El blog de Hildy Johnson

Simplemente, un blog "de cine"

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El último mohicano (The Last of the Mohicans, 1992) de Michael Mann

El último mohicano

Da igual. Hay películas con banda sonora poderosa que sobresale por encima de las imágenes, con miradas intensas, con cámaras lentas,  con traiciones por activa y por pasiva a su fuente literaria, con carreras y sudor sin descanso, con violencia y lucha, con diálogos trascendentales, y romanticismo exacerbado. Hay películas que contienen todos los tópicos imaginables: paisajes inolvidables con cascadas y piraguas, un malo malísimo, unos secundarios que se quedan en la retina y una pareja protagonista estrella con química… E incluso todos estos tópicos pertenecen a un género de evasión y espectáculo por antonomasia, el de aventuras. Bien, pues un cóctel explosivo de tal solera escupe una película que no te cansas de ver una y otra vez. Con ritmo y emoción, El último mohicano es de esas películas con corazón.

Y esa pareja protagonista está formada por Daniel Day Lewis, que cada vez ha ido espaciando más sus apariciones, y por Madeleine Stowe, ahora desaparecida, pero en los noventa de los más activa. Ellos son Cora Munro y Hawkeye u Ojo de Halcón, que se enamoran intensamente y se echan miradas en todas partes y suben los decibelios. Los dos con sus melenas al viento. Christopher Crowe y Michael Mann (también su director) construyen un guion con una inspiración de fondo, la novela de James Fenimore Cooper, pero no son nada fieles a las relaciones que se establecen entre los personajes (o su protagonismo dentro de la historia) o sobre los que tienen que morir o no… para crear así su propia película de aventuras de romanticismo exacerbado ambientada en la América colonial. Y para ilustrar la aventura no falta el enfrentamiento entre franceses e ingleses para la ocupación de territorios y los posicionamientos distintos de las tribus nativas americanas en esa batalla, además de los propios colonos, claro. Todos muy bien vestidos, peinados y maquillados, con ambientación bárbara.

Y si algo consigue El último mohicano es ser tremendamente entretenida siguiendo siempre el ritmo de la carrera sin fin de un trío de personajes: los mohicanos Chingachgook, su hijo natural Uncas y su hijo adoptivo Hawkeye. Los tres no dejan de correr, luchar… y mirar. Ay, las miradas en esta película. No dejan descanso ni tregua al espectador que les sigue. Y en su camino no solo se cruzan los ingleses y los franceses, sino también dos damas que les cambian la vida: las hermanas Cora y Alice Munro. Cora vive una historia apasionada y estridente, exacerbada, con Hawkeye…, y además cuenta también con el amor, el despecho y más tarde el mayor de los sacrificios de un valiente oficial británico, Duncan. Ya sabemos que los triángulos son más entretenidos e intensos. Pero detrás del amor de Cora y Hawkeye, están los silencios, los gestos y las miradas de Alice y Uncas, y ellos viven una historia de amor mudo y trágico que culmina con final desesperado, de caída en el abismo.

Pero ¿qué sería de una película de aventuras sin malo competente? El gran personaje malvado, con carisma, será Magua y sus ganas de venganza. Magua es un nativo feroz que pertenece a los hurones. Y cada aparición del personaje y los suyos es una amenaza al acecho. Una desgracia en camino.

Y todo envuelto con la melodía contundente y siempre presente de Trevor Jones y Randy Edelman: las carreras, las luchas, el enamoramiento, los besos, los sacrificios, las venganzas y las muertes…, las escarpadas montañas, las cascadas y el rumor de la batalla… Mientras, el espectador no puede evitar dejarse atrapar una y otra vez por la misma historia. Sin dejar de correr, sin respiro.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

10 comentarios en “El último mohicano (The Last of the Mohicans, 1992) de Michael Mann

  1. Aventuras al viejo estilo, mi querida Hildy. Imperfecta hasta la hartura, y sin embargo, con un encanto especial, mucho más que casi todo el resto del cine de Mann (excepto El dilema, la primera mitad de Collateral, algunas fases de Heat). No hay más que ver las versiones previas de esta historia, tal vez más fieles, para notar la diferencia (en especial ese chukrut-western de producción alemana, tremenda…). Mi personaje favorito de esta historia, no obstante, es el general francés, Marquis (Patrice Chereau). Rarito que soy.

    Besos con cresta, mi querida Hildy

  2. Sí, efectivamente, es una película que inevitablemente te engancha, de aventuras, con ritmo y corazón… y, totalmente de acuerdo, mi querido Alfredo, con un encanto especial. Los secundarios tienen su propia historia y la imaginas como ese general francés, que es tu favorito, o la familia de colonos que padece los horrores de la guerra o el padre de Uncas y Ojo de Halcón. Y te engancha todo lo que pasa en esos paisajes… y corres, corres y corres…

    Beso, con la melena al viento por una carrera sin fin
    Hildy

  3. En 1920, Clarence Brown y Maurice Tourneur llevaban por vez primera a la pantalla (muda) la novela de Fenimore Cooper. Desde entonces, periodicamente se ha repetido la operación hasta llegar a esta (por el momento) última, la más ambiciosa, formalmente cuidada, espectacular y costosa que, no obstante, en opinión del que suscribe resultó un pelín ampulosa, preciosista y fría (cuando precisamente no pretendía serlo).
    Michael Mann es un director al que sigo prestando atención a raíz de la que considero su obra maestra, «LADRÓN», y también por la muy interesante «HEAT», deudora de la primera. En fin, una atención cada vez menos justificada si examinamos su trayectoria posterior.
    Un abrazo.

  4. Leí hace poco que en el mundillo de Hollywood se cuenta un curioso chiste: «En una habitación están James Cameron, Michael Bay y Michael Mann y tú tienes una pistola con dos balas. ¿A quién disparas? A Michael Mann. Dos veces.» Al parecer Michael Mann tiene una fama tremenda de tirano en los rodajes, de exprimidor de sus actores y, curiosamente, llevo un rato dando vueltas a los protagonistas de sus cintas… y no doy con ninguno que haya repetido con este director, je, je. Pero ya que yo sólo devoro el resultado, no cómo se ha cocinado, considero a Michael Mann un gran director. Me han gustado mucho sus películas, todas, y por supuesto ésta que comentas tan bien. La vi cuando se estrenó en el cine y la disfruté de principio a fin: una película redonda. Y las ganas de volver a verla cuando me la has recordado, claro.
    Saludos.

  5. Querido, querido Teo, no he tenido la suerte de ver las otras versiones de El último mohicano (qué feliz me hace ver el nombre de Maurice Tourneur, padre de Jacques… cada vez amo más el cine de su hijo, y para mí él es todo un desconocido). Solo la de Mann que como digo a pesar de los pesares me parece muy entretenida y siempre caigo en sus redes en los distintos pases televisivos. De la filmografía de Mann solo he visto la reseñada, Heat, El dilema y Collateral. Pero las tres últimas solo las he visto una vez y tengo alguna que otra escena grabada. La de Ladrón me apetece verla más cuando miro su reparto y me encuentro con mi adorado James Caan.

    Beso
    Hildy

  6. ¡Mi querido Licantropunk, qué buena la anécdota que nos traes!¡Madre mía la de directores déspotas que hay en Hollywood y que han hecho pasarlo mal a sus actores y otros profesionales del cine! Si me voy al cine clásico me acuerdo de Otto Preminger, el ogro. A mí como he dicho en el comentario anterior me falta mucho por ver de Mann, y lo que he visto no me ha disgustado, pero solo las he visto una vez, menos El último mohicano. Sí, es como dices una película para disfrutar y disfrutar…

    Beso
    Hildy

  7. Me uno a Licantropunk en la defensa de Mann, que aun en sus horas bajas tiene un forma de narrar que siempre deja alguna nota de interés. De hecho, El último mohicano no me parece de sus grandes películas y, como dicen por ahí, acumula unos cuantos defectos, pero al mismo tiempo es una obra de aventuras de corte clásico que se disfruta como se disfrutaban aquellas: dejándose llevar por la conjunción de una serie de elementos artísticos (literatura, gran decorado, música, interpretaciones estelares…) que juntos componen la esencia tradicional del cine. Por cierto, sobre la banda sonora, más que el tema principal siempre me fascinó The Kiss. Ese crescendo ‘en espiral’ me induce el trance.

  8. Mi querido crítico abúlico: y sobre todo me parece entretenida, muy entretenida. Pues de Mann como digo me falta por ver bastante, y algunas que he visto tan solo una vez y no las recuerdo del todo. Sé que hubo bastante que me gustó de Heat. Y Collateral la disfruté… pero no puedo analizar su cine y sus películas porque tengo una laguna de desconocimiento sobre él.

    Beso
    Hildy

  9. Sé que vengo tarde, muy tarde a este post. Y más teniendo en cuenta que desde la pandemia me ha cambiado la vida, literalmente y laboralmente hablando.
    Por motivos que, en realidad, no vienen al caso, estoy sintonizando con historias de emociones silenciosas. No me digas por qué Hildy. Estoy haciéndome muy mayor. Me explico….
    Esta película siempre me pareció que tenía un encanto especial. Me gustaba el sentido que tenía de la aventura, la pareja protagonista, los paisajes y el sentido que tuvo Michael Mann para desvirtuar la realidad histórica sin perder calidad fílmica. Por supuesto, los actores están estupendos: la química entre Stowe y un terriblemente atractivo Day Lewis está fuera de toda duda. Wes Studi en el papel de su vida y hasta el efímero papel de Patrice Chereau deja su impronta. Pero, ya se sabe, la edad hace que percibas cosas que en tu juventud se te habían pasado por alto…
    No he tenido aún la oportunidad de leer el libro pero he de decir que, vuelta a ver, hoy por hoy me quedo, sobre todo, con la historia callada, sutil, que se palpa y se siente en las miradas y los pequeños detalles entre Alice y Uncas. Historia de amor callado, los silencios y las miradas, leves caricias, sin necesidad de que pase nada más, pueden abrasar y consumir más que el acto consumado (perdón por la redundancia). Y elevar el sentimiento hasta darle su sentido último. A veces, la belleza no se encuentra en una love story corriente sino en los detalles que indican, en los silencios, en las miradas que lo dicen todo, en la proximidad y cercanía, en un leve roce en la piel amada. Qué ocurre cuando en un grupo de personas, dos de ellas no pueden expresar nada y la única forma que tienen de poder decirlo todo es, simplemente, la mirada franca, honesta y sincera? Una leve y furtiva caricia en un brazo… Un abrazo protector que lo dice todo sin decirlo…
    Cada vez me doy más cuenta que los sentimientos más profundos son los más difíciles de expresar: sólo puedes sentirlos…. Cómo ése famoso refrán que dice «El hombre que siente mucho habla muy poco» , o algo así.
    He aquí, pues, mi pequeño homenaje a esta pareja, que tiene un final absolutamente desgarrador y, al mismo tiempo, bellísimo.

    Un abrazo querida Hildy y disculpa la la larga parrafada.

  10. Queridísima Isis, tu parrafada es absolutamente preciosa. Me ha alegrado un montón volver a saber de ti. Dices cosas muy bonitas de la película y viertes una mirada que le da un sentido maravilloso a la historia. Esas historias de emociones silenciosas cuando están bien contadas son geniales, porque te fijas más en los detalles, en las sensaciones, en las miradas, en las emociones, en lo que no se dice, en lo que se piensa… No sé si será de hacernos más mayores, pero sí de observar mejor, de sentir, de rescatar aquello que sucede sin máscaras.
    Un beso enorme, Isis, y un placer leerte de nuevo
    Hildy

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