Haista vittu es una expresión finlandesa que si se traduce al español es algo así como «Que te jodan» o «Vete a la mierda», pero el director Juho Kuosmanen, en su segundo largometraje Compartimento nº 6, es capaz de convertirla en la más bonita expresión de amor hacia otra persona. Es un buen recurso que emplea para contar la historia de dos personajes muy diferentes que coinciden en un mismo compartimento de un tren.
Ella es una joven estudiante de Finlandia. Él es un joven obrero ruso. Laura (Seidi Haarla) y Lyokha (Yuriy Borisov). Su primer roce es un despropósito. Ella, con el desencanto a cuestas. Él, borracho como una cuba. Ella, hostil y desconfiada. Él, maleducado y brusco. El viaje es largo y poco a poco la convivencia va transformándose. Haista vittu solo se pronuncia al principio de la película cuando el desencuentro campa entre ambos y se escribe en una nota con un retrato al final. Y de un momento a otro, con la distancia del tiempo transcurrido por el viaje, el significado de la expresión cambia. De unas palabras malsonantes pasan a ser una sensible declaración de amor.
A quien sigue la cámara desde el principio en su viaje es a la solitaria Laura, que siempre mira con su cámara de vídeo y recoge momentos que luego al mirarlos la reconforten y la hagan feliz, aunque se mienta a ella misma, como terminará dándose cuenta. Su mirada también se transforma durante el recorrido.
A Laura, una estudiante que ama la Arqueología, la conocemos en casa de su casera y amante, Irina. Esta última ha organizado una fiesta con amigos intelectuales. Laura se encuentra en Rusia para completar sus estudios y tiene especial interés en conocer unos petroglifos de Múrmansk. Los petroglifos son imágenes grabadas y pintadas en las rocas que denotan actividad humana en tiempos remotos…, porque solo conociendo el pasado podemos entender el presente. Es una frase que se le queda en la cabeza a Laura cuando la oye en dicha reunión. No será la única, también que no es tan importante hacia dónde huyes, sino de qué huyes. Entre estas dos frases pivota Compartimento nº 6.
En esa fiesta la notamos fuera de lugar, incómoda, pero esa sensación la arrastra allá adonde va. Laura no ha encontrado a nadie con quien poder sentirse ella misma. No ha encontrado a nadie con quien no tenga que fingir. El viaje lo emprende sola, porque Irina en el último momento ha decidido no acompañarla porque está muy ocupada. La desconexión entre ambas es evidente desde el minuto cero.
Así que Laura sube a un tren de largo recorrido, con un billete de segunda clase, para ir de Moscú a Múrmansk (más de mil ochocientos kilómetros). Y en un estrecho compartimento se encuentra a un incómodo compañero de viaje, un joven ruso hasta arriba de alcohol y grosero. Lo bonito de este viaje es que la mirada de ambos se va transformando y nuestra mirada hacia ellos también. Según van tirando prejuicios, barreras, miedos, estereotipos y demás…, descubren que se puede conectar con alguien totalmente opuesto a ti. Y no solo eso, también sentir con esa persona que se puede ser uno mismo. Hay un reconocimiento.
Lo hermoso de Compartimento nº 6 es que cuenta de una manera directa y sencilla la conexión entre dos personas. Dos personas con distintas heridas y diferentes soledades, con maneras distintas de ver la vida, pero con la sensibilidad de reconocer al otro. No es una historia de amor, va más allá: es encontrarse con otro ser humano y sentir que conectas.
Juho Kuosmanen, con su segundo largometraje (el primero fue El día más feliz en la vida de Olli Mäki), nos arrastra a una de las maneras más bonitas de viajar, un recorrido en tren. Estamos a finales de los noventa (él en un momento dado le preguntará a ella por la película Titanic; o sea, que sabemos que estamos a finales de los noventa) y el mundo todavía es analógico: no hay más remedio que convivir con tu compañero de compartimento. Por mucho que intentes grabar con tu cámara de vídeo o aislarte con los cascos. Al final hay que conectar.
Como nos daremos cuenta en su largo y hermoso epílogo, lo importante del viaje no ha sido llegar a la meta (los petroglifos), sino el recorrido en sí con esa persona determinada. Esos momentos plagados de altibajos en compañía de Lyokha. Y ese tren así como ese compartimento en un principio totalmente hostiles se han ido convirtiendo en un territorio amable que los dos seguro recordarán siempre.
Compartimento nº 6 es de esas películas sorpresa que se disfrutan por lo que cuentan, cómo te lo cuentan y cómo están construidos los personajes. No importa que no sepamos mucho de ellos, somos capaces de recorrer sus vidas. Ellos se han reconocido y nosotros, los espectadores, también. El viaje en tren merece la pena.
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Queridísima Hildy, para mi sorpresa esta película está disponible en streaming en mi país así que podré descubrirla a partir de tu bello texto.
¿Puede ser que tenga un eco de Perdidos en Tokio? Solo la vi una vez y hace muchos años, pero tu texto me ha hecho pensar en aquella otra película.
Te mando un beso enorme, volveré por aquí tras ver la película, Bet.
Pero, queridísima Bet, qué alegría leerte. A mí esta película me ha gustado mucho más de lo que pensaba. Ojalá, te guste. Comparte con Lost in Translation la idea de dos personas solitarias y diferentes que conectan. ¡¡¡Y aquí viajan en un tren!!! No sabes lo que me gustan los trenes en las películas.
Compartimento número 6 empieza de una manera incómoda y brusca. No empatizas con los personajes y solo sientes la incomodidad de la protagonista, pero luego se va convirtiendo en una historia tremendamente sensible y emociona.
Beso
Hildy
Hola Hildy
Leyéndote dan ganas de adoptar la actitud lo-he-visto-todo (a lo Garcí), imaginar el aire repleto de volutas de humo de tabaco, y decir: «No hay película mala con trenes».
En la carpeta «parejas improbables», conectando con tu anterior entrada y siendo una especie de antagonista con la de hoy, todavía se puede disfrutar en RTVEPlay con la encantadora «Dating Amber».
Un saludo, Manuel.
Hola Hildy!
Gracias, siempre nos pones al día, de no ser por ti se me escaparían un montón de buenos títulos. Anda que no me gustan las películas con trenes, me la apunto…
Besos;)
Manuelllll, jajajaja, casi diría eso también. Me encantan las películas que transcurren en un tren… ¡y también hay de todos los géneros posibles! Gracias por la recomendación de «Dating Amber», la recuerdo tal y como has dicho, encantadora.
… Lo de las parejas improbables también es muy cinéfilo, ¿verdad? También da un montón de juego para películas geniales.
Beso
Hildy
Frannnnnn, viva las películas con trenes. ¡Cuántos títulos bonitos! Todavía es una forma bonita de viajar, ¿verdad? Esta película ha sido una bonita sorpresa para mí, de verdad.
Beso
Hildy
Espléndida película, mi querida Hildy, me gustó muchísimo. Es de esas experiencias sorprendentes, de esas cosas que te pones a ver sin haber leído nada, sin esperar, por tanto, nada, y que te recompensan con creces. Películas que no hacen trampa, que no pretenden epatar con una belleza estética de diseño, sino que la extraen de la «realidad».
Besos
Exacto, mi querido Alfredo. A mí también me gustó un montón y ha sido una de las bonitas sorpresas de este año. Una historia que te va atrapando y ya no te suelta.
Beso
Hildy
No he visto la película, pero como han dicho algunos comentaristas, los viajes cinéfilos en tren ya me tienen ganado a priori.
Si he visto la primera de Kousmanen, «El día más feliz en la vida de Olli Maki» y no estaba mal: una de boxeo, basada en hechos reales donde hay una historia de amor dentro de algunos tópicos pugilísticos. La forma es muy buena, rodada en blanco y negro la película parece un documental de los años sesenta.
Aprovecho el comentario para desearte unas muy felices fiestas.
Abrazos!!
Querido Ethan, a mí también me ganan los viajes en tren en el cine. Está película estoy segura entonces de que te va a gustar. Yo tengo pendiente la primera de su director, pero la tengo mi lista eterna.
Felices, pero muy felices fiestas
Beso
Hildy
Me gustan los viajes en tren, en el cine y en la vida real. Esta pelicula que nos describes parece atractiva, intentaremos verla.
Un beso y felices fiestas, Hildy.
Querido Luis, a mí también me encantan los viajes en tren en el cine y en la ida real. Esta película ha sido una de mis sorpresas cinéfilas del año. La disfruté muchísimo. ¡Ya me dirás si te gusta!
Beso enorme y felices fiestas
Hildy