El gran Gatsby (The great Gatsby, 2013) de Baz Luhrmann

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“A la mayoría de nosotros se nos podría filmar desde el nacimiento hasta la muerte y la película resultante no produciría ninguna emoción, salvo aburrimiento y disgusto. Sería como contemplar a los monos mientras se rascan. ¿Cómo te sientes cuando tus amigos te muestran la película que han filmado de su hijo o de su viaje? ¿No te parece que es una lata inaguantable?” (El último magnate, Bruguera, Barcelona, 1984). Así dice uno de los apuntes de la novela inacabada de Fitzgerald pero esta afirmación nada tiene que ver con su personaje Gatsby o con el productor Stahr, protagonista de El último magnate. Él escribía historias de seres humanos que alguien querría seguir mirando en una pantalla blanca.

En esos apuntes también se nos dice que El último magnate quizá sea la novela más parecida a El gran Gatsby y que “es una escapada hacia ese pasado esplendoroso y romántico que tal vez en nuestra época no se repita” (ídem).

Baz Luhrmann se mete de lleno no sólo en la obra de El gran Gatsby sino en toda la escritura de Fitzgerald para encontrar la manera de extraer su esencia y plasmarlo en la pantalla con su escritura cinematográfica personal. Y recrea ese pasado esplendoroso y romántico, esos locos años 20 al borde de la Depresión y que el espectador de ahora puede encontrar en ese ‘espíritu’ ciertas similitudes a la situación de crisis actual.

En una entrevista al director en la revista Dirigido por… del mes de mayo, Luhrmann explica que le preocupaba cómo plasmar en la pantalla a Nick, el narrador, (Tobey Maguire) contando la historia de Gatsby. Así especifica que no sólo se centró en la novela de Gatsby (y se nota su amor profundo por el texto y sus personajes) sino que se empapó de la literatura de Fitzgerald (que conocía el mundo del cine y su lenguaje aunque nunca se convirtió en un guionista de éxito) y en esas notas valiosas (que muestran mucho de su autor) de El último magnate vio la intención de Fitzgerald de que Cecilia la narradora contase la historia del productor Stahr desde un hospital psiquiátrico. En la versión de la novela que poseo, editada por Bruguera, aparece al final un primer capítulo que no incorporó donde Cecilia, joven y desencantada, “yo estoy acabada”, narra a unos compañeros su historia desde un sanatorio de tuberculosos. Así pensó que lo mejor era mostrar a un Nick en un centro psiquiátrico aquejado de depresión y problemas de alcoholismo (como los que tuvo el propio autor) y que sea el psiquiatra que le trata el que le inste a escribir. Ya que no puede explicar cómo se siente, que lo exprese en un papel en blanco. Nick pregunta que para qué puede servir. Y el psiquiatra le dice que a veces la escritura puede ser una forma de consuelo… Y así Nick cuenta aquel momento en que llegó a Nueva York a comerse el mundo y cómo alquiló una pequeña casa en Long Island… al lado de una gran mansión de un misterioso y millonario vecino del que todos tienen algo que contar. Pero todos sabemos ya desde el principio que se trata de una triste historia con final de tragedia.

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En esa misma entrevista cuenta además su admiración por la adaptación de la novela que realizó en 1974 Jack Clayton, por la representación de Gatsby que realizó Robert Redford y cuenta que como le une una profunda amistad con Francis Ford Coppola (su guionista) también conversó con él sobre su proyecto cinematográfico y también cosas que no se filmaron en la versión de 1974 y otras intenciones sirvieron para formar ideas para su nueva película.

Así Baz Luhrmann ha creado su propia visión de El gran Gatsby, empapado de su estilo, dejando otro retrato cinematográfico (esta ya es la quinta versión del personaje sin contamos con una película muda que se perdió y otra que se hizo para televisión) del misterioso millonario que va desvelando la triste figura de un hombre que trata de construirse una personalidad propia, modelarse un sueño a su medida, recuperar un pasado que no es el suyo, vivir en un presente artificial y darse cuenta de la imposibilidad de amor y el vacío que deja ese sueño americano que se rompe a pedazos. El gran Gatsby no es más que el retrato de la soledad de un hombre.

Baz Luhrmann sigue dejando su huella a la hora de plasmar mundos literarios, como hizo en Romeo y Julieta y en Moulin Rouge; y aunque en El gran Gatsby sigue mostrando su amor al esplendor, al barroquismo rozando el rococo (sobre todo en las escenas de las fiestas en la mansión, en las secuencias de los coches o en local clandestino) todo está envuelto de cierta melancolía, calma y una limpieza y depuración según va transcurriendo la tragedia de Gatsby.

El director sigue realizando un uso especial de la música (que está vez se encuentra bastante más incorporada al ritmo de la historia y no se convierte en concierto a veces estridente como ocurría en Romeo y Julieta). Así a los aires de jazz que pululaban en la novela, esa música en aquel momento diferente y revolucionaria que ‘contaba’ una época, Luhrmann introduce otra música reconocible para el espectador de hoy. Y esa mezcla de jazz y hip hop se vierte a lo largo del metraje devolviendo ese pasado esplendoroso y romántico. Muchos son los detractores del empleo que realiza Luhrmann de la música y la banda sonora en sus films pero no hace sino aplicar una tradición ya existente en el cine norteamericano que era emplear para sus películas melodías y temas reconocibles para los espectadores. Por ejemplo, Cantando bajo la lluvia está formada por canciones exitosas de la época y reconocibles para el público.

Vuelve a trabajar con Leonardo di Caprio que ya fue su protagonista en Romeo y Julieta y que reconstruye un Gatsby impecable. Así Di Caprio deja ese millonario misterioso y solitario que lucha por un sueño y por construirse un mundo artificial (incluida su historia de amor ideal con Daisy) para huir de su pasado humilde. Un héroe al que al final sólo le queda una existencia vacía y solitaria con un único amigo, Nick, que al menos aprecia que Gatsby todo lo hizo por la consecución de un sueño bonito e imposible. Tan sólo quería alcanzar esa luz verde al otro lado de la bahía, la que iluminaba la casa de su amada, Daisy (Cary Mulligan).

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Baz Luhrmann crea el contraste brutal entre la artificiosidad y frivolidad del mundo alrededor de Gatsby y Daisy y el tumulto de una ciudad como Nueva York al borde de la Depresión (escenas de la gran ciudad y del lugar donde se encuentra la gasolinera de la amante del esposo de Daisy, Tom Buchanan). Así como refleja perfectamente el contraste entre las personalidades de Gatsby y Tom Buchanan (un estupendo Joel Edgerton) llegando al clímax en la discusión final en el hotel, entre el calor y el alcohol, en un hotel de Nueva York.  El enfrentamiento entre un hombre que trata de construirse así mismo y fracasa y otro que lo tiene todo desde el principio y que no tiene escrúpulo alguno en seguir manteniendo su estatus, su poder y sus privilegios. Y si tiene que pasar como una apisonadora, aplastando a otros, así lo hará. También muestra su manera especial de rodar los encuentros entre los enamorados. Así Romeo y Julieta se encontraban a través de una enorme pecera, cada uno en un lado diferente, o el escritor y Satine en un espectáculo en Moulin Rouge donde el tiempo se para entre ellos; Gatsby y Daisy se encuentran en una habitación rodeada de flores y postres. Y el encuentro esconde una emoción, una ilusión. Un deseo de encontrar algo auténtico en un mundo artificioso y frívolo.

La fuerza de Gatsby, el buen material del que parte y su respeto por él, una buena galería de actores, los aciertos de Luhrmann a la hora de plasmar la historia tapa aquellas sombras que los detractores de Luhrmann no pueden soportar y los que le amamos sabemos que ahí están como el exceso de efectos digitales, algún movimiento mareante de cámara o la debilidad (o mejor dicho) sacrificio de la complejidad de alguno de los personajes como el de Jordan Baker (por otra parte, interpretado por una actriz a tener en cuenta, Elizabeth Debicki) y su relación con Nick…

El gran Gatsby es como vivir una fiesta espectacular que de pronto se rompe en pedazos para que surja una tragedia, un sueño roto. Así nos encontramos con escenas, por las que baila nuestra mirada, de grandes fiestas en la mansión, fuegos artificiales, una enorme piscina y un muerto que flota, lujo, glamour, un gran cartel publicitario de unos ojos que todo lo ven, unas cortinas blancas que ondean por el viento, unas manos que asoman, unas camisas que vuelan, un hombre que mira tras la ventana, una sonrisa que oculta un misterio, la confusión y ensoñación que se crea tras una borrachera continúa… y la demostración final que tras la artificiosidad y lo frívolo, sólo queda la soledad y el vacío de un hombre.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

17 comentarios en “El gran Gatsby (The great Gatsby, 2013) de Baz Luhrmann

  1. Mi querida Hildy: no me cansaré nunca de alabar tu entusiasmo, y tu capacidad para transmitirlo, incluso por películas que unánimemente son reconocidas por todo quisque como bodrios sin paliativos. No sólo capto ese entusiasmo, sino que me quedo patidifuso ante un texto tan diametralmente opuesto al cien por cien de lo que he leído (que no ha sido mucho) sobre la película. Simplemente, como no la he visto aún, ni la voy a ver, puedo decir que no son uno, ni dos, ni tres, ni media docena, aquellos a los que he oído decir que la película se parece tanto a la literatura de Fitzgerald como Paquirrín a Johnny Weissmüller.
    Por mi parte, sólo puedo decir dos cosas: no me gusta DiCaprio. Para mí, no da en absoluto el perfil necesario para incorporar a Gatsby (para mí ha de ser un actor que tenga lenguaje facial y gestual y, sobre todo, que sea capaz de aguantar un primer plano que transmita algo). La segunda: dices en alguna parte del texto que Luhrmann se lleva la historia a su estilo. Ya no hace falta más. Su estilo es una p… mierda.
    Y esto lo digo sin verla, conque imagínate…
    Besos

  2. Lo dicho. Pienso que por parte de Luhrmann hay conocimiento del material literario del que parte. A mí me gusta bastante la novela de EL GRAN GATSBY y no me parece, como en muchos sitios se ha dicho, que traicione o se cargue el universo de Fitzgerald. No me parece una mala adaptación. Creo que aporta su mirada personal y lo ‘escribe’ en imágenes con su estilo y universo. La esencia de las páginas de Gatsby está en la película de Luhrmann.

    Respecto las adaptaciones literarias al mundo del cine, siempre me resulta interesante la interacción entre dos lenguajes distintos. Y me resulta atractivo el que se nos aporte la ‘mirada’ concreta de un lector determinado. Y creo que Luhrmann ‘mira’ dentro de EL GRAN GATSBY y que el autor y su novela conecta con la sensibilidad del director.

    Por eso creo que merece la pena ver y analizar El gran Gatsby de Luhrmann. Y escribir sobre sus logros y también por supuesto plasmar sus sombras (que las tiene).

    … Sobre Di Caprio… je, je, je, ya sabes que a mí sí me parece que compone sus personajes y que expresa.

    Besos de parte de Jane a tu amigo Johnny Weissmüller (dice que le espera entre lianas)
    Hildy

  3. Decía Fitzgerald que América nunca daba una segunda oportunidad.Y el cine le ha dado a Gatsby seis.Y creo que vendrán más.Es lo que tienen las grandes novelas que retratan una época en concreto.El crak del 29 se parece muchísimo a la nuestra (metafóricamente)como el Titanic,esa metáfora de vanidad de principios del siglo XX: poder,glamour,tecnología, ni dios podía con nosotros y luego viene un cubito de hielo y lo hunde.Entiendo perfectamente lo que dices aquí de una manera magistral;la sempiterna confrontación entre literatura y cine;dos lenguajes diferentes y miradas diversas.Redford en su mejor momento,Di Caprio ya metido en kilos y aprovechando su filón.Hace bien.Yo estoy en paro y haría una película como actor de Kung Fu.No sé lo que tiene esta historia pero no deja huella.Las otras versiones están olvidadas y la novela no para de reeditarse en todos los formatos librescos:de bolsillo, en tapa dura,en digital,etc.Gatsby no es precisamente un personaje a lo Rick de Casablanca sino todo lo contrario,es un flipado de las fiestas porque sabe que la fiesta se acaba y que le tocará vivir el resto de su vida mirando las serpentinas tiradas en el suelo,pisoteadas y mezcladas con la ceniza de los cigarrillos y restos de champán.El mundo del cine,es decir,de los espectadores,quieren empatizar a lo Rick y Casablanca siempre es nueva,Casablanca siempre está ahí esperándonos,aunque ese mundo también se desmorona.Creo,mi querida Hildy,y lo digo a visión muy personal que El gran Gatsby tiene la maldición de no funcionar del todo bien en el cine como le ocurrió a Fitzgerald en Hollywood,que curiosamente,cuando le estaba cogiendo en tranquillo al asunto le dieron una patada en el culo,porque Hollywood no espera,tiene prisa. Su última novela El último magnate es maravillosa y después Elia Kazan fracasa.El curioso caso de Benjamin Button es un relato inmortal,y viene Pitt con esas escenas adolescentes pasada por el digital como un muñeco.Otro fracaso del universo del fiestorro de Fitzgerald.Su libro de relatos Hermosos y malditos daría para mucho en el cine pero jamás se han atrevido a ello…

    ¡Pero qué pesado me estoy poniendo! Paro ya.Mira,quedamos en la fiesta de mi barrio.Es cutre,hay sangría de la mala y los vecinos se ponen en pantalón corto y chancletas y suena un grupo musical tocando los éxistos veraniegos de Georgi Dann.Así nos pondremos a hablar de otros tiempos.

    Besos mil

  4. Apuntas asuntos muy interesantes en tu comentario, querido Francisco, y es una reflexión y un debate de por qué funciona en el universo cinéfilo el perdedor Rick de Casablanca y no el Gatsby de Fitzgerald.

    ¿Por qué si los dos son perdedores, románticos… no se les ve o se les siente igual en la pantalla blanca? Es porque Gatsby termina convirtiéndose en un personaje tremendamente triste con dosis de patetismo. Porque descubrimos su mundo inventado, su intento de crear el sueño americano y cómo fracasa en ese intento. Porque Gatsby es aplastado por personas poderosas, superficiales y cínicas que le golpean y abandonan sin piedad ninguna, le destruyen (el universo del matrimonio Buchanan).

    Porque su mundo se desmorona como un castillo de naipes y se descubre un hombre solitario en una mansión vacía. Porque se descubre la fragilidad, debilidad y vulnerabilidad de Gatsby. Su fracaso. Porque habita en un mundo bastante cruel…

    Rick es un perdedor… pero no un fracasado solitario que no encuentra donde aferrarse…

    Guau, yo también me estoy poniendo pesada… pero es que has abierto un tema de debate interesantísimo…

    Es más duro ser un Gatsby que ser un Rick.

    Sí, el universo literario de Fitzgerald es difícil llevarlo a la pantalla blanca (a pesar de que él escribía con mente cinematográfica…) porque en realidad es bastante deprimente, triste y cruel.

    Me sorprendió leer el cuento sobre Button porque en su adaptación al cine Fincher y su guionista lo que toman es la idea principal del relato pero luego lo plasman muy libremente a la pantalla.

    Besos desde el escenario de la plaza con un calimocho
    Hildy

  5. Una hipótesis sobre por qué la gente simpatiza más con Rick que con Gatsby, al menos en España: porque uno es pobre y el otro «rico», porque uno vive huyendo y el otro actúa como «el rey del Mambo», porque uno no tiene nada y el otro lo tiene todo, porque se entiende que uno sea un desgraciado y no se entiende que el otro lo sea teniéndolo todo. Porque juzgamos según el «tanto tienes, tanto vales», y no comprendemos cómo siendo Redford o DiCaprio y estando forrado uno puede tener problemas. Eso, quienes deciden hacer una película sobre el libro equivocado y con el reparto equivocado, no lo comprenden. La gente no simpatiza con Gatsby porque desea que todo tipo o tipa forrado acabe tan jodido como él, y están esperando para darle la puntilla. En cambio, Rick somos todos. ¿Cómo vamos a criticar a nuestro espejo?
    Besos verbeneros

  6. Hola Hildy. Vi en «Días de cine» un reportaje de la película y francamente, no me gustó lo que vi. Lo que más me desagrada es que el director haya pasado del swing para la banda sonora. También me pareció algo desafortunada esa estética a caballo entre años 20, 30 o futurista. Pero después de leerte, uno se plantea darle una oportunidad, la verdad. Besos.

  7. Mi querido Marcos… es una mirada especial pero creo que no traiciona el espíritu de El gran Gatsby. Es una película 100 por 100 Luhrmann con su empleo especial de la banda sonora, su barroquismo rozando el rococo, sus movimientos de cámara… Si alguna vez le das la oportunidad (cuando la pasen por televisión, por ejemplo)… como seguiremos en contacto por el espacio cibernético… me cuentas si no crees que Luhrmann parte desde el respeto hacia la obra de Fitzgerald. Y si hay alguna escena en que tu sensibilidad, la de Fitzgerald y la de Luhrmann se unan.

    Besos entre fuegos artificiales
    Hildy

  8. Parto de la base q ha sido todo un placer disfrutar de una vision de la pelicula que no coincede plenamente con la mia.
    Creo que quien va a ver algo de este director dominado por su estilo no puede llamarse a engaño. So hicoera un peplum o una de ciencia ficcipn le daroa eso q el denomina su toque perspnal. Su marca de fabrica.
    En ocasiones esp es un defecto grave. En vez de usar un estilo y una narracion unica y diferente para cada historia nuestro hombre prefiere aplocar su ego y llamarlo autoria. Es su opcion.
    En este caso creo que habra leido la novela, no lo dudo, pero es Gastby el q le

  9. Mi querido Victor… me faltan las palabras que terminen tu reflexión… estaba leyendo muy pero que muy interesada y se corta… ¿dónde está lo que falta?

    … lo que me queda claro es que me quedo sola con el Gatsby de Luhrmann. Sniff, sniff… nadie salva ni un poquito. Ni una escena. Ni una mirada. Ni una esencia… sniff, sniff.

    Trataré de consolarme.

    Besos entre fuegos artificiales
    Hildy

  10. Decia que es Gasrby el que afirma «a mi me importan muy poco las fiestas». Esmas no asiste jamas a ellas.
    Lurhman por tanto poco se parece a Gastby como he leido por ahi. Mas bien me recuerda a los frivolos q bailan y beben sin mucho sentido en sus fiestas.
    En mi opinipn para cuando intenta ponerse contenido y dramatico el estropicio ya esta hecho.
    Queda un excso de derroche puramente epidermico. Y solo al final uando se recita a fitzgerald la pelicula coge un pocp de aire. Demasiado tarde.
    En mi opinion una excesiva pompa de jabon. Un castillo de futegos artificiales q ojo para mi gusto esta muy mal rodado.
    Sali un tanto cabreado Hildy. Pero es culpa mia. Ya sabia a q montaña rusa me subia

  11. Y no te importe quedarte sola. Tu aportas tu experiencia muy bien razonada. Y me alegro de que aportes tu punto de vista. De modo
    ue de snif nada. Para esp son estas cosas. Fue un placer leerte. Un abrazo

  12. Ja, ja, ja… mi querido Victor, como siempre para mí también es un placer leerte y ha sido genial terminar de leer tu razonamiento…

    Hay algo en la película que me gusta mucho (y reconozco que ahí ya me atrapó)y es cuando el psiquiatra le dice a Nick que la escritura es una manera de consuelo, de expresar cosas que quizá hablando no salgan a flote.

    Creo que Luhrmann crea el artificio de ese mundo construido y elaborado que construye Gatsby. Ese mundo que basta un soplo para derribarlo… para mostrar la tragedia de un Gatsby desnudo y solitario, que termina flotando ridículamente en una piscina de su enorme mansión vacía.

    Besos entre copas de champán
    Hildy

  13. Me has convencido para ir a ver a di Caprio, aunque no es santo de mi devoción. Espero poder volver y compartir tu entusiasmo. Al menos no voy con grandes expectativas, con lo que la película lo tiene más fácil para no desagradarme. Ya te diré. Besos.

  14. ¡Manel!¿Has regresado? Espero que hayas disfrutado mucho y descansado. Qué bueno verte de vuelta por el espacio cibernético.

    Y por supuesto cuéntame qué es lo que piensas de El gran Gatsby de Luhrmann y sus fuegos artificiales.

    Beso
    Hildy

  15. El que vaya a ver una película de Luhrmann y se sorprenda por el anacronismo de las canciones que emplea,su exacerbado estilo visual, su extremo y agil montaje,su colorista puesta en escena) y se disguste es que no sabe de qué va la historia. A mí me gustaron especialmente Romeo & Julieta y Moulin Rouge. Y me ha noqueado El gran Gatsby.He releido la novela antes de ver la película. Y saco la conclusión de que se trata de una adaptación muy fiel: los diálogos, la voz en off, los personajes, las situaciones… Todo es escrupulosamente fiel al libro. Salvo la situación (posterior a la novela) del narrador, que está en un sanatorio en el que cuenta la historia. Luhrmann adapta a Fitzgerald con devoción y respeto, pero también lo hace suyo porque no renuncia a su sello personal: las canciones son contemporáneas, la banda sonora es atronadora, colores, decorados,…

    Destaco el trabajo de un inmenso Leonardo DiCaprio,el definitivo Gatsby, se mimetiza con el personaje, seguido de Joel Edgerton (que aporta un poco de humanidad al desagradable Tom Buchanan) y de Carey Mulligan. Con esta versión luhrmaniana excesiva, entusiasta y sin freno me he divertido mucho. Y hay un gran respeto a las primeras y a las últimas frases del narrador. Se oyen tal cual, e incluso se escriben en la pantalla para que no olvidemos su importancia.

  16. ¡Bienvenido Fran! Como a ti, sí que me gusta la adaptación al cine que ha realizado Luhrmann de la novela de Fitzgerald y sí creo que parte del conocimiento y el respeto a su obra.

    Y por otra parte, también para mí ha sido una sorpresa la interpretación de Joel Edgerton como Tom Buchanan.

    Gracias por pasarte y compartir tu visión de la película.

    Besos
    Hildy

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