una de mis películas favoritas de toda la historia es «Hannah y sus hermanas» que aunque básicamente es un melodrama, se podría encuadrar dentro del marco de su obra dramática. «Interiores» es una película que me gusta mucho porque tiene valores estéticos y narrativos considerables, y eso que en su día sí que fue un giro mucho más brutal en su carrera que el que significó «September»que, aunque considero que es fallida, estuvo realizada en una época en la que el público estaba más predispuesto a ver a un Woody Allen más dramático. «Otra mujer» también me parece una obra muy notable. Me resulta muy similar a esas pequeñas joyas que Ingmar Bergman realizó en los años 50 o en los 60 como «El Silencio» o «El rostro», que nadie sabía muy bien lo que querían decir pero que eran como pequeñas obras de cámara que ejercían un notable poder de fascinación. «Otra mujer» es una película que respira mejor que estas otras, y es otra cosa, porque, a fin de cuentas, Estocolmo no es Nueva York, pero está claro que ese espíritu bergmaniano está ahí.»Blue Jasmine» es otra que tengo ganas de recuperar. En su día me gustó y todos quisieron ver ahí una inspiración basada en tu querido Tennessee Williams, pero la crítica tampoco fue demasiado entusiasta. La recepción fue positiva pero no pasó de ahí. «Irrational man» también me gustó. Sobre esta última quiero decir algo. A mi juicio, tanto «Irrational man» como «Match Point» y «El sueño de Cassandra» conforman lo que yo llamaría su «trilogía del pesimismo.» Porque las tres tienen un sustrato común muy evidente. En ellas, la negrura del mensaje de Allen parece decirnos que el mal tiene siempre todas las de triunfar. La más redonda de ellas es «Match Point» y en ella se nos vendría a decir que vivimos en un mundo en el que para ascender de la nada a la cúspide de la pirámide social, lo único que renta es el asesinato.Lo mismo pasa en las otras dos. Y aunque, el final de «El sueño de Cassandra» es más pesimista que el de «Match Point» la tesis viene a ser la misma: que en las élites de la sociedad nadie pregunta quien paga las facturas, sino que el prestigio proviene del hecho de poder pagarlas. Es una crítica feroz al materialismo occidental. Nadie pregunta de dónde viene el dinero, sino que lo importante es que lo tengas, independientemente de como lo hayas conseguido. En esta trilogía la inspiración viene más bien de Dostoievski y Nietzsche que de Bergman o Chejov. Aunque a priori «Match Point» y «El sueño de Cassandra» tiene muchos puntos en común porque ambas están rodadas consecutivamente y en Londres, en realidad esta última se empareja más con «Irrational man»; por mucho que esta esté ambientada en Estados Unidos. En realidad, se da una profunda injusticia cuando el público actual parece despreciar la obra reciente de Allen descalificándola en pocas palabras. Si juzgamos por las películas que ha realizado en la última década veremos un abanico de propuestas que, si hubieran sido realizadas por otro realizador cualquiera (que más quisieras, Wes Anderson), se hubiera situado al frente de la cinematografía internacional. Cito a voleo: «Café Society»; «Magia a la luz de la luna»; «Blue Jasmine» o incluso «Un día lluvioso en Nueva York» Incluso dentro de sus propuestas «turísticas» hizo la deliciosa «Midnight in Paris», un prodigio de imaginación y buen gusto. Y es que creo que no acabamos de ser conscientes de que estamos ante un creador de primer orden al que nos hemos habituado demasiado. Ya no valoramos el mérito de lo que hace. Es cierto que, en muchos aspectos, solo compite contra sí mismo, pero eso no le resta grandeza a su filmografía, sino que debería hacer que la valoráramos más y más teniendo en cuenta las dificultades personales que arrastra que podrían haberle encogido y hacerle recluirse en casa al estilo Greta Garbo o al de Norma Desmond.

    En cuanto al «asunto Dylan», Hildy, tampoco quería decir mucho más al respecto. Es cierto que es un tema muy delicado. Eso es evidente.Tan solo añadir que lo que a mi me hace creer en lo que dice Allen es, precisamente, eso que tu reivindicas, Hildy. Es decir, el hecho de que él no haya querido convertir esto en un circo mediático para no perjudicar más a sus hijos. Resulta evidente que Allen se ha mantenido muy silencioso en este asunto, hecho que algunos y algunas intolerantes han querido interpretar como un silencio que delata a alguien culpable, algo que me parece profundamente injusto. Como era evidente, Allen llevó el asunto a los tribunales porque no podía tolerar que alguien quisiera destrozar así su carrera profesional y su imagen pública. Pero más allá de eso ha sido discreto. Incluso ahora solo ha hablado a través de sus memorias como efecto del hecho de que Jeff Bezos rompiera unilateralmente su contrato con él por varias películas (los tribunales le han hecho pagar por ello) y al negarse a distribuir «Un día lluvioso en Nueva York». Allen de repente se vio mano sobre mano y quiso llenar su tiempo escribiendo su autobiografía. Si no llega a ser por eso, a lo mejor la versión de los hechos de Allen nunca hubiera quedado plasmada negro sobre blanco. Y la verdad es que escribe cosas muy reveladoras sobre lo sucedido. Hechos que de ser sabidos por la opinión pública hubieran llenado los titulares de prensa durante años. Pero si Woody no lo hizo fue precisamente para no montar más circo mediático ni para hacer más sangre con este tema. Cuando leas, Hildy, «A propósito de nada», te darás cuenta de que aquí ha habido gente que ha querido hacer daño dando una versión sesgada, parcial y manipuladora. Si gente como yo o muchos otros estamos posicionados a favor del director, no es solo porque nos gusten sus películas (no sería excusa) sino porque sospechábamos que las terribles acusaciones que se lanzaban sobre él eran sesgadas y lanzadas con demasiada alegría. Ya sabemos que Woody Allen no es Ghandi, ni falta que hace, pero lo cierto es que aqui hay otros asuntos muy oscuros de esa vida familiar que dejan en mal lugar a otras personas que no son él y que él había mantenido en secreto por prudencia y discreción. Ya lo verás.

    Bueno. No añado nada más. Un saludo.

    Besos.

    Deckard.

  13. Solo no he visto 4 películas de Woody Allen y “Septiembre” es una de ellas. Recuerdo que cuando se estrenó, una conocida muy aficionada al cine en general y al de Allen en particular, la describió como “aburrida”. Y siempre que he leído sobre ese film este adjetivo aparece. Otro que le suele acompañar es “fallida”. Es curioso que mientras otras obras del director se han podido ver en televisión con cierta facilidad, no recuerdo ningún pase de “Septiembre”. Como si la propia decepción del autor con su obra la hubiese mantenido en la sombra, cuando no en el olvido.
    Siempre que leo entrevistas de Allen parece hablar siempre con cierto desdén de su obra. Afirma que se le da bien hacer comedias pero que no llega a la altura de sus referentes, Bergman y Fellini. No sé cuánto de esa displicencia hacia la propia obra es cierta o tiene algo de pose. La obsesión que mostró con este “Septiembre” que volvió a rodar íntegramente con diferentes intérpretes, demuestra que si se toma muy en serio sus películas.
    No sé si queda nada de la primera versión del film pero a mí me apetece más ver una película con Maureen O’Sullivann, Charles Durning y Sam Sheppard que la versión actual con Elaine Stritch (excelente actriz y una reina de Broadway pero que no tiene el aura de Hollywwod clásico de O’Sullivan), Denholm Elliott (uno de esos actores británicos de prestigiosa carrera teatral como Ian Holm, Ian MacKellen, John Gielgud o Alec Guiness, que jamás diré que no sean buenos pero que nunca me apasionan) y Sam Wasterston, un buen actor muy “alleniano”, pero el otro Sam, Shepard, me parecía un tipo apasionante, aparte de un hombre guapísimo
    En fin, que no he visto la película, la tengo pendiente y con ganas, pero me gustaría que alguna vez se recuperara esa primera versión inédita y no sé si desparecida.
    Feliz semana Hildy.

  14. Querida Lilapop, ¡coincidimos totalmente con Sam Shepard, que además también me gusta mucho como actor! Y, sí, qué hermoso era.
    Jo, me has puesto los dientes largos, sería precioso poder ver las dos versiones de Septiembre. La verdad es que no tengo ni idea de si la primera versión ha desaparecido o no.
    Además hubiera sido bonito otra vez ver a Maureen O’Sullivan con su hija Mia Farrow como en Hannah y sus hermanas.
    «Interiores» me gusta mucho.

    Beso
    Hildy

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