1.- Feliz descubrimiento: Ana Mariscal, directora
Y sigo agradeciendo los descubrimientos que me está permitiendo Historia de nuestro cine. Llevaba años detrás de poder ver alguna película de la actriz Ana Mariscal como directora y el otro día me senté frente al televisor para disfrutar de Segundo López, aventurero urbano. Y bien empleado está el verbo disfrutar. La directora presenta un Madrid de los 50 que no se solía mostrar en años de dictadura (la imagen que se quería transmitir era una muy diferente… pero el cine no callaba, a pesar de los pesares). Sus protagonistas viven en el margen (como se mostraba en otras películas de esos años como la maravillosa Mi tío Jacinto de Ladislao Vajda o Surcos de José Antonio Nieves Conde). Así entre la melancolía, unas gotas de sonrisa y espolvoreado con un toque poético, Mariscal nos cuenta las andanzas de un hombre humilde, sin grandes ambiciones, y con afición al alcohol de Cáceres, que con el dinero de una herencia se marcha a Madrid. Allí se aventura por las calles del Madrid oculto y va siempre en compañía de su “secretario”, un niño de la calle, Chirri. Los dos viven en una habitación (y más tarde en la calle)… y su vecina de cuarto, es una joven enferma, desencantada de la vida, que reposa en la cama haciendo flores de papel y acompañada siempre de un pequeño gato. Si bien se pueden apreciar huellas del neorrealismo italiano, también Mariscal empapa su narración de peculiaridades de la tradición literaria española (no falta la picaresca, aires quijotescos, oficios de supervivencia del Madrid de posguerra, ambientes reconocibles…) y también puede verse una huella chaplinesca en sus personajes, ese Segundo y Chirri, dos sin hogar paseando de espaldas, y con mucha dignidad, con sus chisteras…
2.- Gene Saks, momentos de la comedia americana de los sesenta
Y en la comedia americana de los sesenta hubo un director que dejó su huella sobre todo en tres comedias: Descalzos por el parque, La extraña pareja y Flor de cactus. Las dos primeras surgen de su colaboración con el dramaturgo Neil Simon (que fue el guionista y adaptó sus propias obras de teatro) y la tercera adapta otra obra de teatro de éxito pero del dramaturgo Abe Burrows (que a su vez adaptaba una obra francesa), Flor de cactus. Gene Saks las lleva a la pantalla y consigue tres buenas comedias que se sustentan en las buenas interpretaciones de actores de la vieja escuela cinematográfica y en las nuevas caras que estaban triunfando en esa década. Por otra parte refleja muy bien unos años sesenta que son años de cambio en las relaciones humanas y de pareja. A pesar de las risas, el buen uso del color y unas buenas ambientaciones (los hogares y espacios cerrados son los grandes protagonistas —herencia de sus orígenes teatrales), subyace una cierta melancolía en las tres. Las primeras dificultades de convivencia entre un joven matrimonio (Robert Redford y Jane Fonda) que se encuentra en su camino entre otras cosas con la filosofía de vida de su veterano vecino (Charles Boyer) y el agobio de la madre de la joven (Mildred Natwick). Las vicisitudes entre dos amigos que por circunstancias de la vida (ambos están divorciados)… tienen que convivir juntos. Uno es neurótico, obsesivo del orden y la limpieza y con depresión (Jack Lemmon) y el otro es un loco de la vida, un desastre en el hogar y un ligón empedernido (Walter Matthau). Hay momentos fundamentales como las reuniones con sus amigos para la partida de póquer o el encuentro con las hermanas “periquito” (maravillosos secundarios). Y por último las mentiras de un dentista (de nuevo, Matthau) para no comprometerse con su joven novia (Goldie Hawn) le hace ir conociendo más a su madura ayudante en la clínica (Ingrid Bergman)… son los argumentos de tres comedias para pasar una tarde de lluvia.
3.- Frankie and Johnny, comedia romántica con claro de luna
Hay películas que no puedo evitar, siempre que las echan en televisión, quedarme como una boba viéndolas de principio a fin. Una de ellas es Frankie and Johnny, que es también una adaptación de una obra de teatro de éxito. Me enternece ese relato sobre soledades y segundas oportunidades. Me seduce su pareja principal (una triste pero tierna Michelle Pfeiffer y un histriónico en su punto y encantador, Al Pacino) y me chiflan sus personajes secundarios (ay, esos compañeros de trabajo en el restaurante). Siempre me emociona la secuencia final con ese Claro de Luna y ese cepillado de dientes compartido. O me encanta esa rosa hecha con una patata, un tenedor y un puerro… y esa visita al mercado de las flores. Quizá sería la única película con la que me quedaría de Marshall (reconociendo que también me quedo viendo siempre su Pretty Woman). Como me gusta buscar puntos de contacto cinematográficos, ahí va uno… Marshall fue uno de los directores de la serie de televisión La extraña pareja durante los años setenta, que aprovechó el éxito y el tirón de la obra y la película.
4.-Alien, el octavo pasajero
Me enfrenté a la atmósfera oscura de la película de Ridley Scott. Esta es una de mis confesiones cinematográficas y lagunas: Alien es una saga que nunca he visionado. De la de Scott solo había visto momentos, y por supuesto leído mil cosas sobre ella. Y he de decir que me gustó bastante. Ese monstruo-alienígena (siempre amenazante) que poco a poco se va cargando a todos los tripulantes del Nostromo, menos a Ellen Ripley. Me sedujo la propia nave y toda la atmósfera oscura y asfixiante de la película. También las relaciones entre el grupo protagonista, nada fáciles, llenas de obstáculos y rencillas entre ellos, aunque también de momentos de complicidad y camaradería. Me fijé y me inquieté con Ash (Ian Holm), el científico, y su secreto final. Me pareció genial el proceso de nacimiento de la criatura del estómago del pobre John Hurt (una escena por otra parte mil veces parodiada y que sí había visto muchas veces, pero realmente angustiosa en el contexto de la película) y cómo la tensión va en crescendo a lo largo de todo el metraje o la lucha por la supervivencia tan arraigada en Ripley. Visualmente oculta momentos brillantes como la aparición final y mesiánica, en plan hombre sufriente, del personaje de Tom Skerritt. Tampoco se me escapa el personaje secundario de Harry Dean Stanton…, actor al que aprecio y que encarna como nadie al hombre perdedor (como demostraría también seis años más tarde en la delicada París-Texas)…
5.-El expreso de medianoche, gritos en la oscuridad
Se podría contar una historia del cine muy especial a través de los gatos…, así de pronto en estas píldoras hay varios gatos presentes: en la película de Ana Mariscal, en Alien o en esta película de Alan Parker. No estaría mal una historia del cine felina, proporcionaría escenas increíbles. Y por supuesto en El expreso de medianoche sale el gato adoptado por el personaje de John Hurt, con un final muy cruel. Confieso que no es de las películas de Alan Parker que más me han llegado, aunque sí le reconozco buenos e impactantes momentos. Por otra parte, y ya causó polémica en su momento, realiza una visión en exceso maniquea de la historia, Turquía y los turcos salen bastante mal parados (todo los personajes turcos son excesivamente negativos y desagradables). Sí, me parece buena, sin embargo, la representación de bajada a los infiernos, degradación física, psicológica y visita extrema a la locura del personaje protagonista (un joven Brad Davis). También me llamó la atención el tratamiento y la representación de la relación homosexual del protagonista en la prisión turca, es como el único momento tranquilo, sereno, un paréntesis de la película que se va hundiendo en el horror en cada instante, sin respiro.
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Querida Hildy, de estas sólo he visto La extraña pareja y Frankie y Johnny y esta última es la que tengo más presente porque, como vos, la he visto varias veces por televión (rara vez completa, siempre de a pedazos). Nunca la tuve entre mis preferidas pero pensando ahora en ella recuerdo muchas cosas buenas, como esos retratos de anti héroes en busca de redención y esa bellísima secuencia final en donde el amanecer y el Claro de luna anuncian un nuevo comienzo (del cual forma parte la secreta satisfacción de Frankie al ver el placard vacío de su vecina de enfrente).-
Un beso gigante desde la recta final de mi viaje, Bet.-
¡Qué bueno Bet saber de ti! Espero que estés disfrutando muchísimo de tu viaje y llegues cargada de películas y buenos recuerdos.
Sí, tengo un cariño especial por Frankie y Johnny y esos personajes secundarios que llenan la vida de los dos solitarios protagonistas y la verdad es que de La extraña pareja… adoro a ese grupo de amigos con los que juegan al póquer, cada uno de ellos se merece una película.
Beso
Hildy
«Frankie and Johnny» la vi en el momento de su estreno y me gustó muchísimo. No he vuelto a verla, entre otras razones por temor a que se desvaneciera aquel grato recuerdo. Ahora que me la has recordado podría ser el momento de reencontrarme con ella. Imagino, Hildy, que tú también has tenido esa misma sensación con alguna otra película; ese temor a enfrentarte a ella después de mucho tiempo porque crees que ahora ya no será lo mismo. Besos.
Claro que me ocurre, querido Antonio, películas que me dejaron tan buen sabor de boca y un recuerdo tan entrañable que temo desaparezca con un nuevo visionado. Cuando no he podido aguantar la tentación, algunas me han seguido gustando y otras he comprobado que fue el momento en que las vi el que las convirtió en especiales.
Un beso
Hildy
Todas tienen su puntillo, sí, mi querida Hildy. A mí, obviamente, la que más me cuesta es Frankie & Johnny. Me cuestan mucho los amores de diseño para el americano medio bienintencionado en la Arcadia feliz del dólar. Aunque tal vez el acierto del género es ahorrarnos el desgaste de la convivencia de los personajes. Saber dejar de contar a tiempo…
Besos
Exacto, todas tienen un punto que hace especial su visionado. Ya sabía yo, mi querido Alfredo, que tus cejas se elevarían ante Frankie and Johnny… pero creo que es una comedia romántica menos de diseño que otras del propio mismo director… e intuyo que no te desagrada tanto como otras.
Beso
Hildy
Intuyes bien, je,je,je…
Más besos