Durante una secuencia, la pareja protagonista, Forrest Tucker (Robert Redford) y Jewel (Sissy Spacek), va al cine. Se convierten en espectadores…, pero Tucker está inquieto y triste, se siente extraño, él quiere protagonizar su propia película, y no quiere parar. Robert Redford ha tenido un especial cuidado durante toda su carrera tanto en la elección de proyectos como en la evolución de su personaje cinematográfico, de esta manera ha sabido escoger y preparar la película que ha elegido para despedirse de la pantalla de cine (no obstante es también el productor). En la dirección está David Lowery, que ya en Un lugar sin ley dejaba intuir las huellas en su cine de directores del Nuevo Hollywood en los años setenta como Terrence Malick o Robert Altman en Los vividores. La historia elegida surge de la prensa: un grupo de ancianos que son atracadores de bancos y cuyo líder Forrest Tucker ha sido un espíritu libre toda su vida. Su ruta ha sido ser perseguido por la ley, entrar en prisión, fugarse una y otra vez y volver a delinquir. Así The old man and the gun ofrece puro cine clásico con aire crepuscular y desencantado del cine de los setenta.
Por eso como compañera de aventuras la elegida es una maravillosa Sissy Spacek, musa del cine del Nuevo Hollywood. Y de las nuevas generaciones, David Lowery sigue trabajando con su actor fetiche: Casey Affleck. Los compañeros de andanzas de Robert Redford son dos pesos pesados como Danny Glover y Tom Waits. Una vez que el reparto está preparado, el espectador puede deleitarse con momentos de puro cine clásico y con todo un homenaje al héroe independiente, libre y romántico que ha alimentado Robert Redford durante años. Con 82 años sigue encarnando como nadie ese tipo de héroe: con su forma de moverse, besar a su compañera y esa sonrisa que ha mantenido durante décadas.
The old man and the gun es un goce de despedida y homenaje, a pesar de que no es una historia redonda e incluso hay personajes secundarios poco aprovechados, pero incluso en su imperfección rezuma encanto. Además Robert Redford deja claro su modelo de historia romántica como tantas veces ha hecho. Sus héroes ponen en primer lugar su libertad, de tal manera que aunque tienen capacidad de amar terminan quedándose solos o no comprometiéndose con la mujer de su vida, a no ser que antes se los lleve la muerte o pase antes una desgracia (El jinete eléctrico, Tal como éramos, Las aventuras de Jeremiah Johnson, Memorias de África…). Y también ofrece al héroe comprometido con su causa, apasionado por lo que hace…, como en este caso, ser atracador de bancos. Hay un momento en la película en que se hace un repaso a la carrera delictiva del personaje, y se tira de las imágenes de archivo de Robert Redford ofreciendo el paso de los años en su rostro, incluso se recuperan secuencias de películas de su pasado, donde su personaje andaba huyendo o encerrado (como Brubaker o La jauría humana).
The old man and the gun tira de la estructura de perseguidor y perseguido, que van forjando además una curiosa complicidad entre ambos. Es decir, entre el atracador anciano y el joven policía (Casey Affleck), también apasionado con su carrera, pero que ha optado por formar también una familia. Y la culminación de esta relación llega en una elegante secuencia en los cuartos de baño de un local, donde el personaje de Redford es como una aparición, como una leyenda. Pero Lowery también marca su clasicismo y elegancia en la filmación de la crepuscular y bonita historia de amor con gotas de melancolía e imposibilidad entre Robert Redford y Sissy Spacek.
No hay duda, The old man and the gun es una buena despedida.
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¡Caramba! También la comento yo hoy. Me encanta eso que percibes en el cine… es una clave esencial de la película que a mí me faltó sensibilidad para apreciarla. Y maldito Redford, qué condenadamente guapo era de joven. Aunque ahora actúa mejor que entonces.
¡¡¡Corriendo he ido a leerte, querídisimo crítico abúlico!!! Y cómo te he disfrutado, como siempre. Sí, qué bello… y qué bien ha sabido construir a ese personaje caballero, romántico y libre… en sus distintas vertientes. Hay un momento en la película donde Robert vuelve a ser el joven que fue, en la escena de beso a Sissy, donde su encanto está intacto. Lo que queda claro es que la película engancha y brilla, con su melancolía y gozo crepuscular.
Coincidimos en la sala de cine… También disfruté de La favorita.
Beso
Hildy
Pues creo que me va a gustar, mi querida Hildy. Estas despedidas siempre son más que una película. Son una carrera, un rostro, una memoria sentimental, un viejo amigo.
Besos
Yo creo, mi querido Alfredo, que te va a gustar. Es una buena despedida… Ya me contarás.
Beso
Hildy
No me gusta pinchar el globo, mi querida Hildy, de verdad. Robert Redford es un icono, un clásico, un grande. Él es consciente de su despedida y responsable del proyecto. ¿No pudo elegir otro director más acorde a toda su carrera, no solo como actor sino como director? El guion, me parece a mí, que se ha quedado como un simple esbozo a desarrollar. La película quiere ser divertida y no lo es. Es muy sosa con grandes agujeros guion. ¿Te puedes creer que Casey Afleck se ponga a bailar en la cocina con su mujer? Si la ves de nuevo, mi querida amiga, fíjate con lo que hacen con Danny Glover. En los encuadres está partido por la mitad, como en esas fotografías realizadas por un inexperto de la familia. Luego, cuando supuestamente lo delata, ¿qué hace allí en la casa de Redford? ¿Por qué lo ha delatado? Si la policía está allí, qué falta hace Danny Glover? ¿No te parecen sosos los encuentros y los diálogos de Redford y Sissy Spacek en aquel bar? ¿Por qué lo la invita a un restaurante? ¿No que dice que hay que vivir la vida? La escena donde están Redford, Glover y el gran Tom Waits. Tom cuenta una historia que nos deja indiferente, sin gracia, sin metáfora, sin nada. Y no quiero seguir hablando. Podría comentarte un montón de cosas respecto al guion y el aspecto técnico de la película. Ya sabemos que los títulos de los capítulos están inspirados en «Dos hombres y un destino», como cuando está en el hospital y el exánime Casey Afleck se toca la nariz como lo hacían en «El golpe» como contraseña. Ay, mi querida Hildy, qué película tan mala. Fui a verla para estar junto a Robert Redford en su despedida, ya que es un actor excepcional, y no tanto como director, a excepción de «El río de la vida», pero salí tan, tan triste.
Besos resignados de cine.
Pobre mi querido Francisco, ¡que salió triste y desencantado de la despedida de Redford! Yo sí te reconozco que la historia no es redonda, ya lo digo en el texto, y que algunos secundarios (los amigos de Redford, la mujer del policía…) no están muy desarrollados, pero para mí sí que había despedida y homenaje hacia Robert y su personaje cinematográfico o yo la viví así. Me pareció tierna, de verdad. Y me encantaron los encuentros en un bar cualquiera entre Robert y Sissy… Y ese encuentro con el poli en los baños cutres. Y esa sonrisa que no se borra de Redford cuando hace lo que más ama…
Beso… mirando desde la ventana a un hombre montado a caballo por el horizonte, es el jinete eléctrico…
Hildy
También la he visto, mi opinión está a mitad de camino entre la de Francisco y la tuya
https://fernandomaranon.blogspot.com/2019/02/old-man-and-gun.html
¡Cómo me alegra saber de ti, Fernando! ¡Ya leí tu crítica de cine a la despedida de Robert Redford!¡En el justo medio!
Beso
Hildy