La carrera de una niña, la importancia de los gestos en The quiet girl.
La cámara de Colm Bairéad no se separa de la niña protagonista, Cáit (Catherine Clinch), de nueve años. The quiet girl es una película de miradas y silencios. Bairéad ofrece una ópera prima que es un poema directo y conciso sobre una infancia dura. Son más importantes los gestos que las palabras para ir construyendo la historia. Y donde una carrera cronometrada de su protagonista para recoger el correo adquiere todo su significado y emoción al final de la historia. Colm Bairéad, desde la calma y la belleza de la Irlanda rural de los años ochenta, regala unos últimos minutos de emoción intensa. La niña tranquila realiza una carrera para expresar su amor. Y transmite una sensibilidad similar a la carrera de Joey Starrett (Brandon de Wilde) en Raíces profundas de George Stevens.
Cáit lo observa y sobre todo lo siente todo. Es una niña callada, tímida, que no expresa sus sentimientos, que prefiere pasar desapercibida en un entorno que es hostil. Vive en el seno de una humilde familia numerosa, donde su agotada madre está a punto de dar a luz y su padre no pone las cosas fáciles, nunca. La muchacha tampoco recibe el apoyo de sus hermanos y en el colegio no encuentra su sitio, sus problemas de aprendizaje y su actitud silenciosa no hace que sea muy popular. Cáit se siente invisible.
Ante la inminente llegada del bebé, los padres toman la decisión de mandar a Cáit a pasar el verano (o mucho más, no le queda muy claro) a casa de unos familiares de la madre. Su padre la deja allí sin un ápice de cariño, incluso olvida darle el equipaje, y ella se enfrenta sola a la incertidumbre. Nadie se ha despedido de ella. Entra en el hogar de los Kinsella (Carrie Crowley y Andrew Bennett), sin apenas conocerlos. Y Cáit realiza una serie de descubrimientos que darán un vuelco a su vida.
Los gestos que van teniendo los Kinsella le muestran a Cáit otra manera de hacer las cosas, otra forma de vivir el día a día. Y eso que los Kinsella también son un matrimonio con una herida profunda. Pero dentro de su casa la niña encuentra alimento, limpieza, enseñanza, cariño, ocio, autoestima y tiempo para pensar, tiempo para ella sola. La niña recibe cuidados, algo que no ha conocido hasta ese momento.
The quiet girl es una película tranquila como la niña del título, donde cuentan los detalles y los matices. Todo lo que la niña mira y siente. Lo que ve a través de las ventanas y puertas. Lo que escucha. A su padre bebiendo en el bar. Su madre de espaldas, crispada y agotada. Sus hermanas que la miran como si fuese un bicho raro, igual que sus compañeros de clase. Su opinión no cuenta ni nadie le interesa cómo está. Nadie parece la eche de menos y ella merodea por los alrededores en grandes paseos.
Con Eibhlín Kinsella el vínculo se construye enseguida. Eibhlín le proporciona cuidados y protección nada más bajarse del coche. Como le dice, en esa casa no hay secretos, no hay nada que ocultar ni vergüenza alguna. Sí, hay heridas y dolor, pero también respeto, cariño y amor. La relación con su marido Seán será más lenta, pero profunda y fuerte. Seán se muestra esquivo y silencioso, como Cáit. Todo da un giro cuando Cáit le acompaña un día a sus quehaceres en la granja y la niña como hacía en su casa desaparece en uno de sus silenciosos paseos.
Entonces vemos la angustia de Seán y cómo cuando la encuentra, la regaña diciéndole que no puede andar por ahí a su antojo. La niña siente de pronto que esa “figura paterna” se ha preocupado por su paradero, y aunque le choca el enfado, le hace acercarse más a él. Y este a partir de ese momento conecta más con la niña. Los gestos son silenciosos: una galleta encima de la mesa, trabajar juntos en silencio en las tareas de la granja, cronometarla mientras corre… Poco a poco van teniendo conversaciones sencillas pero profundas. Y este se preocupa por que la niña tenga su vestuario propio, la enseña a leer con tranquilidad, pasea con ella y solo emplea las palabras adecuadas. No hay problema si están en silencio.
Colm Bairéad se empapa de la Irlanda rural de los ochenta para su historia. Sus personajes hablan en gaélico y como material de partida toma un relato breve de la autora irlandesa Claire Keegan, Foster, traducido al español como Tres luces. El director cuida que todo sea bajo la mirada de Cáit. Si al principio la vemos oculta y tumbada entre la cosecha sin recolectar de los campos de sus padres al final el sol ilumina el rostro de una niña que corre y entiende el mundo que la rodea, aunque sea doloroso.
Cáit va madurando y cada vez se va sintiendo mejor en su nuevo entorno. No solo eso, sino que va entendiendo más el mundo adulto y la repercusión que tiene en ella. Recibe con una sensibilidad extrema, a través de una vecina cotilla, la gran herida que esconden los Kinsella. Pero también percibe cómo con la atención y los cuidados, su vida mejora. Si la niña ya era sensible, ahora además aprende a comprender. Y el aprendizaje también es duro. Sabe que la falta de amor y cuidados a ella le duele y afecta. The quiet girl es un canto a los pequeño gestos: a alguien que te peina repetidamente con cuidado o que limpia la mesa donde vas a comer o trabajar.
Pero sobre todo Cáit aprende a expresar, aunque sea sin hablar, el enorme amor que tiene para ofrecer. Solo le basta una carrera por un camino lleno de árboles para fundirse en un gran abrazo…
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Vaya Hildy querida, me llama mucho la atención esta peli de la que no tenía ni idea… La pena es que supongo que la has visto en cines, porque por ahora no está en plataformas, y en mi pueblo ni está ni se la espera.
A ver si funcionan mis contactos con la academia y puedo verla y te cuento.
Además no recuerdo haber visto ninguna peli en gaélico!
Un besazo!
Hola Hildy
No la he visto peroooo…
Te has ido hasta Raíces Profundas; yo en esa metáfora entre la carrera y el aprendizaje me pongo las zapatillas con aquel Forrest.
Y has pasado de puntillas por la polémica -tan actual- de si es pertinente, o no, apuntar a los «jovenes corredores» para los «Grandes Trofeos». A mí me parece que, sin desmerecer sus primeras correrías, es mejor esperar a ver como se desenvuelven en más terrenos.
Uff, demasiado esfuerzo, me voy a la ducha. Un saludo, Manuel.
PD. Tema del día: Tapón, Brendan, Michelle y Jamie Lee ¿Tendrá la Academía mala conciencia con las pelis de acción de ochentas y noventas?
Querido Manuel, sí, la acabo de ver en sala de cine. Por ahora no está en plataforma. ¡Ya me dirás si la consigues, qué te parece! A mí me pareció una película muy sensible, me emocionó. De silencios y miradas. La disfruté mucho, la verdad.
Beso
Hildy
Manuelllll, me encanta esa maratón que te has hecho por grandes carreras del cine. Y el tema de premios a pequeños actores es tema de lo más peliagudo.
Sobre el gran tema del día ¡no he visto todavía Todo a la vez en todas partes! Pero estoy a punto de hacerlo. Y así entender el fenómeno de esta película. Ay, lo de Tapón (Ke Huy Quan) me ha hecho ilusión. Me cae bien. Jajaja, sí, han sido oscars con sabor de los 80 y los 90, tienes razón.
Beso
Hildy
Hola Hildy. Solo te comento que he visto Todo a la vez en todas partes y me ha resultado insoportable. Si esto es lo mejor en la fiesta de Hollywood es que cada vez el gusto es mas deplorable. En fin, hoy he sentido que estoy desconectado del mundo actual.
The quiet girl no la he visto. Parece interesante.
Un beso oscarizado.
Jajaja, querido Luis, tiene pinta de ser muy friqui.
A ver si la veo. Tengo curiosidad.
The quiero girl es un película tranquila como reza el título, con una sensibilidad especial y una última secuencia para mí preciosa.
Beso
Hildy
Ya he visto The quiet girl y he leido tu detallado comentario. La has descrito muy bien. Es una pelicula de ritmo tranquilo que esconde un rico mundo interior. Y esa encantadora chica encuentra el cariño y los cuidados que no obtiene en su propia familia. Por eso el final es bello y triste.
Nos preguntamos como sera su vida en el futuro.
Un beso.
Queridísimo Luis, efectivamente, el final es bellísimo y triste a la vez. Fíjate que a pesar de los pesares, auguro un buen futuro a esa niña, pues ha madurado y aprendido mucho con ese cuidado y cariño recibido. Es una niña sensible e inteligente que sabe adaptarse a las dificultades. Solo que ahora sabe también aspirar a una vida mejor. Y va a correr… y luchar. Seguro.
Beso
Hildy
Hola Hildy!
Me apunto tu recomendación. Lo cierto es que a veces no sabe uno de donde sacar tiempo para ver tantas películas y demás, bueno, yo en mi caso le quito horas al sueño, no hay otra…jeje
Besos y buen finde!
Querido Fran, es una película que creo merece la pena. ¡¡¡Ya sabes que las películas siempre esperan!!! Tu duérmeme bien… Aunque es verdad que a veces merece la pena quitar horas al sueño para leer o ver una buena película.
Beso
Hildy
Con esta película tengo una historia de persecución que aún no ha terminado: me la perdí por un pelo en el festival de Sevilla donde competía por el premio del público a la mejor película (al final se lo llevó Tori y Lokita); por otro lado, es la única película que no he visto de las cinco nominadas a los Óscar a la mejor película extranjera (al final se lo llevó Sin novedad en el frente). Tarde o temprano la alcanzaré y la veré, sobre todo después de leer tu magnífica reseña.
Abrazos.
Querido Ethan, yo creo que The quiet girl cuenta una historia sencilla y bonita y la narra a través de silencios y miradas. Construye secuencias con mucha emoción. Es de esas películas que dejan un poso suave. Se mete perfectamente en los ojos de una niña de nueve años.
Claro que la alcanzarás, las películas siempre nos esperan… Jajajaja, a mí me esperan demasiadas en mi lista de largometrajes no vistos. A mí de esa categoría de los óscares me quedan todavía por ver Sin novedad en el frente y EO.
Gracias y beso enorme
Hildy
Otra que me falta, mi querida Hildy, y de la que he oído hablar bien, aunque no me gusta el título, o más bien, que usen otro título, y mencionas mucho el amor, y venga de amor, y más amor y… en fin. Pero me interesa el planteamiento y, para qué negarlo, Irlanda, en cuanto a puesta en escena, si no eres tuerto o inútil, siempre te regala media película.
Besos
Mi querido Alfredo, Irlanda está presente en la película. Jajajaja, yo y el amor, pero es que hay muchos tipos de amor en esta vida y muchas formas de amar. El planteamiento de la película es interesante y está, creo, muy bien desarrollado. Ya me contarás si algún día esta película se cruza en tu camino cuáles son tus sensaciones.
Beso
Hildy
Como siempre, mi querida Hildy, es un gusto volver a sentir una película a través de tus palabras. Una película que, transcurridos ya unos meses desde que la vi, la recuerdo como tú la recreas, como una historia que se construye, desde la mirada infantil, ante todo a través de pequeños gestos de hondos significados.
Hace unas semanas volví a ver «La familia Bélier» y aprecié un paralelismo con sus finales (conectadas ambas principalmente por el tema del silencio con diferentes implicaciones); en la francesa, Paula sale corriendo del coche que le conduce a un futuro de formación en su vocación musical para fundirse en un intenso abrazo colectivo con la familia que deja atrás; en la irlandesa, la carrera y el abrazo también sintetizan el amor familiar que ha recibido y que le acompañará en su nuevo futuro. Y es que el amor no precisa de palabras como motor en nuestro camino vital.
Un abrazo.
Queridísima Ana, qué alegría me da siempre leerte. Cómo me gustó esta película y ese final maravilloso.
Me encantan los diálogos que se establecen entre las películas y el que ofreces es realmente interesante. Es cierto, el amor no precisa palabras.
Beso
Hildy