La madre de Camila O’Gorman es una mujer que ha sido educada para ejercer el rol de esposa y madre, siempre a la sombra del marido. Y es la misma que en una comida en la que su hija expresa su parecer sobre determinados temas políticos, la regaña, diciéndole inflexible: «Come, Camila, cállate y escucha».
Pero cuando, más tarde, en el clímax de la tragedia, se da cuenta de que nadie va a hacer nada por salvar a su hija se rebela, sin miedo alguno, contra la tiranía de su esposo: «Todos estáis enfermos de violencia y de sangre. ¿Alguien levanta la voz para salvar a mi hija? Nadie. Nadie piensa en ella. La Iglesia piensa en su buen nombre. Vos pensáis en vuestro honor. Rosas, en su poder. Lo unitarios en cómo derribar utilizando este escándalo. Pero en mi hija, quién». En esa rebelión se encierra la filosofía del cine de María Luisa Bemberg y explica también el éxito que tuvo Camila cuando se estrenó en Argentina.
La cineasta, que empezó tarde en el mundo del cine y cuya vida familiar tuvo bastantes similitudes con situaciones planteadas en la película, dirigió un elegante y sensible melodrama romántico sobre la trágica historia de la joven aristócrata Camila O’Gorman y el sacerdote Ladislao Gutiérrez. Pero Bemberg lo que hace en este largometraje es convertir a Camila en la absoluta protagonista y la presenta como una mujer que lucha por su libertad y se rebela contra su padre, la sociedad, el gobierno y la iglesia. Todo por encontrar la libertad y defender su amor por Ladislado.
Camila se ambienta además en la época de Rosas, a mediados del siglo XIX, donde el gobernador Juan Manuel de Rosas ejerció un mandato dictatorial durante diecisiete años. Durante su gobierno se identificaban a los federales, sus partidarios, y a sus detractores, los unitarios. Por otra parte, durante aquel periodo también tenía bastante influencia en la sociedad la iglesia católica. La protagonista es una mujer rebelde contra todo lo establecido. No está de más señalar que cuando Camila tuvo un éxito espectacular no solo de crítica, sino también en taquilla, se acababa de establecer la democracia en Argentina después de siete oscuros años de dictadura militar.
Camila es una película que se disfruta mucho más si se conocen todos los acontecimientos históricos alrededor del romance de la joven aristócrata y el sacerdote. María Luisa Bemberg deja secuencias esclarecedoras a tres mujeres: la abuela de Camila, La Perichona, una aristócrata que vivió su vida al límite; la propia Camila y la madre de Camila, Joaquina Ximénez Pinto. El largometraje empieza con la abuela que va a ser recluida en la casa de su hijo Adolfo O’Gorman después de una vida de escándalos. Y se nota ya cómo conecta de manera especial con su nieta Camila, a la que pregunta si le gustan las historias de amor.
La niña muestra su curiosidad e ignorancia ante dicha cuestión. Ya es un momento premonitorio. Porque Camila no es más que una triste historia de amor. La secuencia de la madre ya ha sido descrita al principio del texto y muestra de manera esclarecedora la rebelión de una mujer educada para ser sumisa. Y luego está la protagonista absoluta, Camila. Una joven con hambre de conocimiento que se atreve a transgredir las reglas, aunque su rebeldía le saldrá cara.
En la casa de Camila se vive bajo el mandato del patriarca, Adolfo O’Gorman (donde Héctor Alterio se luce como personaje despótico y desagradable), que no ve con buenos ojos la espontaneidad de su hija. Es un hombre con influencia y poder que está al lado del gobernador y de la Iglesia. Adolfo no concibe el escándalo, se avergüenza de su madre, y es estricto en la educación de sus hijos. No quiere oír hablar de la soltería en una mujer y le dice convencido a su hija Camila que solo tiene dos salidas: el convento o el matrimonio. Y sentencia que el camino de su hija es el matrimonio porque «El matrimonio es el orden y ni la gente ni un país puede vivir sin orden».
Pero en la vida de la apasionada Camila se cruza el sacerdote Ladislao Gutiérrez y ambos terminarán no solo enamorándose, sino huyendo de todo y de todos para poder vivir su propia historia. El acontecimiento fue un absoluto escándalo en la época y, aunque pudieron vivir durante unos meses su amor oculto y ejercer como maestros en una ciudad de la provincia de Corrientes, fueron arrestados y finalmente fusilados.
María Luisa Bemberg pone no solo especial cuidado en la recreación histórica, sino que «disfraza» el largometraje como si de un melodrama romántico extremo se tratase. Es una película llena de detalles, con una luz suave y luminosa, y se recrea en un principio en la sensualidad de la historia. Así el primer encuentro visual entre Camila (Susú Pecoraro) y Ladislao (Imanol Arias) es un momento alegre, festivo y muy sensual, donde la joven tiene los ojos tapados por un juego y tiene que reconocer a sus «víctimas». El azar le hace que atrape al nuevo párroco, que ha ido a presentarse. Camila, que no ve, recorre su rostro con las manos. El erotismo del momento está servido. El juego de enamoramiento, la sensualidad y la seducción están también presentes en las secuencias alrededor del confesionario.
Después, según se va aproximando la tragedia, el melodrama va adquiriendo otro tono y los colores se van oscureciendo hasta la tremenda secuencia, pura coreografía, de la ejecución de los jóvenes amantes. Aunque hay un color que predomina durante toda la película, y que tiene motivos históricos, y es el rojo. Era un color que identificaba a los partidarios de Rosas, pero curiosamente es el color del amor y la pasión. Pero también el de la violencia y la sangre. En las ropas de Camila también predominará ese color.
La historia gana por la sensualidad y el erotismo que logran transmitir unos jóvenes y bellos Susú Pecoraro e Imanol Arias (en uno de sus primeros papeles cinematográficos, aunque ya era un rostro extremadamente conocido en España tanto por su aparición en importantes películas de Manuel Gutiérrez Aragón y Pedro Almodóvar, así como en la serie Anillos de Oro). Los dos se transforman en unos amantes trágicos que encuentran en su camino todos los obstáculos posibles que imposibilitan su amor. Pero también por secuencias donde María Luisa Bemberg deja ver su destreza en el empleo del espacio con elegantes movimientos de cámara y una puesta en escena exquisita.
Al final, puede que el espectador de Camila no sepa nada del periodo que refleja la película ni conozca en qué momento se estrenó, pero lo que ve es una trágica historia de amor en forma de deslumbrante melodrama histórico, donde la principal protagonista es una joven en busca de su libertad y que termina siendo víctima tan solo por querer amar.
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Me gustó Camila, hildy. Gracias por reseñar estos clásicos latinoamericanos. Han estrenado 1976,peli chilena del pasado año en nuestra plataforma. Pasa buen finde.
Hildy querida, no podría ser más oportuna tu reseña ya que acabo de descubrir que Camila está disponible en streaming y la he apuntado a mi lista de películas para volver a ver después de muchos años. En su momento tuve que verla para una tarea del colegio y me enamoré por completo de la película, de la historia de Camila y Ladislao y puede ser que un poquito de Imanol Arias también (me contaba mi madre que en aquella época se prendían fuego las pantallas cada vez que aparecía, dejó su huella en el público argentino). No recordaba casi detalles sobre la película, pero tu texto me ha traído a la memoria muchas escenas e imágenes que espero revivir pronto.-
Tras descubrir esta película leí mucho sobre la época de Rosas y conservo aún una novela de Marta Merkin llamada justamente Camila O’Gorman, que parte de la historia real y de la que no recuerdo nada, pero debe haberme gustado para sobrevivir en mis estantes por casi veinte años. De lo que sí conservo un recuerdo imborrable es de la novela Amalia de José Mármol, que está considerada como una de las fundacionales de la literatura argentina y que tiene por protagonistas a dos amigos unitarios, a sus enamoradas y nada menos que al propio Rosas, que es un personaje en la novela. Es maravillosa (hay una adaptación cinematográfica de los años 30, si mal no recuerdo, que aún no he visto). La dejo como recomendación por si quisieras meterte por la conejera que se abre tras este visionado.-
Te mando un abrazo enorme, Bet.-
Como siempre Hildy quedo deslumbrada de tu brillante prosa, de tu facilidad para mostrarnos situaciones en mundos que han existido y que, desgraciadamente, siguen existiendo y que gracias al cine conocemos en toda su dramática realidad . Haré todo lo posible por verla.
Hola Hildy
No recuerdo nada de esta peli y seguro que en su día la tuve que ver. La escena que tan bien describes del encuentro a ciegas me suena muchísimo pero en blancoynegro Hollywoodiense.
No sé en Argentina pero juraría que por aquellas fechas Bemberg y Miró se encontrarían un poco solas en el «hiperespacio» melodramático (alguien tenía que decirlo).
Un comentario para «ese dios desconocido»: ¡Qué grande es Hector! Tanto talento que ha rebosado hasta salpicar a sus hijos.
Un saludo, Manuel.
Querido Antonio, estoy disfrutando mucho de este ciclo, para mí absolutamente enriquecedor. Siempre he sido amante del cine latinoamericano, pero cada vez me entusiasma más.
Sí, ¡¡¡he visto anunciado ese estreno en la plataforma y me apetece un montón!!!
Beso
Hildy
Queridísima Bet, acabo de apuntarme para leerme sin falta Amalia, ¡me apetece una barbaridad!, porque soy muy profana de ese periodo histórico y me interesa un montón. Mil gracias por la recomendación.
Me apetecía mucho escribir algo de María Luisa Bemberg, que además se cumplía su centenario en 2022.
En el blog magnífico de Atmósfera cine se publicó un artículo maravilloso y completo de la cineasta. ¡Merece mucho la pena! Dejo el link: https://atmosferacine.com/2022/03/04/centenario-de-ma-luisa-bemberg-homenaje-y-ii/.
¡La verdad es que tanto Susú como Imanol hacen una pareja bella y sensual con mucha química! Imanol tiene en esta película unos labios preciosos, la verdad. Estaba abriéndose camino y estaba haciéndolo con éxito.
Beso
Hildy
Querida, querida María Rosa, con tus comentarios siempre me subes los colores y me animas mucho a seguir escribiendo con ilusión. Es una película muy bien hecha y cuenta una buena historia. Pero es el típico largometraje que creo se disfruta mucho más si sabes todo lo que rodea el asunto.
Beso
Hildy
¡¡¡¡Manuel, sí, qué acertado has estado!!!!
Creo que el cine de María Luisa Bemberg y el de Pilar Miró podrían conversar y dialogar perfectamente. Qué interesante.
Sí, Héctor Alterio es un gran actor. Yo tengo varias películas en la memoria de este gran actor. Por ejemplo, El nido de Jaime de Armiñán.
Beso
Hildy
¡Querida Hildy! Muchas gracias por el enlace, voy a leer el artículo (que ya he visto incluye también un video). Ignoro todo acerca de Bemberg, solo conozco de nombre una de sus otras películas, «De eso no se habla», que no he visto pero de la que se hablaba mucho cuando era niña, siempre en conjunción con «Camila».-
Me has hecho reir muchísimo con tu mención a los labios de Arias, ofreciste solita esa confesión, jajaja. Me recordó automáticamente que en algún momento suspiramos por las piernas de Fredric March en «El Signo de la Cruz». ¡Pedazo de Monstruo de Frankenstein nos armaríamos!
Te mando un abrazo gigante, Bet.-
Jajajaja, ¡nos confesamos todo sobre nuestros consentidos! ¡Acuérdate del pelo de Robert Donat!
Beso
Hildy
Hola Hildy!
Me gustan este tipo de películas que incitan a buscar información sobre un tiempo y a ampliar conocimientos, anotada queda.
Por cierto, ya que mencionas «Anillos de oro», ¡como me gustaba esa serie!, esa música al comienzo y la maravillosa Ana Diosdado, me fascinaba y estaba enamoradísimo…jeje
Besos;)
Hola, Fran,
Sí, a mí también me gustan las películas que te hacen interesarte por la historia.
Anillos de oro y Segunda enseñanza, aquellas series de Ana Diosdado que yo recuerdo con un montón de cariño. Jajaja, como solo había dos canales ¡mucha gente veíamos lo mismo! Cómo se nos quedaron en la memoria un montón de programas, películas y series…
Beso
Hildy
He visto la película hace tiempo, pero recuerdo perfectamente algunas secuencias con esos tonos cálidos que nombras. También recuerdo el final. La historia es triste, pero los personajes pueden perfectamente trasladarse a otros países y otras épocas, con las mismas intransigencias de los que gobiernan (la casa, el país) y la valentía de los que quieren romper el statu quo con su libertad.
Abrazos y feliz año!!
Querido Ethan, qué alegría leerte y constatar que ya estás perfecto. Sí, esos tonos cálidos también cuentan la historia. Y el final es demoledor y está rodado con cuidado y detalle. Sí, tienes razón, los personajes y sus motivaciones pueden trasladarse a otros países y a otras épocas. Y esa rebeldía siempre estará presente en tiempos oscuros.
Beso
Hildy
Estos melodramazos a mí se me atragantan porque no me creo nada. Esta la vi en su día, pero no me dejó apenas poso; más bien un aire a El pájaro espino. Me interesó más lo que ocurría en segundo plano (época, ambiente, secundarios, alusiones) que eso tan manido del amor prohibido y tal, que es en exceso «culebronesco». No sé, tal vez tenga que darle otra oportunidad.
Besos
Mi querido Alfredo, fíjate que cuando has hablado del El pájaro espino (lo que le gustó esa serie a mi abuela paterna), me doy cuenta de cómo siempre ha gustado en la literatura y el cine hablar de los amores entre curas y feligresas o monjas y feligreses. Y cómo de ahí han surgido historias bellas y trágicas, y por qué no, a veces tremendamente melodramáticas. Así me viene a la cabeza El cardenal de Otto Preminger, Solo Dios lo sabe de John Huston o pienso en obras de la literatura como La Regenta de Leopoldo Alas Clarín…
María Luisa Bemberg creo que rueda esta película de manera muy hermosa y va mucho más allá del culebrón en lo que quiere contar. El subtexto tiene mucho interés. Tiene momentos cinematográficamente hablando que merecen mucho la pena.
Beso
Hildy
Querida Hildy,
tu comentario sobre CAMILA es brillante y no queda mucho que agregar.
Solo quiero hacer unos aportes casi triviales pero que me parecen interesantes para los cinéfilos.
-la bella Susú Pecoraro protagonizó al año siguiente una cinta no de la calidad de CAMILA pero igual interesante,llamada TACOS ALTOS ,y se también que trabajó en LAS COSAS DEL QUERER pero no recuerdo su actuación.
-sobre amores prohibidos de sacerdotes recuerdo haber visto una película canadiense de 1970(increíble,mas de 50 años) e nblanco y negro,con las sólidas actuaciones de los entoncesmuy jóvenes Donald Sutherland y Genivieve Bujold.
Está tan olvidada esta cinta que yo mismo no recuerdo el nombre en español y en algunas bases de datos no aparece o solo con el nombre inglés
Besos,IVÁN
Querido Iván, como siempre un placer que compartas todos los conocimientos cinematográficos que tienes. ¡Eres una mina! Y mil gracias por tus palabras.
Acabo de ver el tráiler de Tacos altos de Sergio Renán y sí me ha apetecido mucho verla. Efectivamente Susú Pecoraro aparece en la segunda parte de «Las cosas del querer». Yo soy una absoluta enamorada de la primera; sin embargo, no me preguntes por qué, nunca vi la segunda.
Qué curiosidad la película que comentas de los setenta. He visto que se titula de The act of the heart (Acte du cœur). Aquí yo creo que no debió estrenarse. No he podido encontrar el tráiler. Pero solo por ver a Donald Sutherland y Geneviève Bujold seguro que merece la pena.
Beso
Hildy