Jean Seberg, la cazadora solitaria…

alfinaldelaescapada

… érase una niña de cabellos dorados de Iowa que se convirtió en Santa Juana de Hollywood y terminó siendo mártir muriendo sola y olvidada en un coche…

Apenas acabo de volver a leerme Diana o la cazadora solitaria de Carlos Fuentes (Punto de lectura, 2006) donde el novelista se desnuda al completo y narra los dos meses pasados junto a la actriz a la que convierte en personaje literario. Jean Seberg es Diana Soren.

… es una novela que me apena y fascina a la vez pero donde Carlos Fuentes es tan transparente que me parece cruel. No tiene reparo alguno en escribir todos sus defectos como persona por eso su relato exuda autenticidad. Por eso Diana Soren se convierte en personaje triste y atrayente. No sé si a Jean Seberg le hubiesen gustado estas páginas… pero lo que es cierto es que Fuentes logra plasmar la radiografía de una época de desencanto que fue del mayo del 68 cuando parecía que el mundo podía cambiar a la muerte de las revoluciones con la destrucción de una mujer contradictoria, vulnerable y frágil, Diana Soren. Convierte a Jean Seberg en símbolo y leyenda trágica.

La novela transcurre en el tiempo de un rodaje… cuando Jean Seberg se encontraba en México rodando un western. En el libro no viene de qué película se trata. Y a los integrantes del reparto los cambia de nombre. Pero indagando en su filmografía la película que rodó en México fue Macho Callahan y el actor mayor y desencantado que acompaña algunas noches de Soren y Fuentes puede ser Lee J. Cobb.

Entre las páginas queda el retrato de Seberg, un triste retrato, de una mujer que quiso luchar contra titanes y éstos la rompieron en mil pedazos sin piedad alguna… Y que irremediablemente todos los hombres con los que se relaciona terminan haciéndola daño… y ella también (porque a todos les asusta una mujer libre). Quiso volar con los nuevos tiempos pero el viejo orden siempre gana.

… Ficción y realidad. Su relación con los Panteras Negras, con su esposo el novelista Romain Gary, con su amante Carlos Fuentes, la persecución que sufrió por parte del FBI (no todo eran paranoias), con otros hombres entre ellos un Clint Eastwood que terminó desencantándola… Su mirada como actriz fracasada. Jean Seberg, cazadora trágica además de solitaria. Exiliada de la vida.

Pero Fuentes también se desnuda. Y ahí hay que reconocer cierta justicia poética. La desnuda a ella pero se desnuda él. Y el relato es desgarrador. Pero a mí se me hace un hombre duro, a veces injusto… pero desde luego sincero y con sentido de autocrítica. Así sale reflejado su México, sus pensamientos e ideologías, sus reflexiones, su relación con la literatura y con otros intelectuales (surge en un momento dado hasta Luis Buñuel)…

Buenos días, Jean

… No tiene una filmografía amplía ni todos los títulos son reseñables. Algunas de sus películas son difíciles de ver. Aunque empezó de la nada, sin apenas preparación, como una estrella… la crítica no fue muy amable. Surgió de un casting de miles y miles de muchachas para alzarse con el papel de Santa Juana, quemada en la hoguera y para trabajar con un director que era muchas cosas menos dulce… pero confió en el pontencial de su cara de ángel. Después sus problemas emocionales y mentales hicieron que rechazara muchas oportunidades que le hubiesen permitido una carrera llena de buenos títulos. Aun así los tuvo. La rubia de Iowa destacó… y se convirtió en leyenda al otro lado del charco por obra y gracia de un grupo de cineastas franceses apasionados, de la nueva ola.

Así de ser Santa Juana pasó a ser la heroína joven y trágica de otra película de Otto Preminger que a mí me gusta mucho, Buenos días, tristeza. La adaptación cinematográfica de la novela de François Sagan. Jean Seberg se convirtió en Cécile, la adolescente que siembra la discordia con gotas de maldad inconsciente por miedo a crecer y perder el amor y el tipo de vida que lleva con su padre…

Más tarde Jean Luc Godard la convirtió en leyenda como reina del Nouvelle Vague en Al final de la escapada. Y ya es icónica esa imagen de una rubia con pelo corto, pantalones de pitillo negro y niki blanco vendiendo el periódico por las calles de París.

Después en 1964 realiza la única película de la que se sintió orgullosa en Hollywood. Una trágica y hermosa historia de una esquizofrénica, Lilith de Robert Rossen. Ahí Lilith hermosa y creativa con problemas de salud mental se rompe más en pedazos cuando establece una relación con un hombre más fragmentado y roto que ella, un jovencísimo Warren Beatty. Al final se convierte en un amor destructivo… para ambos.

También guardo cariño del extraño trío que protagoniza La leyenda de la ciudad sin nombre, un extraño musical que de extraño se convierte en especial con Seberg entre Lee Marvin y Clint Eastwood, dos hombres libres (pero asustados ambos al descubrir a alguien más libre… ella).

Su filmografía tiene más títulos pero señalo sólo los que he visto… y ya a través de sus películas se descubre a la frágil chica de cabello rubio de Iowa que quiso volar y no pudo…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

8 comentarios en “Jean Seberg, la cazadora solitaria…

  1. Otro juguete roto, y de los de manual. Es curioso cómo a veces las oportunidades, las bendiciones, vienen sembradas de semillas de crueldad. Obviamente, nadie es inocente, algo hay que hacer para atraer tanta desdicha, pero cuando pienso en su final, en ese coche, creo que es de las cosas más tristes que he visto jamás.
    Besos

  2. Sí, querido Alfredo, es uno de los finales más tristes… Su ex esposo Roman (con el cual tuvo una compleja relación pero nunca se abandonaron) se suicidó también poco después de su muerte.

    Nunca se sabe, y es también uno de los aspectos que toca Carlos Fuentes, si hubiera sido menos infeliz sin salir de Iowa. Sin haber tenido esa oportunidad entre 18.000 candidatas de ser Santa Juana.

    Besos
    Hildy

  3. Extraordinario viaje Hildy. No he leido la novela que anoto inmediatamente. Desconocía su existencia y eso que considero a Fuentes uno de los grandes.
    Lo de Jean Seberg novelada atrae mucho bajo el prisma de esa pluma.
    Ejercía un magnetismo y una seducción nada prefabricadas y muy naturales. Su final es de los que pasa a la leyenda de las grandes trágicas modernas (Natalie Wood, Romy Schneider). No se que tiene el foco, que les hace brillar y les deslumbra al mismo tiempo. Muy triste. Nos quedan sus películas. Un abrazo.

  4. Espero, querido Victor, que te guste Diana o la cazadora solitaria. Yo ya es la segunda vez que me lo leo y me deja un regusto amargo (y me provoca cierto pudor pues Fuentes narra lo íntimo sin máscaras)… pero ¡está tan bien escrita! Y tienes razón que Jean Seberg forma parte de una galería de tristes trágicas modernas como Wood y Schneider… Sí, siempre es agradable encontrarse a Seberg en algunas de las películas nombradas. Todavía tengo varias de su filmografía sin ver. A lo mejor en alguna más me espera la sorpresa…

    Besos
    Hildy

  5. Eso de que era libre uno pues a veces resulta malagradecido pero también es porque muchas mujeres libres (sexualmente y bohemias me imagino)terminan hiriéndote o destrozándote al igual que a muchas les sucede por ser juzgadas en sus reglas, y pues el hombre trata de anticiparse, ya que la mujer creo suele ser más transparente, lo digo a grosso modo ya que somos individuos ante todo. Empiezo con ello que me entro ganas de comentarlo.

    Me has despertado la curiosidad por este libro, me gusta Fuentes, recuerdo mucho una novelita o cuento largo, Aura, una pequeña joya. Me encanta que alguien pueda sintetizar y ser tan sustancial, de ahí mi admiración, aparte de que pertenece al boom y es un nombre importante para México y el idioma, con muchos años y libro a cuestas. Que en paz descanse sea dicho también, no hace mucho.

    Me gusta Jean Seberg, frágil, adelantada a sus tiempos y sumamente bella como aquella frase de lo bueno viene en frasco pequeño. Muchos critican la nouvelle vague, como si fueran pretenciosos pero creo que no solo eran directores sino cinéfilos confesos, totales, gente que si no hubiera dirigido hubiera hecho algo próximo. Un beso Miss Hildy.

  6. … qué bien leerte, Mario. Como individuos, como seres humanos, somos muy pero que muy complejos. Y cada uno, aunque suene a tópico, somos un mundo. Y además tenemos que relacionarnos con lo cual la complejidad es aún mayor. Pero dentro de esa complejidad surgen seres humanos maravillosos y relaciones que también lo son (y por desgracia también todo lo contrario). Y el ser humano es tan rico que surgen un montón de reflexiones interesates para conversar y debatir.

    La novela corta de Carlos Fuentes Diana o la cazadora solitaria a mí me resulta un relato muy rico y con muchos matices y detalles diversos además de bien escrita. Y tienes razón a mí me gusta muchísimo también AURA.

    Yo siento un cariño especial por AL FINAL DE LA ESCAPADA y me parece que Seberg está genial… y como dices Godard entre otras cosas refleja aquí su amor exacerbado por el cine.

    Besos
    Hildy

  7. Me gusta mucho este texto,Hildy,porque tiene una estética que va mucho conmigo:Godart,Al final de la escapada,la guapa y sesentera Jean Seberg,los buenos días con tristeza y leyendas con ciudades sin nombre,sí,de todo ello he escrito y precisamente por la estética de todo como Belmondo al final de su escapada,allí tirado en la calle y diciendo que está muy cansado y Marvin cantando bajo otra lluvia y la Seberg fumando con el pelo a lo garçon,y mayo del 68 y la nouvelle vague y el blanco y negro,y el jazz y la fotografía de Decae y otra vez Godard rodando esa escapada infinita para la gloria del cine,allí,en una cuneta de una autopista y por allí pasó su guionista Truffaut que volvía de otro rodaje.Puso el intermitente,se detuvo y se puso a echar una mano…y Marvin cantando en la ciudad llena de lluvia y barro…

    Ya ves,estética,mi querida Hildy.Besos y besos ante todas estas cosas expuestas aquí.

  8. Y a mí me encanta leer y perderme por las líneas de tu comentario… así que seguiremos paseando hasta el final de la escapada o bien siguiendo a la estrella de Marvin con nuestras voces graves. Con el pelo a lo çarcon y fumando como Belmondo pasamos por el mayo del 68 hasta llegar a un duro Oeste donde haya una casa en la que habitar.

    Besos estéticos
    Hildy

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