Un hombre espera que le paguen una entrega a domicilio sin pasar el umbral de la puerta de un apartamento, pero ve en el reflejo de un espejo a una mujer que está colocándose una liga. Su rostro se crispa. Él es un homicida, y los medios ya le han bautizado como el asesino del lápiz de labios (John Drew Barrymore). El espectador tiene claro que esa mujer pelirroja, alta, sensual, bella y con un cuerpo escultural puede ser una de sus víctimas potenciales. El oscuro objeto del deseo del asesino en serie, la que despierta su mente enferma es Dorothy, la esposa del recién magnate de los medios de comunicación, Walter Kyne (Vincent Price). En ese momento, Dorothy está en el apartamento de su amante, Harry (James Craig), un empleado de Kyne, en concreto, el jefe de los servicios gráficos. Y ella es la actriz Rhonda Fleming, una de las tres protagonistas de un reparto coral en Mientras Nueva York duerme.
Y es que uno de los múltiples análisis que permite la película de Fritz Lang es sin duda a través de sus tres personajes femeninos: Dorothy (Rhonda Fleming), Mildred (Ida Lupino) y Nancy (Sally Forrest). Mildred es una ambiciosa reportera y Nancy, la secretaria del director de la agencia de noticias. En un momento crucial de la película las tres coincidirán en el rellano de las escaleras de ese apartamento, y ese encuentro precipitará el final de la película.
Mientras Nueva York duerme cuenta dos historias paralelas: las muertes de un asesino en serie, con desequilibrio mental y una compleja relación con su madre, así como la investigación para atraparlo y la lucha interna que se desata en el interior de un edificio, que alberga un poderoso grupo mediático (un periódico, un canal de televisión, una agencia de noticias…), para lograr un puesto de directivo, tras la muerte del magnate. El hijo del magnate, heredero del emporio, hace competir a sus trabajadores más cualificados para el puesto de director ejecutivo. Aquel que logre la identidad del asesino del lápiz de labios conseguirá subir en su escala laboral. Así se juegan el puesto el mencionado Harry; Jon (Thomas Mitchell), un periodista de la vieja escuela y director del periódico del grupo; y Mark (George Sanders), el director de la agencia de noticias. Todos quieren que les eche una mano el trabajador estrella, el presentador de televisión y escritor Edward (Dana Andrews), que no ambiciona tan alto puesto, pero sí su “situación” privilegiada haciendo lo que le gusta.
Para que la historia avance y desemboque hacia su final, la detención del asesino y la obtención del puesto, será crucial el papel de las tres mujeres protagonistas, que tienen unos roles muy diferentes, y dibujan perfiles de alguna manera presentes en el universo langiano. En Mientras Nueva York duerme se vislumbra puro cine negro y la ambigüedad moral campa a sus anchas por sus personajes. Lo curioso es que el asesino no tiene dobleces, es un joven desequilibrado que se convierte en un asesino en serie que va dejando víctimas a su paso, y pistas en un afán de ser reconocido y de llamar la atención; donde nos topamos con la ambigüedad moral es en los personajes que lo buscan, aquellos que luchan por conseguir más poder en la empresa mediática. Entre ellos se crea todo un entramado de relaciones al servicio de conseguir distintos objetivos y llegar antes a la meta.
El papel de Rhonda Fleming es el de una mujer que consciente de su poder sexual, no tiene reparo en emplearlo para alcanzar sus metas y subir en el escalafón social. Tras su máscara de mujer elegante y sofisticada, se esconde también una mujer que defiende su terreno y su vida con uñas y dientes. Su fuerza se revela sobre todo en el momento en que sufre el intento de asesinato, donde no duda en enfrentarse al asesino, de hecho es la única víctima que escapa de sus garras. Maneja a los hombres como marionetas para lograr sus objetivos y conseguir su lugar de poder en el mundo. Todo siempre guardando las apariencias.
Ida Lupino representa no solo a una ambiciosa reportera, sino a una superviviente acostumbrada a trabajar en un mundo rodeada de hombres sin escrúpulos. No duda tampoco en emplear su sexualidad como instrumento para subir en la empresa y afianzar su posición en ella. Porque Mildred es consciente de que la van a usar y manipular (y que no la van a tener en cuenta laboralmente), como comprueba con su pareja en ese momento, Mark, que no tiene ningún reparo en pedirla que seduzca a Edward para su propio beneficio; por eso, decide jugar ella sola y sobrevivir en la jungla. Quiere trabajar en lo que la gusta sin obstáculos de por medio.
Y, por último, Sally Forrest (actriz fetiche de los primeros trabajos como directora de Ida Lupino) tendrá el papel menos agradecido. Ella es la buena chica, la secretaria que tiene que sufrir día a día el acoso de su jefe, y además soportar al chuleta de su prometido, Edward, que en cuanto bebe un poco más de la cuenta no tiene problema en irse con otra. Por ejemplo, con su compañera de trabajo, Mildred. Y, es más, antes de consultar con su prometida, este la convierte en el cebo para atrapar al asesino. Finalmente, tiene suerte, y pese a ser uno de los objetivos del asesino, no sufrirá su ataque, precisamente porque esta piensa que tras la puerta hay un Edward arrepentido al que no quiere dejar entrar en su casa. En el futuro, no sabemos si seguirá trabajando como secretaria de Mark o si su situación laboral cambiará (no sabemos si solo aspira a ser esposa), tan solo nos queda claro que se casa con Edward, que continua enamorado, pero chuleta al fin y al cabo…
La recientemente fallecida Rhonda Fleming cuenta con varias secuencias memorables en la película, no solo la del espejo. Ahí precisamente antes ha tenido un encuentro con su amante, donde no solo se percibe la química sexual de ambos, sino que ella a la vez le pone muy claro cuál es su papel y cómo depende totalmente de ella. Y, después, el otro momento cumbre del personaje de Rhonda Fleming es en su mansión junto a su marido Walter, donde está claro que ambos saben a qué juegan, y no lo pasan mal en su lúdica mansión. En esa secuencia ella aparece tras un biombo y es solo una sombra escultural, mientras su marido está ridículamente vestido jugando al golf. Él da la vuelta al biombo, y se la ve con un biquini negro haciendo ejercicio y mostrando toda su belleza, pero también atando los hilos necesarios para que su amante alcance el puesto en la empresa. Los dos, marido y mujer, saben que juegan y compiten.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Hasta que no lo leí en tu blog, no me enteré de la muerte de Rhonda Fleming. Es una presencia reconocible para todos aquellos que crecimos con las sesiones de tarde de TVE, llenas de westerns y filmes de aventuras en Technicolor.
Pongo a Rhonda Fleming en ese grupo de actrices que hicieron el grueso de su carrera en los 40 y 50. Actrices como Virginia Mayo, Arlene Dahl, Debra Paget, Yvonne de Carlo o Maureen O’Hara. Todas ellas con unas bellezas que parecían creadas para ser resaltadas por el Technicolor. Pero rara vez fueron las auténticas protagonistas de sus filmes (a excepción, quizá, de Yvonne de Carlo. que sí que fue que fue cabeza de cartel en films de aventuras, westerns y musicales de la Universal…Pero dentro de la serie B) Maureen O’Hara, sin duda, es la que tiene una carrera más prestigiosa, sobre todo por sus colaboraciones con John Ford, pero también ella estuvo limitada. Recuero que leí que o bien Rodgers o bien Hammerstein (que se negaron a que Maureen O’Hara protagonizará la versión cinematográfica de “El rey y yo”) dijo que “esa reina pirata no cantará mis canciones” pese a que la actriz tenía una hermosa voz de soprano que pudimos escuchar en “El hombre tranquilo”. Fue sustituida por Deborah Kerr, actriz de prestigio (a la que le costó lo suyo ser reconocida, por cierto) que fue doblada en todas las canciones.
Esas actrices, solían ser “la chica de la peli”. Nunca o casi nunca llevaban el peso del film. Acompañaban al protagonista masculino. Y pocas veces se les permitió protagonizar films dramáticos, sin duda y puede que muy injustamente, los que cimentan el prestigio y el reconocimiento de un intérprete. Su belleza sin duda las limitó y encasilló profesionalmente.
Resalto 4 interpretaciones de Rhonda Fleming. Su jovencísima y bella paciente en institución mental que odia a los hombres con saña y es tratada con comprensión por la psiquiatra Ingrid Bergman en “Recuerda”. Breve aparición, pero que te deja con ganas de saber más del personaje
La experta tahúr que va de ciudad en ciudad ejerciendo su talento con las cartas en “Duelo de titanes”. Un ejemplo de mujer independiente en el salvaje Oeste, que abomina de la violencia y por eso abandonará a su amado Wyat Earp (esperemos que se reconcilien después de la peli) Me creí ese personaje de mujer elegante, libre e inteligente, que no necesita de la violencia para ser independiente y fuerte. Me la creí mucho más que esos personajes, para mi impostados, de mujeres supuestamente “empoderadas” que nos plantan en películas que pasan en otras épocas, y que parecen mujeres del siglo XXI transportadas con una máquina del tiempo… O mejor dicho, una fantasía de mujer del siglo XXI.
Y dos filmes de Allan Dwan, ”El jugador” donde interpreta a otra mujer pragmática e independiente al frente de un negocio…Un burdel (trata como una hermana mayor a sus chicas, que acabarán todas casándose por amor) y que mantiene una relación llena de tensión sexual y muy de igual a igual con su examante, el jugador del título, interpretado por el infravalorado John Payne. Película de la que guardo un buen recuerdo, hasta el infumable Ronald Reagan no molesta.
El otro film es “Ligeramente escarlata” un “noir” en Cinemascope y Technicolor y que me fascinó de adolescente por la química sexual y la pasión que desprendía la relación entre Fleming y de nuevo Payne. Y arrastro la frustración que no la pude acabar de ver. La trama prometía fatalidad. Una cuenta pendiente que espero resolver algún día…
Descanse en paz, Miss Fleming.
Lilapop
Querida Hildy,
solo he podido ver la deslumbrante belleza de Rhonda Fleming en DUELO DE TITANES
A la lista de bellezas que nombró Lilapop y que decoraron cintas de los ’50 sin nunca destacar como protagonistas,especialmente en western,agregaría al azar a Vera Miles,Claire Trevor,Jeanne Crain,Inger Stevens,Elaine Stewart,Jan Sterling…y hacia los ’60 Angie Dickinson y Raquel Welch.
No hicieron historia pero encantaron
Besos,IVÁN
¡Ligeramente escarlata me chifla!, querida Lilapop. Y además Rhonda está con otra de las pelirrojas que nombras, Arlene Dahl. ¡Tiene un final…! Ya verás cuando saldes la cuenta pendiente. ¡Cine negro en color!
Cuántos nombres de actrices dejas, y a la vez cuántas películas vienen a mi cabeza. Yo siento un cariño especial por Maureen O’Hara y me ha gustado mucho la anécdota de El rey y yo, que no sabía.
Ayyyy, por otro lado, me fascina la carrera de Deborah Kerr. Cuántos títulos maravillosos.
Beso
Hildy
Querido, querido Iván: tengo que volver a refrescar Duelo de titanes, un western que recuerdo me gustó mucho, además también con dos actores que me fascinan, Lancaster y Douglas. Tengo ganas de recuperar a Rhonda Fleming en esa película.
También dejas una buena lista de actrices con papeles a tener en cuenta.
Yo siento especial predilección entre todas las que nombras por Claire Trevor, actriz con carrera larga…, desde los 30 hasta los 60 está presente en buenas películas. Sigo descubriendo sus títulos, y me quedan muchos. El último que me fascinó fue una película de cine negro de Anthony Mann, El ejecuto o Justa venganza (Raw Deal, 1948), donde Trevor está maravillosa.
Beso
Hildy
Una actriz de gran presencia, sin duda. Yo quiero rescatar (además de su interpretación en la peli de Lang, en un momento concreto, cuando está haciendo ejercicio en una terraza, con traje de baño, y lo primero que retrata Lang es su silueta tras una especie de cortinilla, resaltando su espectacular físico y, a continuación, observamos la sensualidad, frivolidad e intenciones del personaje, y en el que, a su lado, su marido resulta un mero satélite, sin personalidad alguna) dos breves intervenciones suyas, pero que son de una fisicidad y belleza enorme: en «La escalera de caracol», donde, a la postre, será un personaje trágico, y en «Retorno al pasado». Pocas veces una mujer, en tan escasos minutos en un film, deja apabullado al espectador sin hacer nada de particular, tan sólo abriendo una puerta y dejando al respetable satisfecho con lo que ve (sino que se lo digan a Luis Alberto de Cuenca…). ¿Y si hubiese sido ella la pérfida Cathie Moffat…?
¡Besitos!
Cómo disfruto, mientras os leo. Cómo se enriquecen así los textos, querida Isis. Y qué alegría leerte, por cierto.
Sí, el momento que dices de Mientras Nueva York duerme, que también señalo en el texto, es fantástico.
Y me encanta que la recuperes en esas dos joyas de películas… Un papel pequeño también es una oportunidad maravillosa para lucirse y dejar huella.
Beso
Hildy
Que tal Hildy!
Poco que añadir a tu estupenda reseña. Una de esas joyas que vistas de madrugada (diría que es la hora mágica para ver una peli, al menos en casa…) se disfruta el doble.
Besos y feliz finde!
Querido Fran, me ha gustado eso de la hora mágica para ver películas en casa… Sí, cuántas películas descubrí así, en esa hora mágica.
Beso
Hildy
Qué año venimos teniendo con lo que nos quedaba de la época de oro de Hollywood…
Mi primer contacto con Rhonda Fleming fue como la paciente de Ingrid Bergman en «Spellbound», de nuevo en un papel pequeñito pero al que le saca todo el jugo que puede. Luego llegaron «Out of the past» y «While the city sleeps», que vi una sola vez y debería repasar, tanto más después de leer tu texto. Donde no logro ubicarla es en «La escalera caracol»… se impone un revisionado urgente, jaja.-
Te mando un beso enorme, Bet.-
Queridísima Bet, Rhonda Fleming solo por sus papeles secundarios… ¡tiene una filmografía que merece mucho la pena! En La escalera de caracol tiene momento escalofriante! ¡Una de las inolvidables pelirrojas del cine!
Ayyyy, esa época dorada se va quedando sin testigos directos.
Beso
Hildy
La película de Lang es un bofetón en toda la cara a la sociedad americana que lo adoptó durante dos décadas. Justo al cumplirse esos veinte años, y pensando ya en salir por patas de un Hollywood que nunca ha llegado a considerar su casa y que nunca lo ha considerado uno más, quema las naves con «Más allá de la duda» y esta película que, como en su día «Furia» o «Solo se vive una vez» o, más adelante, «Los sobornados» o «Deseos humanos», son verdaderos bisturíes que diseccionan y extraen lo peor del país que lo acogió. Una mirada crítica y desencantada que funde uno por uno todos los estratos «respetables» de la democracia americana, la Justicia, la política, las fuerzas del orden y, naturalmente, la prensa. Brutales radiografías tan críticas como cuando filmaba en Alemania. No es de extrañar que nunca llegara a simpatizar del todo con Estados Unidos y Hollywood, ni ellos con él.
En cuanto a Rhonda… Pues., además de lo dicho, me quedo con su aparición como esposa infiel y maquinadora en «Infierno», en la que esta vez Robert Ryan no es el villano.
Besos
Mi querido Alfredo, pues no he visto «Infierno», así que me la apunto. Qué ganas me han entrado de verla. Ya te contaré si lo logro.
Y, sí, Lang daba buenas bofetadas en sus películas y disecciona muy bien a las sociedades en las que vivió.
Beso
Hildy