Periodo de oro del terror en la Universal. El doble asesinato en la calle Morgue (Murders in the Rue Morgue, 1932) de Robert Florey / El caserón de las sombras (The Old Dark House, 1932) de James Whale

No sería mala idea complementar esta sesión doble, con el documental Universal Horror (1988) de Kevin Brownlow, perfecto para poder entender los antecedentes del periodo de oro de las películas de terror y disfrutar de sus momentos de gloria. La influencia y el éxito de las películas de este estudio se extendieron a otras majors, que no dudaron en alimentar la ilusión de miedo y evasión del público con otras míticas producciones cinematográficas durante los años entre las dos guerras mundiales y con el crack del 29 en EEUU alimentando los miedos cotidianos del día a día.

Dos joyas del séptimo arte, una adapta el relato policiaco de Edgar Allan Poe, Los crímenes de la calle Morgue, y la otra es una adaptación de la novela Benighted de J.B. Priestley. Las dos toman como base el material literario y vuelan libremente para transformarse en extrañas obras de arte del cine de terror. Tanto Robert Florey como James Whale son dos directores icónicos, que muestran no solo un dominio del lenguaje cinematográfico excepcional, sino que hacen que el visionado de estas películas siga siendo imprescindible.

La primera se alimenta del mito de la bella y la bestia; mete al mad doctor, uno de los personajes característicos del cine de terror; muestra la influencia del expresionismo en el cine de Hollywood; y es además antecedente de una obra cinematográfica mítica. La segunda refleja la maravillosa combinación que ha hecho siempre el miedo y el humor, además su escenario es una de esas casas con vida propia, que después inspiraría a tantas casas u hoteles encantados, y también resalta un buen y variado reparto, típico en este tipo de producciones de la Universal.

El doble asesinato en la calle Morgue (Murders in the Rue Morgue, 1932) de Robert Florey

Una joya del cine de terror de la Universal. Bela Lugosi como un mad doctor que hace sufrir a una de sus víctimas.

Después de no haber podido rodar Frankenstein (porque el estudio prefirió encomendársela a James Whale), película que junto a Drácula de Tod Browning, inauguraría este periodo de oro de cine de terror de la Universal, Robert Florey se pone al frente de El doble asesinato en la calle Morgue. Y todavía hoy hipnotiza el espíritu y la atmósfera enfermiza de este film, que bebe en su ambientación y atmósfera de El gabinete del doctor Caligari de Robert Wiene.

Atmósfera que envuelve desde el minuto uno, cuando los protagonistas visitan una bulliciosa feria llena de fenómenos extraños y visitan la caseta del doctor Mirakle (Bela Lugosi). Este explica las capacidades humanas de un gorila enjaulado, y pronto se desvela su deseo de cruzarlo con una bella dama para asegurar su descendencia. El gorila deja ver su atracción por una dama del público, la bella Camille L’Espanaye (Sidney Fox). Esta es la prometida de un joven estudiante de medicina, Pierre Dupin (Leo Ames), que pronto se verá sumergido en una pesadilla.

Robert Florey no solo sabe crear atmósfera, sino que también hace bailar la cámara elegantemente y sabe contar con ella, creando hermosas secuencias como la del picnic, con su protagonista balanceándose en un columpio. Por otra parte, crea momentos de intenso terror y violencia, como el destino despiadado que depara a una muchacha de la calle que es secuestrada por el doctor Mirakle para sus espeluznantes experimentos, provocándola una aterradora y solitaria muerte.

Además juega al miedo y al suspense durante el asalto del gorila a la casa de la protagonista y su madre hasta su resolución final. El primate coge en brazos al objeto de su amor (la doncella desmayada) y corre por los tejados de la localidad donde transcurre la acción. Decorados expresionistas, que envuelven la película de una belleza especial. Esa imagen es sin duda un antecedente próximo a uno de los grandes éxitos de la RKO al año siguiente, King Kong. La bella y la bestia en estado puro…

El caserón de las sombras (The Old Dark House, 1932) de James Whale

Otra película imprescindible de la Universal, donde terror y humor se unen con acierto.

Una tormenta en mitad de la noche, un matrimonio y un desenfadado amigo de ambos en un coche. La imposibilidad de llegar a su destino les hace parar en una extraña casa. Y pronto nos damos cuenta de que no se sabe qué es peor si la tormenta exterior o convivir una noche con los extravagantes inquilinos de una mansión llena de sorpresas. Mucho miedo, sí, pero también un sentido del humor que no cesa en cada una de sus secuencias. Sin duda, este argumento sería la inspiración para muchas películas del futuro, como por ejemplo, la mítica The Rocky Horror Picture Show (1975) de Jim Sharman, que al horror y la risa unió también la música.

James Whale, de nuevo, mostró su maestría y elegancia tras las cámaras, y su capacidad de reflejar belleza en el horror en esta obra de la Universal. También uno puede recrearse en su sutil sentido del humor. Otra vez trabajó con Boris Karloff, que esta vez se transformó en el mayordomo siniestro de la mansión, Morgan. Es curioso cómo hay un rótulo al principio de los créditos advirtiendo que Karloff, aunque no lo parezca por su caracterización, es el mismo que hizo de monstruo en Frankenstein, todo un éxito del estudio.

El caserón y sus inquilinos logran imprimir una atmósfera inquietante y estrafalaria. Y esta mansión, donde parece que el tiempo y el espacio son distintos al mundo exterior, es invadida por un grupo de personas que arrastran sus propios miedos, sentimientos, historias y también, por qué no, sus frivolidades del mundo moderno, y que se ven atrapados por la tormenta en un lugar donde se desarrolla una vida y unas historias que nada tienen que ver con la suya.

Es en ese choque de dos mundos y comportamientos diferentes donde se mueve el sutil sentido del humor de la película, y también donde se desarrollan los momentos de máxima tensión y terror. Además la película cuenta con un elenco de lujo que enriquece cada momento de risa o miedo. Los visitantes son Melvyn Douglas, Raymond Massey, Gloria Stuart, Lilian Bond y Charles Laughton, y estos se mezclan con unos inquilinos extravagantes encabezados por Boris Karloff.

El caserón tiene todos los ingredientes de una casa encantada, de arquitectura e interiores imposibles, con sus ruidos extraños, su oscuridad repentina, sus ventanas abiertas y cortinas al viento, sus escaleras… Y James Whale juega magníficamente con las sombras, y crea los momentos más hermosos con Gloria Stuart, enfundada en un vestido blanco brillante, etéreo y elegante, enfrentándose a sombras misteriosas o a un mayordomo que la acecha. Los inquilinos no solo lidiarán con sus problemas cotidianos, sino con los extraños secretos ocultos en un caserón donde parece que la racionalidad no existe, y sí la oscuridad, la superstición y lo pesadillesco.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

9 comentarios en “Periodo de oro del terror en la Universal. El doble asesinato en la calle Morgue (Murders in the Rue Morgue, 1932) de Robert Florey / El caserón de las sombras (The Old Dark House, 1932) de James Whale

  1. Ideal programa doble para un tarde de invierno en una casita aislada, con mucho frío fuera y dentro una buena chimenea, pero donde se oye el ulular del viento y todos los miedos son posibles……y con alguien cerca a quien abrazarse en los momentos de pánico
    Lo cuentas.. de cine…

  2. Jajaja, mi querida María Rosa, así hay que ver las películas de esta sesión. ¡Tienes todas la razón del mundo! Fundamental la compañía para los momentos de pánico.
    Besos con el ulular del viento de fondo
    Hildy

  3. Atractivas piezas de arqueología que casi tienen cien años. Yo hace poco disfruté mucho viendo «Avaricia» y sumergiéndome en ese pasado cinematográfico en el que hay tantas joyas por descubrir.
    Desde muy joven disfrutaba con el cine de terror y recuerdo cuando veía en la dos las películas de la universal que ponían de madrugada.
    Buenos recuerdos. También hace poco he releído los cuentos de Poe y me siguen pareciendo geniales; he disfrutado como cuando los leí con veinte años.
    Bueno, ya veremos si consigo ver estas que nos propones ahora.

    Un beso.

  4. Querídisimo Luis, sí, pues arqueología cinematográfica. Pero como dices ¡tan disfrutable!
    ¡Avaricia!, qué joya. Recuerdo cómo me impresionó cuando la vi. Tengo que volver a verla.
    Sí, los relatos de Poe son tan buenos. En la película de esta sesión, el relato sirve de inspiración. Es una versión muy libre, pero hay algo de su universo.
    ¡Sí eras espectador de las películas de la Universal, te va a encantar reencontrarte con estas dos joyas! Tienen momentos tan de puro cine.
    Besos entre las sombras
    Hildy

  5. Jaja, así como dice María Rosa vi «La escalera caracol» y ¡qué susto me pegué estando sola en casa, en una noche de tormenta!
    Estas pelis de terror me atraen mucho en teoría, pero a veces me encuentro con que no termino de conectar con ellas cuando me siento a verlas (aunque Dracula, Frankenstein, Dr. Jekyll y King Kong – no todas de Universal, lo sé – están entre mis favoritas). Sin dudas tienen su propio lenguaje y seguramente debo aprender un poco más para entrar en el juego.
    Qué gracioso que hayan puesto ese anuncio respecto de Karloff. Me causa curiosidad la ingenuidad (¿o crueldad?) del estudio respecto de Karloff, ese reemplazo de su nombre por un signo de interrogación en los títulos de Frankenstein; la omisión de invitarlo al estreno de la película porque total nadie había visto su rostro… el pobre sufrió muchos desplantes y abusos de parte del estudio y supo pelear por sus derechos al plantarse para que acortaran sus horas de filmación, compensando por el tiempo que llevaba ponerse y sacarse el maquillaje del querido Monstruo.-
    Anoto estas dos en mi lista de pendientes, que me interesan mucho.-
    Un beso con risa siniestra de fondo, Bet.-

  6. ¡¡¡Querídisima Bet, yo creo que te van a interesar un montón!!! ¡Ya me contarás! Como dices sabiamente, es clave meterse en su juego. Es supercurioso lo del anuncio de Karloff, ya verás. Las historias de Whale, Lugosi, Karloff, Browning, Stuart, Florey… y una lista interminable de profesionales de estas películas en la universal son apasionantes.
    ¡Pura arqueología cinematográfica de esa que nos encanta!

    Beso con ruido extraño de fondo de una puerta que se abre…
    Hildy

  7. Como siempre me dejas con ganas de descubrir dos películas que conocía pero que no he visto.
    Respecto a la primera yo llegué primero a Poe por un ciclo de mi infancia que dieron en la 2 los domingos por la tarde, dedicado a Roger Corman. Afortunadamente nos ahorraron muchas de las películas de su ingente obra y se centraron básicamente en sus adaptaciones de Poe, protagonizadas, casi siempre por Vincent Price: “El péndulo de la muerte”, “La máscara de la muerte roja”, “La caída de la casa Usher”, “El cuervo”, “La tumba de Ligeia”…Fantásticas. Gracias a la fascinación que me generaron esos films empecé a leer con pasión la obra de Poe siendo muy joven. Mi madre es testigo de las pesadillas con las que la despertaba por las noches. Tan sugestionada me dejaba su lectura

  8. “El caserón de las sombras” de James Whale parece curiosa. Vi hace poco “Dioses y monstruos” la película inspirada en los últimos días de la vida de su James Whale. En el film se da a entender que se sintió encasillado en las películas de terror y por eso dejó el cine. También parece que una vida privada escandalosamente abierta para la época (y bastante rijosa. Si en vez de perseguir a jovencitos hubiese perseguido a jovencitas, creo que la película le hubiese mostrado con menos compasión y simpatía) contribuyó a su ostracismo. De lo mejor del film las puyitas a George Cukor, homosexual como el pero mucho más discreto, lo que, según el film, le permitía codearse con la alta sociedad a diferencia del desenfrenado y por ello marginado Whale. Ian MacKelln le aporta la humanidad a un personaje, que insisto que podría verse simplemente como un excéntrico e histérico viejo verde ( que también lo es) Y Brendan Fraser y Lynn Redgrave están muy bien, como los únicos seres que aprecian al, en realidad, absolutamente roto y desesperado exdirector. Pero es un film excesivamente ligado a la palabra. Cuando debe mostrar en imágenes pierde la fuera y el pulso. Esas escenas de la primera guerra mundial no tienen ni la crudeza del realismo, ni la capacidad evocadora de la memoria, ni el horror de la pesadilla. Y se queda a medio camino en la identificación entre el monstruo, el doctor Frankenstein, el director y el personaje que interpreta Brendan Fraser. Quizá con otro director no tan apegado a su propio guión la obra hubiese sido más redonda y realmente memorable.
    Ya me comentarás si la has visto.

  9. Querida Lilapop, qué buenísimas el ciclo de películas Poe y Corman. Cómo me gusta La máscara de la muerte roja. Yo a través del cine he llegado también a un montón de libros. ¡Y es que el cine acerca literatura, arte, historia, filosofía…! «El doble asesinato en la calle Morgue» de Robert Florey tiene muchísimas licencias respecto al relato original, pero hay de fondo espíritu del autor, y la película es una pequeña joya visual. En cuanto la segunda es no solo curiosa, sino también un alarde visual y muy, muy entretenida. Y un placer además encontrarse con una galería de excelentes actores, entre ellos, un encantador Melvyn Douglas.
    ¡Qué casualidad, Lilapop, apenas hace unos días volví a ver Dioses y monstruos! Ya me entusiasmó en el momento de su estreno, y volvió a gustarme muchísimo en el nuevo visionado. Me gusta cómo cuenta la historia de ese James Whale decadente. Es una película más de personajes, y una se engancha tanto a Whale, como a los personajes de Frasen y Redgrave. Yo me dejé llevar de nuevo por la historia y la disfruté a tope.

    Beso en un caserón solitario… y en sombras
    Hildy

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.