Igual que hay caminos donde la comedia romántica se reinventa, también el musical es un género que puede seguir esa senda. Es cierto que todavía no hay una nueva etapa dorada del musical y que cuando estos surgen (más a menudo de lo que pensamos) siempre los sentimos como rarezas (algunos muy fallidos, otros no tanto y casi todos siguiendo las claves del musical clásico. Los que se salen del esquema o arriesgan, terminan en los márgenes o son denostados: se me ocurre Across the Universe). Sin embargo, algunos musicales, unos más que otros, hacen avanzar o evolucionar el género. A veces tengo la sensación de que se arriesga mucho más en los ‘momentos musicales’ de películas que no son del género… Y uno de los directores que lo está intentando podría ser John Carney. En 2006, en su Irlanda natal dirigió un musical en los circuitos de cine independiente, Once, que fue un boom. Una de esas películas que tienen largo recorrido y donde funciona el boca a boca. Una minimalista y realista historia de amor entre un músico callejero irlandés y una inmigrante checa que compone canciones en Dublín. La premisa era muy sencilla, fresca y espontánea pero caló. Al igual que sus canciones, sobre todo ese momento en la tienda de música cuando ambos interpretan Falling slowly. Los personajes eran interpretados por dos cantantes, compositores e instrumentistas, el irlandés Glen Hansard y la checa Marketa Iglova. Y las canciones van acompañando la evolución de la historia y los sentimientos de los personajes… El centro de la película es el poder de la canción y su composición para construir la historia y conocer los sentimientos de los personajes. Ellos viven a través de las canciones.
Ahora John Carney se enfrenta a su primer trabajo en Hollywood y para mí sale maravillosamente airoso con Begin again. Película bastante más elaborada que Once pero con un resultado y un acabado perfecto. Un musical que te hace salir de la sala con una sonrisa y un buen rollo increíble. Como siempre John Carney parte de la sencillez en su argumento y en su manera de contar… y además también ofrece una mirada cinematográfica y un homenaje a una ciudad: Nueva York. De nuevo, las canciones vuelven a ser centrales para construir la historia y conocer los sentimientos de los protagonistas. De nuevo las canciones son el centro del Universo. ¿Puede una canción salvar una vida? Y la respuesta es un sí gigantesco.
Begin again cuenta el encuentro laboral y emocional entre un productor musical americano que vive malos tiempos y una joven británica compositora de canciones que acaba de ser abandonada por su novio cantante que está triunfando en EEUU y la fama le hace ‘abandonar’ su vida pasada. Estos dos seres perdidos en la gran ciudad y que encuentran una ‘nueva oportunidad’ a través de la música son los actores Mark Ruffalo y Keira Knightley. Y su química llena la pantalla. Se encuentran en el momento oportuno, para ‘dar vida’ a un proyecto que les hará encontrarse a ambos con sus vidas. El proyecto: la grabación de un disco al aire libre en los rincones de Nueva York…
La historia no es original ni los personajes tampoco (novio que pierde el norte por la fama, buen amigo no triunfador que acoge a la novia desencantada, ex esposa encantadora, adolescente complicada…) pero John Carney logra que nos metamos en la historia y que queramos a los personajes. Y crea una estructura y un musical que logra poner una sonrisa o crear una ilusión de que la vida aporta segundas oportunidades. Y que cuando se lucha por un proyecto común y se cree en él, todo se vuelve mejor y más fácil. Cuida la forma de contar la historia, de insertar los momentos musicales y deja buenas posibilidades de cine musical puro y fresco.
Me centraré en tres momentos para explicar esta película más elaborada de lo que aparenta y un uso de la canción, de lo musical, para construir una historia. La primera canción de la protagonista en un pequeño bar de Nueva York. Primero el director nos muestra la escena como si fuéramos un espectador más del local. No quiere decir nada para nosotros. Después se centra en la historia del productor musical y nos presenta un día desastroso de su vida, al final acaba medio alcoholizado en ese bar que ya conocemos y vemos la escena desde su punto de vista. La canción toma otro sentido, él la proyecta de otra manera, le da otra vida. Después se centra en la historia de la cantante y su fracaso sentimental… y en el peor día, lejos de su casa, acaba en un bar y su amigo le hace salir al escenario… Otro punto de vista para la misma escena… El segundo momento es la secuencia cumbre de la película, y a mi parecer muy lograda, pues cuenta además con la química de los protagonistas. Y es cuando más unidos emocionalmente se encuentran, el día de las confesiones. De pronto comparten sus cascos para escuchar cada uno su lista de canciones (pues no hay mejor manera para conocer al otro), como no por las calles de Nueva York, y ahí ocurren una cascada de momentos mágicos con las canciones de cada uno… Y el tercer y último momento… es una Keira bastante perjudicada y divertida que decide dejarle en el buzón de voz a su ex novio un mensaje en forma de canción…
Begin again me ofreció más de lo que me esperaba y con la sensación de que el cine musical sigue sus caminos, sus sendas…
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No, no me vas a ver por ahí. Bueno, never say never again, Mr. Bond.
Saludos.
Querida Hildy,
he disfrutado de tus palabras de la misma manera que el domingo disfrute de la película. Ruffalo y Kiera me encantaron. De Nueva York ya estaba enamorado. Yo también me he sentado en una esquina cualquiera de una calle cualquiera de la gran manzana escuchando mi mp3 y viendo pasar la ciudad por delante de mis ojos. Es una escena mágnifica.
Besos.
Manel.
Ja, ja, ja… eso, eso querido Licantropunk, nunca digas nunca jamás…, puedes encontrarte en una sala de cine escuchando una canción mientras paseas con la mirada por Nueva York… y sorprenderte porque estás disfrutando aunque no te lo esperabas…, ja, ja, ja.
Besos
Hildy
Querido Manel, cómo me gustó la película. Yo la vi el sábado. Y también me encantó la química que desprendían los dos. Nueva York es una ciudad de lo más cinematográfica… Sí, ese momento es para verlo una y otra vez. Qué ganas de escuchar aquellas canciones que te hacen palpitar y mirar los edificios, los árboles, la gente pasar en una calle que no te cansas nunca de estar en ella y siempre la ves distinta cada vez…
Besos
Hildy
Querida Hildy, ¡qué ganas de verla! No conozco al director, pero Mark Ruffalo y Keira Knightley me gustan mucho, he empezado a descubrir los musicales y este año fui por primera vez a NY y me enamoré a primera vista de esa ciudad magnífica. Tres motivos para ir corriendo a buscarla. Un beso grande, Bet.-
¡Entonces te va a encantar, querida Bet! Si te gustan Ruffalo y Knightley (verás qué química más increíble tienen los dos), si te está entrando el gusanillo por el género musical en el cine (¡qué joyas hay!, a mí me encanta) y si te enamora Nueva York… Begin Again es tu película en este mismo instante. Ya me contarás.
Beso
Hildy
Veo que no has perdido el tiempo, amiga Hildy. ¡Cuanto cine! A veces cuando hablo con mis amigos sobre cine siempre te menciono. Suelo decir: «Si de repente una mayoría se convirtiera en Hildy la edad de oro volvería de nuevo». He viajado algo por ahí y cuando llegaba la tarde me decía:tengo ganas de entrar en un cine. Pero al ver los estrenos me echaba pá trás. Luego me iba y me tomaba unas cervezas reflexionando sobre cine. Recuerdo que por allá los setenta (yo era un crío)andaba muy nervioso porque los estrenos eran tantos y tan buenos que sabía que no podría ver todas las películas por falta de dividendos. Ahora soy mayor y me digo: «qué pasa, ahora tengo pasta para ir al cine», y me encuentro con este percal: Dragoncitos que vuelan, Mercenarios envejecidos, avioncitos que quieren hacer gracia, hadas, brujas, campanillas y un perro bobo gracioso sin gracia. Mark Wahlberg y los Transformers. Un protector calvo llamado Jason Statham perfilado en un guion de Stallone. La segunda parte de una purga de terror,barbacoas insufribles, historias de amor ñoñas dignas del canal Channel. Chef, madre mía con lo que detesto yo a esos cocineros perdonavidas mediáticos, ni «Bajo mil estrellas». Más planetas de simios, más viejos que saltan por una ventana (ojalá sea cierto).Sex Tape, algo pasa en la nube, claro, todos estamos en ella y no en Pompeya (ojalá sea cierto).
Mark Ruffalo es un actor que me cae bien, mi querida Hildy. ¿No crees que tiene cara de setentero? Por eso me gusta en Zodiac. El otro día vi por la tele La última frontera (por puro aburrimiento) y no veas lo que me cabreé por ser una película militarista, patriótica y absurda (valga la redundancia). Allí sale todavía un joven Búfalo, perdón, Ruffalo.
En fin, se nota que he vuelto y vuelvo con mis largas parrafadas sin sentido.
Hoy hace aquí mucho calor y la humedad no es nada relativa.
Muchos besos, amiga Hildy.
¡Frannnncissccccooooo, querido!¡Qué bien volver a leer, como dices, tus parrafadas! Ayyy, Begin again entre todos esos estrenos veraniegos es una película sencilla que te hace salir bien del cine. Yo todavía recuerdo sus canciones y algunas escenas me vienen a la cabeza. La química entre Mark y Keira, genial.
¿Te refieres a La última fortaleza, verdad? No la he visto. ¿Es la de Robert Redford, no? Pero después de tus palabras, creo que de momento la dejo en la lista de películas pendientes…, je, je, je. A mí también me cae bien Ruffalo.
Qué bueno que estés de vuelta… Espero que entre tanto estreno, caces alguna al vuelo que te haga disfrutar un poquitillo… Si no siempre nos quedará el reproductor de dvd o blu rays. O un montón de buenos libros.
Fíjate que a mí hay alguna en cartelera que me apetece echarle una miradaaaa.
Beso
Hildy
Me uno a la simpatía por Ruffalo y por Zodiac. No me uno en mucho más, excepto en la alegría de veros de vuelta de donde sea.
Besos y abrazos
Allllfffrreedddooo, querido. ¿Estás de vuelta ya? ¿Has descansado, desconectado? Qué bien leerte. ¡Yo tb estoy en el grupo simpatía por Ruffalo! En Begin again además queda de nuevo reseñada Nueva York como ciudad cinematográfica…
Beso
Hildy
¡Hildy, por fin logré ver Begin Again! Quedé encantada y con ganas de volver a verla ni bien terminó (seguramente conocés esa sensación). El momento que me atrapó y me metió dentro de la película fue aquel en el cual el personaje de Ruffalo imagina el acompañamiento musical para la canción que la pobre Knightley canta mientras nadie más la escucha. ¡Cuánta magia!, y qué buena excusa para introducir todos esos instrumentos que siempre aparecen de la nada en las películas.-
Para el resto de la película ya estaba del lado de los protagonistas y, aunque la historia es bastante previsible como decís, me encontré en varias oportunidades alentándolos a hacer lo correcto cuando parecen al borde de un error.-
Me despido por ahora, con unas ganas terribles de ponerme los auriculares y salir a la calle al son de la música de mi mp3. Un beso grande, Bet.-
¡Qué bueno que hayas podido verla, querida Bet! Es que Begin again tiene una cualidad que valoro mucho: el buen rollo que te deja tras su visionado. El momento que describes de Ruffalo es genial y efectivamente ahí nos damos cuenta de que estamos ante un musical pensado y trabajado. Sí, sientes empatía con los personajes y los acompañamos en su viaje emocional, apetece acompañarlos.
Sí, creo que las canciones que nos gustan forman nuestra banda sonora y nos describen bastante… ¡Te deseo bonitas canciones a través de tus auriculares!
Besos musicales
Hildy
Tanto Once como Begin Again son dos extraordinarios ejemplos de gran cine desde la sencillez, desde la capacidad de contar historias sustentadas en guiones que en su apariencia de naturalidad esconden un tremendo trabajo y mayor inteligencia. No hay cosa más difícil en el cine que contar historias ya contadas y hacerlo bien. Infinitamente mejores que cualquier superproducción firmada por Tarantino, Nolan, Aronofsky o Anderson, cineastas sobre los que algún día espero se haga justicia en el peor de los sentidos (salvando, claro está, a la magistral Magnolia). Lo dicho, cine hermoso, sencillo, entrañable … Dos maravillas para ver muchas veces. Con el paso del tiempo me interesan cada vez más este tipo de películas, al igual que The visitor, Una casa en Córcega o Six Acts, trabajos noveles que pasan sin pena ni gloria en un mundo cinematográfico cada vez más epidérmico y efectista. Un gran abrazo.
Querido Altaica estas dos películas o The visitor son películas que me tocan, me llegan. Sí, es más complejo de lo que pensamos crear una película sencilla y bien contada.
Beso enorme
Hildy