Paul Newman. La extraordinaria vida de un hombre corriente. Una autobiografía (Libros Cúpula, 2022)

Paul Newman como Brick en La gata sobre el tejado de zinc. Uno de sus personajes emblemáticos.

Entre 1986 y 1991 Paul Newman y su amigo el guionista Stewart Stern empezaron por deseo del actor un proyecto que quedó inacabado. Newman siempre se sintió incómodo con la imagen que proyectaba la prensa sobre él. Deseaba que sus hijos sobre todo supieran realmente cómo era. La tarea mastodóntica consistía en entrevistar con una grabadora a todo aquel que conociese al actor (familiares, amigos, profesionales…) y el requisito fundamental que se les pidió fue la sinceridad. Después Paul iba contando su propia vida. Sin tapujos. Con lo bueno y lo malo. Y todo ese material se iba transcribiendo. Quizá abrumados por la cantidad de material generado, ambos lo fueron dejando.

Paul Newman falleció en 2008 y Stern, siete años después, y sin saber dónde se hallaban todas las transcripciones que llegaron a recopilar. Años más tarde, en concreto en 2019, fueron localizadas. Como cuenta su hija Melissa fue la productora Emily Watchel quien dio con ellas mientras realizaba inventario de material almacenado, propiedad de la familia. Tras la lectura de esta documentación empezaron a dar vueltas a finalizar el proyecto de Newman y Stern.

De todo esto han surgido dos obras. Por una parte, el actor Ethan Hawke accedió a dicho material y le sirvió de base para realizar una miniserie documental de seis capítulos: The Last Movie Stars (2022). Por otra parte, se ha llevado a cabo un libro, que recientemente ha sido traducido al español (traductor: Francisco Javier Pérez). A falta de ver todavía la serie, me he empapado de las páginas del libro y me ha sorprendido el retrato que surge de Paul Newman.

Me da pena porque creo que había material para haber realizado un libro completo y tremendamente revelador por todo lo que se intuye entre estas páginas. Creo que era un trabajo realmente complejo de selección y estructura, y ahí es donde quizá ha predominado la prisa en vez del cuidado, la reflexión de cómo manejar tal material y el cariño. Con las transcripciones se podría haber creado una polifonía de lo más interesante y haber construido un relato con una calidad extraordinaria, jugando con el ensayo cinematográfico y la autobiografía. Algo así como lo que consiguió Jean Stein con Al oeste del Edén. En un lugar de Estados Unidos (Anagrama, 2020). Aun así, merece la pena inmiscuirse entre sus páginas y se aprecian conclusiones que hacen mirar desde otra perspectiva el legado cinematográfico de Paul Newman.

Porque la sinceridad de la voz del actor y otros testimonios, a pesar de lo deslavazado y la intuición de lo que podría haber sido, dejan revelaciones, reflexiones y descubrimientos que ofrecen un retrato completo y complejo de Paul Newman. Normalmente, para construir la imagen de un actor está el reflejo fílmico a través de los personajes que ha interpretado a lo largo de su vida. A veces, hay una fusión especial entre los personajes y la forma de interpretarlos y la vida del actor. Por otra parte, la imagen pública a través de sus apariciones en medios de comunicación o diversos actos, así como el archivo fotográfico. Y, por último, su imagen íntima y personal, que suele revelarse a través de las autobiografías u otro tipo de materiales como textos, cartas, grabaciones o testimonios de personas cercanas que lo conocieron, etcétera.

Sí que es cierto que lo que había predominado de Paul Newman hasta ahora había sido su imagen a través de los personajes interpretados y la proyección pública de su figura. Al mostrar en estas transcripciones su parte más íntima, muestra una personalidad atormentada y compleja que complementa mucho mejor lo ya mostrado en la interpretación de sus personajes.

Entre otras cosas sorprende el descubrimiento de un hombre escindido, partido en dos. Y deja al descubierto a un Paul Newman que arrastraba desde la infancia y adolescencia una serie de complejos que fueron modelando su personalidad. Además de un sentimiento de culpa agudo, forjando un mecanismo de defensa doloroso. No hay mayor crítico sobre su persona que el propio Newman: «Creo que tiendo a la apariencia, que bebo demasiado, que no sé cómo definirme y, por tanto, tampoco sé cómo definir a mis hijos… Estoy convencido de todas esas cosas negativas». Así llama la atención la compleja relación con sus padres, siendo demoledor, sobre todo, con su madre. La presencia del alcohol durante prácticamente toda su vida. Y la huella que le dejó su hijo mayor con sus problemas con las drogas y con su muerte. La reivindicación de su parte judía, como herencia paterna.

Pero también se vislumbra un hombre creativo y trabajador, que siempre luchó por mejorar como persona y leal a la gente que amaba. Un hombre que le interesaba el trabajo bien hecho, que intentaba aportar su grano de arena en el mundo en el que vivía y que tenía ojo para los negocios. Que fue alimentando pasiones: las carreras de coches o la cocina. Y que le importaba evolucionar como actor, construir a sus personajes y disfrutar de su faceta como director.

Ese hombre escindido lo define a la perfección: por una parte, estaba el objeto decorativo con ojos azules, al que odia, y el huérfano, ese núcleo interior agazapado que quedó atrás. «Entonces el chico decorativo simplemente echó a correr tras su pelota. Era él quien se lo llevaba todo. Comía bien y vivía bien, dejando atrás su parte no decorativa, su núcleo interno (al huérfano, por así decirlo). Pero el huérfano siguió intentando alcanzar a aquel mierdecilla decorativo al que tanto despreciaba, aunque este estuviese haciéndose con todos los honores, teniendo un papel en todas las obras, recogiendo todos los premios y reconocimientos, mientras él se quedaba cada vez más rezagado».

Otro valor del libro es que al lado del actor surgen otras personalidades que conformaron su mundo. Que aportan su visión y que además queda clara la huella dejada en Paul Newman. Surge con fuerza Joanne Woodward, su segunda esposa y compañera de vida hasta el final de sus vidas. Una relación fundamental para el actor, pero que no fue un camino de rosas. También su hijo Scott Newman y la difícil relación que forjaron ambos. La relación de apoyo y colaboración durante toda su vida con su hermano mayor. Así como amigos y profesionales como John Huston, Elia Kazan, George Roy Hill, John Foreman, Martin Ritt…, que van construyendo también su propio puzle de cómo era la personalidad del actor. Con todos estos testimonios queda la evidencia de algo siempre latente: qué diferente es cómo se ve uno mismo y cómo lo miran los demás.

Una de las cosas que más interesante me ha resultado a la hora de leer el libro ha sido la fuerte presencia del alcohol en su vida, pero también como hilo conductor de su carrera cinematográfica y de sus personajes. De hecho, en un momento dado el actor se centra en explicar su relación con el alcohol y cuenta cómo esperaba el mismo click que el personaje de Brick en La gata sobre el tejado de zinc. Otro de los personajes reveladores y cumbre de su carrera es un alcohólico, Paul Newman estuvo maravilloso en Veredicto final.

Pero no son los únicos personajes vinculados al alcohol, sino que hay otros que dibujan matices interesantes: Eddie Felson (El buscavidas), Hud (Hud. El más salvaje entre mil) o Luke Jackson (La leyenda del indomable). Así también me ha permitido realizar una nueva e interesante lectura de su filmografía que vincula al hombre de carne y hueso con los personajes interpretados, mostrando que los hombres atormentados que reflejó tenían muchos puntos de unión con ese huérfano oculto en su interior.

Si bien Paul Newman. La extraordinaria vida de un hombre corriente. Una autobiografía no es un libro redondo, sí es revelador y aporta interesantes hilos para analizar la carrera cinematográfica del actor.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

14 comentarios en “Paul Newman. La extraordinaria vida de un hombre corriente. Una autobiografía (Libros Cúpula, 2022)

  1. Hola Hildy
    Desde luego el titulo ya lleva una buena carga de ironía: lo que nunca fue Newman es un hombre corriente. Tal vez sea un guiño a su amigo-rival Redford cuya primera – y oscarizada- peli fue Oridinary People, gente corriente 1980. Al hilo de estas «rivalidades», uno de los mensajes más entrañables hacía La Lollo lo ha escrito su «enemiga» Sofia Loren.
    Es que, por si fuese poco abuso el de Paul, con lo que sacaba de vender su famosa salsa ya hubiese tenido. Aunque, creo recordar, donaba sus beneficios. Lo tenía todo… hasta algunos «pelillos» de gente-corriente.
    Un saludo, Manuel.

  2. Manuellllll, sí, los beneficios que sacaba del negocio de las salsas a su nombre los donaba para uno de sus proyectos benéficos. Con lo del título tienes razón, no era un hombre corriente, desde luego. Aunque ahora que lo pienso ¿qué es un hombre o mujer corriente? Me pasa lo mismo con el adjetivo normal. Qué es ser normal.
    En el libro también cuenta Paul cosas jugosas sobre su relación con Redford.
    ¡Es verdad, lo de Sofía Loren! Muchas veces esas rivalidades eran cuestión de publicidad y promoción de las estrellas.
    La verdad es que el libro es jugoso para saber cosas de Paul Newman, pero cuando uno ve lo que podría haber sido… sabe a poco.

    Beso
    Hildy

  3. Hola Hildy, queridísima.
    No sé por qué, porque me sobran los libros y me faltan los ojos, en cuanto supe de este libro me dieron ganas de pillarlo. Lo tuve hace unos meses en mis manos, pero decidí no comprarlo porque ya me superan demasiado los libros que no puedo leer pero ocupan espacio en mi casa.
    Me ha hecho mucha ilusión ver que lo reseñas, pero después de terminar de leerte me queda un regustillo amargo. ¿Te ha dejado un poco fría? ¿Es el típico panegírico disfrazado que tiene un 90% de historias intrascendentes y un 10% de frases o anécdotas llamativas? ¿Te parece un libro sincero y valioso? ¿Se aprende algo sobre Newman y sobre cine, además de las frases promocionales?

    La relación de Newman con el alcohol de siempre se ha sabido que era muy pero que muy problemática. Por eso, como bien intuyes y comentas, le salen tan bien los enfermos del licor que da igual el color de ojos que tengan. Y Eddie Felson también era un borrachuzo de cuidado, por eso pierde hasta los calzoncillos con El Gordo de Minnesota.

    Un besazo, Hildy. Qué bien que estés.

  4. Hola, querida Hildy.
    A mí me pasa lo mismo que a Manuel Pozo, me sobran libros y me faltan ojos –y añadiría en mi caso, economía para comprarlos–. Ahora ando liado con «Tras la pista de John Ford» de Joseph McBride, aunque la edición de Cult Books no esté muy cuidada por sus numerosas erratas (¡qué coraje me da que se cuiden tan poco estos detalles, máxime con los precios que tienen).
    También me hago las mismas preguntas, en definitiva: ¿merece la pena? En todo caso, propiamente no es una autobiografía, sino una recopilación «sui generis».
    Un besazo enorme.

  5. Querido Manuel, ¿si merece la pena la autobiografía de Paul Newman? Creo que sí… a pesar de los pesares. Precisamente lo que explico es que como cuentan el origen de todo y de todo el material del que partía, intuyo que se podría haber realizado un trabajo más meditado entre ensayo cinematográfico y autobiografía. Creo que no se ha sacado todo el tiempo y el jugo del material de partida. Aun así pienso que sí ofrece, por lo menos a mí, esa parte íntima de Paul Newman que ofrece una mirada complementaria a su trabajo como actor.
    Lo he disfrutado, pero me ha dado pena que no diera más de sí. Una estructura más trabajada e innovadora. Me refiero más a la forma y a la selección del material.
    Por eso tengo muchas ganas de ver la serie que del mismo material ha realizado el actor Ethan Hawke. Y encontrar otra manera de aprovechar el material de partida.
    Dices que si se aprende de cine o de su filmografía. No toca todas las películas, pero de las que toca a mí me ha proporcionado anécdotas jugosas. Me ha contado algo más de John Huston o de algún que otro director que trabajó con Newman.
    Sus personajes secundarios enriquecen la trama.
    Hay tanta sinceridad en las palabras que suelta Paul, que ofrece una imagen veraz, pues no trata de embellecerse como persona en absoluto. Como en la historia de todos, surgen sus luces y sus sombras. Y a mí eso siempre me gusta. No es una autobiografía políticamente correcta.

    Beso
    Hildy

  6. Querido Nunca el olvido, es interesante ese libro que estás leyendo de John Ford (sí, también es verdad lo que señalas respecto a la edición). El libro proporciona información interesante sobre Ford y su universo.
    Lo dicho, creo que sí merece la pena leer el libro de Paul, comprarlo o consultarlo en la biblioteca. Completa la información sobre el actor. Pero pienso que había otra forma interesante de presentar ese material y no sé si la selección era la única que se podía ofrecer o se ha dejado mucho de interés en el tintero.
    Aunque digo lo de la forma no es una mera recopilación de transcripciones, se trata de dar un sentido cronológico y por temas.
    También hubiese aportado más material gráfico.

    Beso
    Hildy

  7. Fue mi ídolo de juventud… tan guapísimo y con tanta presencia…pero a la vez tan frágil. Creo que fue un buenísimo actor, Uno de los mejores. De los que nunca se olvidan. De los que nunca te cansas de ver sus películas.
    Y me ha encantado tu artículo.

  8. Hola Hildy!
    Todavía no me he puesto con la mini serie sobre Newman, si bien el libro no lo he leído si me revise algún material acerca de su vida. Debieron de ser muy escasas las estrellas de Hollywood que no acabaron enganchadas en la bebida, es un tema este que siempre me ha interesado sobre manera. Si recuerdo siendo niño la noticia de la muerte de su hijo, tuvo mucha repercusión en los medios de la epoca.
    Besos y feliz semana!

  9. Querida María Rosa, a mí hay muchas películas de su carrera que me gustan un montón y que no me canso de verlas. Algunas nombradas en el texto y otras no. También las que he podido ver de su faceta de director me han gustado. Cómo su adaptación de El zoo de cristal o Raquel, Raquel. Y, luego, reconozco que Paul Newman siempre me ha parecido bellísimo.
    Beso
    Hildy

  10. Frannnn, yo tengo muchas, pero que muchas ganas de ver la serie. El mismo Newman cuenta un relato tristísimo de una de los Barrymore, Diana, y su alcoholismo. Lo de su hijo Scott le marcó y siempre se plantea que no fue un buen padre para él. Es doloroso todo lo que cuenta sobre su relación, pero también los testimonios de los demás.
    Beso
    Hildy

  11. Muy interesante, soy muy fan de las biografías y también de las autobiografías por la imagen que pretenden dar los artistas de si mismos, que resulta muy revelador (si bien a cambio uno asume que no dan una visión exacta y objetiva sobre su vida). Paul Newman siempre me pareció aparte de un gran actor un tipo muy interesante por lo que sabía de él, y desconocía lo de sus problemas con el actor, así como la existencia de este libro. Queda apuntado como otra más de las infinitas futuras lecturas que tengo pendientes.
    Muchas gracias.

  12. Querido, querido doctor Mabuse, como usted soy superfan también de biografías y autobiografías. Por eso, creo que es interesante este libro, que aunque en su estructura y selección de testimonios intuyo que podría haber tenido más jugo, sí que revela y completa la figura de Paul Newman, y también aporta asuntos que enriquecen la mirada hacia su filmografía. Lo de sus problemas con el alcohol recorre todo el libro y es un apunte muy interesante cómo lo vivía y lo replicaba en pantalla.
    Tengo muchas ganas de ver la serie que también parte del mismo material que el libro: las transcripciones de horas y horas y horas de entrevistas.
    Esto me recuerda otro dúo interesante de obras alrededor del actor Marlon Brando.
    Su autobiografía es muy buena: LAS CANCIONES QUE MI MADRE ME ENSEÑÓ.
    Y hay un documental realizado también a partir de las grabaciones que dejó el actor que merece muchísimo la pena:
    Listen to Me Marlon de Stevan Riley.

    Beso enorme
    Hildy

  13. Lo tengo pendiente en la montonera (junto a otro que tú ya sabes…), así que te leo a saltos (saltando con la vista, quiero decir, no lo tomes en sentido literal). Habiéndole echado un vistazo, sin detenerme mucho, observé eso que apuntas, esa estructura un poco voladiza y caprichosa. No obstante, el personaje me interesa tanto, que daremos buena cuenta de él (del libro) con agrado.

    Besos

  14. Mi querido Alfredo, el libro te deja buenos momentos y creo que hace revelaciones interesantes sobre Paul Newman para analizar desde perspectivas interesantes sus personajes cinematográficos a pesar de todos sus peros. Además su lectura engancha, es amena. Por eso, da pena las posibilidades que pienso podía tener todo el material que manejaba.

    Beso
    Hildy

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