Llevaba detrás de esta película bastante tiempo, pero curiosamente dos acontecimientos han hecho que por fin me decidiera. Por una parte, el blog La chica del parasol blanco, de mi querida Bet, realizó una serie muy interesante sobre películas que recreaban los años 20 y una de sus entradas era Roxie Hart. Por otra, leí hace poco una lista que proporcionó Stanley Kubrick a la revista americana Cinema en 1963 sobre sus diez películas imprescindibles. Y ahí estaba Roxie Hart. Así que me llamó la atención averiguar qué pudo ver Kubrick en ella. Sin embargo, los motivos para verla siempre han sido muchos. Y su visionado me ha hecho ver que no me equivocaba.
Cada vez que me enfrento a una nueva película de William A. Wellman, me doy cuenta de que este director va subiendo puestos en mi lista de favoritos. Y curiosamente navega en el olvido de la memoria cinéfila. Si doy un paseo por el blog, su presencia suele ser siempre gozosa: Gloria y hambre (1933), Barrio Chino (1932), La estrella de variedades (1943), Incidente en Ox Bow (1943) o Ha nacido una estrella (1937). También es el director de una película que todavía no he podido encontrar, pero desde hace años deseo su visionado: Beggars of life (1928), con Louise Brook como una de sus protagonistas. Y por si fuera poco es el director de uno de mis westerns de la infancia: Caravana de mujeres (1951). Aquí en Roxie Hart vuelve a mostrar su dominio del lenguaje cinematográfico y, junto al director de fotografía Leon Shamroy, logra reflejar una historia aparentemente banal y cómica, pero con los ingredientes del buen cine negro. Así nace una película extraña (quizá por ahí va su olvido) en la que todos sus personajes tienen más sombras que luces, pero muy atractiva, que además emplea un tono satírico y crítico hacia los medios de comunicación, el sistema judicial así como hacia la sociedad en sí (y ahí creo que tocó a Kubrick que le quedaba apenas un año para estrenar su sátira política sobre un tema muy serio en ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú). ¿Dónde están los ingredientes de cine negro? No solo en la dirección y espléndida fotografía, sino en su estructura. Un personaje que cuenta en off una historia del pasado, los flashback. Su protagonista puede ser una de esas mujeres fatales que puebla el género. Mantiene no solo el suspense, sino también la ambigüedad moral de todos sus personajes. Y un largo etcétera.
Tanto en el tratamiento de la historia como en el reflejo del mundo del periodismo, el narrador es un periodista que recuerda en la barra de un bar qué ocurrió en los años 20 con Roxie Hart. En el tono, el cinismo y en la forma de tratar la profesión sentí ecos con Luna Nueva o Primera plana. Y miro los títulos de crédito y veo un nombre que me desvela la clave: el guionista Ben Hecht.
Me gusta mucho el cine musical, y curiosamente la película tiene bastantes vínculos con este género. En 1926 Maurine Dallas Watkins escribió una obra de teatro titulada Chicago, ambientada en los años 20, con protagonismo de mujeres condenadas por asesinato, donde no quedaba en muy buen lugar ni la prensa ni el sistema judicial. La obra tuvo éxito en Broadway y las versiones cinematográficas no se hicieron de esperar. Una de ellas fue la aquí reseñada. La protagonista de la película de Wellman es una espléndida Ginger Rogers, reina del cine musical, sobre todo durante los años 30, con su pareja de baile, Fred Astaire. Esta película la regala dos maravillosos momentos musicales, que aumentan la rareza del tono del film, pero incrementan su chispa y frescura. En uno se escenifica en la prisión “los años locos 20” cuando periodistas, la guardiana de la celda (un personaje secundario maravilloso con el rostro de Sara Allgood), Roxie y demás se ponen a bailar un vertiginoso charlestón. El otro, un instante de seducción y baile, cuando Roxie sube y baja las escaleras en el centro penitenciario ante la mirada en éxtasis del todavía inocente y joven periodista (futuro narrador de la historia). Así ya hay un breve preludio de que dicho material podía dar como resultado un buen musical. No fue hasta 1977 cuando Bob Fosse (no podía ser otro) y Fred Ebb convirtieron Chicago en un musical de Broadway. Y de nuevo la historia volvió a nacer de las cenizas y resurgió con fuerza. No solo siguen sus reposiciones sino que en 2002 Rob Marshall llevó el musical a la pantalla de cine con Renée Zellweger y Catherine Zeta-Jones como protagonistas.
Ginger Rogers es sin duda otro de los motivos por los que esta película merece la pena. Mostrando que su única faceta no es el musical. Demostró su valía como actriz en un puñado de buenas comedias y en algún que otro melodrama. Pero la comedia fue su otro punto fuerte. Y construye una Roxie Hart chispeante y compleja. Luce como nadie esas piernas que se convierten en un gags continuo. De hecho lo primero que conocemos son sus piernas, que asoman por una ventana. Luego Hart las utiliza como reclamo y arma de seducción ante los miembros del jurado. Rogers logra que un personaje manipulador y poco ético, que quiere la fama a toda costa, encandile y ponga al público de su parte. Ese es otro de los ingredientes de la película todos sus personajes tienen sombras. No hay ni uno solo coherente y heroico. Incluso el inocente periodista termina convertido en un perro viejo de la profesión. Este tiene el rostro del atractivo actor George Montgomery. Y el abogado, que también maneja el éxito y la justicia como le viene en gana, amante del dinero, es un perfecto Adolphe Menjou (otra vinculación con Kubrick, años más tarde trabajaría con él en Senderos de gloria).
Así Roxie Hart es una película que no tiene pelos en la lengua. Desde su irónica dedicatoria a todas las bellas mujeres asesinas hasta ese circo mediático que es el juicio de Hart donde cualquier ocasión es buena para una fotografía de prensa donde no falta nunca un posado del juez, el abogado o fiscal de turno. No puede seguir oculta en el viejo baúl de películas, es bueno que salga del olvido.
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Queridísima Hildy, primero que nada mil gracias por la mención
Wellman también se ha convertido en uno de mis favoritos. Hasta ahora no he visto una sola película suya que me haya decepcionado. Sólo me falta organizar en mi memoria su filmografía, porque de pronto olvido que muchas de las películas que me gustan son de él. Y tengo algunas pendientes que me gustaría descubrir pronto, como Nothing Sacred o The Star Witness. Dicho sea de paso, ¿viste Wild Boys of the Road? Esa es otra de mis nuevas favoritas…
En cuanto a Roxie Hart, de veras que es una película rara pero que merece ser redescubierta. La fotografía es hermosa y la sátira del sistema judicial, impagable. Me gustó mucho en especial el segmento del juicio, con ese juez siempre listo para ponerse en la foto y el dúo Rogers-Menjou jugando el juego a todo vapor. Un detalle que en el primer visionado me pasó inadvertido: ¿viste quién es el barman ante el cual el bello Montgomery relata su historia?
Un beso mientras poso para las cámaras, Bet.-
¡Qué va, no he visto tampoco Wild Boys of the Road! Y me apetece también una barbaridad.
Sí, me di cuenta de que era el del jurado ¡más interesado en las piernas de Roxie! ¿Verdad?
¡Por cierto, qué bello este Montgomery!
No me acuerdo si me lo dijiste o no, ¿has visto Caravana de mujeres? Es un western interesantísimo.
Beso
Hildy
¡Sí, era el mismo! Yo no me dí cuenta hasta que repasé la película y noté que Montgomery le pregunta si aún tiene el auto…
No, no he visto «Caravana de Mujeres», lo corroboré recién. Debería buscarla para seguir intentando entrar al western por alguna puertita (o ventana, jaja). Mi conocimiento de Wellman es más que nada de su período pre-code.-
«Wild boys…» te encantará, es muy pero muy buena. Lo único que me hizo un pelito de ruido fue el final, pero la película en sí es excelente. Y Frankie Darro es increíble.-
Más besos, Bet.-
Me sumo a vuestro elogio, Hildy y Bet, a la obra de Wellman. Considerado uno de los directores de historias y géneros viriles del Hollywood clásico y conocido como “Wild Will” por su carácter indomable y talante aventurero, tiene diversas películas donde el protagonismo es de las mujeres. Y son personajes femeninos inolvidables y potentísimos. Me refiero a las mujeres de “Caravana de mujeres” (película de mi infancia como para ti Hildy, y que me sigue emocionando ¡Qué gran retrato de grupo y qué homenaje a la fortaleza y la solidaridad femenina! Y con estupendos personajes masculinos también.) A las esplendidas Barbara Stanwyck y Joan Blondell de “Enfermeras de noche”. La Dorothy Mackailll (prematuramente expulsada de Hollywood) de “A salvo en el infierno”. De nuevo Stanwyck en la maravillosa “Una gran señora”. Y otras que no he visto, sobre todo del período “Precode”, “Barrio chino” (con la magnífica Ruth Chatterton). “Rosa de medianoche “(con Loretta Young y una debilidad personal: Franchot Tone) o “So big!” con ni más ni menos que Barbara Stanwyck y Bette Davis juntas.
¡Que ganas de ver esta “Roxie Hart”! Me encanta Ginger Rogers. La considero una actriz fabulosa y no suficientemente reconocida. Y esta historia amoral y picaresca que cuenta la película le debe sentar estupendamente. También entiendo que esa grisura moral de los personajes debió resultar antipática en la época de su estreno y de ahí el semiolvido de la cinta. Por ejemplo, cuando se estrenó “Chicago” creo que no se mencionó apenas que este film era su precedente. En fin, igualita René Zellwegger que Ginger. Y pensar que este año, si nada lo remedia, le van a dar el Oscar a la primera por interpretar a Judy Garland, a la que Hollywood usó, destrozó, expulsó y le robó el Oscar por “Ha nacido una estrella” (la primera versión de la cual dirigió Wellman) En fin, supongo que es equivocado criticar una película sin haberla visto, pero con los tráileres ya tengo para subirme por las paredes…Y encima, canta René, con su voz de gatita ahogada ¡Qué estamos hablando de Judy Garland! Y la crítica lo ha valorado mucho. No sé si es osadía, inconsciencia o desvergüenza hacerlo por parte de ella, pero sí sé que es mucha ignorancia el aclamarlo por parte de la crítica. Es como comparar el champán con la gaseosa: las dos son bebidas con burbujas y aquí se acaban los parecidos.
En fin, que me exalto. Os recomiendo a Bet y a ti que recuperéis el libro que Filmoteca Española editó sobre Wellman a raíz de su retrospectiva en el Festival de San Sebastián. Su final fue triste, cuando pudo llevar a la pantalla la historia autobiográfica que cuenta “La escuadrilla Lafayette”, en la que él había combatido, y que había querido llevar al cine toda su vida, la productora le obligó a cambiar el final tras la reacción del público. Además de hacerle cargar con Tab Hunter como protagonista. Él, que tenía claro que se debía al público, lo hizo sin quejarse, pero no volvió a hacer más películas. ¡Qué ingrato ha sido Hollywood con aquellos que lo hicieron grande!
Un abrazo Hildy y gracias por hacerme descubrir el blog de Bet. Seguro que lo voy a disfrutar.
Lilapop
Querídisima Lilapop, vas a disfrutar un montón de tu paseo por el blog de Bet.
¡Cuántos recuerdos con «Caravana de mujeres», ¿verdad?! Sí, la verdad es que Wellman tiene una filmografía que merece la pena y ¡tantos títulos que me quedan por descubrir! Jo, le tengo muchas ganas al libro de la Filmoteca Española. A ver si lo consigo pronto.
Sé que te va a gustar Roxie Hart. Ginger Rogers está maravillosa.
Jajajaja, te confieso que a mí me apetece ver la película de Judy. Tengo ganas. Pero como siempre explicas perfectamente tus «peros» y no faltan motivos para la alarma. Pero soy así de tontorrona y muero por ver cómo me cuentan la historia y por saber cómo estará René.
Beso enorme
Hildy
¡Ay, que me hicieron poner colorada! ¿No me digan que en el biopic de Judy Garland canta Zellwegger con su propia voz? En ese caso ya anticipo que no me gustará, al menos ese aspecto de la película. En ese sentido fue mucho más inteligente «La vie en rose», que la puso a Marion Cotillard a hacer un playback más que perfecto, sabiendo que la voz de Piaf es inconfundible e inimitable. Bueno, ya me puse a criticar una peli que no he visto, jeje. Espero ansiosa tu comentario cuando la veas, querida Hildy.-
Un beso a ambas, Bet.-
Hildy, puede que hasta yo vaya a ver «Judy». Aunque cada vez que Zellweger cante intentando imitar a mi Judy, pensaré que está afónica para que no me dé un telele…Diría que el film es muy flojito pero nada de eso evitará que Zellweger se lleve el segundo Oscar…El que nunca se le dio a mi Judy. Por cierto, el primer Oscar de Zellweger se lo dieron por una película que me gusta mucho, «Cold Mountain», donde ella es, a mi juicio, lo peor.
Hasta el gorro que para recibir el Oscar se tenga que hacer un biopic. Desde el 2000 diría que en cada edición uno o más intérpretes han ganado el premio de la academia por interpretar a un personaje real ¡Basta ya!
Bet, encantada de leerte a partir de ahora.
Lilapop
de Caravana de mujeres, una de mis películas más amadas, recuerdo a su excelente reparto femenino, es especial a una secundaria maravillosa: Hope Emerson, gracias Hildy por hurgar en el baúl de los recuerdos. besos
Querido Jorge, después de salir varias veces mencionada, qué ganas de volver a encontrarme con ella, con Caravana de mujeres. Y qué bueno centrarse en Hope Emerson, qué papel tan bonito. ¡Qué mujer, cuánta fuerza y coraje!
También recuerdo su aparición en uno de los gags más recordados de La costilla de Adán. Y en un papel que da miedo, en una cárcel de mujeres, en Sin remisión.
Beso
Hildy
¡Cuánto me gusta William Wellman! ¿Qué me dices de La reina de Nueva York, Beau Geste, También somos seres humanos, Cielo amarillo o esa rareza estupenda que es El rastro de la pantera? Este director vale muchísimo la pena, y aunque ha perdido (relativamente) la batalla del tiempo, ver cualquiera de sus películas es una experiencia que va desde la absoluta excelencia a la solvencia técnica y narrativa de un maestro del oficio.
Esta película que comentas hoy (desconocía el dato de Kubrick, tal vez porque, en general, aborrezco la confección de listas) es toda una sorpresa, a la altura de las mejores del director y, desde luego, aunque algo indefinida, ya evidencia lo que acaba de empezar en el Hollywood noir apenas uno o dos años antes. Y la Rogers, magnífica. Cada día me gusta más su variedad de registros y su vis cómica… Lástima que en lo personal, y sobre todo en lo ideológico, en fin…
Besos
Mi querido Alfredo, no hago más que afirmar con la cabeza cuando leo tu comentario. ¡Y cómo me alegra que Wellman guste tanto! Cada película de su filmografía, una sorpresa.
Sí, sí es buena Roxie Hart y en ella reina efectivamente la Rogers, toda una maga del cambio de registros. Efectivamente, como se dice en Con faldas y a lo loco, nadie es perfecto.
Beso
Hildy
Una película curiosisima. La presencia de Ben Hecht en el guion no es una casualidad puesto que el trabajo durante años en Chicago, además de que los paralelismos con «Primera plana» son evidentes. Aquí se ven claramente los orígenes de eso que ahora se llama «postureo» y que ha existido siempre aunque la existencia de los medio de comunicación de masas y de las redes sociales lo han amplificado hasta límites intolerables.
Habláis de «Caravana de mujeres» Supongo que ya sabéis que la emisión en su día de esa película en TVE, alcanzó proporciones sociológicas porque unos solterones del pueblo gerundense o andorrano de Plan se lo tomaron al pie de la letra y montaron una expedición similar a finales de los 80. Increíble. Anécdotas aparte era una película magnífica. Curiosamente, el argumento original estaba basado en una idea de Frank Capra. La pude recuperar hace no demasiado. Por si no sabes donde encontrarla, Hildy, te diré que me parece que la edito en su día El Crte Inglés en su colección de clásicos, editados en elegantes cajas negras.
Besos.
Sí, querido Deckard, que bueno lo de Caravana de mujeres y Plan. Por cierto, qué buena era esa colección de clásicos, ¡me compré un montón!, pero ¡no cayó «Caravana de mujeres»!
Sí, Roxie Hart es interesantísima, la verdad.
Beso
Hildy
… Por cierto, no recordaba que la idea original de Caravana fuera de Capra.
Otro beso
Hildy