Y van tres de ciencia ficción…

Una británica, otra americana y la de más allá canadiense. Ninguna de las tres es absolutamente redonda pero las tres parten de buenas ideas (que luego tienen mejor o peor desarrollo) y poseen también una fuerza visual considerable. Además las tres son disfrutables y buenas tanto para el análisis como para una buena conversación después de su visionado. Dos de ellas crean dos distopías, dos sociedades futuras con brillantes ideas de partida. Y la tercera es ciencia ficción en estado puro con astronauta de protagonista allá en el espacio, en la luna. Y las tres son un claro ejemplo de los caminos actuales del género cinematográfico de ciencia ficción. Dos de ellas, Moon y Un amor entre dos mundos, suponen los segundos largometrajes de dos cineastas que empiezan a sonar y crecer. In time es otra distopía del guionista y director Andrew Niccol que ya creó en los noventa Gattaca.

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Moon (Moon, 2009) de Duncan Jones

La primera película que pude disfrutar de Duncan Jones fue Código fuente… me gustó tanto que pensé: tengo que ver Moon. Y ya lo he hecho. No pude evitar recordar al padre del director, David Bowie, y su canción Space Oddity. Es como si Moon fuera un homenaje y una continuación de esa canción. No extraña que el género elegido sea la ciencia ficción con un componente íntimo y trágico.

Viendo Moon, que no conviene desvelar aspectos de la trama, se reflexiona sobre la soledad, la fuerza de los recuerdos, la incomunicación, el deterioro mental de un ser humano ante el aislamiento… Si una escena tiene fuerza y contiene una emoción desgarradora es cuando Sam Bell, el astronauta protagonista (Sam Rockwell), se encuentra en la superficie de la luna dentro de un pequeño transporte y llora desesperado con una única frase: quiero regresar a casa… La importancia y la posibilidad de regresar a un lugar que se pueda considerar hogar…

Moon transcurre la mayoría de la trama en una nave y en suelo lunar. Sus protagonistas son un astronauta y un robot llamado Gerty (con voz de Kevin Spacey) que se convierte en un personaje vital para la trama (con giro argumental incluido). Y también las fotografías, vídeos, maquetas, sueños y visiones del astronauta componen un mundo extraño de soledad que se va complicando más y más según avanza la trama.

Sus influencias más evidentes, cinematográficas, son cuatro pero Duncan Jones sabe dar los giros adecuados para que sean sólo inspiración y dejar su firma personal. Así se pueden rastrear ecos lejanos de Solaris, 2001, odisea en el espacio, Alien y Blade Runner. Su máximo pero (y no único) a mi parecer es un desenlace demasiado precipitado y poco elaborado… para una historia que se estaba construyendo de forma adecuada y especial.

In Time (In Time, 2011) de Andrew Niccol

Desde que vi los traileres en las pantallas de cine y televisión me llamó la atención esta película de Andrew Niccol (que ya creó una distopía atrayente en Gattaca). Parte de una premisa magnífica: en un futuro lejano, muchos tienen que morir para que otros sean inmortales. Presenta así una sociedad distópica donde la moneda de cambio (la economía) se rige por el tiempo. La acumulación del tiempo hace a algunos seres humanos no sólo tremendamente ricos sino también inmortales y a otros tremendamente pobres en tiempo de vida y efímeros. El tiempo como moneda de cambio puede ser robado y también hay una cierta ‘estabilidad’ dentro de un sistema tremendamente injusto.

Por supuesto los pobres y los ricos viven separados. Y los que viven al día (nunca mejor dicho) porque si se quedan sin tiempo fallecen en el instante… van siempre corriendo y desesperados por conseguir el suficiente tiempo para seguir adelante… Los ricos viven, sin emoción alguna (la vida es larga), y procurando vivir con unas medidas máximas de seguridad y sin riesgo alguno para realmente no fallecer ni ser robados…

Los relojes de los seres humanos (cuando empieza la cruel separación entre ricos y pobres) se activan a los 25 años. Así el envejecimiento se para pero el tiempo corre. El tiempo acumulado es la diferencia entre la vida y la muerte. Para mantener el sistema injusto hay bancos, prestamistas, guardianes del tiempo, ladrones, trabajadores proletarios, millonarios, riqueza, pobreza…

Esta es la atractiva premisa de la que parte In time. Los protagonistas son un héroe proletario (Justin Timberlake) que decide dar un giro en su vida cuando descubre el mecanismo de ese sistema injusto en el que le ha tocado vivir y que sobre todo decide pasar a la acción cuando esto afecta de manera trágica a sus seres más queridos… y un golpe de suerte (acompañado de reflexión sobre la vida y el tiempo) le convierte en poseedor de casi un siglo. Y una millonaria (Amanda Seyfried) con todo el tiempo del mundo y con mucho miedo (siempre rodeada de guardaespaldas y de la protección de su millonario padre) a experimentar, vivir y disfrutar el momento.

Andrew Niccol pierde quizá el tono de la historia y las interesantes reflexiones que genera su mundo distópico cuando convierte a los protagonistas en una especie de nuevos Bonnie and Clyde o fugitivos enamorados pero no llegando hasta el final de las consecuencias y del halo trágico que hace tan atractivas estas parejas.

El halo trágico sí lo conserva el personaje quizá más atractivo de la trama, el guardián del tiempo (Cillian Murphy), un hombre serio e inmutable, sin escrúpulos y obsesivo, vestido siempre de negro, que dedica su vida a que el equilibrio injusto no se rompa y se convierte en el seguidor incansable de la pareja de fugitivos. Él también va siempre corriendo…

unamorentredosmundos

Un amor entre dos mundos (Upside down, 2012) de Juan Diego Solanas

El argentino Juan Diego Solanas (hijo del documentalista y director de ficción Fernando Solanas…, cómo recuerdo Sur…, película que estoy deseando volver a ver) crea otro mundo distópico en Un amor entre dos mundos. Su historia de amor es un auténtico delirio y la inverosimilitud de la trama llega a extremos inimaginables, tan inimaginables que encuentras su encanto. Lo hipnótico de la película de Solanas es la plasmación visual de esos dos mundos, creando imágenes insólitas de gran belleza. Y si entras en ese mundo puedes llegar a disfrutar de una obra que se deja llevar por la inconscencia y el absurdo.

Así el mundo distópico creado son en realidad dos mundos con distintas gravedades. Dos mundos en oposición. En uno viven los trabajadores explotados y en el otro los millonarios… el punto de unión: un enorme edificio que es una multinacional donde pueden trabajar, de forma extraña, los de arriba y los de abajo.

Y surge entonces la historia de amor (el conflicto) entre un chico del mundo pobre (Jim Sturgess…, especialista en delirios románticos) y una chica del mundo rico (Kirsten Dunst) que se conocieron cuando eran niños… que viven además con gravedades diferentes… Y el delirio está servido. Mientras paseamos por el increíble lugar de trabajo donde ambos pueden coincidir (después de muchos años… en que una tragedia los separó) donde encontramos cientos y cientos de mesas arriba y abajo o el café Dos mundos con tango de fondo…, no podía ser de otra manera.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

12 comentarios en “Y van tres de ciencia ficción…

  1. Solo he visto las dos primeras: «Moon» me gustó bastante, aunque esos ecos a los que te refieres no me parecen tan tan lejanos. Al contrario, creo que cuando la película pretende ser ella misma por sí misma, lo que tú señalas como final precipitado, e improvisado, diría yo, pierde pie. Aún no he visto «Código fuente».

    El problema de la segunda es la obviedad del discurso: la ciencia ficción existe porque a menudo es preciso utilizar historias otros mundos para hablar del nuestro. En este caso me parece que esa lectura paralela es tan tan obvia, expresada en términos tan tan superficiales y evidentes, que no compensa soportar al idiota de Justin Timberlake (expresión textual sacada de una canción de Quique González) para llegar al final.

    La última no la he visto, aunque por lo que apuntas, hay alguna similitud argumental con la segunda. La buscaré.

    Besos espaciales

  2. Ay, mi querido Alfredo, ya me dirás cuando veas Código fuente, a mí me gustó bastante y me recordó mucho, mucho a una famosa película postbélica que no te digo el nombre pues si te lo pongo te destripo lo que ocurre…

    In time me gustó más de lo que me esperaba pese a su No complejo discurso pero tan tan tan actual… lo que me dio pena es que tirara más por un Bonnie and Clyde eliminando además la fatalidad. Y la tercera no es tramposilla sino absolutamente delirante y sinsentido… pero superado el asunto… te sumerges en ella y en el mundo futuro creado por Solanas.

    Besos
    Hildy

  3. Pero que ritmo llevas Hildy….no puedo seguir tu pedalada…Bueno, me da cierta curiosidad ver a Justin como héroe proletario. Eso no me lo pierdo. Y la idea me gusta. Andrew Niccol me parece un buen director del que nadie habla y no sé la razón. La tengo que ver…
    La pareja de la tercera me encanta y Sam más todavía. Curiosa película con una atmósfera muy especial. No es cuestión de comparar, pero me gusta mucho más que la que opta a los oscars. Ambos desean volver a casa…pero la sensación de aislamiento y clausttofobia de esta creo que está mucho más conseguida. Al menos a mi me llegó mucho más. Aunque Sandy sufra mucho…es verdad. Pero lo de Sam…mejor como tu dices no desvelar argumento. Buena película. Como te dijer un día, algún día de estos la comento. Pero sin prisas eh? Un abrazo.

  4. Ja, ja, ja querido Victor…, yo misma me sorprendo…, pero es que el cine (que me cuenten historias) es como una ‘droga’ imprescindible para mí y funcionar cada día…

    A mí la película de Niccol, aunque digo no siendo redonda, me sorprendió más de lo que esperaba. No me disgustó en absoluto. Y el personaje del guardián del tiempo me pareció muy pero que muy atractivo.

    Y efectivamente Moon tuvo impacto pero no el mismo de Gravity y sin embargo tiene ideas y conceptos en común… y un argumento más complejo (que como decimos ambos no merece la pena desvelar la historia…).

    Y como te digo siempre, querido Victor, esperaré expectante ese texto sobre Moon que auguro magnífico en esa sala oscura que tan buenos momentos me hace pasar… (ja, ja, ja… sin prisas, ¿eh?)

    Beso
    Hildy

  5. He visto las dos ultimas. In time me pareció bastante entretenida, un planteamiento muy superior a su desarrollo, pero aun así muy agradable de ver. Y el tal Justin Timberlake imagino que odiado por lo que representa. Ya que en la película esta bastante bien.

    La ultima que comentas, pues el eterno mensaje argentino rayando en el psicoanálisis siempre me hace huir de su cine. Pero me pareció agradable, sin mas que comentar de ella. Su mensaje en realidad…. El de siempre. Cuidate

  6. Querido Alfredo, ja, ja, ja, pues ¡no te digo la peli bélica a la que me recordó…! para no estropeársela a nadie (pero si la viste entonces seguro que sabes a cuál me refiero… que dirigió y escribió Dalton Trumbo).

    Besos sin trampa
    Hildy

  7. Querido Plared, qué bueno que te pases y leerte.

    Sí, es cierto, In time es muy entretenida y como dices con un buen planteamiento que podría haber dado una película mucho más redonda. Pero yo la disfruté muchísimo. Yo soy de las que no odían a Justin Timberlake. Me gustó mucho en la última película que le he visto, en la de los Coen.

    Y la de Solanas… es para sumergirse en su mundo visual y su delirio… porque si analizas la historia se cae por todas partes… pero incluso es es parte de su encanto. Ja, ja, ja… y lo del amor lo puede todo… aquí se complica bastante (¡tremendo tener gravedades distintas…!).

    Besos
    Hildy

  8. Sí, es esa, además de «Atrapado en el tiempo» y un cóctel de «Memento», «Matrix», «Doce monos»… Trampas, trampas.
    Ya sé, ya, por qué lo dices: es el momento «¿qué pasa, tronco?».
    Besos tramperos

  9. He visto «Moon», las otras dos no y tampoco me despiertan mucho interés, la verdad. «Moon» sí, tenía ganas de verla desde que supe de su existencia y no me defraudó lo más mínimo. Una película sorprendente, como sorprendente es ver a Sam Rockwell, que para mí estaba encasillado en ciertos papeles gamberros, realizando un papel formidable, convincente hasta el detalle.
    Saludos.

  10. Sí, yo tenía ganas desde que vi Código fuente. Querido Licantropunk, la verdad es que la disfruté bastante además de provocarme cierta sensación de melancolía. A Sam Rockwell no le tengo yo muy localizado (he visto muy poca filmografía suya y en roles secundarios) pero en su papel de astronauta aislado a mí me convenció totalmente.

    Besos
    Hildy

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