En una cocina, sentados a una mesa, mientras comen, un padre provoca continuamente a su hijo a través de la palabra ofensiva, que duele. Y el hijo se ha hecho la promesa de no estallar. Lo intenta. Porque la relación con su padre se ha convertido en un campo de batalla interminable. Mientras, en una pequeña televisión a la que apenas hacen caso emiten Río Rojo de Howard Hawks, justo la secuencia del enfrentamiento final entre los personajes encarnados por John Wayne y Montgomery Clift. Y tiene todo su sentido. Estos dos actores representaron en esa historia dos tipos de masculinidad. La tiránica, conservadora y ruda de Wayne, el patriarcado de la vieja escuela; la sensible, progresista y conciliadora de Clift, un nuevo modelo masculino. Pero, sin embargo, los personajes del western construían y conservaban un vínculo, pese al conflicto. Lograban ver las virtudes del otro y, por lo menos, convivir. Ese mismo choque es el que tienen el padre (un emocionante Lance Henriksen) y el hijo (Viggo Mortensen). Y los dos, a pesar de los pesares, tienen ese vínculo.
La bienvenida del padre al hijo, cuando este es un bebé, ya aporta el tono Falling que se balancea entre lo incómodo y lo bello. Un hombre se queda cuidando un rato a su pequeño encima de la mesa, mientras espera su cambio de pañales. De pronto, el rostro enorme del padre se acerca al crío y le dice: “Siento haberte traído a este mundo para que luego tengas que morir”. Y el bebé se pone a llorar.
Viggo Mortensen debuta detrás de las cámaras con una película donde relata, por una parte, una historia lineal, y emplea las herramientas de un lenguaje cinematográfico clásico con una cuidada puesta en escena, de este modo se narran los últimos días del padre, con alzhéimer, y su relación intensa y tormentosa con su hijo mayor, y demás miembros de su familia. Todos se enfrentan a la violencia verbal e incontenible del padre que despotrica contra todo y contra todos, pero dejando escapar su vulnerabilidad, fragilidad, soledad y desamparo ante la muerte inminente. No todo es oscuridad, en el personaje del abuelo, y puede verse en la relación que logra establecer con una de sus nietas. En esta historia lineal es donde transcurren los momentos más desgarradores e incómodos ante la presencia del padre enfermo, la culminación llega con dos secuencias: la comida familiar, donde el anciano tiene para todos, pero sobre todo desgarra de dolor a su hija pequeña (con una Laura Linney que te rompe con la mirada). Y el enfrentamiento final de padre e hijo durante una noche, así como el diálogo que mantienen los dos al día siguiente, con la mirada más triste y dolorosa del hijo ante la vulnerabilidad del padre. No podía haberse elegido mejor título, Falling, para ilustrar este relato cinematográfico, pues todos sus personajes van cayendo. Nunca mejor dicho que venimos a este mundo… para después morir. Pero entre medias hay un recorrido de sol y tormentas.
Pero después hay otra historia, la que se construye a través de los recuerdos inconexos del padre, que reflejan su memoria que baila y danza por el pasado. Y estos recuerdos se mezclan a la vez con los del hijo que trata de entender la relación que tiene con su padre, y busca en su infancia y adolescencia dónde está ese vínculo. Ahí Viggo Mortensen no solo experimenta con el montaje, sino que vuela libre, e inserta a la perfección esta otra historia interior y pasada a la narración principal, creando una única obra que toca y remueve al espectador. Y ese viaje a la memoria está contada desde las entrañas, y juega con las sensaciones y los sonidos. Con la belleza de la naturaleza. De ahí surge lo bello, pero también el dolor ante un patriarca cada vez más tiránico, sobre todo cuando es una bestia herida que siente que su mundo se desmorona, y no sabe encontrar las herramientas para reconstruirlo. Falling es la historia de una familia que se va descomponiendo ante la sombra de un patriarca que todo lo arrasa…, pero que deja una huella en cada uno de sus seres queridos (pese a su incapacidad de expresar amor), con todo lo malo y bueno que hay en él.
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Emocionante la película y lleno de emociones tu comentario. Gracias por contar con tanta sensibilidad este dura película tan bien hecha y también interpretada. Solo un «pero»…yo no creo que la familia se esté descomponiendo, pese a la terrible prueba a que les somete el anciano descontrolado. Al contrario me parece una familia ejemplar que pese a todo se reúne se apoya y se tolera. El marido del protagonista por ejemplo, me parece una figura sólida y ejemplar…todos están soportado una prueba durísima pero siguen ahí…y un maravilloso Viggo Mortensen le da vida a todo.
Una película para volver a verla
Querídisima María Rosa, sí, tienes razón y quizá no ha quedado claro en el texto, al hablar de la descomposición del núcleo familiar me refería a la familia primigenia, a la primera esposa del padre y sus dos hijos. Pero es cierto, que tanto el hijo con su esposo y su hija, como su hermana con su familia forman un núcleo sólido, y que tratan de encontrar un hueco para el padre.
Viggo Mortensen ha entregado mucho en esta película, una obra con un sello muy personal. Y se nota. Mortensen no solo ha actuado, sino que ha escrito el guion, ha dirigido, producido e incluso compuesto la música…
Beso
Hildy
Casi más que por Viggo Mortensen haciendo de hombre orquesta, tengo curiosidad por ver a Lance Henriksen en un drama peliagudo. En un papel de viejo cascarrabias, tiene pinta de que te puede apuñalar en un arranque de cólera y escupir después sobre tu cadáver. Aunque seas su propio hijo.
Lance Henriksen está increíble, querido crítico abúlico, en un papel sumamente complejo. Pues su anciano es hiriente y duro a todas horas, y, sin embargo, logra que sigas su camino junto a él, y te inspira una tristeza total su fragilidad y vulnerabilidad, pese a todas las sombras que arrastra.
Y no te pierdas a Laura Linney que solo sale unos minutos… y está soberbia.
Beso
Hildy
Apuntada, mi querida Hildy. No me llamaba mucho el hecho de que Mortensen se ponga a dirigir, ni tampoco, a priori, lo que había oído de la película, que me parecía «más de lo mismo», otro que se pone «intensito». Pero tu texto me ha convencido, así que haremos por verla.
Besos
Pues ya mi contarás, mi querido Alfredo. Yo no me esperaba lo que vi. Y además es una gozada ver a Lance, Vigo y Laura como actores en esta película.
Beso
Hildy
Me ha gustado mucho la película de Viggo Mortensen. Y aunque hay momentos muy dolorosos también hay espacio para el humor a lo largo de la historia. Mencionar la aparición de David Cronenberg interpretando a ese doctor que examina a Lance Henriksen. Muy irónica.
Me ha parecido una reflexión muy oportuna sobre la vejez, el deterioro, el paso del tiempo o la paciencia al relacionarnos con un padre anciano y tiránico pero en realidad enfermo y débil.
Una bella y sensible peli la de Viggo.
Un beso.
Querido Luis, no me extraña que la hayas disfrutado. Yo me llevé una sorpresa, me gustó mucho más de lo que pensaba. Sí, buenísimo el cameo de David Cronenberg, uno de los directores que más ha trabajado con Viggo Mortensen. Efectivamente es una reflexión buenísima sobre el paso del tiempo, la vejez y las complejas relaciones familiares.
Beso
Hildy
Querida Hildy, me ha encantado leerte comenzando con el momento de la película que, al salir de verla, tuve claro que era mi escena favorita. Una síntesis muy cinematográfica de una intensa relación donde prima el desafío y la provocación de un personaje como desahogo de su amargura interior.
Fui a verla en el pase en Zaragoza que constituía la primera proyección en cine comercial (aparte de festivales) con presencia del propio director en coloquio posterior, en el cual desgranó interesantes aspectos, como los apuntes biográficos de la trama o el hecho de que terminó interpretándola, a pesar de haber preferido mantenerse tras la cámara, por una mera cuestión económica. Se emocionó al ver la gran sala repleta de público, que le despedimos con un gran aplauso puestos en pie.
Te reconozco que su historia me ha ido creciendo en la memoria, y ese efecto en la mente de cualquier espectador creo que mide bastante el valor de una obra.
Abrazo.
Sí, es una secuencia superpotente, querídisima Ana, y efectivamente resume una relación donde prima la provocación por parte de uno de los personajes. Seguro que Viggo estuvo interesante en el coloquio y enriqueció el visionado de la película. Está muy comprometido con su opera prima como director. No me extraña que se emocionara al experimentar que su esfuerzo merece la pena.
Es cierto, es una película que va creciendo según van pasando los días y vas analizando distintos matices.
Beso
Hildy