El manantial (The Fountainhead, 1949) de King Vidor

Ésta es de esas películas que tienen mil y una lecturas. Empecemos en plan laberinto a bailar entre interpretaciones.

Director de prestigio como King Vidor. Actores de la talla de Gary Cooper, Raymond Massey, Kent Smith o Robert Douglas. El descubrimiento de una nueva estrella del firmamento, la siempre interesante Patricia Neal. Música del maestro Max Steiner. Impecable uso de la escenografía y del blanco y negro.

Resultado: melodrama tórrido de finales de los cuarenta con variadas connotaciones sexuales.  Ésa puede ser una primera lectura. Un hermoso hombre encuentra una hermosa mujer (complicada mujer, todo hay que decirlo, yo a veces me pierdo con ella a profundidades que no entiendo) y desde su primera mirada saltan chispas. Pero el amor no es posible. Y entra el tercero en cuestión, un Raymond Massey (en un papel complejo pero bien resuelto, está fantástico) que no impide que se apague el amor entre ambos…, pero para más inri, Massey se convierte en el mejor amigo del hermoso hombre y se enamora profundamente de la hermosa mujer. Y para dar más rizo al rizo, la hermosa mujer y el hermoso hombre sienten enorme cariño hacia el tercero en cuestión. ¡¡¡Dios mío, Dios mío!!!

Destacar de esta primera lectura: ¡¡¡realmente hay una química increíble entre el viril Cooper (que hubiera estado mucho mejor en este papel a principios de los años treinta, vamos cuando conseguía que la mismísima Marlene Dietrich le siguiera por los siglos de los siglos por el desierto) y la joven y solida promesa cinematográfica, Patricia Neal.

Conclusión: cotilleo hollywoodiense la pasión traspasó la pantalla…, ambos ya estaban protagonizando tórrida historia que les descolocó por los siglos de los siglos, sobre todo a Neal.

Segunda lectura: el hermoso hombre es un arquitecto demasiado moderno e incomprendido por todos. Las obras arquitectónicas y cinematográficas del hermoso hombre se parecen bastante a las del arquitecto Frank Lloyd Wright. Tanta modernidad del artista que además no cede nunca a que se altere su obra original, le trae problemas. La genialidad no está bien vista. Y tiene enemigos por doquier. La gente no está preparada para su interpretación de los edificios. No casa con los gustos del momento. Y todo el mundo, prensa y opinión pública se abalanzan sobre él. Ya se lo avisó su compañero de estudios, que va con todas las modas y por eso obtiene prestigio y fama, cede y da lo que te piden. Pero el hombre hermoso es íntegro con lo que ama hacer y nunca cede hasta que poco a poco se va aceptando su estilo y su forma de entender los edificios. Nunca decaé. El hombre hermoso ve como se cargan su obra arquitectónica, su proyecto, y toma decisión drástica que le traerá problemas con la justicia. Pero él explica que es genial y que los genios siempre han sido incomprendidos, vilipendiados, perseguidos e insultados…, y entonces convence a un jurado que escucha su elaborado discurso.

Conclusión: El manantial puede ser una defensa a la genialidad y creatividad de los artistas que no deben dejarse llevar por modas o gustos de épocas e innovar sin cansancio. Y también una defensa a la integridad de la obra del artista, a que es una obra del creador y por lo tanto no tiene que ser modificada. Si se modifica, se atenta contra la libertad y creatividad del artista.

Tercera lectura: el cine es un medio de comunicación, un instrumento que puede transmitir ideas, conceptos, ideologías, pensamientos, propagandas, interpretaciones, puntos de vista…, y ésa es la razón por la que nació El manantial que no es más que la adaptación de una de las novelas  de la filósofa e ideóloga Ayn Rand. La mujer en cuestión huyó de la revolución bolchevique y su exilio la llevó a EEUU y allí entre otras cosas creo un sistema filosófico llamado el Objetivismo. Rand defendía el absoluto individualismo del ser humano, realizaba odas al egoísmo humano y miraba con muy buenos ojos al sistema capitalista (la intervención del Estado ni verla). Además, de hacer obras filosóficas quiso llevar su pensamiento a la ficción y se convirtió en autora de libros de ficción de éxito, uno de ellos El manantial. Cuando se compraron los derechos del libro para ponerlos en imágenes, ella se convirtió en guionista de su propia obra y no permitió que cambiaran ni una coma (aunque al parecer no se quedó muy satisfecha con el resultado).

Conclusión:… a entonces es la historia de un superhombre con un par de huevos que no se deja aplastar por la masa mediocre y por sus compañeros parásitos, que lucha sólo por él mismo y su obra y que le trae al pairo lo que le rodea, nadie tiene por qué intervenir en lo que hace. Porque todos opinión pública, masa, políticos…, todos son corruptos, todos buscan poder corrompido. Lo que pasa es que se cruza por su vida la mujer hermosa, pero que le entiende muy bien y le deja libre y para ello se casa con uno que se cree poderoso pero que no lo es, vamos que se ha dejado arrastrar por la corrupción, por los mediocres, y claro, cuando se encuentra ante un hombre íntegro, su manera de pensar cambia totalmente y se descubre para su horror parásito…, él sabe que el superhombre sólo tiene ojos para su mujer. Bueno, a lo mejor cojo y como soy un fracasado pues me aparto del camino. Y el viril, egoísta, íntegro como él solo, genial arquitecto será el que se lleve a la chica (que siempre ha sido algo complicada pero es que también es genial) y construirá para siempre edificios como le salga de los mismísimos y cuidadito con que alguien le toque las narices porque su edificio es su edificio y lo demás importa un huevo. Yo siempre íntegro. Íntegro. Y no se crean que los hombres que hacen que tenga una carrera, que construya como le sale de donde le salga, son curiosamente hombres muy ricos hechos a sí mismos, que saben lo que es ser genial y egoísta y le dejan construir y le ponen la pasta.