La abeja reina (Queen Bee, 1955) de Ranald MacDougall

La reina abeja

Joan Crawford, más malvada que ninguna…

En el mítico tomo de los años 30 de Mis inmortales del cine de Terence Moix, cuando el escritor y cinéfilo escribe su texto sobre Joan Crawford en un momento dado dice: “el que había de ser su filme más involuntariamente cómico: Queen Bee (es decir, La abeja reina). Puso a prueba el masoquismo de todas las espectadoras que aspirasen a identificarse con ella porque era la mujer más perversa que jamás pisó las mansiones de Georgia. No había maldad que no pudiese infligir a todos los miembros de su familia, dominados por su férrea dictadura. Y, mientras la ejercía, ella iba exhibiendo los mejores modelos de Jean Louis. Era una víbora con piel de visón”. Pues bien, es verdad, ahí reside el encanto de esta película, en la perversidad de su heroína: Eva Phillips. Y es cierto que no puedes evitar que una sonrisa se marque en tu rostro pensando cuál será la próxima perrería, la bordería siguiente o la explosión de nervios desatada que se espera de ella. Sí, también hay desajustes de guion y pequeñas locuras que vuelven todavía más encantador el visionado de esta película.

Eva Phillips gobierna su hogar con una dulce sonrisa, pero bajo sus apariencias y el lujo de su vida solo se oculta una mujer odiosa que lleva la desgracia a todos los que están a su lado. Su maldad es su forma de vida. Siempre suelta, en la intimidad del hogar, sus frases hirientes, sus medias verdades, pero guardando las apariencias y siendo la reina de todas las fiestas. Como dice su joven cuñada Carol (Betsy Palmer, que alcanzaría la gloría en los años 80 en Viernes 13), se comporta como una auténtica abeja reina. El guionista y director Ranald MacDougall adapta para la pantalla grande una novela con tintes de melodrama de Edna L. Lee y la convierte en delirante vehículo para cimentar la fama de Joan Crawford, como dama madura en aquellas gloriosas películas para mujeres con historias fuertes, donde luce sus peinados y elegantes vestidos, y es transgresora por sus comportamientos atípicos. Su Eva Phillips es malvada por naturaleza, no soporta envejecer, quiere seducir a todas horas, y deja traslucir que en el fondo solo quiere ser amada en cuerpo y alma por todos los que la rodean. Ser una reina perpetua en su hogar.

A la casa de los Phillips, llega Jennifer (Lucy Marlow), una joven e inocente prima absolutamente cegada por el glamour de Eva, ella solo ve bondad y solo está agradecida por las oportunidades que esta le ofrece. Pero el desencantado y alcoholizado marido de Eve, Avery (Barry Sullivan), le avisa de que ya abrirá sus bonitos ojos. Y efectivamente desde que llega ve comportamientos extraños en todos los que habitan la masión, que se acrecientan ante la presencia de una “encantadora” Eva. Primero, el encierro perpetuo y el alcoholismo de Avery, las pesadillas de uno de los hijos pequeños de Eva con ella como centro del sueño, el odio no ocultado de la joven cuñada, o la pena que arrastra una mujer que visita la casa y que ha perdido la cabeza…, todo indica a la joven Jennifer que algo ocurre en ese hogar, algo muy oscuro.

El relato avanza según Jennifer va abriendo sus ojos a la realidad, a la forma de ser de Eva. El conflicto y la definitiva apertura de ojos de la joven visitante se da cuando Eva se entera de que su cuñada va a casarse con Jud (siempre maravilloso y atractivo John Ireland), un antiguo empleado del negocio de su marido. Ahí la abeja reina empieza a destaparse ante la inocente joven, que se da cuenta de que también baila a su son. Jud, además de amigo de Avery, fue en el pasado amante de la arpía. Y esta no está dispuesta a dejarle marchar con otra dama, que para más inri tiene menos años. Su maquinaría se pone en marcha y no parará hasta que esa boda no se celebre, aunque vaya demasiado lejos… incluso para ella misma. La tormenta se desata en la mansión y las consecuencias son terribles. Eso sí Eva Phillips siempre lucirá impecable, incluso en sus momentos de máxima furia o cuando pincha su aguijón una y otra vez sobre su marido o sobre los seres que tiene alrededor. No puede soportar ser destronada. Y su trono no deja de estar una y otra vez en peligro.

La abeja reina es un deleite, y sí, quizá como escribía la pluma certera de Moix, involuntariamente cómica…, pero ahí reside todo su encanto, su fuerza y su disfrute total. Merece la pena dejarse llevar por Eva Phillips… y cómo va dejando surgir su aguijón que pica a todos los que viven cerca de ella en esa mansión sureña.

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12 comentarios en “La abeja reina (Queen Bee, 1955) de Ranald MacDougall

  1. Jajajaja. Mira que me gusta a mí una mala malísima más que a un tonto un lápiz… Y si es la Crawford, que ya empezaba a ser caricatura de sí misma, mejor que mejor. Este tipo de películas me encantan porque me las tomo como una parodia de esos melodramas excesivos y sensibleros de la época; lo que luego serían los culebrones americanos de la tele, tipo Falcon Crest, pero sin tomarse en serio, choteándose de sí mismos y de los otros. Pero al mismo tiempo estas historias, tan delirantes, nos advierten de las miserias ocultas bajo el sueño americano. Un poquito pasadas de rosca pero, por eso mismo, tan elocuentes. Y John Ireland… El único capaz de competir con Errol Flynn, tú ya me entiendes…

    Besos

  2. ¡Son tan divertidas y apasionantes! Y lo que dices, llevan algo de transgresión en las entrañas, pues muestran cómo el sueño americano no es de color de rosa. Aquí la Crawford está sublime.

    Oye, qué inocencia la mía, ni me acordaba yo de esa competición entre el señor Flynnn y el señor Ireland.

    Beso
    Hildy

  3. Me la apunto, hace tiempo que el cuerpo me pide una mala malísima… y nos la hay como aquellas.

    Besosss tiranos

  4. ¡¡¡Querido Jorge, qué bueno leerte!!! Sí, te refieres a otro maravilloso melodrama de Joan que se titula La envidiosa (Harriet Craig, 1950) de Vincent Sherman, que efectivamente era el remake de otra película de Rosalind Russell, que me fascinó, dirigida por Dorothy Arzner, La mujer sin alma (Craig’s Wife, 1936). Las dos reseñadas en el blog. Y es que La envidiosa sí que tiene puntos en común en su argumento con La abeja reina.

    Beso
    Hildy

  5. Cada vez me gusta más Joan Crawford. Puede que sea actualmente una de mis actrices favoritas del Hollywood clásico.
    Yo la conocí durante muchos años como esa señora de labios pintadísimos, repeinada y de cejas marcadas y gruesas de los años 50. Una reina “camp”. Una parodia. Su imagen quedó definitivamente maltrecha tras la película basada en la novela de su hija Christina, “Queridísima mamá”.
    Pero hay muchas Joan Crawford. La Joan Crawford divertida y vitalista de los 20, la “flapper” del cine mudo (“Vírgenes modernas” “Our modern maidens”). La heroína de clase trabajadora de los años 30 que accede a la alta sociedad (“Sadie McKee”, ”Maniquí”, “La novia vestía de rojo”) . La mujer profesional que sale adelante en un mundo con reglas masculinas de los 40 (“Alma en suplicio” “Humoresque”,”Daisy Kenyon”) Sus melodramas de los 50 (“Johnny Guitar” un western en clave melodrama, “Hojas de otoño”, “Mujeres frete al amor”) Su etapa de reina del terror en los 60 (“¿Qué fue de Baby Jane?”, “El caso de Lucy Harbin”, “Jugando con la muerte”)
    Extraordinaria actriz y mujer interesantísima. Yo crecí siendo muy de Bette y cada vez soy más de Joan.
    No he visto la película que citas pero tiene una pinta estupenda, pese al sosaina de Barry Sullivan ¡Viva Joan Crawford!

  6. Querida Lilapop, creo que uno mis triunviratos de actrices del Hollywood clásico lo formarían Joan Crawford, Bette Davis y Barbara Stanwyck. ¡Las adoro a las tres! Y, tienes razón, hay muchas Joan Crawford. Demostró ser una superviviente y saber reinventarse una y otra vez en las entrañas del Hollywood clásico.¡Viva Joan Crawford!, lo grito contigo al unísono.
    ¡Es una delicia adentrarse en el universo de La abeja reina!

    Beso
    Hildy

  7. ¡Menudas tres! El triunvirato de mujeres fuertes del Hollywood clásico.
    He recuperado tus textos sobre dos películas de la Crawford que me encantan: «Humoresque» (me niego a nombrarla con ese título atroz que le han encasquetado en el DVD) y «Hojas de otoño» y veo que te gustaron tanto como a mi.

  8. Sí, me chiflan las dos. Por otra parte, en Hojas de otoño se une también mi adoración por Aldrich. En Humoresque además está acompañada de uno de mis consentidos, John Gardfield.

    Beso
    Hildy

  9. Acabo de pasar un momento fantástico con esta película, Hildy querida. Estaba buscando una película con la letra Q que no fuera Quo Vadis, jaja, y cuando encontré esta creí recordar que tenías un artículo sobre ella. Eva es magnífica de tan mala pero Crawford le pone mucha humanidad, ¿no te parece? La amé a mi pesar… y creo que me está gustando más la Crawford, quién lo hubiera dicho.-
    Te mando un beso enorme, sin zumbido, Bet.-

  10. Mi querida Bet, Eva Phillips es maravillosamente mala… ¡Dios mío, jajajaja, cuánto me alegra ver que hay una película donde la Crawford te ha llegado! Sí, a sus personajes, sean malvados o no, logra imprimirles humanidad. Eva es un personaje lleno de defectos, y tratas de entender por qué funciona así, por qué aguijonea a sus seres queridos… Pero es que además «La abeja reina» es una película entretenidísima, como has dicho se pasa un momento fantástico.

    ¡¡¡Qué ganas de leer la Q!!!!

    Beso
    Hildy

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