Nuestro último verano en Escocia (What we did on our holiday, 2014) de Andy Hamilton, Guy Jenkin

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Así dejaba caer en un whattapp lo que me había gustado esta película a un grupo de amigos: “Nuestro último verano en Escocia tiene un punto vikingo, bajo el mandato de Odin, con notas armónicas sobre la muerte y la vida… y lo ridículos pero tremendamente humanos que podemos ser… A veces los niños en sus mundos lo tienen todo mucho más claro. A mí me ha sorprendido gratamente…”. Y todo empezó porque tuvimos un suculento debate en una cena sobre qué es una película de buenos sentimientos, o como yo suelo llamar películas medicinas, al mostrar mis ganas e interés por ver esta película. Debatíamos sobre su verosimilitud o no, sobre si son falsas o no lo son, sobre si son maniqueas o no, sobre si hay una buena película de buenos sentimientos, sobre cuál es la definición exacta y qué películas entrarían dentro de esta denominación. Fue un debate encendido y apasionado. Se habló también de dónde estaban los límites de este subgénero y si era uno de esos subgéneros que pueden volar o se queda en lo políticamente correcto…

Después de disfrutar en la sala de cine, pensándola me di cuenta de que, mientras me dejaba arrastrar por paisajes que hicieron que nacieran en mí unos deseos inmensos de regresar a Escocia (fui en dos momentos muy especiales y siempre me genera bonitos recuerdos), me venían a la cabeza dos películas: una americana y otra británica. Pequeña Miss Sunshine y Un funeral de muerte. Sentí un fino hilo que unía estas tres películas, familias normales en un momento crítico de su existencia que nos las devuelven como familias disfuncionales; la vida y la muerte dándose la mano de manera natural, las máscaras de la comedia y la tragedia enlazadas; lo ridículo de los seres humanos pero también el eterno lado tierno oculto en cada uno y la infancia como mirada que observa el mundo de manera, cercana, especial; así como la cercanía de comunicación entre el niño que le queda todo por vivir y aquel que ya apenas le queda un tiempo por estar…

Nuestro último verano en Escocia es una película con encanto de personajes y situaciones (con una buena galería de actores, desde el más mayor hasta el más pequeño). La premisa es sencilla (tanto como su dirección): unos padres que están en proceso de separación van con sus tres niños a una gran fiesta de cumpleaños en Escocia. El cumpleaños es del abuelo (por parte paterna). Los niños, a pesar de que viven en sus mundos, se dan cuenta de que no encajan en un mundo de adultos que no entienden. El que mejor se explica es el abuelo. Sus padres están en una discusión eterna. Sus tíos son personas que hablan un lenguaje extraño, y su primo está demasiado perdido. Unas horas antes de la gran macro fiesta con más de doscientos invitados, el abuelo decide ir a su playa favorita con sus tres nietos… Nuestro último verano en Escocia te deja con la sonrisa asomando en la boca… la vida es tan sencilla y tan compleja a la vez. En la vida ríes y lloras… y existe también el humor suave, el tierno y el negro. Y como dice el abuelo a una de sus nietas: “¡Tienes que vivir más y pensar menos!”… y dejarte llevar por un amanecer en una playa y desconectar del sonido del móvil, y saber que las personas que quieres, como tú a ellos, a veces te ponen de los nervios…, y darte cuenta de que puedes equivocarte o estallar… En fin, me he ido a gusto a Escocia. Me sentó bien la medicina, con niños incluidos. Nuestro último verano en Escocia es una película de buenos sentimientos con un punto vikingo que la distingue y deja que te sorprenda como espectador.

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6 comentarios en “Nuestro último verano en Escocia (What we did on our holiday, 2014) de Andy Hamilton, Guy Jenkin

  1. Tomo nota, mi querida Hildy, aunque ya sabes que soy alérgico a la pornografía sentimental (para mí, el «cine de buenos sentimientos» se reduce a eso, cuando no está rebozado en almíbar), y más todavía si hay niños de por medio. De todos modos, Escocia y los vikingos siempre son un aliciente extra.
    Besos

  2. La vimos este domingo y la relacionamos con una de las pelis que comentas: Un funeral de muerte. Película que me encantó por lo que tiene de desmitificador de la solemnidad de la muerte. La muerte es una putada, sin más, y tiene poco de solemne por mucho que haya quien se empeñe. Pero en fin, esta es un idea propia, no pretendo que vaya más allá.

    Y sí, me gustó El último verano en Escocia a pesar de que el final y su forma de sanar todos los cabos me pareció inverosímil y forzado pero luego pensé: «mira que eres maniática, bonita, si el resto era igual de inverosímil y forzado sólo que te hacia más gracia»… jajajaja.

    Pero es que creo que va a ser eso, los vikingos me ponen, cachis!

    Así que estoy contigo, una película recomendable y risueña.

    Besos, querida walkiria.

  3. ¡Mi querida Marga, jajaja, por Odín, esta película tiene encanto, sí, es risueña! ¡A veces es bonito dejarse llevar por ficciones vikingas!

    Totalmente de acuerdo, la muerte es una putada muy grande. Cuando alguien querido se va, automáticamente pienso que la muerte ha sido injusta, muy injusta, que no le tocaba a esa persona en ese momento… Nunca quieres que llegue el momento para alguien que adoras…

    Besos
    Hildy

  4. Sobre el debate previo…mi madre lo solventa de una forma muy grásfica y directa….y las madres no se suelen equivocar…con la frase…no le des tantas vueltas, es una película.
    El que le da vueltas soy yo, claro está. Creo que es necesaria una predisposición con ciertas películas de feel good, igual que es necesario que te creas que superman vuela, sino no entres a verla.
    Esta no la he visto, pero no la descarto, ya que de la de Itaca solo puedo delitarme con tu sugestivo texto, ya que por aquí niu ha asomado ni creo que asome. Un abrazo

  5. Pues, mi querido Victor, tu madre es muy sabia. Efectivamente a veces hay que dejarse llevar por la película, pasarlo bien… y luego ya la diseccionaremos o analizaremos. Pero de primeras, ja, ja, ja ¡disfrutemos todo lo que podamos!
    Está muy bien para pasar una buena tarde… y además qué bonita es Escocia.

    Regreso a Ítaca seguro que asoma en algún ciclo, conferencia o festival y si no pronto en un buen dvd. Creo que te gustaría.

    Un beso paseando por una hermosa playa escocesa…
    Hildy

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