El reverendo (First Reformed, 2017) de Paul Schrader

El reverendo

El reverendo Teller y Mary regalan dos momentos bellísimos y llenos de dolor.

Hay un libro de cabecera escrito por el director y guionista Paul Schrader titulado: El estilo trascendental en el cine. Ozu, Bresson y Dreyer. Porque una de las obsesiones de Schrader es atrapar lo trascendental en la pantalla de cine. Bresson ha sido una de sus muchas influencias, películas como Pickpocket (presente en American Gigoló) o El diario de un cura rural han dejado sus huellas en su filmografía. Si se puede decir que Taxi Driver, de Scorsese con guion de Schrader, fue una mirada extrema y dura de El diario de un cura rural, en El reverendo es más que evidente. En una entrevista reciente de Nando Salvà al director en El Periódico, Schrader explica a la perfección este círculo: “Cuando era joven escribí un ensayo en el que conectaba mi estricta educación calvinista con el trabajo de mis directores predilectos, como Yasujiro Ozu, Carl T. Dreyer y Robert Bresson. También de joven escribí Taxi driver (1976), que resultó ser mi llave de entrada en el mundo del cine. El reverendo conecta con ambas cosas. Recuerdo que cuando vi Pickpocket (1959) de Bresson por primera vez mi vida cambió para siempre. Hasta entonces, yo jamás había podido imaginar que las películas pudieran tener un efecto tan trascendental en el espectador e impactarlo tan profundamente. Por otro lado, nunca pensé que yo mismo fuera a hacer ese tipo de cine, tan intensamente espiritual. Sentía que no era lo mío. Pero hace un par de años pensé que me estaba haciendo viejo, y que ya era hora de escribir precisamente la película que me juré que nunca escribiría”. El reverendo es una película incómoda, intensa, sobria… y trascendental. No puede dejar indiferente a aquel que se ponga frente a ella.

La nueva película de Schrader es infinita en sus posibilidades de análisis. En ella está presente la desesperación vital del personaje principal, el reverendo Toller (Ethan Hawke), cercano ya a la muerte, y la esperanza encarnada en el personaje (también de evidente simbolismo) de Mary (Amanda Seyfried), la esposa embarazada del activista ecológico que remueve y revoluciona el mundo del protagonista. De hecho los dos momentos clímax de la película son gracias a la conexión que se establece entre ambos. Mary calma la desesperación y el dolor del reverendo Toller. Y es capaz de frenar su respuesta más radical a un intento extremo de dar sentido a su vida, a su fe. Y esos dos momentos clímax son de una belleza también extrema que no deja indiferente. Uno de ellos es su primera conexión física, más allá de lo sexual, donde asistimos perplejos a una levitación y a un viaje astral revelador. El otro es en un final brutal a la vez que verdaderamente hermoso, donde un largo beso en toma circular, es una puerta a algo parecido a la esperanza…

Como El diario de un cura rural, el padre escribe su viaje atormentado y espiritual en un sobrio cuaderno. Lo escribe a mano, con un bolígrafo. Para poder destruirlo si llega el momento, para romper y destrozar sus páginas y no dejar huella alguna. El reverendo está al frente de una pequeña iglesia con historia, donde van turistas y unos pocos feligreses, pero se está organizando un acto importante, financiado por el empresario de la localidad. La vida triste y gris del reverendo, aquejado además por un fuerte sentimiento de culpa (un pasado que le pesa en los hombros) y por una enfermedad que le acerca a la muerte, da un vuelco cuando Mary le pide que hable con su joven esposo, Michael. El reverendo Toller abrazó la fe roto de dolor, tratando de buscar un sentido a su desesperación…, pero no lo encuentra. Michael le abre una puerta inesperada. De pronto el activismo ecológico muestra al reverendo un compromiso con la creación, con la tierra y con la salvación. Las víctimas por motivos ecológicos son los nuevos mártires. El cambio climático anuncia el fin del mundo y un futuro desolador… A Michael ese dolor de un mundo sin futuro le quiebra y ni el activismo radical para frenar la destrucción de la Tierra logra calmarle… pero deja sus huellas en el reverendo Toller. De pronto, encuentra un motivo con el que canalizar su dolor y desesperación, y dar con el sentido de su vida, un compromiso fuerte… pero llevándolo a un extremo irracional… y a un viaje a las profundidades. Desconecta del pequeño mundo que le rodea, de la realidad, y de las personas que lo quieren (como el triste personaje de Esther)… Solo Mary logra que no entre en la irracionalidad más absoluta.

El reverendo no es una película fácil, incomoda. Y hunde al espectador en el camino desesperado, radical y doloroso que toma el padre Teller con una causa justa de fondo, y que cada vez más nos toca a todos. El reverendo revela un mundo hipócrita, cruel, que destruye…, que provoca respuestas, a veces, extremadamente radicales y desesperadas. Paul Schrader rodea el universo de Teller de sobriedad: sus propios espacios íntimos (el baño, la mesa en la que escribe…), la propia iglesia o los aposentos de la inquietante organización religiosa a la que pertenece, Vida abundante. Una organización que no tiene respuestas, que construye tan solo una fachada y cómplice de los poderes que hunden la tierra. La casa de Mary y Michael… con esa lámpara que es un ojo que todo lo observa… Y el director realiza un uso magistral de la música. Desde esa canción protesta de Neil Young cantada por un coro en un entierro en un vertedero al canto final de Esther en la pequeña iglesia. El reverendo mueve y remueve, hace que el espectador se haga preguntas y da una visión desoladora de un mundo que estamos destruyendo y envenenando poco a poco.

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16 comentarios en “El reverendo (First Reformed, 2017) de Paul Schrader

  1. Por lo que escribes parece que Paul Schrader esta vez ha realizado una película que merece nuestro interés. Intentaré verla.

    Un beso.

  2. Querido, querido Luis, a mí me ha parecido una película de Schrader muy pero que muy interesante. Y con un análisis complejo. Formalmente también me he llevado sorpresas. El reverendo no deja indiferente.
    Estoy pendiente de ver «Mishima». Y «Aflicción» me parece brutal. No guardo mal recuerdo ni de American Gigoló ni de El beso de la pantera, en las dos rescato bastantes secuencias. Bueno, la de El beso… solo la he visto una vez y hace un montón de años. También me interesa el Schrader guionista (rescato, por ejemplo, La costa de los mosquitos, una película de Peter Weir que me gusta mucho).

    Ya me contarás si la ves.

    Beso
    Hildy

  3. Mishima es uno de mis escritores favoritos y cuando vi la película de Schrader me pareció que penetraba muy bien en el mundo de este mítico autor. No sé si has leído la obra de Mishima. En caso de no conocerla quizás la peli no tenga el mismo impacto. A mí me gusto mucho. Las otras películas que mencionas las tengo un poco más lejanas en el tiempo, aunque en su momento también me interesaron. La costa de los mosquitos no la he visto pero Peter Weir siempre es un director a seguir.
    ¡El reverendo me la han quitado del cine! Qué pena. Este tipo de películas duran tan poco en cartel que no te puedes demorar ni un instante en verlas.

    Un beso.

  4. Querido Luis, no, no he leído mucho de Mishima. Hace mucho, mucho tiempo, y sé que me gustó, Nieve en primavera. Cayeron en mis manos esa de Mishima y La casa de las bellas durmientes de Kawabata. Y fueron dos lecturas que no olvido.
    Sin duda, será un buen momento para recuperar la literatura de Mishima. Me apetecen las dos cosas: sus novelas y la película. Qué novelas me recomiendas para empezar de nuevo con él.
    La costa de los mosquitos es una película a tener en cuenta a mi parecer. A mí siempre me remueve. Sí, Peter Weir también me gusta mucho.
    ¡Jo, que rabia que ya hayan quitado El reverendo! Qué pena. Pero seguro que en algún momento, podrás verla. Creo que merece la pena.

    Beso
    Hildy

  5. Nieve de primavera es la primera novela de la tetralogía «El mar de la fertilidad». Mishima escribió estas cuatro novelas los últimos años de su vida. Nieve de primavera es un libro maravilloso, y el resto de la tetralogía te lo recomiendo absolutamente porque es genial.
    Pero para empezar con Mishima puedes leer por ejemplo «El rumor del oleaje» que es un libro precioso. Mishima era bisexual, parece ser que su lado homosexual tenía más fuerza, y si te interesa indagar en esta faceta puedes leer «Confesiones de una máscara» un libro que Mishima publicó con veinticuatro años; es un estudio de la vida de un joven que quiere amar a las mujeres pero se ve irremediablemente atraído por los jóvenes. También podrías leer «El marino que perdió la gracia del mar» o «Después del banquete», que son lecturas cortas, y por tanto cómodas para empezar. La colección «La perla y otros cuentos» también es maravillosa.
    Como ves me entusiasma Mishima. Y «La casa de las bellas durmientes» de Kawabata también me encantó.

    Un beso.

  6. Me parece un peliculón, es como una coctelera en la que meter Los comulgantes, de Bergman, y Taxi Driver, de Scorsese. Sin duda, lo mejor de 2018 (por encima de Cold War, fascinante en la mirada pero hueca en el fondo).

    Besos

  7. Sí, a mí me ha gustado mucho, mi querido Alfredo. Me ha parecido brutal y formalmente me ha fascinado. ¡Tengo Los comulgantes de Bergman como tema pendiente a punto de solucionar…!¡No la he visto todavía! Pero, sí, veo ya con tan solo la lectura de la sinopsis muchos ecos en El Reverendo.
    A mí ya sabes que Cold War me ha gustado mucho, no. Muchísimo. Y no me parece solo mirada y forma. A mí me ha calado hondo… Yo he sentido fondo. Creo que no solo hay sentido de la estética en Cold war.

    Beso
    Hildy

  8. A ver si me sobrevive en el cine del barrio para la noche del domingo, que bien de ganas tenía de verla… Mañana otearé la cartelera, pero me da que me la pierdo…

  9. para mi una de las películas del año y muy buena pareja con «ningún rastro» (leave no trace)

  10. ¡Bienvenido, Josep María!, sí, El reverendo no puede dejar indiferente. Y los dos momentos clave con los personajes de Mary y el padre Teller son bellísimos.

    Beso
    Hildy

  11. Todo lo que escribes es cierto pero también pienso que se trata de una obra apretada en exceso, dispersa, con momentos espléndidos y otros excesivos, brillante a veces y evidente otras, irregular, valiente y también claramente ambigua. El calzador al final pesa mucho. Siempre es de agradecer propuestas de este calibre, si bien el resultado no es ni de lejos redondo. En cualquier caso pensar en el hombre y en el mundo nos conduce indefectiblemente a una terrible y oscura insatisfacción solo, tal vez, suavizada por la posibilidad del encuentro en el amor. Besos y un placer leerte siempre.

  12. ¡Querido Altaica, qué alegría leerte! Sí, El reverendo tal y como dices, puede no ser redonda, irregular, contradictoria, pero no deja indiferente. Se nota una película que cabalga libre, una propuesta que mueve y remueve y que deja huella… y ganas de pensar y reflexionar sobre el hombre, sus angustias, sus miedos, sus contradicciones, y su lugar en el mundo.

    Beso
    Hildy

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