Hoy me entero de dos noticias cinematográficas. En una, no había reparado cuando ocurrió. A finales de agosto nos dejó la actriz Julie Harris. Y la otra, anuncia un reconocimiento: la entrega del Oscar por toda su trayectoria cinematográfica a Angela Lansbury.
Julie Harris pisó más los escenarios de teatro que los platós de cine. Pertenece a la galeria de actores que pasaron por el Actor Studio’s. Yo siempre recuerdo a la Harris como Abra, la mujer que se encuentra en medio de la relación feroz entre dos hermanos, que tienen reminiscencias bíblicas en Cain y Abel, y que ambos además mantienen un extraño vínculo emocional con un padre estricto. Ella es novia de Abel… pero siente un cariño que se va transformando en amor hacia Cain. Y la fragilidad pero a la vez fuerza y cariño que desprende su personaje hace que su interpretación esté llena de matices. Además de tener una química especial con James Dean que se desborda en todas sus escenas juntos: sus diálogos, encuentros y paseos son uno de los motivos por los que esta película merece la pena seguir viéndose. Los dos tumbados en el campo, los dos en una noria, los dos preparando una fiesta sorpresa, los dos en una escena de balcón… Así Julie Harris trabaja con uno de los directores de cine que aplicaba el Método del Actor Studio’s en su cine, Elia Kazan, en una película que recreaba las últimas páginas de la novela de John Steinbeck, Al este del Edén.
El otro papel en el que la recuerdo es en el de la desequilibrada esposa que se crea su propio mundo para poder vivir su decadente día a día en uno de los dramas sureños de Carson McCullers dentro del mundo sobre el fracaso reflejado por el cineasta John Huston… Julie Harris se enfrenta a otro papel complejo y extraño lleno de matices donde su personaje oscila entre la locura, la fragilidad y una inteligencia creativa y sensible. Todas las relaciones que mantienen los protagonistas son extrañas, unas más dañinas que otras… Especialmente su personaje crea un vínculo especial con su sirviente filipino, los dos huyen de la realidad que les rodea a través de una relación de dependencia en la que se crean un mundo propio extravagante que les sirve a ambos de huida.
No era la primera vez que visitaba el universo de McCullers. Precisamente Julie Harris consiguió primero el éxito en los escenarios con la puesta en escena de dos obras: The Member of the Wedding y Soy una cámara. Ambos éxitos teatrales se adaptan al cine en los años cincuenta. El primero supone el debut de la actriz en el cine, donde Fred Zinemann se atreve también con el universo de McCullers y Julie Harris se mete en la piel de una adolescente torturada. Soy una cámara supone la aparición de la primera Sally Bowles cinematográfica que no es otra que la propia Harris donde se recrean los recuerdos del escritor Christopher Isherwood. La Harris cae en olvido como Sally porque años después un musical y Liza Minnelli se apoderan del personaje. Estas dos películas de Harris no he podido todavía verlas pero siempre han llamado siempre mi atención. Se encuentran en mi viejo baúl de películas pendientes.
Angela Lansbury está unida a mi infancia por dos motivos: me recuerdo frente al televisor viendo otro de los casos resueltos por Jessica Fletcher… viene a mi memoria la melodía de la serie y esa máquina de escribir siempre activa. Recuerdo que mi hermana y yo nos moríamos de la risa diciendo que si te tocaba de compañera de viaje la Fletcher era para temblar un poquito… porque era bastante gafe, ahí donde ella está, ahí donde se comete un crimen. De eso precisamente versaba la serie Se ha escrito un crimen que empezó su andadura en los 80 y continuó hasta finales de los noventa… y más.
El otro es que varias películas que están unidas a mi infancia (y por ello a mi amor al cine) se encontraba como intérprete Angela Lansbury. Así recuerdo esa bruja novata que trataba de aprender a volar en una escoba, aunque también lo hacía comodamente en una cama y podía visitar un mundo animado. También me encantaban Los tres mosqueteros pero la versión de los cuarenta donde D’Artagnan tenía el rostro de Gene Kelly, la mala con lunar era Lana Turner y la reina una Lansbury totalmente en su papel. Otra película que me gustaba mucho era Sansón y Dalila, recuerdo que alucinaba con esa Dalila (Hedy Lamarr) malvada que cortaba la cabellera a Sanson (Victor Mature) y luego sufría cuando éste totalmente ciego muestra su fuerza y rompe los decorados de carton piedra (que yo como siempre me lo tragaba como algo realísimo)… pues bien la buena de la película era una Lansbury ejerciendo de actriz secundaria… Y tampoco la olvido en una de las primeras películas de suspense que me entusiasmó, la maravillosa Luz que agoniza de George Cukor que no me cansaba de ver y donde la pobre Bergman tenía que vérselas no sólo con el rancio de su marido con rostro de Charles Boyer sino con una antipática sirvienta con el rostro de Angela Lansbury absolutamente estupenda.
Años después cuando ya era más mayor la disfruté en tres papeles donde estaba increíble mostrando su versatilidad como actriz: en el melodrama de Martin Ritt, El largo y cálido verano, donde era la amante eterna del terrateniente interpretado por Orson Welles. O en sus dos papeles de madre compleja, complejísima… y dominadora emocional. En dos películas de los años 60 del realizador John Frankenheimer: Su propio infierno y El mensajero del miedo…
Así que me parece que es un oscar muy pero que muy merecido…, un reconocimiento necesario.
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Hola, Hildy, buenas noches; dos actrices de largo aliento y recorrido, desde luego, aunque he de confesar que ni de la una ni de la otra he visto mucho (la serie con la que la Lansbury se convirtió en un mito viviente nunca me llamó mucho la atención…). En todo caso, el Oscar honorífico de la Lansbury me parece totalmente merecido, en función de lo extenso y variado de su trayectoria; de otros habría bastante más que hablar…
Un fuerte abrazo y buen fin de semana.
¡¡¡¡Amigo Manuel, qué bueno leerte!!! Dos damas…, sí señor. Con las dos se puede pasar una sesión doble de cine interesante. ¡La Fletcher era de lo más entretenida y qué lista la tía… pero muy gafe! Siempre había un asesinato en su presencia. Como Poirot o Miss Marple… ¡Casi mejor no encontrarse con ellos… ni para tomar el té! ¿No crees?
Sí me alegro de ese Oscar para Angela Lansbury… porque fue mucho más que Fletcher, tiene una buena filmografía a sus espaldas.
Besos
Hildy
Y hablando de Poirot, siempre recuerdo el estrafalario baile de la Lansbury con Ustinov en el hotel de Asuán en «Muerte en el Nilo». Merecido reconocimiento que, por una vez, parece que va a llegar a tiempo. Lo que no me gusta es que, para acortar la ceremonia, hayan sacado este apartado de la gala. No me gustó en su día que Lauren Bacall no recibiera la ovación que merece, especialmente cuando en la platea hay tanto mediocre que debería besar por donde pisan los intérpretes clásicos.
Besos
Pues una noticia mala y otra agradable. Justo reconocimiento a la señora Fletcher (qué gran serie) También la recuerdo con cariño en una película que vi muchas veces de niño, «La bruuja novata» y que, todavía hoy, me parece una película con encanto. Saludos y feliz fin de semana.
Te comento aquí, veo que te gustó bastante Mud, yo la hallé un poco decepcionante, me gusta como entretenimiento sin más, sobre todo, uno bien hecho -como debería ser- al punto que creo que Cannes hizo bien en meterla en su lucha por la palma de oro, pero como arte que trasciende no me convence demasiado, pero Nichols es un buen narrador de cuentos.
Las dos de las que opinas, voy a ser un poco tacaño, pero creo que son secundarias, y esto me parece obvio, complementarias eso sí, pero también no se puede obviar que en su tipo son destacadas. Creo que premiar solo a los genios, en sentido de los excepcionales, sabe a poco, y a malo, y desde su trinchera hay actores más pequeños que bien merecen nuestro reconocimiento, y ahí las ubico, y por ello creo que es justo recordarlos y premiarlos. Porque Luz de gas es Boyer, y al este del Eden es James Dean, que te dejan boca abierta, pero una película es un conjunto, y creo que esa mucama perversa, y esa dama de la discordia, brillan también, a su modo. Un beso.
Acoto algo más, creo que estas más contenta con Mud que yo porque te sientes más ligada a lo clásico, en donde apunta Nichols, y creo que le encuentro muchos méritos, pero si vemos bien hay mucha agua bajo el río y pues aunque suene a pecado mortal decirlo, a los clásicos también hay que pasarlos con colador y escogerlos, no todos son perfectos, aunque pasen la media muchos. Y sea un cine tan apreciable. Ahora sí. Besos.
Sí, querido Alfredo, porque a mí me parecía uno de los momentos de la gala más emocionantes… Y además también un aliciente para que nuevos cinéfilos se adentraran en las carreras de grandes actores y actrices del pasado. Eliminando de esta manera este momento de la Gala, es como si condenaran al olvido todo lo que no sea cine-presente.
Besos
Hildy
La señora Fletcher y La bruja novata son dos grandes mitos de nuestra infancia, querido Marcos, y ambas tenían el rostro de Angela Lansbury. Un rostro difícil de olvidar.
Besos
Hildy
¡Amigo Mario! En tu doble y bienvenido comentario planteas tres cuestiones muy interesantes para reflexionar y debatir (y, sí, me gusto mucho MUD):
-Sí, una cualidad que me gusta del séptimo arte es encontrarme con buenos narradores de historias y cuentacuentos. El que me cuenten bien una historia y disfrute con ella es uno de los aspectos que me han atraido siempre del cine.
-Los actores secundarios y que estos sean buenos muy buenos me parece fundamental en el funcionamiento de una película. Siguiendo tus ejemplos se puede decir efectivamente que Marlon Brando es LA LEY DEL SILENCIO pero no podría brillar de esa manera si no tuviera como ‘contrincantes’ a excelentes secundarios en estado de gracia que elevan y dan sentido al protagonismo de Brandon. Nada sería igual en esta película si su hermano mayor no fuera Rod Steiger, su enamorada y motivo de cambio del personaje, Eva Marie Saint; su voz de la conciencia, Karl Malden y el que le destroza la vida desde su infancia, un mafioso con rostro de Lee J. Cobb.
-Y por último, me gusta encontrar rastros de cine clásico en el cine contemporáneo porque no es más que un rasgo de evolución interesante. Y efectivamente igual que en el cine contemporáneo hay que quitar la paja para encontrar las joyas (y que alguna de ellas no nos es accesible o queda oculta), igual pasa con el cine clásico, no sólo por estar rodado en determinada época justifica su calidad. Es igual que el cine contemporáneo también hay que quitar la paja para encontrar las joyas (y también queda todavía mucho por descubrir).
Besos
Hildy
Si, posiblemente dos secundarias. Aunque en papeles principales también lo bordaron. Entendiendo como secundarios algo muy distinto a lo que estamos habituados en España.
En EE.UU ser secundario es una profesión en si y muchos están tan valorados o buscados como los actores principales. Esa es una sutil diferencia cuando se dice secundarios dándole el titulo de segundón…Allí cuando alcanzan cierto estatus no es así y no hay que estrujarse mucho para ver que existen secundarios venerados que los son toda la vida. En realidad los que dan lustre a muchas peliculas y terminan adueñándose de ellas
Aqui, carecemos de ellos, y cualquier papanatas que hace gracia en una película o serie ya quiere la suya propia. Así nos va, ves el cine de allí y la categoría de mucha gente en papeles no principales y la de aquí y lloras literalmente. Cuidate
Quizás el mejor ejemplo y ademas con oscar a actor principal de propina seria. Ernest Borgnine, el eterno secundario tan conocido y valorado como los principales. Cuidate
Querido Plared, sí, hay secundarios de oro como Borgnine que además como dices cuando realizaban un papel principal (como Marty) te dejaban desarmado.
Y es que los actores secundarios de calidad son fundamentales para que los actores con papeles principales puedan contar con replicas buenas y que sean un aliciente para realizar mejor una escena… Por eso a veces se dice que un secundario se come al protagonista… cuando es tal su labor que el que se convierte en secundario es el actor principal (a veces es por pura camaradería del actor principal que tiene más escenas para lucirse y otras porque no está al mismo nivel interpretativo que el secundario). Y es que un buen papel secundario es un tesoro. Una película que me fascina es EL GRAN CUCHILLO de Robert Aldrich. Pues bien Jack Palance está inconmesurable como actor principal pero también porque está rodeado de unos secundarios de oro como Rod Steiger, Shelley Winters o Ida Lupino por nombrar tan sólo unos cuantos…
En cuanto a los secundarios en el cine español yo creo que los hubo y los hay… En el cine español (que ya te conté yo tengo una relación amor-odio) existe una tradición de películas corales, de reparto, donde puede verse la calidad de algunos intérpretes en roles secundarios. Otro asunto es que encuentren muchas veces los vehículos adecuados (estoy de acuerdo en que hay películas donde el personaje secundario está tan mal dibujado que el actor que lo representa poco puede hacer). En este cine coral había galeria de buenos secundarios y hay. Se me ocurre por ejemplo de cine del pasado PLÁCIDO de Berlanga o VIRIDIANA de Buñuel. Y del presente pienso en el cine de Cesc Gay (y por ejemplo su último trabajo Una pistola en cada mano) o una película como 18 comidas de Jorge Coira donde se enlazan varias historias.
Besos
Hildy
Yo tampoco sabía lo de Julie Harris. ¡Qué triste!
Y por otro lado también me parece muy muy merecido el Oscar para Angela Lansbury. Yo soy su fan declarada. No sólo me parece una buenísima actriz, también es carismática como ella sola.
Pero ¡Carmen, cuánto tiempo sin saber de ti! Sí, Angela Lansbury se lo merece. ¡Bien!
Por cierto ¿pudiste ver EL APARTAMENTO de Billy Wilder? Ya me contarás
Beso
Hildy