Dheepan (Dheepan, 2015) de Jacques Audiard

dheepan

Un guerrillero de Sri Lanka deja su país, abandonando un paisaje de guerra eterna, violencia, desolación y muerte, junto a una mujer y una niña que no conoce pues así, con una familia, tiene más posibilidad de conseguir asilo político en París. Jacques Audiard empieza con una impresionante elipsis: de la cola para subir a un barco a Dheepan (el guerrillero con nuevo nombre e identidad) en la noche parisina iluminándola con una diadema de luces, como vendedor ambulante. De pronto le vemos enfrentado a la violencia de una ciudad fría que no solo le ignora sino que le persigue. En un momento dado tiene que huir con su mercancia de la policía y se esconde en una esquina. Entonces Dheepan dice: “¡No puedo más!”. Y ese grito sirve como motor de la película pero también es como si el propio director se dijera que a pesar de inicio tan potente (y de tener perfilados los personajes) no puede seguir más con el nivel que podría haber alcanzado esta película.

Así aun reconociendo la escritura cinematográfica de Jacques Audiard y que se mantiene fiel tanto a la temática de sus películas como a la naturaleza de sus personajes, Dheepan se va hundiendo como su personaje y termina a la deriva. El viaje a los infiernos del protagonista y su regreso brutal a la violencia para poder alcanzar el cielo hace aguas. Algo que no ocurría (los círculos estaban perfectamente cerrados) ni en De latir mi corazón se ha parado, ni en Un profeta, ni en De óxido y hueso. Jacques Audiard hace una compleja y paradójica reflexión sobre la naturaleza de la violencia en las sociedades así como de la imposibilidad de Dheepan de alcanzar un sitio en el país donde busca refugio hasta que vuelve a sacar su lado más violento. Una reflexión incómoda siguiendo la estela de Taxi Driver o Perros de Paja.

Pero mientras que en las películas de Scorsese y de Sam Peckinpah, la preparación hasta el estallido, el propio estallido y el ambiguo “final feliz” construyen esa compleja reflexión de manera redonda y completa, en Dheepan falla todo ese mecanismo (la preparación y el estallido -confuso y mal construido-) y su final feliz queda fuera de lugar.

Este problema en el seno de la película de Audiard resiente todas las buenas ideas (tanto temáticas como visuales, con ese buen uso que siempre realiza el director de la banda sonora en sus historias) que se desarrollan a lo largo de las desventuras de su personaje principal. Ideas que no eclosionan. La más potente es como esa falsa familia a través del aislamiento y las dificultades que sufren en París va construyendo lazos que van generando una verdadera familia (y precisamente la protección de esa familia y cómo Dheepan se la acaba creyendo es lo que provoca la chispa para el estallido). Otro punto interesante es presentar la barriada donde se instalan como un campo de batalla donde la violencia campa a su aire, una barriada dominada por las bandas que llevan los negocios de la droga. Y de ahí surge un personaje potente que no logra despegar (y que hubiera sido crucial para un buen desarrollo del conflicto y el estallido), el delincuente mafioso para cuya casa trabaja la falsa esposa del protagonista.

Así Dheepan se queda en un intento de reflexión con muchas posibilidades que se queda a la deriva. Pero a la vez se sigue viendo la potente y violenta mirada de un Jacques Audiard que construye historias que buscan alcanzar, al final del camino, una luz.

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6 comentarios en “Dheepan (Dheepan, 2015) de Jacques Audiard

  1. Vaya, pues la tenía apuntada, pero ahora ya no sé… Las pelis anteriores de este tipo me gustaron bastante. Ya siento el bajonazo. Anda, que con lo que tú sientes las películas, bajón tiene que ser de verdad para que te haya dejado tan helada.
    Besos

  2. Mi querido Alfredo, es interesante, no obstante, verla. Se reconoce a Audiard. Por eso quizá me decepcionó más… porque era él pero en una historia que no funciona. Sin embargo tiene momentos, como la elipsis del principio que muestra la manera que tiene de mirar y contar.

    Beso
    Hildy

  3. Jo, pues la tenía «pedida» para este finde y digo lo mismo que 39 escalones… si a ti te ha decepcionado, ufff.

    Me encantaron de Oxido y hierro y El profeta, sobre todo esta última que me dejó pegadita al asiento, y tenía muchas ganas de ver Dheepan.

    Ya te contaré…

    Besote!

  4. Ya me contarás, mi querida Marga, a ver si tienes la misma percepción que yo. Me interesa mucho saber qué te parece Dheepan. A mí me encanta Audiard. Me impresionó desde que vi de él «De latir mi corazón se ha parado». Cuando la alquilé en su momento fue por Romain Duris y, sin embargo, me hizo descubrir a un director. Dheepan no me ha gustado ni mucho menos tanto como las anteriores, a pesar de que sigue teniendo sentido dentro de su trayectoria cinematográfica. Quizá hace falta que dé un giro, que sorprenda con el camino tomado…

    Beso
    Hildy

  5. Como comentábamos el otro día…. sensaciones agridulces. Personajes, historia e imágenes potentes que, poco a poco, se diluyen en una cosa un poco más convencional (el relato criminal de la barriada) y que se pierden en una historia que no sé si Audiard no sabe bien qué hacer con ella o sí lo sabe pero no lo culmina del todo bien. Creo que ambos apostamos por lo segundo…

  6. Exacto, querido crítico abúlico, creo que no culmina bien esta historia. Creo que sabe lo que quiere contar, pero le falla el desarrollo, algo que en sus anteriores películas no le había pasado. Creo que Dheepan podría haber sido… y no es… Pero habla de algo que está totalmente presente…, y ahora más, y es la violencia, una violencia que rompe, que quiebra, que destroza…

    Beso
    Hildy

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