El otro día me dispuse tranquila a ver este documental. Fue un homenaje que quise hacer a mi abuela paterna, pues era su actor favorito. Yo, solo por eso, siempre he tenido un gran cariño a Brynner y este documental ahonda en lo que supuso su aparición.
Los realizadores destacan cuatro personajes para explicar su leyenda cinematográfica: el faraón Ramses II en Los diez mandamientos (The Ten Commandments, 1956), de Cecil B. DeMille; el rey Mongkut of Siam en El rey y yo (The King and I, 1956), de Walter Lang; Chris en Los siete magníficos (The Magnificent Seven, 1960), de John Sturges, y, por último, el pistolero robótico en Almas de metal (Westworld,1973), de Michael Crichton.
No hay duda de que su cabeza rapada, su voz profunda, la mirada penetrante y la sensualidad que emanaba de sus personajes exóticos fueron su firma y lo que cimentó su carrera hacia el éxito. Pero a la conclusión que llegan los realizadores es que Yul Brynner también supo crear a su alrededor todo un personaje. Nunca aclaró, y es más jugaba mucho en las distintas entrevistas, sus orígenes. A Brynner se le siente divertido en sus respuestas “imaginando” su vida pasada y contando mil y una anécdotas de antes de llegar a estrella de Hollywood.
¿Ruso, gitano, mongol…? Quien quiera saber sus orígenes puede remitirse a un libro que escribió uno de sus hijos, Yul Rock Brynner II. O seguir con el misterio y el juego que propuso el actor. Sus huellas nos llevan a París donde trabajó como trapecista o cantó canciones gitanas, con su guitarra, en clubs nocturnos. Luego se fue al otro lado del charco a buscarse la vida, y en el teatro encontró su trampolín a la fama: El rey y yo. Ahí una diseñadora de éxito, Irene Sharaff, le recomendó que se rapara. Un acierto. Un paso más y llegó al cine. El divino calvo conquistó la pantalla.
Antes, en los clubs parisinos con su guitarra conoció al poeta y director Jean Cocteau, este supo reconocer que en ese joven había talento. Años más tarde, el director contó con él en El testamento de Orfeo (Le Testament d’Orphée, 1959). Y, una vez en EEUU, el joven se dejó fotografiar desnudo por George Platt Lynes: este se dio cuenta pronto del potencial erótico de la futura estrella.
Yul Brynner tuvo una vida intensa. Le encantaba la fotografía, escribir y cantar con su guitarra. Hablaba con facilidad varios idiomas (en una entrevista confiesa que dominaba once). Se casó cuatro veces. Parece ser que tuvo breves romances con Judy Garland y Marlene Diectrich. También fue un hombre comprometido, apoyó al pueblo gitano en diversas ocasiones y se preocupó por los refugiados de distintas partes del mundo a través de ACNUR. Fumaba más de cinco cajetillas al día y murió de cáncer del pulmón. El divino calvo era mortal.
Me gusta recordarlo tocando la balalaika, entonando canciones con su voz grave, bello y sensual, en Los hermanos Karamazov (The Brothers Karamazov, 1958), de Richard Brooks.
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Tu querida abuelita Mauricia seguro que se alegrará desde el cielo de este artículo tuyo sobre su admirado Yul Brynner que tanto la gustaba. Y a lo mejor incluso allí puede volver a ver todas sus películas.
Haces, como siempre, un interesante recorrido por su vida y nos recuerdas sus películas con las que tanto disfrutamos…la última que he visto, la de los 7 magnificos me ha vuelto a emocionar.
Hola Hildy
Desde luego supo buscarse un hueco y nunca pasaba desapercibido. Siempre aportaba clase y soberanía a sus personajes salvo, quizás, en el caso de Westworld que pasó de rey/emperador/noble a ser directamente estatua.
Un saludo, Manuel.
Seguro que la abuela está viendo otra vez esas películas allá donde esté, un sitio bonito, seguro.
Querida Maria Rosa, qué entretenida es Los siete magníficos. Cuántos momentos buenos esconde.
Beso
Hildy
No, Brynner no pasaba desapercibido, tienes razón Manuel. Tenía un carisma enorme. En Almas de metal daba totalmente el pego como robot estatua… ¡solo su presencia daba bastante miedo! Imponía una barbaridad con esa mirada estática.
Beso
Hildy
Hola Hildy!
Es un actor del que poco se habla, a mi de niño siempre me llamo la atención supongo que por esa cabeza afeitada. Me apunto el documental.
Besos;)
Sí, su cabeza rasurada fue una de sus señas de identidad.
Y tiene unos cuantos papeles inolvidables, la verdad.
El documental es muy interesante, estoy segura de que te va a gustar.
Un beso, Fran
Hildy
A mí lo que me tiene loco de Yul Brynner además de su nombre, que es como de coña si lo lees despacio y repetidas veces, es el meneo hormonal que provoca en cualquiera receptiv@. Qué será lo que tiene este hombre, que a todo el mundo -que le gusten los hombres- pone. Para mí siempre ha sido un pequeño misterio.
Cinco paquetes al día… Joer, eso son cinco cigarros por hora sin dormir. Mucho duró. «Joío fumeque», que decía Juncal.
Un besazo con pelazo
Sí, mi querido Manuel, es un tipo superatrayente.
Emana muchísima sensualidad.
A mí me lo parece.
Y eso se explotaba en sus películas.
Tuvo una pareja cinematográfica ideal con Deborah Kerr, y sus secuencias con ella en El rey y yo o Rojo atardecer muestran esa sensualidad de la que hablas.
Fumaba muchísimo, Yul. Demasiado.
Beso
Hildy
Muy interesante este documental, mi querida Hildy, de un tipo sorprendente, carismático, algo enigmático, con una presencia enorme. Quizá el cine le dio menos protagonismo que a otros intérpretes «exóticos»; quizá eligió mal sus papeles después de un desembarco inicial más que notable. Da igual. No puedo evitar que me resulte simpático, además, por sus orígenes circenses, lo cual a su vez daría un excelente tema para hablar más largo y tendido, las conexiones, creativas y artísticas, pero también emocionales, entre tanta gente del cine y el mundo del circo. Eso sí, con pelo no era lo mismo, el muchacho. Mira por dónde, quien no se consuela es porque no quiere…
Besos
Sí, es un precioso tema las conexiones entre la gente del cine y el circo, tienes razón.
A mí también me pareció muy interesante el documental, mi querido Alfredo.
Yo tengo mucho aprecio a Yul como digo porque era el favorito de mi abuela, y siempre estuvo presente desde mi infancia.
¡Sí, me gusta mucho más calvo que con pelo! Efectivamente, no es lo mismo.
Beso
Hildy
Querida Hildy,
bonito recuerdo del gran Yul Bryner,astro de los ´50 y ’60s.
A los filmes mencionados agregaría varios otros en que Yul aportó su fuerte presencia y magnetismo,como SALOMON Y LA REINA DE SABA,ANASTASIA,TARAS BULBA y MORITURI
Se le identificaba tanto con EL REY Y YO que además de largas temporadas en Broadway casi hasta su muerte,protagonizó una serie de TV del mismo nombre ,con Samantha Eggar (con la que trabajó tambien en la peli ESCAPE DE ZAHARIN)
Besos,IVÁN
Querido Iván, ¡¡¡eres una absoluta enciclopedia cinéfila!!! Como siempre es un placer compartir y descubrir todos tus conocimientos y títulos.
Sí, Brynner fue todo un astro de los 50 y 60. Su presencia fue fuerte.
Beso
Hildy
Hola, Hildy. Lamento mucho hacer spoilers,después de tanto tiempo pero ahí va uno muy gordo . Y es que Yul Brynner no era ni ruso, ni gitano, ni mongol. Era suizo. Como Heidi. Exotismo cero. Porque su verdadero apellido era Brenner. Mantenía en secreto sus orígenes para dar un halo de misterio a su carisma. Pero tenía tanto misterio como el chocolate.
Un abrazo.
… Jajaja, toma spoiler, ya digo en el texto que el que quisiera enterarse de la realidad de sus orígenes leyera el libro de su hijo, donde cuenta la historia de la familia y de dónde venía el actor.
A mí particularmente me encanta meterme en su juego, en el documental se ve en las entrevistas lo que disfrutaba con las preguntas sobre su origen y cómo fomentaba el misterio. Se ve que se lo pasaba bomba.
Beso
Hildy
Brynner es uno de esos actores míticos de mi infancia. Recuerdo perfectamente cuando murió. Con el tiempo creo que ha ido perdiendo ese estatus de superestrella indiscutible y ha quedado en el recuerdo como una presencia exótica.
Tengo que ver ese documental que comentas. En “Dias de cine” le dedicaron al actor un reportaje por su centenario y descubrí y recordé cosas que comentas, como el misterio sobre su origen con el que siempre jugó, su pasado como acróbata (¡qué pena que nunca hiciera una película de temática circense!) y como músico, su identificación con el pueblo romaní y su ayuda a la infancia refugiada.
Te adjunto el enlace Centenario de Yul Brynner (1920-2020) (rtve.es)
Un tipo interesantísimo como persona y un intérprete intenso y elegante, absolutamente seductor y magnético (cuando aparece en pantalla no ves a nadie más) con una sensualidad felina.
Yo nunca entendí la obsesión en el tiempo de Nefertari / Anne Baxter por Moisés/ Charlton Heston (sobre todo cuando reaparece con aspecto de venerable patriarca obsesionado con Dios) teniendo a su vera a ese esplendido Ramsés / Yul Brynner
Tengo ganas de recuperar las dos comedias que hizo con Stanley Donen: “Volverás a mí” y “Una rubia para un gánster” y tengo pendiente de revisión “Rojo atardecer” del siempre interesante Anatole Litvak que recuerdo que me gustó mucho.
Y un apunte, Brynner estaba estupendo también con pelo. Lo demostró en “Salomón y la reina de Saba” un film que vi una madrugada por casualidad y que me sorprendió muy gratamente por su sensualidad despendolada. No sé cómo pudo escaparse a la censura del código Hays.
Un abrazo.
Querida Lilapop, sé que te refieres a la película de Salomón y la reina de Saba, pero me encanta cuando dices «sensualidad despendolada», porque eso es lo que desprende Yul Brynner con su magnetismo.
¡¡¡En Rojo atardecer también está Deborah Kerr… de la que hemos hablado hace nada en otro comentario!!! Y los dos están estupendos en esa película de Litvak.
Sí, es cierto que ahora su recuerdo queda más como una presencia exótica, pero la verdad es que Brynner como artista es un hombre de lo más interesante.
Soy de tu misma opinión: ojalá hubiese hecho alguna película de tema circo.
Las comedias con Donen no las he visto, pero con lo que me gustan Brynner y Donen… ¡no sería una mala doble sesión veraniega!
Beso
Hildy
Advierto al leerte que no te adjunté el enlace. Aquí va https://www.rtve.es/play/videos/dias-de-cine/centenario-yul-brynner-1920-2020/5626359/
Si, esta semana reviso «Rojo atardecer». Litvak me interesa siempre. Hace días he visto la recomendable «Un abismo entre los dos». EL director tiene otro film también protagonizado por Perkins y rodado en París que me gusta muchísmo «No me digas adiós» Una hermosa y triste película con Brahms de fondo. Por cierto, en ambos films Perkins interpreta un tipo de hombre que resultaba muy inusual para el cine norteamericano de la època. Una personaidad singular la de Anthony Perkins que no pudo encontrar su sitio en el cine norteamericano de su tiempo.
Jooo, cuántas erratas he escrito…Necesito gafas…
¡«No me digas adiós» con Ingrid Bergman también!¡Me compré la novela de Françoise Sagan! Por cierto, con Yves Montand, otro hombre que me resulta muy sensual en pantalla. Sí, Anthony Perkins es uno de esos actores que fueron «devorados» por un personaje y ese personaje eclipsó toda su trayectoria anterior y posterior.
Beso
Hildy