Diccionario cinematográfico (228). Mary Poppins

El regreso de Mary Poppins

Mary Poppins regresa con la familia Banks.

¿Es posible? Pronto será realidad El regreso de Mary Poppins… De la mano de Rob Marshall, que está convirtiendo el cine musical en su género de referencia. Y me muero de ganas por volver a reencontrarme con Mary, esta vez con el rostro de Emily Blunt. De nuevo regresa al hogar de los Banks. Son otros tiempos y otras las circunstancias, pero ahí está. Mary Poppins, amiga de deshollinadores y de faroleros, profesiones hoy obsoletas, vuelve a nuestras vidas. Y los guiños a la versión de 1964, la de Julie Andrews… dirigida por Robert Stevenson, ya se intuyen en detalles con mirar los fotogramas o los tráileres. Una vieja cometa; un espejo; un bolso maravilloso; un paraguas; mezclar indistintamente un mundo real y otro animado, como si fuera algo natural; fenómenos extraños como no poder parar de reír, un mundo al revés u ordenar mágicamente un hogar…, incluso la presencia de un actor (¿cómo olvidar a Dick van Dyke?).

Yo sueño ya con mi reencuentro con un personaje literario que vivió (y vive) entre un montón de páginas que surgieron de la mente de una mujer triste y atormentada, Pamela Lyndon Travers. También el cine recreó su complicada relación con Disney, que tampoco tenía una personalidad fácil…, pero que tuvieron una conexión a través del personaje de ficción, Mary Poppins. Quizá porque esta les hacía huir de infancias complejas que crearon traumas. La película en cuestión es Al encuentro de Mr. Banks, de John Lee Hancock.

Así que miro el cielo nublado… y entre las nubes una mujer elegante, seria, sin perder la dignidad ni la compostura baja con un paraguas abierto… con ella parece más fácil solucionar los problemas del día a día. No es tarde para esperar a Mary Poppins…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

16 comentarios en “Diccionario cinematográfico (228). Mary Poppins

  1. Hola querida Hildy. No comparto tu entusiasmo con la segunda parte de Mary Poppins. La primera la vi 100 veces con una amiga que tenía una especie de trilogía sagrada en VHS compuesta por «El destino de Sissi», «Mary Poppins» y » La bella durmiente». Si ibas a su casa debía convertirte en creyente porque te hacía ver la trilogía quisieras o no. Yo amaba «La bella durmiente», toleraba «Mary Poppins» y no soportaba «El destino de Sissi».
    ¡Pobre Julie Andrews! Una voz tan prodigiosa saboteada por unos doblajes requetecursis que le hacían decir sandeces como «Re, selvático animal» en «Sonrisas y lágrimas».
    Al revisionar la versión en V.O. la he apreciado más. Hay cosas que me gustan como los estupendos padres, David Tomlinson y Glynis Johns, la fusión de imagen real y animación, el baile de los deshollinadores, las canciones de los hermanos Sherman o que un personaje en realidad tan poco simpático y sentimental como Mary Poppins tenga tantos seguidores y sea recordado por lo que no es. Sin Julie Andrews la película hubiese sido poca cosa. Sin Dick Van Dyke, lo siento, sería mucho más. ¡Qué nerviosa me pone este hombre! Me faltan elementos de juicio pero los británicos dicen que su acento «cokney» es de los peores que se recuerdan. ¡Cómo me hubiese gustado que interpretase su papel Michael Crawford!
    Respecto a Rob Marshall poca emoción me provoca. «Chicago» no me convenció nunca, ni tampoco «Into the woods». Prefiero (sin pasión) su muy criticada «Nine». No me parece un hombre de cine. Me parece un hombre de teatro (donde labró su prestigio) que no sabe convertir en película una obra de teatro. Piensa que la manera de hacerlo es fragmentar las escenas en la sala de montaje.
    No, no me emociono por esta secuela. Afortunada tu.

  2. BUENAS NOCHES, ME GUSTARIA PODER RECIBIR NOTICIAS, NEWS LETTERS DE ESTE MARAVILLOSO BLOG, MUCHAS GRACIAS, SI ES POSIBL LES ESTARIA MUY AGRADECIDO

  3. Querida, querida Lilapop, ¡me ha encantado la anécdota de tu amiga y la trilogía sagrada!¡Es fantástica! Sí, es cierto que a algunas actrices y actores, y, sobre todo, a ciertas películas el doblaje les hace daño. Pero yo, la verdad, quedé encantada con Mary Poppins… por su bolso interminable, su personalidad entre borde, recta, seria… pero con mucho encanto y capaz de cosas increíbles. Y ese misterio de no saber de dónde viene, cuál es su origen, qué o quién es exactamente Mary… Me encantaba ese momento de no poder parar de reír y subirse por las paredes… Sí, y también el baile de los deshollinadores. Aquí sí que me caía bien tu poco apreciado Dick Van Dyke, je,je,je.
    Eso sí, yo conozco la Mary Poppins cinematográfica, la que tiene cara de Julie Andrews. La original, la literaria, todavía no la he leído…, pero lo voy a hacer. Pues me llamó mucho la atención la historia de su autora y las dificultades que puso para su adaptación al cine. Ja,ja,ja… soy así, qué se le va a hacer, pero me lo paso bien con los musicales de Rob. Y, sí, me gustaron bastante secuencias de Nine. Ja,ja,ja… amenazo con escribir sobre El retorno… y sobre si me ha llenado o no.

    Beso
    Hildy

  4. Bienvenido al blog Max, y gracias por tus palabras. Justo donde has escrito el comentario hay una casilla que pone «Recibir un email con cada nueva entrada». Y así cada vez que subo un post te llega a tu correo.

    Beso
    Hildy

  5. Alfredoooo adoradooo, sí, sí, sí… ¡¡¡¡con un poco de azúcar… supercalifragilisticoespialidoso…!!!!! ja, ja, ja, ja… Ay, que me estoy subiendo por las paredes.

    Beso
    Hildy

  6. Recuerdo a Mary Poppins… Me quedò tan grabada en mi memoria de niña tanto la pelìcula, como el detalle del techo del cine, con todas las muñequitas Mary colgando muy fantàsticas y llamativs con su bolso y paragüitas. Tambièn vì la pelìcula que recrea la vida de la autora y- como bien dices- su conflictiva relaciòn (con ella misma) y con Walt Disney. Me gustò y mucho, a tal punto de haberla recomendado. Gracias por èste blog. Me he hecho tu fan. Saludos cordiales.

  7. Hola de nuevo Hildy
    Sin duda, lo mejor de Mary Poppins es cuando aparece la locura. Y la expresión «El bolso de Mary Poppins» la he utilizada infinidad de veces refiriéndome al mío, ja, ja,ja. Pero no es una de las películas de mi infancia, reconociéndole sus virtudes.
    Por cierto, curioso el caso de Julie Andrews. No pudo protagonizar las versiones de sus dos grandes éxitos teatrales. «My fair lady»¨por bloqueo expreso de Jack Warner, que tras ceder con la contratación de Rex Harrison, se negó cerrilmente a hacerlo con Julie. Audrey está maravillosa, pero claro, canta Marny Nixon. Julie le agradecería a Warner, con ironía británica, el Oscar por «Mary Poppins» en una edición donde Audrey ni tan siquiera estaría nominada por «My fair lady».
    Y en «Camelot» Joshua Logan prefirió a Vanesa Redgrave, porqué según él, Julie era “demasiado pura” para interpretar a la apasionada reina Ginebra. Intuyo que son las dos grandes frustraciones profesionales de su vida.

  8. Bienvenida Sandra, y mil gracias por tus palabras. Hay películas que nos dejan un recuerdo especial, ¿verdad? Sí, a mí me sorprendió gratamente «Al encuentro de Mr. Banks», de John Lee Hancock.

    Beso
    Hildy

  9. ¡Yo ya adoro el bolso de esa Mary Poppins con cara de Emily Blunt!¡Es precioso! Y ese bolso donde todo cabe… ¿dónde lo encontramos? Ja, ja, ja.
    … ¿Y cómo hubiesen sido esas dos películas que mencionas protagonizadas por Julie Andrews? Porque con ella, hubiesen sido otras, no hay duda. A mí las versiones que quedaron me chiflan… pero ¿que hubiese pasado si ella hubiese sido la elegida? Audrey (aunque con otra voz) me chifla en My fair lady… Y Ginebra es Vanessa en Camelot… Sí, sin duda tuvo que ser frustrante cuando ella estaba teniendo un éxito sin igual en las tablas.

    Beso
    Hildy

  10. Me encantan “My fair lady” y “Camelot”. No comparten el mismo prestigio. La película de Cukor es una de las obras maestras indiscutible del cine musical bendecida con una lluvia de Oscars, cuando estos premios aún tenían prestigio. “Camelot” es una de las últimas propuestas del género por parte de los grandes estudios, que a partir de los 70 prácticamente dejarían de hacer películas musicales. Es una de mis películas amadas. Y sé bien que no es perfecta ni redonda.
    Tengo la banda sonora tanto de las películas como de las obras teatrales. Me gustan mucho Lerner y Loewe.

  11. En mi caso tengo curiosidad por verla por el elenco de intérpretes y porque “Chicago” es uno de mis musicales cinematográficos favoritos de este siglo, aunque no sea muy partidaria de estas operaciones tan comerciales, pues considero mucho más creativo abordar nuevas historias que desarrollar versiones, secuelas, precuelas o derivados de cualquier tipo de películas clásicas, aprovechando el prestigio que les precede para la promoción. En este caso incluso se han preocupado de recuperar para la ocasión a Dick Van Dyke, que el próximo 13 de diciembre cumplirá 93 años.

  12. Querida Ana, ¡qué felicidad leerte! Sí, es verdad. Aunque, fíjate, esta vez me parece bonita la alusión a las versión de los sesenta y los guiños (aunque formen parte, efectivamente, de una operación comercial)… desde un punto de vista cinéfilo. ¡Espero que me guste el resultado!¡Ganas no me faltan! Je, je, je. Y a ver si esta vez me hago con los dos primeros libros de la Mary Poppins literaria.

    Beso
    Hildy

  13. Mi querida Hildy; he elegido este post para desearte unas felices fiestas. ¿Por qué precisamente este? Porque se desea para los seres queridos una buena entrada de año y la película de Mary Poppins (1964), de Robert Stevenson se estrenó, precisamente el año que nací. Además, quiero hacer justicia a muchas cosas que por lo visto los cinéfilos contemporáneos se les escapa. No comprendo cómo los cinéfilos de la nueva hornada andan siempre tan cabreados. En fin, trataré de explicarte lo que no se suele decir o escribir. Primero: que la novela de la británica australiana P. L. Travers es maravillosa. Escribió más partes, pero no se han traducido a nuestro idioma. Todos sabemos quién fue esta mujer arisca, antipática y mala madre, pero nos dejó ese legado ejemplar. Luego tenemos al genial Walt Disney; también sabemos quién fue este hombre que explotó a sus trabajadores y se pudo a delatar a sus compañeros en la famosa caza de brujas. Hay que leer la biografía despiadada de Marc Eliot. Sin embargo, el viejo Walt nos dejó un legado completamente maravilloso, aunque nunca supo comprender el cuento tradicional europeo de todas sus películas. También defiendo la película Al encuentro de Mr. Banks (2013), de John Lee Hancock brillantemente interpretada por Tom Hanks, Emma Thompson, Colin Farell, Paul Giamatti y todo el elenco de secundarios con música incluida. Sí, sabemos o, deberíamos saber, que la película está muy alejada de la realidad, pero es cine y el cine siempre nos aleja de ella para que seamos mejores personas.

    La película Mary Poppins con la maravillosa Julie Andrews y el no menos genial Dick Van Dyke la vi de niño y quedé completamente fascinado. Fue, precisamente el actor Van Dyke, y no el plomizo belga Anton van Dyck el que me hizo entusiasmar por la pintura. Esos lienzos tirados en el suelo y en plena calle donde podías saltar adentrándote en ellos es una auténtica lección de cómo hay que ver la pintura. Yo de niño creía que el arte era eso, y creo que no iba mal encaminado. Otro pintor creado exclusivamente para el cine y que me pareció maravilloso fue el interpretado por Josep Cotten en Jennie (1948) de William Dieterle. Este pintor, como bien sabes, tiene un amigo mecánico que le dice: “Siento respeto por un tipo que hace lo que tiene que hacer, aunque eso acabe con él. Bien, lo que tú quieres es pintar y lo haces sin que el resto te importe nada. Me gusta. La mayoría de nosotros piensa que no hay nada que merezca la pena salvo vivir la vida lo más cómodamente posible. Ganar un poco aquí, otro poco allá, comer, dormir y morir. Entonces te encuentras con un tipo como tú que no se preocupa por nada de eso. Y te preguntas si tal vez no te estás perdiendo algo”.

    Otro pintor ficticio que me maravilló fue el interpretado por Hume Cronyn, en El día de los tramposos (1970), de Joseph L. Mankiewicz. Cuando vi la película de niño, los ángeles que pintaba este señor me conmovieron más que cuando años después vi la Capilla Sixtina. No obstante, los pintores reales retratados en el cine me aburrieron muchísimo, como la película de Vicente Minnelli El loco del pelo rojo (1956), con ese excesivo van Gogh interpretado por Kirk Douglas. Ya ni te hablo del Toulouse-Lautrec de José Ferrer en Moulin Rouge (1952), de John Huston ; fantástica fotografía, pero poco más. El Miquel Ángel de El tormento y el éxtasis (1965), de Carol Reed interpretado por Charlton Hestos, o el Picasso de Anthony Hopkins, o el Dalí de Lorenzo Quin dirigida por el mediocre Antoni Ribas, o el Francis Bacon interpretado por Derek Jacobi; el Goya de Francisco Rabal y José Coronado, o ese experimento de Loving Vicent (2017), de Rotota Kubela y Hugh Welchman donde nos adentra en la pintura de ese loco maravilloso que se cortó una oreja. Nanai de la China. Adentrarse en los cuadros de Dick Van Dyke es algo completamente diferente. Saltas sobre uno de ellos y ya estás en una increíble aventura.

    Y para ir acabando, mi querida Hildy, creo que no es necesario un remake de Mary Poppins, porque es, precisamente eso, un remake de la película y no una versión más ajustada de la novela de Travers. La película será un fracaso rotundo, pero si ésta fuera fiel a la novela, también lo sería. La versión de Disney es muy poderosa.

    Un cinéfilo que verdad debería saber estas cosas, porque si no, nos convertiremos en auténticos inquisidores. Acabaremos formando grupos con antorcha para quemar los negativos de la memoria del cine, cuando el polvo de nitrato está haciendo de las suyas.

    ¿Qué te parece si quedamos en un tejado con la cara tiznada y bailamos?

    Un fuerte abrazo, amiga mía.

  14. Guauuu, mi querido Francisco, qué bonito cuando escribes cómo fue el actor Van Dyke el que hizo que te entusiasmaras por la pintura… Esos lienzos tirados en el suelo en plena calle y saltar dentro de ellos… ¡y VIVIR la pintura! Qué bonita manera has tenido de definir el arte.

    ¡Me han encantado tus felices fiestas…, diciendo como siempre muchas, muchas cosas interesantes… tus textos hay que leerlos varias veces para que no se pierda nada de lo que quieres expresar realmente y son además mágicos en sus referencias!
    Yo también te deseo felices fiestas… y, por supuesto, me voy preparando para nuestro baile en el tejado con la cara tiznada… ¡Qué bonito es ver los tejados y terrazas de las ciudades, ¿verdad?! Yo me llevo el bolso y el paraguas.

    Beso
    Hildy

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.