Diccionario cinematográfico (206)

elconsejero

Abogados: profesión también muy cinematográfica y mil veces visitada en una ristra de fotogramas. Abogados y abogadas abnegadas, amantes de su profesión. Cansados, exitosos, fracasados… Abogados que cruzan la senda y se corrompen. Abogados y su vida cotidiana. Abogados ante dilemas morales. Abogados ante la sala de juicios… Y un montón de buenas películas.

El último abogado que he visto en la pantalla ha sido en El Consejero, anómala pero interesante película del denostado Ridley Scott, con rostro de Michael Fassbender. Un abogado que arrastrado por la codicia y por querer alcanzar una vida de lujo junto a la mujer amada, termina metido con uno de sus clientes en un negocio de drogas de funestas consecuencias. Así pasa del éxito, la seguridad y un futuro brillante a una caída en picado, al sudor, a la lágrima y el vómito…

Y es que la corrupción ha dejado a abogados que se salieron con la suya o terminaron con el peor de los finales. Un recuerdo para tres de ellos: el abogado cocaínomano con rostro de Sean Penn en mi amada Atrapado por su pasado de Brian de Palma. A un Humphrey Bogart, cuando todavía no tenía roles de protagonista pero ya apuntaba maneras, como abogado corrupto y malvado que arrastra a James Cagney por el mal camino en Ángeles con caras sucias de Michael Curtiz. O un John Garfield, abogado que trabaja para un hombre que se ha enriquecido y se enriquece gracias al negocio ilegal de las apuestas clandestinas… en una joya olvidada como La fuerza del destino de Abraham Polonsky.

Pero al otro lado se encuentran abogados que aman su profesión y llegan también a situaciones extremas precisamente por tratar de ejercer correctamente su profesión. Y el abogado profesional e idealista por excelencia es Atticus Finch con el rostro de Gregory Peck en Matar a un ruiseñor de Robert Mulligan. Y su defensa a ultranza de un inocente, un hombre negro, en un caso complejo en una sociedad sureña y racista. Y este mismo actor se convertiría también en abogado enamorado capaz de saltarse reglas de su profesión por defender a la mujer que le hace perder la cabeza en una de las películas más románticas y menos comprendidas de Alfred Hithcock, El proceso Paradine.

Otro abogado que ejerce con profesionalidad su labor y que bajo su apacible apariencia de cordero se esconde todo un león que ruge en la sala de juicios es un maravilloso y ambiguo James Stewart en Anatomía de un asesinato de Otto Preminger. Que además filma uno de los enfrentamientos más emocionantes y tensos entre un abogado y un fiscal.

Pero hay un abogado criminalista londinense difícil de olvidar, que arrastra serios problemas de salud pero sabe que un buen caso es lo que le devuelve la vida… Es perro viejo que no pierde la capacidad de sorprenderse por los seres humanos a los que defiende. Y perro viejo que descubre que no se las sabe todas… Tiene el rostro de Charles Laughton y vive en una película que no te cansas de ver, Testigo de cargo de Billy Wilder.

Después está el desencantado y alcohólico que sin embargo vuelve a renacer como un ave fénix cuando se encuentra ante un caso de flagrante injusticia. En principio un caso rutinario y por dinero… se convierte en una oportunidad de recuperarse como persona y profesional. El rostro desencantado y cansado de Paul Newman regala una buena película como Veredicto final de Sidney Lumet.

Y también hay abogados y abogadas que se encuentran ante complejos dilemas morales. Uno de los más impresionantes es el que vive la abogada con rostro de Jessica Lange en La caja de música de Constantin Costa-Gavras. Una prestigiosa profesional que ejerce en EEUU tiene que defender a su padre húngaro de una acusación de ser un criminal de guerra en la Segunda Guerra Mundial. En un principio está segura de que es un error burocrático…

Por supuesto también en el mundo de la abogacía entra el humor y la guerra de sexos y el mejor ejemplo nos lo da George Cukor con La costilla de Adán donde un matrimonio de abogados (Spencer Tracy y Katherine Hepburn) se enfrentan en los juzgados (y afecta a su vida cotidiana) en un caso determinado: una mujer que ha disparado fallidamente para matar a su marido y a su amante.

También los abogados protagonizan trepidantes intrigas, que se lo digan a la abogada de oficio (cansada muy cansada) con rostro de Cher que le asignan en el último momento, antes de tomarse unas necesitadas vacaciones, la defensa de un sin hogar implicado en un asesinato. Así tenemos Sospechoso de Peter Yates donde todo no es tan fácil ni tan claro como parece…

¿Cuál será el siguiente abogado o abogada que aparezca en nuestras pantallas…?

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