Joyas desconocidas de cine negro (I). El ejecutor (Raw Deal, 1948) de Anthony Mann

El ejecutor

Un triángulo amoroso de puro cine negro…

Una voz en off de una mujer, Pat (Claire Trevor), nos introduce ya en un triángulo fatal y trágico que nos descubre a un Anthony Mann turbulentamente romántico en una película de puro cine negro, antes de meterse de lleno en sus westerns psicológicos. Así vivimos la huida de un preso Joe (Dennis O’Keefe), que antes de irse con Pat, la mujer que lo ama, y construir una nueva vida, quiere recuperar el dinero que le debe Rick Coyle (Raymond Burr), por el que está en la cárcel, y vengarse de él de paso. Desde que escuchamos a Pat sabemos que la historia va a ser triste y trágica. Que el destino ya está escrito. En esa huida no tienen más remedio que tomar como rehén a Ann (Marsha Hunt), una trabajadora social, que ha seguido el caso de Joe todos estos años y que cree que ha tenido mala suerte, que tiene buen fondo. Los tres emprenden un viaje sin retorno. Por una parte está la sombra de sus antiguos compañeros, que no ven con buenos ojos su regreso y el reclamo del dinero que le deben y, por otra, los policías que buscan volver a detenerlo para que cumpla su condena.

Pero la voz y el punto de vista que predomina en El ejecutor (en otros sitios se llama también Justa venganza) es la de Pat, una mujer enamorada, capaz de todo por conseguir una vida normal junto al amado, y que va viendo cómo Joe se va enamorando de verdad de otra mujer, y como a ella nunca la ha querido realmente, aunque siente por ella fidelidad, cariño y amistad. Y vamos viendo su desgarro, cómo ve a la “otra” como enemiga, pero cómo termina comprendiendo sus actos y cómo entiende que es otra mujer enamorada. Una Pat, que en el fondo quiere actuar como mujer fatal, pero no puede, que está a punto de conseguir su sueño, pero lo derrumba…, porque tiene un fondo bueno y porque sabe lo que quiere Joe.

Anthony Mann sitúa a un hombre, con la ambigüedad moral de todo antihéroe de cine negro que se precie, entre dos mujeres que lo aman. Una quiere huir con él en un crucero y empezar una nueva vida lejos, y en el camino es capaz de todo por conseguirlo. La otra que ha mirado esa parte buena que esconde Joe es capaz de ir contra sus principios para salvarlo. Y solo una es la que cuenta la historia, la que nos da su punto de vista, la que observa… Esa es Pat, que sufre el amor no correspondido. Lo que no ve, pero sí intuye, se nos muestra: y es esa historia también apasionada y desgarradora entre Joe y Ann.

Luego están los obstáculos externos de los que huyen, a pesar de estar atrapados ya por los internos. Por una parte la persecución policial, y por otra la de sus antiguos camaradas, liderados por su entonces amigo, Rick, un violento mafioso y psicológicamente inestable, que se refugia entre sus matones, y que en el fondo teme que este logre su objetivo. Para eso manda a su matón jefe (el carismático John Ireland), para que Joe nunca llegue hasta el final del camino. Y este personaje complica mucho más las cosas al triángulo protagonista.

Anthony Mann deja una joya de cine negro para descubrir con muchos momentos para destacar… Pero el más descarnado, el más irremediablemente romántico y trágico a la vez, transcurre en un camarote de un barco, con las reflexiones dolorosas de una mujer que mira a un reloj, y un hombre que no deja de decir las palabras que ella siempre quiso escuchar. Y el darse cuenta que nunca podrá protagonizar esa historia que la tiene al alcance de la mano. Secuencia emocionante. Tremenda. El ejecutor es violenta y trágica y todas las huellas que deja en el camino son dolorosas. Es romántica y sensual. Es desgarradora. Puro cine negro, que se mueve entre luces y sombras, y el tictac de un reloj que no para. Que habla de un niño que se perdió entre las llamas de un incendio, salvando a otros, y de un hombre que vuelve a hundirse en esas llamas para rescatar a lo que más ama… Y de una mujer que mira impasible cómo el amor se le escapa y cómo queda atrapada en un destino negro.

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11 comentarios en “Joyas desconocidas de cine negro (I). El ejecutor (Raw Deal, 1948) de Anthony Mann

  1. Desde esta peli que no he visto me llegó un eco de «Sólo se vive una vez» ¿es posible esa sesión doble?
    Un beso enorme, Bet.-

  2. ¡Querida, querida Betty, ¿sabes que sesión doble me haría con Solo se vive una vez? Sería con Los amantes de la noche de Nicholas Ray.
    Con esta de Mann comparte ese romanticismo en el abismo, pero creo que establece menos diálogo que con la de Ray.

    Beso
    Hildy

  3. Anthony Mann es mas conocido por sus westerns que por sus otros muchos trabajos, pero tiene una trilogía de cine negro espectacular en el mismo año: La brigada suicida (T-Men, 1947), Desesperado (Desperate, 1947) y El último disparo (Railroaded!, 1947).

  4. Pues esta la vi hace ya varios años Hildy. La conocí por dos estupendos libros de James Ursini y Alain Silver que te recomiendo que busques porque te encantarán: “The noir style” y “El cine negro americano” esté escrito junto a Robert Porfirio. No la recuerdo con claridad pero destaco su fatalismo, su romanticismo desesperado y esos dos personajes femeninos en principio antagónicos y en realidad tan complementarios. Y lo atractivo que es Dennis O’Keefe. Claire Trevor resulta conmovedoramente patética (en la acepción no peyorativa del término) en su amor inmenso y su desesperación al ver que los personajes de O’Keefe y Marsha Hunt se están enamorando de verdad y ella no puede hacer nada para evitarlo pero tampoco quiere retirarse sin luchar ¡Que ganas de volver a verla tras leerte!¡Qué grande es el cine de Anthony Mann!
    Por cierto ¿por qué se titula “Ejecutor”????? La traducción de “Raw deal” sería trato duro o trato injusto. Pero es que hay una película de Schwarzenegger también titulada “Raw deal” que en España se tituló “Ejecutor”. De ahí debe venir la cosa. Tremendo.

  5. ¡Me apunto tus recomendaciones de libros, querida Lilapop! Sí, eso es lo que me ha fascinado de esta película: su romanticismo desesperado. ¡Menuda pedazo actriz que es Claire Trevor! Y cuántos papeles memorables nos dejó.
    Sí, lo de los títulos da para un original e interesante ensayo. Yo en algunos sitios he visto que también está traducida como Justa venganza.

    Beso
    Hildy

  6. ¡¡¡Bienvenido Pepe!!!, efectivamente Anthony Mann tuvo su idilio fructífero con el cine negro antes de adentrarse en el western psicológico. Mil gracias por reseñar más títulos de esta interesante parte de su filmografía.

    Beso
    Hildy

  7. Te encantarán. El primero está en inglés y se divide en diferentes aspectos temáticos recurrentes del género. Con unas fotografías gloriosas. El segundo, “El cine negro americano: Los secretos de los cineastas del período clásico”, está compuesto por entrevistas a personajes de la talla de Fuller, Lang, Preminger, Wilder…Y también a Claire Trevor, que me confirma con sus respuestas que los grandes intérpretes suelen ser siempre gente muy inteligente.

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