Desde allá (Desde allá, 2015) de Lorenzo Vigas

Desde allá

Desde allá. El título de la ópera prima del director venezolano Lorenzo Vigas es la esencia de su película y la mirada de uno de sus protagonistas. Armando (Alfredo Castro) se posiciona en la vida desde allá. Él mismo, por traumas que arrastra desde su infancia de las cuales solo se dan pinceladas, decide instalarse como espectador al acecho, como voyeur, y llevar una vida cuadriculada dentro de una estricta rutina. En una posición de clase media alta, y con un trabajo rutinario y artesanal pero que deja dinero (elaboración de prótesis dentales), sus necesidades básicas están cubiertas, otro cantar son sus necesidades emocionales, ahí por pura supervivencia se quedó atrofiado.

En su camino se cruza, en circunstancias violentas y adversas (esa violencia que acecha cada rincón, que se intuye en cada esquina de las calles de Caracas), un joven que vive en los márgenes, Elder (Luis Silva), y que sobrevive por instinto. Y Armando siente curiosidad (conecta por caminos extraños con el muchacho) y se aproxima a él, e incluso tira muros de su aislamiento, se resquebraja su atrofia… pero todo queda en un espejismo brutal: se vive más cómodamente y lo tiene todo más controlado desde allá… la contención de sus emociones le hace más fuerte. Y actúa creando un abismo más profundo y una incomunicación más cruel entre las distintas clases sociales. Es más fácil la atrofia de las emociones, duele menos.

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