El rostro impenetrable es un atípico western donde las turbulentas emociones de los personajes se agitan, van y vienen, y suenan como las olas del mar. Sí, es una película del Oeste donde el paisaje de fondo son las aguas saladas, la arena, los riscos, las olas… Y cuenta la historia de una traición y una venganza. Pero también es una intimista e imposible historia de amor. Un análisis de esta película es un reto con varios frentes que merece la pena tocar. Primero, el disfrutar de una pareja cinematográfica de la que no se habla mucho, pero que no solo tuvo química, sino que dejó tres buenas películas para inmortalizarla. Y la culminación de lo bien que casaban fue sin duda este film extraño. Estoy hablando de Marlon Brando y Karl Malden. Segundo, la huella y presencia de tres hombres con personalidades arrolladoras: Sam Peckinpah, Stanley Kubrick y Marlon Brando. Y, por último, es una de esas películas que no gozaron de toda la libertad creativa, que vivió un rodaje tormentoso hasta que se puso en pie, que tenía metraje eterno y fue recortada por la productora para ser estrenada… y cuyo resultado imperfecto muestra también los destellos de su genialidad.
El idilio interpretativo entre Brando y Malden comenzó en los escenarios teatrales y terminaron coincidiendo en los camerinos de Un tranvía llamado deseo. Y luego los dos actuaron en la versión cinematográfica de la obra teatral. Después estuvieron impresionantes en La ley del silencio. La guinda final fue El rostro impenetrable. En un documental sobre Un tranvía, recuerdo que Malden contaba que se lo pasaron realmente bien juntos en las tres películas donde actuaron. Y también Malden reconocía que tenían personalidades muy distintas, que vivían la vida de manera diferente, pero que se llevaban muy bien (se complementaban) y conservaron su amistad hasta el fallecimiento de Brando.
En El rostro impenetrable son dos buenos amigos que atracan bancos en la frontera, en México: Dad y Rio. En su último atraco, les persigue la policía mexicana y terminan rodeados en lo alto de una montaña con un solo caballo agotado. Solo hay una posibilidad de huida y es que uno de los dos vaya a una granja cercana, consiga dos caballos y regrese a por el otro. Rio fuerza que sea Dad el que vaya a por caballos frescos, descansados…, pero este, tras la duda y tras medir la posibilidad de rescatar a su amigo, decide no regresar a por él. A Rio le detienen y se pasa cinco años en una dura cárcel en Sonora. Cuando escapa, solo vive para vengarse de Dad. Y logra localizarlo como un honrado y prestigioso sheriff en Monterrey, que se ha construido además una familia. El combate interpretativo entre ellos deja momentos memorables como el primer encuentro entre ambos después de la traición. Brando es un actor del método, que modula su rostro, sus gestos, su capacidad de improvisación, su voz para construir al personaje… Y Malden es un monstruo de la naturaleza, un profesional y buen actor, que se hace con sus personajes. Dad y Rio son dos personajes complejos llenos de defectos, pero también con sus virtudes. Ninguno de los dos es totalmente bueno o malo. Y por eso su relación tampoco es fácil.
La historia de la película partió de una novela, The autentic death of Hendry Jones (por cierto, se editó en castellano con el título de la película), de Charles Neider. Y cayó en manos de Sam Peckinpah, quien realizó el primer tratamiento de guion del film, y a pesar de que hubo más reescrituras…, en la película hay un inconfundible toque Peckinpah (en la manera de plantear las relaciones, en la forma de reflejar la violencia). Luego no pudo seguir con el proyecto, pero sí sirvió para inspirarlo y años más tarde sentir huellas de esa historia en Pat Garrett and Billy the Kid. Curiosamente rescató para esa película a dos secundarios de lujo que también están presentes en El rostro impenetrable: Katy Jurado y Slim Pickens. Así El rostro impenetrable pasa a las manos de Marlon Brando, que también se interesa (estamos en la era donde los actores se convierten prácticamente en productores, cuando las grandes majors van perdiendo poder y terreno) por el proyecto, y decide que va a poner al frente del proyecto a Stanley Kubrick, que había salido del rodaje de Espartaco, bajo la mirada de Kirk Douglas. Obviamente dos egos tales y además tremendamente obsesivos chocaron. Kubrick deja el proyecto y, entonces, Brando decide ponerse frente a la dirección del proyecto. Parece que hereda la obsesión por el detalle, la minuciosidad y la inistencia en encontrar la forma adecuada de ‘mirar’ una escena de Kubrick. Además se añade que quiere conseguir determinados efectos en su forma de actuar para los que quiere todo el tiempo del mundo. La película se convierte en su único proyecto como director. El resultado final tenía más de cuatro horas de metraje, pero al final la Paramount, fundamental para la posible distribución de la película, exigió no solo acortarla a unas dos horas, sino también rodar otro final menos pesimista (que afectaba al fatalismo de la historia de amor)… La película no funcionó en absoluto en EEUU, pero recibió una mirada distinta de la crítica europea.
El rostro impenetrable tiene además una galería de actores que secundan perfectamente la historia de la venganza. A Katy Jurado y Slim Pickens, se unen Ben Johnson, Timothy Carey (un actor que había trabajado ya con Kubrick en varias ocasiones) y fue el debut en EEUU de la actriz mexicana Pina Pellicer. Y es con ella, con Pina, donde Brando construye una historia de amor imposible que empieza con una mentira y termina siendo un loco amor, tan agitado como el mar bravo. Ahí se esconden los momentos más intimistas y poéticos de la película. El nuevo final que tuvo que rodar deja una secuencia ambigua, donde aporta un futuro incierto para la pareja, pero parece que el mar vuelve a la calma, y la fatalidad se hace a un lado.
También El rostro impenetrable tiene otra de las firmas de Marlon como actor, no solo esa sonrisa que no ha podido ser imitada nunca más, sino ese afán de hacer sufrir a su cuerpo más allá de lo imaginable, que luego trasladó a su vida real al no cuidarse nada y deformarse con una obesidad sin tregua. Así durante varias películas, Brando recibe palizas violentísimas que no se olvidan. En El rostro impenetrable una de las secuencias impactantes son los latigazos que recibe por parte de Dad, más el brutal golpe con la culata de la escopeta que le destroza la mano. Cinco años después recibiría otra paliza bestial en La jauría humana de Arthur Penn.
El rostro impenetrable es un extraño western con olas de mar de fondo, que bien merece un visionado y un recordatorio de vez en cuando. Es de esas películas imperfectas que, sin embargo, poseen un fuerte poder de seducción.
Nota: también aprovecho para anunciar el apetecible ciclo que durante el mes de septiembre tendrá lugar en la Filmoteca Española, donde una de las películas que se proyecta es El rostro impenetrable. El ciclo es Sergio Leone + Transgresiones del neowestern con una programación que permitirá ver en pantalla grande no solo los títulos míticos de Leone como Hasta que llegó su hora, sino también obras cinematográficas como La última película, Vidas rebeldes o Los vividores.
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Maravilloso texto para una película que me encanta a pesar, como dices, de sus imperfecciones. Mucha miga tienen las relaciones entre estos personajes, no cabe un solo prisma, ni las etiquetas, ni la moral oficial frente a la transgresión. Son personajes de verdad. Un poco pasada de metraje y también tirando a la megalomanía de Brando, pero yo al menos la aprecio a pesar de todo.
Qué bueno ese ciclo… Aunque yo me hago uno de esos en mi casa por lo menos una vez al año…
Besos!!
Cómo me ha gustado volver a verla, mi querido Alfredo. Es una película muy rica en matices. Maravillosamente imperfecta y con muchas posibilidades de lecturas y análisis.
Sí, es de esas películas que no merecen olvidó.
Beso
Hildy
Me encantaría revisar en pantalla grande alguna que otra película en ese maravilloso ciclo de la Filmoteca Española, Hildy. En cuanto a esta película, necesitaría volver a verla de nuevo pero, en su momento, recuerdo que me gustó más de lo que en un principio esperaba, quizás, influido por la arrolladora personalidad de su realizador y protagonista. Gran entrada, como siempre. Besos.
Querido Antonio, yo me he señalado varias del ciclo. Y a ver si es posible que no me las pierda. Estoy segura de que cuando vuelvas a ver El rostro impenetrable vas a volver a disfrutarla. Está llena de detalles y matices que convierten este western en una película especial. Y ya solo ver a Brandon y Malden merece un visionado.
Beso
Hildy
La ví en mi adolescencia y tu comentario me ha hecho desar volver a verla.
Por ahora,sólo recordar que algunos años después del estreno de este film,se produjo el suicidio de Pina Pellicer con apenas 30 años de edad.
Besos
IVÁN
Comparto el entusiasmo por la única película como director de Marlon Brando aunque me gustaría tenerla más fresca en la memoria. Sin duda la presencia del mar sorprende y le aporta un carácter único que resalta su extrañeza. Esta no viene tanto porque su protagonista sea un fuera de la ley, ya había numerosos precedentes en el western (“Tierra de audaces”, “Cielo amarillo”, “La verdadera historia de Jesse James”, “Tres padrinos”, “El pistolero”, el Ringo Kid de “La diligencia”…) sino porque no pretende redimirse sino vengarse y ese ánimo de venganza le lleva a cometer un acto deleznable, impropio del héroe de las películas hasta entonces, como seducir a la inocente y enamorada hijastra de su amigo/ enemigo. Daño colateral de ese abismo sin fondo que es la venganza ciega. De la película recuerdo escenas como el tiroteo en la cantina, la espera del ataque en las dunas que marcará el destino de los protagonistas, el salvaje azote a latigazos al personaje de Marlon Brando (¡cómo le gustaba que le maltrataran en las pelis!) o ese final agridulce con el mar como última frontera. Resuena en mi cabeza la hermosa música de Hugo Friedhofer y encontré bellísima la fotografía de Charles Lang. Recuerdo como odié al personaje de Karl Malden, ese antiguo ladrón convertido en la autoridad de un pueblo. ¡Con cuánto odio y saña quiere enterrar su pasado (y su traición) encarnados en su antiguo amigo! Pese a ser una película sobre una rivalidad masculina, los personajes femeninos son inolvidables. Ambas se escapan del arquetipo de la mujer latina de aquella época (y puede que aún también de la actual) a saber: fogosas, temperamentales, salvajes y gritonas. Katy Jurado compone una “mater dolorosa” a la que se le lee en los ojos enormes un pasado hiriente como madre soltera, que busca un futuro mejor para su hija en ese matrimonio con un hombre al que seguramente no ama pero al que está agradecida. Pina Pellicer me conmovió. Menuda, frágil física y emocionalmente, de una sensibilidad casi dolorosa (¡que auténtico es su llanto!) entiendes que su entrega amorosa absoluta e inocente haga que el personaje de Rio sienta vergüenza de si mismo por haberla utilizado. Y que se enamore de ella. Y que cambie. Que quiera vivir de nuevo y no solo existir para vengarse. La película es extraña, fascinante, triste y romántica. Como la propia Pina Pellicer…Su trágico y prematuro final indica que su sensibilidad extrema no era solo de su personaje.
Querido Iván, yo también la vi en la adolescencia y tenía buen recuerdo de ella. Pero al verla de nuevo de adulta, la he disfrutado mucho más. Sí, Pina es toda sensibilidad. Sale también en una película mexicana que me fascina que se titula Macario. Ya solo por esas dos películas merece la pena no perderla de vista.
Beso
Hildy
Querida Lilapop, ¡y qué grande es Karl Malden! Qué bien construye su complejo personaje. Me ha gustado mucho en tu comentario cómo retratas a los personajes femeninos, efectivamente alejados de estereotipos. Y, sí, cómo recordaba también Iván, qué lástima el final de Pina, pues creo que hubiese sido una actriz que hubiese desarrollado una interesante carrera.
El rostro impenetrable efectivamente trata sobre la venganza de manera cruda. Y también sobre cómo tanto Río como Dad construyen sus vidas alrededor de la mentira continua… Pero como la verdad siempre les persigue, también la emocional.
… y el mar y las olas crea un ambiente que envuelve y cautiva.
Beso
Hildy
Hola!. En primer lugar, probablemente por alguna aberración mía, durante un tiempo no he podido acceder a este blog ni a otros (me salían unas ventanas donde me pedían datos que no acababa de entender y tenía que desistir) y he quedado «incomunicado», por así decirlo.
En cuanto a la película que nos ocupa, leyendo el contenido del post y dejando aparte los datos históricos objetivos, parece que coincidimos en varios puntos con la valoración que me merece este western y que fue expresada por un servidor hace poco más de dos años en una página que mantengo en Facebook con el mismo nombre de mi blog. Parece que algunas películas -como ésta- resultan inequívocas. Dicho lo cual, a continuación reproduzco el texto.
«Estamos ante un proyecto arrebatado de las manos de Stanley Kubrick (antes lo había estado brevemente en las de Peckinpah) y del que se hizo cargo finalmente su actor protagonista, un Marlon Brando en un momento de su carrera de máximo endiosamiento. Sin duda, esto dio lugar a un ejercicio narcisista (los abundantes y prolongados primeros planos de Brando y el tema de la venganza es muy posible que inspiraran a Sergio Leone para sus futuros westerns) pero no exento de interés, en cualquier caso.
Su barroco diseño visual y un parsimonioso ritmo narrativo concienzudamente estudiado para tensar las relaciones entre personajes, su radical tratamiento de la violencia, los escenarios elegidos (hermosas e insólitas localizaciones junto al mar) y algunos meritorios detalles en la dirección de actores (Karl Malden está soberbio), crearon un western atípico que en algunos momentos puede resultar incluso fascinante por esa atmósfera espectral que invade algunas secuencias. A reseñar, el carácter masoquista del personaje interpretado por Brando soportando generosas dosis de castigos corporales, aspecto éste curiosamente repetido en sucesivas películas del actor».
Un abrazo.
¡Querido Teo, qué alegría tenerte de nuevo! Ayyyy, las nuevas tecnologías…, yo hablo siempre de duendes informáticos, parece que ahora se han portado bien y te han dejado otra vez dejar aquí tu huella.
¡Gracias por compartir tu texto! ¡Merece la pena recordar y visitar de nuevo El rostro impenetrable, no hay duda!
Y es que un western en el mar…
Beso
Hildy