La la land (La La Land, 2016) de Damien Chazelle

La la land

Keith (John Legend), el amigo de Sebastian (Ryan Gosling), le dice durante una conversación que mantienen: “Sigues obsesionado con Kenny Clarke y Thelonious Monk. Fueron revolucionarios. ¿Cómo vas a ser revolucionario si eres tan tradicionalista? Te aferras al pasado, el jazz habla del futuro”. Y aunque esta frase habla de la pasión de Sebastian, sirve también para ilustrar la película de Damien Chazelle, La la land. Pues Damien Chazelle es tradicionalista en su forma de contar una historia, y como su protagonista un romántico en sus pasiones, pero es revolucionario. Y no, no lo es en puesta en escena o en recuperar el género musical (que es una disculpa, un hermoso trampantojo), sino en ofrecer una película para soñadores en tiempos revueltos. Igual que en la época del crack del 29 el público tenía hambre de cine y necesitaba poder refugiarse en sus salas y evadirse de un mundo del que apetecía apearse, Damien Chazelle realiza una película para soñar en tiempos de crisis, y poder volar en un planetario hasta alcanzar las estrellas. Sin embargo, llega en un momento en que las salas de cine son como el club de Jazz que quiere poner en marcha Sebastian. Reductos solitarios, aislados. Donde las salas de cine se están cerrando, y abrir una nueva es una hazaña de soñadores. Pero en las salas de cine se siguen refugiando espectadores ávidos de sueños.

Y es que al igual que en los años 30, el glamour de Ginger y Fred o las coreografías de Busby Berkeley permitían unos minutos de evasión; ahora en pleno siglo xxi, Emma Stone y Ryan Gosling, como Mia y Sebastian, dos enamorados con pasiones, logran hacer volar la imaginación del espectador. Ambos destilan química a raudales, como ya lo hicieron en Crazy, Stupid, Love, y hacen creíble a una pareja romántica que pasea por las estaciones del año su crónica de amor imposible. Así la aspirante a actriz y el pianista de jazz apasionado por un género musical que no está de moda caminan por la ciudad de las estrellas y los sueños rotos, donde ficción y realidad se mezclan. Y es que La la land es una preciosa historia de amor y desencanto pero también trata sobre la importancia de perseguir los sueños, de dejarse llevar por las pasiones (aunque supongan renuncias). Y para narrarla, Chazelle toma como disculpa el género musical y cientos de referencias para construir un romance que va in crescendo hasta un apoteósico y triste final.

Damien no es revolucionario en dar continuidad al género musical, sino que crea la ilusión de revivirlo. Ahí se sigue viendo su vena tradicionalista, romántica. Y es que ese final apoteósico provoca los mismos sentimientos que los últimos e impresionantes números musicales de películas míticas como Cantando bajo la lluvia o Un americano en París. No actúan grandes bailarines o cantantes con coreografías impresionantes, sino que son pinceladas de pasado y de historia del cine musical. Sombras sobre lienzo blanco e ilusiones… Chazelle elige a Stone y a Gosling, dos actores a los que pone a cantar y bailar, como hiciera en su momento Joseph L. Mankiewicz en su inmersión en el cine musical con Marlon Brando y Jean Simmons en Ellos y ellas. Y sentimos los ecos de Ha nacido una estrella en el personaje de Mia y en la ciudad de Los Ángeles o cómo el amor detiene el tiempo y el espacio tal y como ocurre en la escena del baile entre Maria y Tony en West side story. La tristeza del amor imposible, pero aun así la alegría de vivir, como una fusión de Los paraguas de Cherburgo y Las señoritas de Rochefort de Jacques Demy. La presencia fantasmal o la inspiración de Fred Astaire, Gene Kelly, Cyd Charisse, Leslie Caron… en los bailes en solitario de la pareja o la influencia de coreógrafos míticos como Bob Fosse (en ese momento de Mía con sus amigas y los vaporosos vestidos, un recuerdo fugaz de un momento de Noches en la ciudad). Y se va acercando en destellos a musicales más modernos y a la amargura del New York, New York de Scorsese o al paseo urbano de amores rotos de Corazonada de Coppola, hasta llegar a la canción que emociona con actriz brillante como los solos musicales que han dado Nicole Kidman (Moulin Rouge y Nine), Anne Hathaway (Los miserables) y ahora Emma Stone y su canción Fools who dream en la audición final.

La la land

Y las pasiones de los protagonistas, el jazz y el cine clásico, envuelven sus sueños. Pero son dos pasiones que sobreviven, como los sueños de los protagonistas, dispuestos siempre a volver a nacer. El póster de Ingrid Bergman en la habitación de Mia, las dos secuencias en el cine Rialto (una para ver Rebelde sin causa de Nicholas Ray… donde curiosamente se quema el celuloide, como símbolo de un soporte ya obsoleto, sueños de celuloide que arden. Y la otra para ver el monólogo teatral de Mia… Cine y teatro, apenas sin público en la platea. Bueno, hay una tercera aparición del teatro en ese final emocionante, pero queda reservado hasta su visionado), las referencias de Sebastian a sus ídolos, los discos de vinilo, y los locales míticos… Y por Rebelde sin causa regresamos al planetario como escenario cinematográfico, aquí como culminación del enamoramiento; y Mia recuerda el visionado de películas clásicas con su tía, bonito personaje ausente, o los dos protagonista pasan de largo por el mural de You are the star, donde míticas estrellas de cine como Marilyn, Chaplin, Bogart, Liz Taylor o Dean están como espectadores en una sala de cine.

Y entre la ilusión de pasear por los fantasmas del género musical clásico y del cine de celuloide surge una triste historia de amor de dos personas apasionadas.

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21 comentarios en “La la land (La La Land, 2016) de Damien Chazelle

  1. Me han dicho, quizás con razón, que me entusiasmó porque desconozco el género musical. Tampoco me importa, me quedo con que me lo pasé genial viéndola en el cine. ¿Algo tiene que contar, no?

  2. Querida Hildy, pasé veinte veces por la puerta de algún cine que la proyectaba durante mi viaje y sin embargo no entré. Ahora que estoy de regreso en casa (tan recién llegada que aún no deshice mis valijas) deberé esperar una barbaridad para poder verla. Me entusiasma mucho, como imaginarás, y además esta pareja cinematográfica me gusta.-
    Un beso enorme, desde los bultos acumulados al lado de la puerta de casa, Bet.-

  3. Reconozco que fui a verla con unas expectativas altísimas, y ya sabemos lo dura que puede ser la caída en tales casos. Pero no, me cautivó desde el minuto uno. Totalmente de acuerdo en que no innova el género musical pero ¿eso es tan esencial? El poder evocador y atmosférico de los homenajes, guiños, referencias… puede resultar tan hipnótico como el de quien te sorprende (sorpresa que, por otra parte, puede no dejar especial huella).
    Me ha encantado leerte, Hildy, y visualizar mentalmente un tráiler con escenas de todas las películas que nombras. Algunas las tuve presentes mientras disfrutaba «La La Land» y otras no, como ese musical a reivindicar dirigido por uno de mis cineastas favoritos: Mankiewicz.
    Desde luego, algo especial subyace en el género musical trastocando sentimientos cuando hasta en esa memorable tragedia de Lars von Trier titulada «Bailar en la oscuridad», su protagonista se evadía de su realidad con la canción y el baile.
    Sobre el trasfondo agridulce de «La La Land», a veces, como decía aquella canción de Mecano, amar es el inicio de la palabra amargura… Pero, mientras tanto, que «nos quiten lo bailao» 😉

  4. Tengo ganas de verla, aunque el musical no sea un género que me atraiga demasiado, pero esta pareja protagonista me parece que esta formada por dos de los actores con más talento de la actualidad y que pienso que son capaces de tirar adelante con la película que le pidan y como se lo pidan: bailando, cantando o en plan maratón espaldista.
    Saludos.

  5. Mi querido crítico abúlico, eso fue para mí lo fascinante de La la land lo bien que me lo pasé viéndola. Me quedé enganchada y explote de apoteosis con ese final que me fascinó, qué bello y qué triste a la vez… Y también cómo me hizo revivir sensaciones de cine de musical.

    Beso
    Hildy

  6. Mi querida Bet, ¡¡¡bienvenida!!! Espero que hayas tenido un viaje precioso y pronto podremos leerte. Seguro que has venido cargada de títulos apasionantes. Creo que te va a gustar La la land, que la vas a disfrutar, porque es una película para dejarse llevar. Ya me contarás.

    Beso
    Hildy

  7. Querida, querida Atmósfera cine, qué placer leerte. Y, sí, me fascina Ellos y ellas y también Mankiewicz como director. Qué títulos tiene. Ya por Eva al desnudo o El fantasma y la señora Muir es imposible olvidarse de él. Pero muchos títulos más me encadenan a él. Me encantan las relaciones de Shakespeare con el cine y su Julio César me es imprescindible en esa relación, por ejemplo.
    Sí, disfruté con las referencias de La la land pero me dejé llevar por esa historia de amor amargo pero bello, como el chocolate puro, entre Mia y Sebastian. Ellos dos me hicieron volar, evadirme, y llegar a lo más con ese final que me atrapó entre sus redes definitivamente. Yo fui calentando motores según iban pasando las estaciones y llegaba a la última secuencia de lo que pudo ser… Ayyyyy.
    Sí, me gusta la magia del cine musical tal como lo cuentas… trastoca las emociones.

    Beso enorme
    Hildy

  8. Mi querido Licantropunk, para mí la química entre Ryan Gosling y Emma Stone es especial y en esta película vuelve a suceder. Están mágicos los dos. Y son sus personajes y su historia de amor, sueños y pasiones los que te enganchan con formato de fondo de cine musical y amor por el cine clásico. Y lo revolucionario de la película es que hace soñar en tiempos revueltos y devuelve esa pasión por las salas de cine o los locales de Jazz. Reductos solitarios, aislados, donde alimentar sueños y pasiones. Y esot en un mundo donde las salas de cine se están cerrando, y abrir una nueva es una hazaña de soñadores.

    Besos
    Hildy

  9. Un bodrio como una casa, mi querida Hildy, envuelto en algodón de azúcar. Mal escrito, mal interpretado, mal cantado y peor bailado. Una de esas cosas que parecen inocuas y que contribuyen como pocas a cargarse lo poquito que queda de cine.

    Besos

  10. Un ejemplo, y no me voy a cebar con Ryan Gosling, que sería lo fácil (más torpe e inexpresivo no se puede ser). La secuencia del baile de las chicas vestidas de parchís, copiado como todos los demás números (por llamarlos de alguna manera, porque apenas hay música digna ni coreografías mínimamente decentes): Chazelle termina el número metiendo a las chicas en un Toyota gris. Genial.

    Lo dicho, un sucedáneo destinado a vender humo azucarado. El traje nuevo del emperador de esta temporada. Mucha alusión al cine (incluido el bochornoso numerito del planetario) para intentar hacer pasar por algo el poquito de cine que contiene. Poca película para que la película se la monte uno acumulando alusiones, «homejanes», citas y referencias. En fin, Na na nand.

    Besos

  11. Mi querido, querido Alfredo, ya sabía yo que esta película no te iba a gustar, incluso me ha sorprendido que fueras a verla. Pero he de decirte que pasé miedo los primeros minutos hasta que de pronto la película consiguió sumergirme en su mundo y hacerme soñar. Lo digo de verdad. Por otra parte no la viví como un musical, sino como una triste historia de amor, pasiones y sueños. El género musical lo sentí más como un trampantojo de lo que realmente quiere contar. A mí La, la, land me hizo disfrutar. Y, sí, adoro a Ryan Goslin y a Emma Stone como pareja cinematográfica.

    Beso
    Hildy

  12. Ay, querida Hildy, ya sé que me quedo solo en esto…

    Te había escrito un comentario más largo y detallado, y menos cáustico (porque hay dos momentos concretos en la primera mitad que me parecieron estupendos, apenas dos detalles que revelan el cine que Chazelle lleva dentro y que aquí apenas llego a ver), en el que incluía otras dificultades que tuve para dejarme llevar por esta historia, por ejemplo ideológicas (el discurso neoliberal del esfuerzo y la voluntad como fórmula infalible para conseguir los sueños, por ejemplo, discurso tramposo y falso, como sabemos; el cine narcótico que ha sido toda la vida el musical tradicional, en cuanto a propaganda del modo de vida americano y camuflaje de las miserias del sistema, máxime en Los Ángeles, fábrica de miserias y juguetes rotos por antonomasia, y que ahora, por lo visto, el sistema nos invita a volver a aplaudir…). Lo que pido, eso sí, en cualquier película es un guión con algo de sustancia tratado en imágenes de manera creativa, con mirada, y esto, para mí, no tiene más que una historia contada mil veces, previsible, sin matices, sin personajes que evolucionen, sin subtramas, sin secundarios, con un tratamiento del amor edulcorado, almibarado, sonrojantemente dulzón… Entiendo que la gente se deje llevar por lo accesorio, que hagan lo que en suma propone Chazelle, que es que tú mismo te montes tu propia película a partir de los referentes, homenajes, citas y fusilamientos que pergeña, y que claro, como es tu propia película, que te tenga que gustar. Pero el otro día me puse West side story, y bueno. No digo más.

    En fin, que yo con el sentimentalismo me llevo fatal, como bien sabes, mi querida Hildy, ya sean mis queridos melodramas culebronescos años 50 y ese pelazo esculpido de Lana Turner o estas cosas que no se sabe muy bien si son evasión o narcótico. Cuando pienso en quién pone el dinero, pienso más bien en lo segundo.

    Besos enormes

  13. Mi querido Alfredo, mira, te digo que no he visto la anterior de Chanzelle, Whiplash, pero sí escuché a un buen amigo que no la soportó por lo ideológico. Te confieso que La la land yo no la he vivido con discurso neoliberal, pero me parece interesante esa mirada que proyectas y hace mirar la película de otra manera. Yo me dejé llevar por la tristeza de esa historia de amor y desencuentro. Y pensé en los sueños de cada uno y en cómo se consiguen o se abandonan, pero sin sentir la marca ideológica.

    Lo que sí me parece curioso es que vi en su día Grand Piano de Eugenio Mira, con guion de Chanzelle… y a mí esa película no me hizo disfrutar nada y sí que me fijé en la construcción del guion que me pareció muy desacertada… Pero no me ocurrió lo mismo con La la land y su guion, también creo que era más fácil de poner en pie. Estoy de acuerdo con que no innova, no nos cuenta nada nuevo… pero a mí metió en ese universo y volé por el planetario (momento que a ti te llenó de sonrojo… Curioso cómo se percibe un mismo instante por dos miradas diferentes, ¿verdad?

    Jajaja, con lo que a mí me gustan los melodramas de Lana Turner. Tengo que encontrar uno que te atrape… Y analizando solo la parte de cine musical, yo la viví de otra manera… Yo tampoco la podría comparar con West side Story, es otra cosa…

    De verdad, yo cuando llegó ese final de podría haber sido… ya me encontraba volando. Y no le niego algo a Chanzelle, creo que ama y respeta el cine… Creo que echaría una lagrimita si leyera que su película para ti «contribuye a cargarse lo poquito del cine». Pobrecito, ¿no te da lástima? Jejejeje.

    Beso
    Hildy

  14. Ay, mi querida Hildy, no la he visto, y eso que todo el mundo anda medio loco o loca con esta película; incluso los especialistas de cine. Creo que no he visto ninguna película musical desde que se acabó el musical, es decir, desde que cerró la puerta Bob Fosse. No sé me da mucha pereza todo eso de Moulin Rouge con Nicole Kidman y Ewan McGregor cantando canciones de Elton John y Mirvana, o Mamma mía! con las canciones de ese grupo sueco llamado ABBA, con Meryl Streep y Pierce Brosnan haciendo de las suyas; mejor hacerse en sueco con todo eso. También pasé en su momento de un musical dirigido, interpretado, cantado y bailado por Kenneth Branagh, o ese bailoteo en la oscuridad de Lars von Trire con música de esa mujer esquimal llamada Björk y bailando una mujer mucho más fría y pavona llamada Catherine Deneuve en una fábrica. Ya sé que La la la, no de la Massiel, sino de Damien Chazelle, es diferente a todas las que te he puesto aquí, pero ya te digo, me da mucha pereza ver volando bajo un manto de estrellas a Emma Stone y Ryan Gosling. Ay, mi querida amiga, soy yo, lo sé. A ver si me animo un poco. No sabes el tiempo que hace que no voy al cine.

    Besos de musical.

  15. Nada, mi querido Francisco, seguro, seguro que hay otra película esperándote en la sala de cine que te haga volver a ella con más ganas que La la land, que más que compararla con los musicales clásicos, hay que verla como una historia de amor triste con fondo musical… Seguro que hay alguna película en la esquina, al acecho, para encandilarte y atraparte.

    Beso
    Hildy

  16. Por fin me pongo a escribir mi opinión después de una larga pausa. Antes que nada, tengo que decir que (como te podrás imaginar) la disfruté muchísimo, y los últimos tres días no he podido sacarme la música de la cabeza. Pero tengo que admitir, y culpo de esto a las altísimas expectativas que todo el mundo me puso sobre la película, que me quedé un poquito corta. Hubo ALGO que no me dejó 100% satisfecha. Y en ese momento no logré identificar qué era. Pensé que tal vez ese día venía con más apatía encima, que tenía que ver con mis ánimos ese día, porque no pude explicarme cómo con puros elementos que me encantan, me faltó algo. Repito, la disfruté muchísimo y me encantó. Pero después de pensarlo unos días más, he ido llegando a la conclusión de que para mi, el fallo está en el guión, en la historia. Sí, Emma Stone y Ryan Gosling tienen una química que me encanta, y la historia de amor entre ellos no deja de ser hermosa y triste. No me molesta que no sean los mejores cantates ni bailarines (al contrario, creo que tiene mucho encanto), la música me pareció muy bonita, y no comparto varias de las otras críticas que he escuchado. Pero sí creo que el guión pudo haber sido menos pobre, y que aunque al final haya salido hipnotizada con todas las referencias, guiños nostálgicos, etc., no me llenaron del todo el vacío de una historia que, sin pedir que fuera innovadora, pudo haber tenido más alma en cómo está contada. Como ejemplo, estoy de acuerdo en todas sus nominaciones al Oscar EXCEPTO con la de guión (y, la verdad, con la de Ryan Gosling).

    Aún así, estoy de acuerdo contigo, es una película para dejarse llevar, y para disfrutarla. Yo lo hico a montones. Sí, Hollywood es un poquito narcisista (jeje), pero de que saben como atrapar a su público, lo saben.

  17. ¡¡¡Querida Carmen, qué alegría leerte!!! Es muy interesante cuando sabes que hay algo de un película que no te convence y piensas, y piensas, hasta que analizas cuál es exactamente la pieza que ha hecho que no sea redonda. Y apunto un tema de debate. Creo que hay películas que las hace más daño de lo que piensan las campañas de marketing que hay alrededor de ellas, así como alzarlas como la película de temporada como si no hubiera un mañana, como si fueran lo nunca visto con el aluvión de nominaciones y premios a cuestas. Efectivamente, a las dos La la land nos hizo disfrutar, volar y levitar… pero con los pies del análisis cinematográfico en la tierra.

    Yo he de reconocer que ese final en lo que se refleja lo que no fue… me olvidé de todos los peros.

    Beso enorme
    Hildy

  18. He dejado pasar tres semanas desde su estreno a propósito para no contaminarme ni a favor ni en contra ante tanta alabanza por doquier…
    Creo que no sirve de nada la supuesta treta, pero en fin…
    Hoy no coincidimos…creo que las pareja en cuanto a química está a años luz de crazy stupid love.
    Esto es todo subjetivo pero para mi ya el comienzo es un espanto…el número de la autopista me recordó con sudores frios aquellos montajes de Valerio Lazarov con Giorgio Aresu y el ballet zoom.
    El guión…sencillamente no daba crédito…una cosa es partir de ciertos esterotipos conocidos para contar algo…x ejemplo en el western hay cientos de películas con el armazón «el malo llega al pueblo»…y esa premisa puede desarrollarse bien o chapuceramente.
    Aqui nos rebozamos de forma penosa en los tópicos más rancios…con recursos de guión que supondrían un suspenso automático en primero de cualquier escuela de cine.Ejemplo: el recurso utilizado dos veces de que primero uno y después otro no puede acudir a la cita con la contraparte x que en el último segundo surgen bien una cena o una sesión de fotos.
    Pero en mi opinión, lo peor es la arritmia del relato, que avanza a trompicones con subidas y caidas de tono constantes y sin el swing y el ritmo que exige un musical….por último el final no solo no me parece apoteósico…me partece hiperglucémico, aunque recupera algo que si me gustó y mucho.
    En ese final se nos cuenta como en un sueño lo que debió ser y no fue, lo que perdurará en el imaginario ensoñador de una pareja truncada, y ahí los protagonistas vuelven de nuevo por unos instantes a permitirse fabular, soñar, como ya hicieron en la escena del gravity planetario…eso si…dándose cuenta ahora de que en realidad cumplir su sueño particular supone no compartir su vida más que en una fábula ensoñadora. Esa idea creo que está bien. El conjunto me decepciona…de las coreografías mejor no digo nada….un abrazo cantarin Hildy

  19. Jajajaja, querido Victor, madre mía, madre mía. He de decirte que yo también me descoloqué cuando empezó el primer número en la autopista… pero luego te juro que me fui metiendo y metiendo… y que ese sueño de lo que debió ser y no fue me atrapó definitivamente. Y hasta hay canciones que me gustan. Pero yo no lo viví como cine musical (sino como esas sensaciones que trataba de atrapar el cine musical, y de ahí los referentes), me metí en la historia de ellos dos. Sí, no innova en nada ni siquiera en el guion, pero no me chirría. Me hizo volar, soñar, evadirme. Lo que sí me parece exagerado y me molesta es toda la campaña de marketing, publicidad y premios que está dando un valor a la película como algo nunca visto o como pieza única que no se corresponde para nada con la realidad. Y esas campañas creo que hacen mucho daño para ver realmente lo que son estas películas (me refiero también a, por ejemplo, Un monstruo viene a verme). Por eso me gusta tu mirada negativa o la de otras personas que la han comentado, como Alfredo, porque os fijáis en aquellos puntos que no la convierten ni en redonda ni en excelente o obra de arte jamás vista. Pero también disfruto con mi mirada y de la de otros que sí nos ha gustado mucho, porque también valora lo que sí esconde realmente la película. Así creo entre todos queda una mirada bastante justo sobre esta obra, sin alzarla a los cielos… o a las estrellas del planetario.

    Besos desde la luna
    Hildy

  20. Tienes mucha razón Hildy…leyendo tu comentario pienso que si no estuviesen repitiendo cada dos x tres que esta película es puro cine clásico no se realizaríanen ocasiones comentarios tan negativos…se pasan con la publicidad siete pueblos…lo del monstruo ha sido tremendo….De todas formas intenté verla lo más virgen posible…cosa que me parece imposible hoy en día…y miré dos o tres veces el reloj…de eso no hay duda…un abrazo ya te veooooo con mi telescopio…tu si que sabes

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