Clásicos desconocidos. Corrientes ocultas (Undercurrent, 1946) de Vincente Minnelli / Cautivos del terror (Cry Terror!, 1958) de Andrew L. Stone

Una sesión doble de clásicos olvidados y desconocidos. Ninguna de las dos películas es redonda pero tienen varias bazas para no dejarlas escapar. Primero descubrir a un Minnelli que está experimentando más allá del musical por el camino del melodrama y el delirio. Segundo adentrarse en la obra de un director desconocido para mí en un relato cinematográfico donde se maneja la tensión y el suspense. Y tercero descubrir y disfrutar en las dos de unos repartos maravillosos.

Corrientes ocultas (Undercurrent, 1946) de Vincente Minnelli

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Corrientes ocultas permite esos privilegios (por lo menos para la que esto escribe) de ir conociendo toda la filmografía de un autor cinematográfico e ir viendo su evolución y sus riesgos. Sus aciertos y sus desaciertos hasta alcanzar obras absolutamente redondas. Vincente Minnelli se prodigó sobre todo en tres géneros: el musical, el melodrama y la comedia elegante y sofisticada. Adoro al Minnelli desatado que dejó cumbres tan perfectas como Con él llegó el escándalo, Como un torrente, Dos semanas en otra ciudad… En ellas alcanzaba altas cotas de melodrama desatado donde las emociones de los personajes superaban cualquier tipo de racionalidad… y Minnelli pintaba un lienzo perfecto y colorido de los sentimientos extremos, sin pudor ni vergüenza.

Corrientes ocultas preludia el delirio emocional pero Minnelli todavía se contiene racionalmente con su paleta en blanco y negro. Así sentimos esas corrientes ocultas, que hacen a esta película muy interesante, pero el lienzo no es perfecto. Por el ritmo fallido, el espacio entre cada estallido y las pinceladas confusas de los personajes (sobre todo de nuestra protagonista)… Precisamente son las corrientes ocultas y la ambientación de algunos momentos lo que termina enganchando al espectador así como la fuerza de una historia de amor latente con un ‘desaparecido’… lo más irracional de todo es lo más atractivo.

La película de Vincente Minnelli, que ya empieza a experimentar con el melodrama y que pronto haría piezas fundamentales en blanco y negro como Madame Bovary (que defiendo a capa y espada…) o esa radiografía de un Hollywood con su cara y su cruz… Cautivos del mal, indaga en un subgénero especial que ha dejado obras inolvidables: esposas enamoradas (o no) en el borde del peligro y el abismo. Y donde el marido es ese ser lejano y misterioso que no llega a hacerlas felices y que alrededor de su figura hay demasiadas incógnitas. Estas atribuladas esposas pueden vivir en una América sureña, habitar mansiones góticas o estar atrapadas en una gran ciudad. Así se nos vienen a la cabeza: Rebeca, Sospecha, Luz de gas, Luz en el alma, Secreto tras la puerta, Un grito en la niebla… Para Corrientes ocultas, Minnelli adapta una novela de una popular escritora, Thelma Strabel, y cuenta para la atribulada esposa con Katherine Hepburn.

El primer tropezón es no saber muy bien cómo dar con el género adecuado: comedia amable, drama, intriga, melodrama desatado… Así esto afecta a nuestra heroína (que gracias a los esfuerzos de una Hepburn carismática, logramos no caer con ella en la indefinición). Mujer joven independiente, culta y espontánea que vive felizmente con su padre científico en una pequeña localidad… a la cual no la interesan mucho sus pretendientes, fuente de preocupación para la mujer que atiende la casa de padre e hija. De pronto aparece un hombre de negocios con el rostro de Robert Taylor (que desde el principio notamos que no es hombre para nuestra Kate…, qué antipático y soso es…). Ambos se enamoran en plan flechazo y Kate se convierte en esposa, la trasladamos a la ciudad y se convierte en una mujer provinciana, dependiente, que no sabe moverse en sociedad (¡ni vestirse!) y totalmente entregada a su esposo (¿?)… Menos mal que le entra la vena investigadora (pues no entiende por qué su marido oculta la existencia de un hermano y además es un tema que le pone de los nervios) y también empieza a alimentar un interés y una afinidad con el desaparecido de lo más interesante. Esta es la corriente oculta que más engancha de la película. El enamoramiento de una mujer por un desconocido del que solo escucha cosas o conoce su casa u objetos personales… El marido es Robert Taylor que pasa de ser un soso pijo a un hombre malhumorado que esconde secretos y que empieza a desarrollar un extraño sentido del amor: su esposa le pertenece… y ya sabemos que eso nunca funciona. Los actores secundarios son desaprovechados en la trama porque desarrollan interesantes personajes pero no se les deja aparecer en todo su esplendor como un ya carismático y maravilloso Robert Mitchum o un entrañable (pero efímero) Edmund Gwenn.

Así Vincente Minnelli demuestra y va experimentando y demostrando en lo que brilla… en las emociones en las que la razón no cabe, en la recreación de ambientes y momentos muy conseguidos de tensión. Así los ataques de furia de Robert Taylor en instantes inesperados, los descubrimientos o inquietudes de Kate como, por ejemplo, lo que significa en la casa de su esposo una melodía clásica tocada en el piano, el uso de las escaleras, las escenas de tensión en la cuadra con un caballo indomable que solo dominaba el hermano desaparecido, un encuentro clave entre dos personajes en esa misma cuadra, el tenso paseo por el bosque a caballo del matrimonio con una amiga… Minnelli deja entrever ese pincel que le permitirá seguir en las corrientes ocultas de las emociones humanas para dejar que se derramen en sus coloridos melodramas con un sentido del ritmo y sin ningún miedo en desatarse y así hacer llegar al espectador a la catarsis. En Corrientes ocultas… casi lo consiguió pero se contuvo demasiado… es como si estuviera en periodo de prueba.

Cautivos del terror (Cry Terror!, 1958) de Andrew L. Stone

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Empiezo a leer en la caratula su reparto y de pronto no me contengo…, decido que tengo que verla: James Mason, Rod Steiger, Neville Brand, Angie Dickinson, Kenneth Tobey, Jack Klugman y descubro además la triste historia de su coprotagonista (que podría haber sido actriz brillante pero falleció demasiado pronto), Inger Stevens. Al director no le conozco de nada pero leo que también fue productor y guionista (en esta película mismamente) y repaso títulos de su filmografía que no me importaría rescatar. Y me alegro de haberme animado con la que hoy comentamos.

Cautivos del terror es un tenso thriller de familia unida secuestrada por una panda de malvados terroristas que quieren intimidar a una compañía de aviación colocando bombas en sus aviones de pasajeros a cambio de dinero. Pero toda la trama ocurre en las calles de la ciudad…, utilizan a la familia secuestrada para primero, con engaño, la fabricación de las bombas y después para extorsionar a la compañía y que sea a través de ellos que entreguen el dinero y amenazando continuamente con su muerte (son padres de una linda niñita).

El matrimonio en peligro son un siempre efectivo James Mason y una magnífica Inger Stevens (actriz que prometía pero se quitó la vida muy pronto…) antes mencionada, en su papel de sufridora nata pero también intrépida y valiente. Y los secuestradores no tienen desperdicio: el frío y calculador, carismático y jefe de la banda, Rod Steiger. El joven sin escrúpulos pervertido sexual que hará sufrir de lo lindo a la joven esposa, Neville Brand. La que actúa por dinero, fría y hermosa, Angie Dickinson. Y el que se muestra más normal y sobrepasado por la situación, un mandado con escrúpulos, Jack Klugman.

¿Cuál es el mayor pero de esta película que, sin embargo, ofrece buenísimos momentos de tensión? Pues además de no salirse ni un centímetro de los tópicos de este tipo de películas, Andrew L. Stone, ni como guionista ni como director, no se decanta por un punto de vista para contar esta historia. Cambia continuamente, creando un baile incómodo que elimina emoción e impacto. Primero parece que los protagonistas van a ser los de la compañía de aviones y el FBI. Después la pandilla de terroristas, más tarde va contando distintas escenas desde el punto de vista de ella, la esposa, y desde el punto de vista de él, el esposo… con voces en off… Sin embargo los peros se compensan por escenas de tensión como los enfrentamientos entre la esposa y el joven secuestrador (bastante perturbado) o la persecución del líder de la banda a la esposa por la estación de metro o el intento de fuga del marido por el hueco del ascensor… Y sobre todo por ver toda una galería de actores no solo buenos sino también muy carismáticos…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

9 comentarios en “Clásicos desconocidos. Corrientes ocultas (Undercurrent, 1946) de Vincente Minnelli / Cautivos del terror (Cry Terror!, 1958) de Andrew L. Stone

  1. Sólo he visto la segunda, y me gustó mucho. De Minnelli acabo de echarle el guante a una que me faltaba («Mi desconfiada esposa»), y esta es otra de las pendientes. Espero cumplir.
    De «Cautivos del terror» lo que me sorprende es la absoluta actualidad de su discurso, del que beben los diez o quince mil productos que, aproximadamente, han recogido y recogerán, con distintas variantes, exactamente la misma situación, y también lo extraño de toparse ahí con Mason. La verdad, a priori uno piensa que una historia así no le pega nada, pero sale airoso, como siempre.
    Besos

  2. Sí, es que mi querido Alfredo, cada vez me gusta más James Mason… ¡es un actor que tiene una filmografía rebosante de títulos para no perderse! Y Cautivos del terror, la verdad es que tiene momentos de tensión buenos, buenos, buenos…

    Qué bien lo de Mi desconfiada esposa, yo hace siglos que la vi. Me acabas de despertar las ganas de volver a verla. Buen homenaje para encontrarse a Bacall. Ay, a lo mejor te copio y trato de conseguirla.

    … No está mal inmiscuirse en las corrientes ocultas de Minnelli. No es de sus películas que más me han gustado pero sí que he encontrado muchos elementos y huellas que me han interesado mucho.

    Besos
    Hildy

  3. La de Minnelli hace mucho que la vi en tv…..y puede ser que sea un precalentamiento para sus grandes melodramas…tendria que volver a verla.
    Mi desconfiada esposa….ve a por ella….autentica delicia.
    Sin embargo, hoy hay una cosa que comparto y otra que no. Me alegra encontrar quien defiende una pelicula tan denostada como la adaptacion de Bovary….a mi me habian hablado tan mal de ella, que mira por donde me gustò mas de lo que esperaba
    Con la que no puedo es con dos semanas en otra ciudad….creo que esquematiza en exceso los tipos y se pasa siete pueblos….y ni kirk ni Cyd salvan lo que para mi es casi un desastre….para eso me quedo con castillos en la arena…un abeazo

  4. … hoy he ido a la biblio y ya tengo Mi desconfiada esposa. La vi hace un montón y apenas la recuerdo. Ayer me dio envidia sana Alfredo.

    Mi querido Victor, para mí Dos semanas en otra ciudad es la culminación del paroxismo melodramático y donde Minnelli se desata totalmente… La escena de la fiesta y la locura irracional y extrema de la carrera en coche final… ¡guauuu! jajaja catarsis total. Por otra parte me parece una película que refleja muy bien lel derrumbe del sistema de estudios y cómo muchos profesionales de Hollywood encontraron trabajo en platós europeos y para muchos supuso el ocaso de sus carrreras…

    La película de madame Bovary me parece que tiene escenas tan impresionantes como el baile con la ruptura de ventanas. Y solo por ella merece verse una vez.

    Y también soy fan de Castillos en la arena, junto a Quién teme a Virginia Woolf , son las dos películas que más me gustan de Liz y Richard.

    Besos
    Hildy

  5. Yo también tengo en casa la de Mi desconfiada esposa, una tarde de estas caerá, jajaja. El otro día, al leer un obituario de la Bacall, recordé esa peli y me entraron unas ganas locas de volver a verla.

    Y me hace gracia, este verano han caído ya tres o cuatro pelis de Minelli (decretamos en casa el «verano del clásico» y ahí andamos, revisitando y descubriendo joyas). Entre ellas la de la Bovary porque leí el libro hace unos meses y quería ver cómo se enfrentaba el director a la historia. Y dada la valía y complejidad del texto en el que se basa no se puede decir que Minelli salga mal parado, eso sí, la historia es otra como era de esperar, pero disfruté la película manteniendola alejada de lo leído. Como dices, sólo por la escena del baile ya me descalzo y hago una reverencia. Y creo que el señor Flaubert estaría de acuerdo con nosotras, jeje.

    Un beso estival!

  6. Ah, y que me apunto estas dos, que me parece sugerente lo que cuentas… se me olvidó comentarte. Esta cabeza chorlito mía, ays!

  7. Pero ¡mi querida Marga!, qué alegría leerte. Mi desconfiada esposa es una delicia veraniega, me lo pasé fenomenal viéndola. Lauren Bacall además de estar divertida, sensual y con una voz increíble… saca toda una galería de modelitos que la sientan divinamente.

    Las dos hacemos reverencias a la escena del baile en la película de Bovary…, ja, ja, ja. Es que somos muy damas… y lo de estar descalzas, me encanta…

    Los dos clásico del post tienen su interés. Ya solo por los repartos son un disfrute.

    Besos
    Hildy

  8. Hola, Hildy, buenos días; no he visto ninguna de estas dos, pero visto tu interés por el subgénero ‘esposas descolocadas’, me voy a permitir recomendarte un par de piezas que he visto recientemente, y que, con sus matices y diferencias, podrían bien encuadrarse en ese capítulo: ‘Los amigos apasionados’, de David Lean, con Trevor Howard dando un perfil muy parecido al de su personaje en la celebradísima ‘Breve encuentro’ (en esta peli hay una nueva formulación del amor, bastante antitética respecto a la de ‘Breve encuentro’, pero muy interesante); y ‘Secreto tras la puerta’, de Fritz Lang, una mezcla de drama y thriller que quizá no llega a la redondez de sus piezas más celebradas, pero te proporciona un buen rato de emoción e intriga. Y, en todo caso, me apunto las tuyas, que seguro que me van a deparar un buen rato de cine, que es de lo que se trata, ¿no…? Un fuerte abrazo y hasta pronto.

  9. Mi querido Manuel, me encanta LOS AMIGOS APASIONADOS de David Lean que para mí fue todo un descubrimiento. Es una recomendación buenísima. Mientras la estaba viendo me vino a la cabeza otro melodrama británico pero esta vez muy contemporáneo del cual disfruté muchísimo: THE DEEP BLUE SEA de Terence Davies. Y después nombras una película de uno de mis directores favoritos Fritz Lang, Secreto tras la puerta que tienes toda la razón es un buen ejemplo de este género de esposas asustadas. Y es que ¡menudos peliculones rodó Lang con Joan Bennett!

    Claro que sí. De eso se trata, ¿verdad, Manuel? de pasar buenos ratos de cine…

    Beso
    Hildy

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