A las nueve cada noche (Our Mother’s House, 1967) de Jack Clayton

A las nueve cada noche

Un mundo infantil, inquietante y perturbador con la presencia de la muerte, entre la inocencia y la crueldad. Esa es la puerta de entrada de A las nueve cada noche. Si ya Clayton convertía en desasosiego el universo infantil en Suspense (The Innocents, 1961) pero con la ambigüedad de si todo era fruto de la mente distorsionada de una institutriz (con todo un referente literario: Otra vuelta de tuerca de Henry James), en A las nueve cada noche es explícito que la mirada es la de los niños, siete hermanos que crean un universo propio en la casa de la madre muerta. Ellos deciden perpetuar la presencia de la madre, y cargar sobre sus hombros el peso de su educación y de sus creencias. Son tan inocentes que quieren depositar ese peso en un adulto y disfrutar de sus juegos infantiles (y creen que pueden volver a comportarse como niños desocupados cuando se presenta en el hogar el padre ausente), pero también sobre sus cabezas sobrevuela el sentido de la crueldad y de la vida es dura y hay que hacer lo posible por sobrevivir.

Un universo infantil complejo con la compañía de los miedos y temores, pero con una capacidad para imaginar y fantasear la realidad y moldearla de tal modo que permita moverse por ella. Un universo infantil que también es distorsionado por un mundo adulto que todo lo remueve y complica a través de una educación o unas creencias extremas. Pero ese universo ha estado presente en diversas películas como El ídolo caído (1948) de Carol Reed, Juegos prohibidos (1951) de René Clement, La noche del cazador (1955) de Charles Laughton o Viento en las velas (1965) de Alexander MacKendrick. Todas ellas con una mirada infantil especial que sabe contar y aportar una visión especial de la realidad.

Los siete hermanos de A las nueve cada noche, con personalidades definidas y con una jerarquía establecida en un primer momento por la edad (luego cada uno tratará de “definirse” y de hacerse útil en el grupo: la poseedora de secretos de familia y la mayor de los hermanos, la médium, el que postula y resguarda las creencias, el que falsifica la firma materna…), crearán dentro del hogar, la casa de la madre, un entorno cerrado y claustrofóbico para no enfrentarse al orfanato. Y en él empezarán a regir reglas, surgirán relaciones de poder, amores y enfrentamientos… pero una permanencia final de que deben ser fieles al grupo, no romper las “normas” y protegerse contra las amenazas externas. Sin embargo, los niños tienen muy presente en ese entorno creado los secretos de los adultos y la herencia espiritual y material de sus dos figuras de referencia: el padre ausente y la madre enferma pero fervientemente creyente y estricta en cuanto la educación…

Jack Clayton no solo juega con sus siete actores infantiles (inocentes e inquietantes a la vez) sino también con el espacio en el cual se mueven: esa casa de la madre con sus dormitorios, el comedor, ese tabernáculo que crean para reunirse a las nueve cada noche, las escaleras, el patio… Si el mundo de los niños es ambiguo y amenazante no lo es menos el mundo adulto presente: ese vecino millonario y distante, la madre enferma y muerta (pero siempre tétricamente presente), ese padre perturbador con muchos recovecos (ay, ¿ha existido actor más enfermizo que Dirk Bogarde?), o esa cuidadora desagradable que sabe secretos…

A las nueve cada noche esconde una poética visual tétrica, que acongoja al espectador que se enfrenta a ella. Y el terror surge del miedo de los niños, de su situación angustiosa, de cómo se enfrentan a una realidad dura… y de las herramientas y el bagaje espiritual con el que han contado y con el que crean su propio mundo oscuro. Y cómo a pesar de todo no dejan de ser niños, de querer jugar y hacer travesuras, de tener caprichos… La incomodidad, el mundo enrarecido que se crea en ese hogar irá tejiendo los hilos para otras películas futuras inquietantes y de universos infantiles agobiantes hasta ejemplos tan actuales como Nadie sabe de Hirokazu Koreeda.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

13 comentarios en “A las nueve cada noche (Our Mother’s House, 1967) de Jack Clayton

  1. Una película fascinante, hermosamente perversa. Un cuento gótico no exento de crítica y subversión, de espléndida ambientación y puesta en escena, que emplea el terror más efectivo, el cotidiano. Los críos están espléndidos (y Bogarde, menos circunspecto de lo común, hecho todo un golfo militante), y posee matices más que interesantes, en especial cómo la cría mayor, trenzas incluidas, se erige en portavoz de la voluntad de la madre muerta, dejándose poseer, dándole voz. Es una de las plasmaciones del hecho religioso más ingeniosas y exactas que ha hecho el cine: la suplantación de un ser tomado por divino por una persona de carne y hueso a la que se le atribuye, gratuitamente y por razones de fe, un poder sobre los demás que estos aceptan sin cuestionarlo. Jamás se ha retratado tan bien la «enfermedad» y la manipulación en torno a ese fenómeno.

    Y como bien dices, es que además todo está sembrado de lirismo. El terror puede ser hermoso. He ahí el misterio de su atracción.

    Besos

  2. Sí, mi querido Alfredo, pensaba yo que la pondría en una sesión doble junto a El seductor de Don Siegel. Ambas películas me parecen absolutamente líricas y terribles a la vez.

    Sí, el papel de la hermana médium, la portavoz de la madre, es interesantísimo. Es curioso cómo los hermanos más radicales en sus planteamientos: tanto ella como el hermano guardián son finalmente los más vulnerables y manipulables, los que más se dejan engatusar y marcar por esa controvertida figura del padre.

    Por otra parte, es interesante para el análisis de la corta pero intensa carrera cinematográfica de Jack Clayton. Sus películas siempre tienen una atmósfera especial donde surge un lado oscuro de la vida.

    Beso
    Hildy

  3. Es muy interesante la mirada que, en ese periodo, tiene el cine británico hacia los niños: Cuando el viento silba, Suspense, Sammy, huida hacia el sur, Viento en las velas… Un puñado de películas magníficas (o cuanto menos muy interesantes) que arrojan una visión turbia, compleja y nada complaciente, que inquieta porque los reflejos entre críos y adultos son terribles y veraces. Imagino que en ella hay parte de herencia de crueldad dickensiana, también son tiempos de sombras en un imperio desmoronado.

  4. Sí, tienes razón, querido crítico abúlico, y por qué sería: ¿coincidencia o algún motivo concreto? Tú en el comentario apuntas algunos. Todavía no he visto Sammy, huida hacia al sur y Cuando el viento silba. Y las dos me apetecen una barbaridad. Parece que esta tradición británica de presentar la infancia de una manera especial, con una sensibilidad determinada, viene de lejos… Ya muestras las sombra de Dickens por un lado… ¿Has visto El ídolo caído de Carol Reed?

    Beso
    Hildy

  5. ¡Qué casualidad, Hildy! Precisamente estuve viendo esta película antes de ayer por la noche, con la intención de darle entrada en breve en DICCINEARIO. Era la segunda vez que la veía y volvió a estremecerme tanto por su particular atmósfera como por su aterradora propuesta argumental. Una película realmente curiosa, no cabe duda. Besos.

  6. ¡Me encantan estas casualidades, querido Antonio! Y esta película no puede faltar en tu Diccineario… ¿qué palabra la acompañará? Próximamente lo sabré.
    Sí, tienes razón, estremece. Y una de las cosas más conseguidas de la película, como señalas, es su atmósfera.

    Beso
    Hildy

  7. En cierto modo, una prolongación de alguno de los temas que aparecían en «THE INNOCENTS». En un universo sofocante y viciado que los aisla del exterior, los niños vuelven a ser las víctimas inconscientes de una educación estricta y represiva que ellos, como espejos deformantes, reproducen, dislocada, en su agobiante microcosmos.
    Esta vez, sin alcanzar las cotas de perfección de la obra anteriormente mencionada, Clayton consiguió aquí un brillante y riguroso ejercicio, especialmente perturbador en su primera parte.
    Un abrazo.

  8. Sí, querido, querido Teo, tienes razón es una película perturbadora, y creo que lo es a lo largo de prácticamente todo su metraje. Inquieta su visionado. Aunque es cierto que Suspense es una de las grandes obras de Clayton. No es una mala sesión doble: Suspense y a A las nueve cada noche… Ufff, qué mal rollo… pero que dos películas brillantes. Y es que captan un universo infantil inquietante. Una mirada especial.

    Beso
    Hildy

  9. No he visto la de Reed pero la apunto, que creo que ni siquiera la tengo por ahí guardada. No sé si la ascendencia dickensiana, en plan Oliver Twist y similares, tiene algo que ver en esta mirad tan desengañada.

  10. Es una excelente película muy perturbadora y con grandes actuaciones.Además de Bogarde,recordar que la hermana medium es interpretada por la estupenda Pamela Frnklin,la alumna rebelde de la Miss Jean Brodie.
    Curiosamente la escena que más recuerdo es esa en que individuo de aspecto siniestro vestido de cuero negro,con un casco que oculta su rostro y montado en una moto gigantesca, toma a una de las hermanitas en sus brazos….y le da un paseíto alrededor de la manzana y la deja donde estaba.
    Una escena de antología.

  11. Pues sí, Iván, tienes razón es una película perturbadora y es cierto cómo los niños son grandes actores en esta película. Sí, entre los niños hay rostros conocidos como dices tanto Pamela Franklin como Mark Lester el niño actor de Oliver.

    Y sí el mundo adulto es siniestro. Todos los personajes adultos tienen una cara oscura y sombría ante la mirada infantil… como ocurre con la secuencia escalofriante que recuerdas. No pasa aparentemente nada… pero la mirada sobre ese momento es perturbadora.

    Beso
    Hildy

  12. Hay en esta cinta otras caras conocidas por lo menos para la cultura pop.
    La «cuidadora desagradable»que mencionas es Yootha Joyce muy conocida para mi generación como Mildred Roper de la serie Un hombre en la casa (o Tres son multitud en la versión americana)
    Una de las prostitutas que Bogarde lleva a la casa es Edina Ronay protagonista de ese placer culpable de mi adolescencia,MUJERES PREHISTÓRICAS,y que dejó la actuación para ser una conocida diseñadora de modas
    Son datos triviales pero que evocan una época entrañable

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.