Joker versus Charlot. Joker (Joker, 2019) de Todd Phillips

¿Cómo analizar Joker? Lo primero que me llamó la atención y que no me dejó retirar la vista de la pantalla fue la utilización del cuerpo por parte de Joaquin Phoenix para la elaboración de su personaje. Sus movimientos, gestos, la colocación de su cuerpo en determinados momentos, su vestuario, el maquillaje, su rostro y esa risa a destiempo, incómoda e inoportuna… Después llegó una secuencia clave y mi cabeza empezó a dar vueltas: en plena agitación social en Gotham, hay una proyección cinematográfica para la élite de la ciudad como todo un acontecimiento. La película en cuestión es Tiempos modernos (Modern Times, 1936) de Charles Chaplin. En un momento dado, vemos al Joker, que se ha colado en la sala de cine, vestido con unas ropas que no le corresponden, como si fuera una especie de botones con un traje de otra talla, que mira de pie hipnotizado y riéndose de Charlot patinando a ciegas en unos grandes almacenes. Charlot atrapado en esa pantalla de cine con un público que ríe, pero que no entiende la esencia de su personaje. Solo ahí existe una conexión posible entre dos parias: Charlot y Joker. Pero también se constatará a lo largo de la película de Todd Phillips que ambos siguen caminos contrarios.

Y entonces no sé si consciente o inconscientemente constato que a lo largo de toda la película se juega con el Joker como contrario de Charlot o atino un poco más: es como si se quisiera transformar al Joker en el Charlot del siglo XXI, dejando constancia de que el Charlot del siglo XX ya no es válido como modelo iconográfico. Así que esta no es más que otra mirada hacia una película que ha generado ya un montón de análisis, polémicas y críticas de distinta índole.

Las referencias visuales, gestuales y auditivas del Joker hacia Charlot son continuas. La más llamativa, además de la secuencia de la proyección de Tiempos modernos, es su incursión en la banda sonora de la canción Smile, que su origen (sin letra) es una de las melodías principales que forman parte precisamente de la banda sonora de dicha película de Chaplin. La letra se incorporó años más tarde, en los años 50, y dice cosas como “Sonríe, aunque duela el corazón. Sonríe, aunque se esté rompiendo…”. Y es como un canto catártico para la transformación del Joker.

Charlot pierde la cabeza en Tiempos modernos ante la alienación que sufre en su trabajo mecánico en la fábrica; luego es confundido como un cabecilla de una manifestación obrera; más tarde en la cárcel evita un motín y, una vez fuera, tiene que seguir luchando contra las adversidades, pero esta vez en compañía de una joven muchacha. Charlot se levanta una y otra vez ante las adversidades que le depara la vida. Lucha siempre y aunque se rebela con su mera presencia contra la sociedad que le ha tocado vivir, él pasa de odiar, siempre avanza. El Joker es un hombre con problemas de salud mental, que no ve salida alguna, que se va hundiendo más y más en la locura en un mundo corrupto que le golpea cada día agresivamente. Un día le facilitan una pistola y devuelve los golpes recibidos. Sobrevive en el caos de una manera muy diferente a Charlot, hundiéndose más en la locura y en el entorno negro en el que vive.

Charlot se convierte en símbolo con su vestimenta y con lo que expresa con su cuerpo y rostro (con ayuda de la pantomima). Todo el mundo reconoce al sin hogar con su bastón, su bombín y sus grandes zapatos. También asistimos al nacimiento del Joker como símbolo visual, para que el mundo reconozca su risa, su pintura en la cara, su vestimenta, su forma de moverse, sus gestos… Y el actor que lo representa basa gran parte de su actuación en la utilización de su propio cuerpo. Momentos de una pantomima desgarrada, como cuando con su rostro de payaso ríe incómodamente, se mira en el espejo, llora o es salpicado por gotas de sangre.

En el Joker se presenta a su protagonista, Arthur Fleck, como un paria, un marginado de la sociedad, como siempre lo fue Charlot. Y lo primero que se ve es a un hombre que trata de trabajar como payaso en la calle y cómo no solo recibe la burla de un grupo de chiquillos, sino que es salvajamente apaleado por ellos en un callejón. En Luces de la ciudad también Charlot, cuando sale de la cárcel, y está en una situación de máxima vulnerabilidad, recibe la burla cruel de los chicos de la calle.

También en Luces de la ciudad, en el momento que Charlot está más en el margen, más desvalido, logra el reconocimiento de la mujer amada. Consigue ser visible, ser real, por una mirada. La vendedora de flores ciega que ha recuperado la vista, cuando le toca en la calle para darle una moneda, reconoce al caballero andante que se imaginó en su mente mientras no veía. Y Charlot llora, aliviado. Es uno de los finales más hermosos de la filmografía del personaje. Al Joker ni siquiera le dejan ser reconocido por los ojos de la mujer amada, sino que él mismo, en su locura, recrea esa posibilidad con su vecina. Esa posibilidad de ser amado tal y como es.

Algunos cortometrajes y películas de Chaplin eran habitadas por protagonistas femeninas desvalidas y desgraciadas, frágiles, que encontraban en Charlot, un compañero de viaje en esa vida dura. La huella de alguna de estas heroínas frágiles tenía sus antecedentes en la madre de Charlie Chaplin, Hannah, una artista del music hall con problemas de salud mental. Sus hijos siempre trataron de estar pendientes. En pantalla esta heroína frágil solía tener el rostro de Edna Purviance. En el Joker, Arthur Fleck cuida a su delicada madre, y eso le aferra a la realidad, le hace no perder la cabeza del todo. Sin embargo, cuando descubre las oscuridades, vulnerabilidades y la falta de salud mental de su madre, él abandona el cuidado y se rebela contra la figura materna de la manera más extrema.

Por último en varios finales de los cortometrajes y películas de Charlot era famoso su paseíto final de espaldas por un largo camino sin final, y a veces con patadita incluida. Un canto a la vida sigue, no me rindo y a la vuelta de la esquina algo puede cambiar. El Joker también tiene su particular paseíto de espaldas por un largo pasillo de una institución psiquiátrica, dejando sus huellas de sangre en el suelo con pirueta final…

Esta es tan solo una de las muchas miradas que surgen de Joker. Esta en concreto me llamó la atención analizarla, pero también me dejó triste. Prefiero mucho más un mundo bajo la batuta de Charlot.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

17 comentarios en “Joker versus Charlot. Joker (Joker, 2019) de Todd Phillips

  1. Qué gran comparativa. Muy de acuerdo, a mí también me llamó mucho la atención que metiera simbólicamente a Charlot en un evento restringido a plutócratas. Nada casual cuando «aporofobia» fue palabra del año hace nada, muestra de una tendencia sociocultural que avanza en un mundo de desigualdad creciente y patrocinada… Tiene sentido esto dentro del espíritu de la película.

  2. Sí, querido crítico abúlico, en ese momento mi cabeza se activó y vi que había una comparativa y una lucha continua entre Joker y Charlot.

    Como digo prefiero un mundo bajo la batuta de Charlot.

    No deja de ser curioso también que analizando Joker con otra mirada, como adaptación de un mundo que viene del cómic, el futuro justiciero que viene a «salvar» Gotham de los tumultos de los ciudadanos descontentos y enfrentados a la élite es un niño millonario, Bruce Wayne, que ve cómo asesinan en una revuelta a sus padres. La película trabaja otro curioso matiz: juega con la posibilidad ambigua de que los lazos del Joker y Batman estén más cerca y unidos de lo que pensamos.

    Joker puede recibir buenas o malas críticas, pero desde luego no se le puede negar que tiene muchísimas posibilidades de análisis y mirada.

    Y de nuevo suma un nuevo personaje bien construido Joaquin Phoenix, que es el rey de esta comedia de risa incómoda.

    Beso
    Hildy

  3. Un espanto. Una película cuya reputación no viene sostenida por lo que contiene. En primer lugar, porque ese Joker no es Joker, sino una devaluación sensiblera y psicológicamente vulgarizada y reducida al ridículo. Además, por sus huecos de guión, injustificables desde ningún punto de vista (en particular, su forma de intentar encadenar «en lo personal» a Joker con Batman es profundamente lamentable). Por último, además de que en muchos momentos provoca el aburrimiento, es que su planteamiento pseudoideológico-intelectual es bochornoso. Personalmente, tampoco me ha convencido Phoenix. Hay quien confunde el histrionismo con la interpretación. En resumen, entretenimiento pasable; como película con pretensiones (y así no han parado de vendérnosla desde que, como viene ocurriendo últimamente, todo el mundo habla de obra maestra cuando nadie más que ellos tiene oportunidad de verla), es un auténtico bodrio.

    Besos

    Besos

  4. Mi querido Alfredo, ya había leído tu opinión sobre el Joker. Sí, el aparato publicitario es fuerte con esta película, yo siempre trato de ignorarlo. La veo y la pienso. Me ha resultado una película interesante para analizar y también los debates, las críticas, etcétera que está generando. A mí me llamó la atención por esta contraposición que expongo del Joker con Charlot, que creo está muy presente en este largometraje. A mí sí me gustó Phoenix y su construcción del personaje. Para mí el histrionismo forma parte de su construcción.

    Beso
    Hildy

  5. Bonito análisis, Hildy. La visión del Joker como un Charlot distopico está bien vista. Yo también prefiero un mundo con Charlot. Pero esto es lo que hay! De hecho, lo más temible es que al alcalde de Gotham lo tenemos instalado en el Despacho Oval. Y a veces utiliza tonos naranja en su maquillaje (por eso le llaman The Orange Monster). Esto cada vez se parece más a un tebeo de DC Cómics…..
    Y una vez más discrepo de Alfredo. Como puedes decir que es un bodrio? Me parece que esta vez te has quedado solo, amigo. Hay veces en las que las mayorías tienen razón y esta es una de ellas. El éxito de Joker no sólo es merecido, sino merecidisimo. Si ha calado entre el público es porque ha tocado la fibra sensible de muchas personas de distintos estratos sociológicos sobre algo que nos pasa a todos pero de lo que nadie habla. Y es el hecho de la alienación generalizada que vivimos como individuos. Todos nosotros vivimos encerrados en nuestros cubículos cerrados y en mayor o menor medida sentimos a casi todos los demás con extrañeza y ajenidad. El aislamiento problemático del Joker genera empatia porque en un mundo abducido por el vacuo hedonismo de las redes y de los dispositivos móviles ya no miramos al cielo ni a las estrellas ni muchísimo menos a los demás. Sentimos que de él nos separa el canto de un duro porque si nos pasará algo dudamos con razón de la respuesta solidaria de nuestro entorno y del prójimo en general. Todo se contempla con cinismo, sarcasmo y con afán de ridiculizar a los demás. Por eso, el personaje de Robert De Niro, con sus claras reminiscencias con El Rey de la Comedia, está muy bien traído. Es la sociedad del espectáculo. Todo vale si es capaz de hacerte reír aunque sea a costa de un pobre desgraciado.
    Y en cuanto a lo de querer emparentar a Batman con Joker no me parece tan mal. Le da un giro trágico muy clásico a la historia original. Se emparenta mucho con lo mejor de los mitos clásicos. Cain y Abel. El mito de la Oveja Negra. Del Angel Caído. De que no hay peor cuña que la de la propia madera. Que toda cara de la misma moneda también tiene su cruz. Y no se hasta, que punto esa visión es original o si ya viene en el cómic The Killing Joke que sirve de base e inspiración a este nuevo Joker.
    En mi opinión, Joker es magnífica, y pocos defectos se le pueden sacar a efectos estéticos ni narrativos. Esa violencia no tiene nada de sensiblera y si a veces Joaquim Phoenix esta histrionico es porque su personaje tiene que serlo. Que hay más histrionico que un payaso melancólico cuyas emociones van de un extremo a otro?
    Besos.

  6. Querido Deckar, lo que más me está interesando del Joker es cómo genera visiones y pareceres distintos, e incluso contrarios.
    Sí creo que tiene un análisis apasionante de qué es lo que se percibe tras su visionado. Y de tratar de desentrañar cuál es realmente el fondo y por qué genera visiones tan dispares.
    Joaquin Phoenix construye muy bien el personaje y la película atrajo mi atención a través de su interpretación, del empleo de su cuerpo.
    Creo que en sus combates de cuerpo a cuerpo con sus referentes del siglo XX (Charlot y los dos personajes scorsesianos), el Joker sale perjudicado.
    Es una película que no solo me ha gustado ver, sino que además he disfrutado analizándola, leyendo otras visiones, otros artículos, comentarios y miradas.
    Beso
    Hildy

    Beso
    Hildy

  7. Saludos Doña Hildy!

    Vaya género bueno que nos traes! Si vendieses pasteles, yo estaría como una oronda diva de la ópera.

    Y aquí como siempre, rabiando por no disponer de tiempo ni recursos para comerme todo lo que nos pones en el plato.

    Igualmente, siempre terminas por transmitir con tus palabras una parte importante de lo que vamos a encontrar en la obra que nos presentas.

    En este caso, me has dejado con un ojo saltado, porque las simetrías que se observan al colocar juntas estas dos figuras son (como todo lo trascendental) hermosas y bastante inquietantes.

    Para mi representan dos arquetipos fundamentales del alma humana.
    Las dos caras de la moneda mesiánica.
    El cristo y el anticristo. Entiéndase el concepto crístico (más allá de la figura religiosa) como un pulso de redención o reseteo que habita en el fondo la psique colectiva y que aflora (en tiempos de crítica estupidez) a través de individuos, más que inadaptados, inadaptables.
    Individuos a los que la existencia (dentro de lo que a ellos les resulta una piara de monos) se les clava en el alma y como hacen las ostras, envuelven al agresor en su propia materia y producen una perla.

    Blanca o negra, según venga.

    Los dos tienen un mismo punto de partida. Son criaturas sensibles e inteligentes en extremo, y ambas poseen un grado de autoafirmación que les impide integrarse y reconocerse dentro de un sistema de convivencia desprovisto de compasión y configurado para anular toda alternativa al propio sistema.
    Uno de ellos decide que lo que necesita el mundo es amor y compasión, y el otro considera que lo que hace falta es mano dura. Ambos tienen razón, y el drama reside en que esas dos ideas vivan separadas en los extremos opuestos de la misma estancia.

    Una diferencia, creo que decisiva, entre las dos trayectorias es que “El Bueno” sí que incluye en sus planes el colocar a “Beatriz” en su altar. Encontrar a su media naranja y así “consumar” su historia. (Son muchas las historias que no terminan hasta que chico y chica se besan) y ahí encuentra el reposo a sus tribulaciones.

    “El Malo” sin embargo, igual que ha aprendido a desconfiar del mundo adscrito, tampoco pierde de vista a la figura de “Beatriz” (en este caso a través de la madre, que siempre termina por ser molde o contramolde del amor soñado) y a pesar de que porta en su interior el comando de reverencia y veneración hacia la figura, se da cuenta de que está igual de podrida y hecha migas que el resto. (Digo yo que será así, porque la película no la he visto. Pero el caso es de manual)
    En este caso, entrará en una espiral de desencuentro y aun tratándose del mismo mundo en el que existe “El Bueno”, no encontrará jamás su remanso de paz.

    Volvemos al retablo de Brian de Palma.

    No rasques la figura de la Virgen, que no sabemos lo que vamos a encontrar detrás, y así esta muy Chuli.

    Al bueno de Alexander DeLarge obteniendo de un seno el Moloko necesario para “ponerse bien” y salir a divertirse.

    Hace cuatro días, me conmovía ver como en “El octavo pasajero”, la hermosa, violenta, tierna y genuina Teniente Ripley se cuestionaba y cuestionaba abiertamente las indicaciones y argumentos del ordenador de a bordo (Madre) y como se daba cuenta de que este, lejos de proteger la misión y a sus componentes, defiende en todo momento intereses muy específicos de la compañía.
    El resto de la saga (con sus muchos y sus pocos) la pobre ya no levanta cabeza más que para empezar de nuevo con las bofetadas.

    Ahí se dispara el mito de Prometéo.

    Por buscar la libertad más allá de los límites impuestos desde los altares, es condenado a que un pajarraco devore su hígado por toda la eternidad. Como es un Titán (como la Ripley) se regenera durante la noche y por la mañana, vuelta a empezar (como la Ripley también)

    Una vez casi me atraganto viendo “Hook”, cuando la niña le dice a Garfio: “Eres malo porque no tienes mamá!”.
    La cosa quedó rara, pero seguro que fué porque en Estados Unidos existe alguna ley que impide que un viejo bucanero terriblemente afrentado le corte la cabeza a una niña repipi en mitad de una película familiar.

    Volviendo al tema, la concordancia y el desencuentro que comparten estas dos figuras que describes es cosa a tener en cuenta en estos días de estupidez crítica. Sobre todo teniendo en cuenta que en los últimos veinte años han nacido millones de “Niños especiales” que van a tener problemas para aceptar el mundo que se les impone, y que en muchos casos van a desarrollar los recursos necesarios para que este no los doblegue. Lo que tengan que hacer ellos, depende mucho de cuan aferrados estemos a la convención los que nos creemos “normales”

    Cabe esperar que “Los Malos” cuando se encuentren, traten de hacer saber al mundo lo que sucede cuando no se responde al amor y la compasión (la verdad del Joker) poniendo a este en una posición en la que no tengamos más remedio que vernos los unos a los otros.

    Que “Los Normales” nos sentemos a esperar que “los Buenos” tomen cartas en el asunto y nos digan qué hacer con “Los Malos”.

    Y que “Los Buenos”, que ya se han visto esta peli la torta de veces, esta vez aplaquen al héroe que llevan dentro y en lugar de correr a socorrer al mundo, se queden en su rincón haciendo lo que aman, permitiendo así que la especie humana se encuentre consigo misma.

    Y después, si queda algo, habrá amor, compasión y gran regocijo de Sol a Sol (O algo así, espero, porque si no, que aburrimiento), que es la verdad de Charlot.

    Decididamente Doña Hildy, es muy de agradecer el que compartas tu alquímico talento para juntar por parejas las figuras, las ideas o las películas, propiciando nuevos puntos de vista que sumar a los ya existentes.

    Salud y buenos alimentos, eso sí!

    Y si además, consigo ver la película “Joker” esto será (y disculpad mi lenguaje) la repanocha!

    Gracias de nuevo por no dedicarte a la repostería.

    Un abrazo.

  8. Me sumo a lo atractivo que resulta que una película genere debate y opiniones contrapuestas o visiones desde ópticas muy diferentes. Lo peor que le puede pasar a cualquier obra artística es la indiferencia. «Joker» está dando mucho juego y eso implica que ha calado en mucha gente y le ha motivado a pensar sobre los muchos temas que aborda. Su poderío visual es innegable y la interpretación de Joaquin Phoenix constituye su columna vertebral en su amplio surtido de registros. También he leído bastante sobre la película y me llamó la atención conocer que una de sus escenas más significativas, la que sucede en el baño público tras el asesinato de los tres agresores del metro (tu foto inicial la ilustra), se debe en gran parte a la improvisación de Phoenix, que decidió rebajar la tensión narrativa derivada de lo que acontecía antes, marcándose ese primer baile que luego le representa. Como Charlot, cada gesto puede contener toda una declaración de intenciones. Por cierto, me han encantado los paralelismos que has encontrado a estos dos personajes.
    Beso bajo la batuta del vagabundo de buen corazón.

  9. Querido Mangosta, qué interesante leerte y descifrarte…, siempre hay miga en tus comentarios. ¡Cuando veas el Joker ya me contarás si encuentras, como yo, el enfrentamiento entre ambas figuras! A mí fue una de las lecturas de esta película que más me interesó.

    Beso
    Hildy

  10. Querida Ana, totalmente de acuerdo. El Joker genera debate, opiniones y miradas muy diferentes. Cómo me gusta Joaquin Phoenix además. Y qué interesante lo que compartes sobre la secuencia de los baños.

    Sí, las dos bajo la batuta de Charlot.

    Beso
    Hildy

  11. Hola de nuevo Hildy. ¡Qué hermosa tu analogía entre Joker y Charlot! Un placer leerte. ¡Qué momento tan bonito el del pobre Arthur viendo “Tiempos modernos” con un vestido de botones que no es de su talla!
    No sé si Joker es esa obra maestra que algunos predican, pero me ha parecido una película arriesgada y poderosa, con ricas lecturas políticas y con un Joaquín Phoenix absolutamente descomunal con una entrega absoluta hacia su enfermísimo personaje. Un personaje que va cayendo paulatinamente en la locura más absoluta. Un huérfano cruelmente maltratado que acaba matando a sus figuras paternas para asumir la personalidad del Joker.
    La película recuerda al cine de los 70, no solo a su clara referencia “Taxi driver” (el Arthur de Joker recuerda al Travis del film de Scorsese. Dos marginados, dos seres enfermos de soledad que pueden provocar tanto repugnancia como empatía) también al cine de Lumet con esa ciudad sucia, hostil, dura y por sus protagonistas terriblemente solitarios.
    En la cola de la filmoteca las dos personas que tenía delante estaban hablando de la película y uno de ellos afirmaba que Joker era un revolucionario. No comparto su opinión. Arthur, el Joker, es un nihilista. Un agente del caos. Terrible y desesperanzada visión de la sociedad la que ofrece la película cuando alguien tan profundamente enfermo y desgraciado como él se convierte en un ídolo, en una modelo a seguir. Porque la película de lo que está hablando, o así la entiendo yo, es de la ira de los excluidos. Y de cómo esa ira tan legítima, motivada por la injusticia más estructural, se puede canalizar y explotar de la peor manera. No está mal para una película basada en un cómic y con vocación de llenar salas.

  12. ¡Querida Lilapop, pero qué alegría más grande leerte! Sí, para mí al verla fue una de las cosas que más me llamó la atención a la hora de analizarla. Ese enfrentamiento en la mirada del mundo entre Charlot y Joker. Sí, también me queda ensimismada con esa secuencia.
    Y estoy de acuerdo contigo en que tiene múltiples miradas y lecturas interesantes. Uno de los puntos de la película es, sin duda, la interpretación de Joaquin Phoenix. Yo tampoco pienso que el Joker sea un revolucionario. Es más para mí hay también una lectura triste: el futuro justiciero que viene a “salvar” Gotham de los tumultos de los ciudadanos descontentos y enfrentados a la élite es un niño millonario, Bruce Wayne, que ve cómo asesinan en una revuelta a sus padres (un padre que alimentaba la brecha social). Es él el que llegará para «calmar» la ira, pero también para buscar la venganza. Él, Batman, quiere volver a Gotham a su orden establecido. ¿Cambiará las injusticias sociales?

    Beso
    Hildy

  13. Es muy interesante la dualidad que planteas entre Joker y Batman. Ambos son dos huérfanos solitarios profundamente heridos incapaces de integrarse en la sociedad. Ambos se quedan en sus márgenes. Una para protegerla y el otro para dinamitarla. La diferencia es que Bruce Wayne tuvo unos padres que le quisieron y un incondicional Albert para cuidarle. Arthur, el Joker tiene una madre adoptiva, cuando menos negligente, y profundamente perturbada y lo más parecido a un padre es una figura de la tele por la que siente una admiración delirante, que se acabará burlando de él.

  14. Excelente visión a la que nadie se ha apuntado y que me parece que tiene muchísima miga tal y como la argumentas Hildy. Bravo por un análisis tan detallado.
    en mi opinión la película es irregular. Comienza bien aunando las taras del personaje y de la sociedad, pero su segundo acto es fallido al cambiar de registro.
    En el momento en el que Todd Phillips convierte su película en un remedo distópico de una mala telenovela en la que se plantean preguntas como ¿soy o no soy huerfano? ¿será ese mi padre? para pasar a ¡¡jo le quiero conocer!!! ¿se enrolló con mi madre?
    En mi opinión todo ello rebaja el potente discurso y el dibujo del personaje en profundidad, afectando al desarrollo del que ciertamente le cuesta recuperarse para el apoteosis anarquico final.
    Eso si, el director nos regala la escena de sonrisa congelada más turbadora de los últimos tiempos. Un salto de la comicidad del circo al horror en un segundo cuando el enano se da cuenta de que no alcanza el pestillo. Un abrazo

  15. Sí, querido Víctor, me llamó mucho la atención ese paralelismo. Y eso he de reconocer que me enganchó a la película. Luego me dejé llevar por un actor que suele convencerme, Joaquin Phoenix. No retiré la vista de la pantalla. Aunque es una película que cuando la analizas, ves las posibles lecturas, algunas polémicas, y las costuras. Lo que es cierto es que para bien o para mal no ha dejado indiferente.

    Beso
    Hildy

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.