Descubrir ciertas películas, se convierte en un hallazgo sorprendente. Y en Hollywood, en el sistema de estudios, había un montón de directores-artesanos que esconden entre sus extensas filmografías, películas que son diamantes. Uno de ellos es Donde habita el peligro de John Farrow. Película de serie B (es decir, con un presupuesto menor que otras producciones del estudio, en este caso RKO) que es una muestra de buen cine negro. Y una oportunidad para valorar a Robert Mitchum como un héroe trágico del género. Muchos de los ingredientes del cine negro se vislumbran en cada uno de sus fotogramas: femme fatale, destino y fatalidad, ambigüedad moral y atmósfera enrarecida. Además cuenta con los ingredientes también de una road movie, un amor fou y una frontera (como muchas veces ocurre… el sitio al que llegar es México) como símbolo de otra vida que nunca llega.
John Farrow conocía los mecanismos del cine negro y en su obra hay varios títulos como Mil ojos tiene la noche, El reloj asesino o la película que nos ocupa. En este caso cuenta además con un reparto tanto de actores principales como secundarios que siempre aportan algo a la historia (y la hacen avanzar). La característica más brillante y más conseguida por Farrow es cómo va cambiando la atmósfera de la película que se va convirtiendo en confusa, nebulosa, agobiante y oscura casi de pesadilla, donde los protagonistas se cruzan con personajes ambiguos y lugares extraños… Y esto tiene su explicación porque Donde habita el peligro toma el punto de vista del doctor Jeff Cameron (un no solo carismático Robert Mitchum sino también buen actor) y en un momento dado, en la segunda parte del film, vemos todo a través de su mirada especial, una mirada enturbiada por una conmoción cerebral debida a unos fuertes golpes que recibe en la cabeza.
Otra peculiaridad de la película es su femme fatale con el rostro de la morena Faith Domergue (una actriz a la que Howard Hughes intentó promocionar así como lanzar su carrera y que fue pareja del millonario a principios de los años cuarenta). Una femme fatale a su pesar, una joven bella y millonaria pero aquejada de desequilibrios emocionales y una frágil salud mental. Al principio a los ojos de Jeff y del espectador es una misteriosa y solitaria dama, después el doctor cree descubrir —ya cegado de amor— porque es una mujer desgraciada y atormentada (y aquí sucede el clímax de la película y lo que les convierte en una pareja de fugitivos…, empieza la road movie) y, por último, cuando más aturdido está va descubriendo (con su mente hundida en una nebulosa permanente y un fuerte estado de conmoción que le va haciendo perder poco a poco facultades mentales y físicas) a una mujer fría, calculadora, manipuladora para finalmente mirarla como una mujer enferma.
Si se realizara una programación doble, Donde habita el peligro sería un precedente de la maravillosa e impactante obra de Otto Preminger, Cara de ángel, que se rodaría dos años más tarde y con el mismo actor protagonista Robert Mitchum (curiosamente también con una profesión relacionada con un hospital, en esa película es un enfermero de urgencias). Un precedente en cuanto a la presentación de la femme fatale… en forma de mujer con un claro desequilibrio mental.
También destacar la presencia de Claude Rains (uno de los secundarios de oro de Hollywood) en un papel breve pero importantísimo para la trama y el transcurso de la historia. O el rostro angelical de Margaret O’Sullivan (esposa del director, y ambos padres de Mia Farrow) en otro breve papel y prácticamente único personaje positivo de la película. La galería de personajes con los que se encuentran los protagonistas en su huida para llegar a la frontera muestran una América profunda y ambigua moralmente, una América oscura y negra (otro de los aciertos de esta película)… El doctor Jeff Cameron va hundiéndose irremediablemente en la fatalidad, sin posibilidad de dar marcha atrás, afectado además por una pérdida de claridad mental debido a su conmoción.
Donde habita el peligro de John Farrow es un diamante de cine negro que merece la pena recuperar del olvido.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
¡Ay Hildy! no me va a alcanzar la vida para ver todas las pelis que recomendás y que voy anotando…
En otro orden de cosas ¿viste «Big eyes» de Tim Burton? Yo no soy muy amiga de Burton, pero vi el cartel en el video club y me tenté, Christoph Waltz siempre me gusta. Creo que esta semana voy a alquilarla y después te cuento.
Un beso grande, Bet.-
Mi querida Bet, yo sí era amiga de Burton pero desde Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet no he vuelto a acercarme a él. Es más creo que me daría pena que me decepcionase. Sin embargo, como a ti me llamó la atención Big eyes y la historia que cuenta… así que como tú también caeré en sus redes. Me interesará un montón que me cuentes.
Y de verdad que Donde habita el peligro es un buen descubrimiento.
Besos
Hildy
Buena película, en efecto, y coincido en sus paralelismos con «Cara de ángel». De hecho, la confusión entre ambos papeles de Mitchum me ha llevado más de una vez a mezclar momentos de una y otra. Farrow también hizo «Hondo», western en 3-D con John Wayne, que parte de una célebre novela del Oeste.
Yo creo que esta película es sobre todo Mitchum. Ponía una sola cara, pero cuántas cosas decía con ella…
Más besos
Ay, sí. querido Alfredo, me ha gustado mucho… y qué buena sesión doble junto a Cara de ángel. Mitchum me gusta mucho en esta película…, a su cara se añade el lenguaje de su cuerpo… y es creíble totalmente como víctima de una conmoción cerebral. Sí, me gusta mucho ese western de Farrow. Y es curioso pero lo que más se me quedó fue la triste historia del perro del personaje de Wayne…
Beso
Hildy
Añadir a Robert Mitchum lo de «buen actor» es un epíteto totalmente innecesario, ja, ja, va implícito en leer el nombre. Llevo un rato dándole vueltas al título y a lo que tan bien has contado, y estoy en que ya la he visto, pero… No sé.
Saludos.
Querido Licantropunk, pues tienes razón. Yo también soy del club de fan de Robert Mitchum. Me encanta y aquí está maravilloso. La hayas visto o no… ¡merece la pena volverse a ver de nuevo!
Besos
Hildy
¡Hola Hildy! Anoche vi «Big Eyes». No quiero contarte demasiado para no arruinar tu experiencia, pero dejame decirte que me pareció que está bien filmada, tiene buen ritmo, pero no es una película de Tim Burton. Además me pareció muy previsible, ya te ves venir el final desde que empieza aunque eso tal vez no sea culpa de los realizadores, está basada en una historia real y supongo que debieron respetar ciertos episodios aún cuando anticiparan el final…
Por otro lado, si bien me sigue encantando Christoph Waltz (aquí está muy bien, sobre todo en el último acto de la película, que transcurre en un tribunal) empiezo a preguntarme si alguna vez podrá sacarse de encima al Coronel Landa de «Bastardos sin gloria». Ese personaje fue tan fuerte que creo ver rastros de él en cada nuevo rol y es una lástima…
Espero que pronto puedas verla y me cuentes qué te pareció. Un beso grande, Bet.-
¡¡¡En cuanto la vea te cuento, mi querida Bet, pero creo que voy a acercarme bastante a lo que piensas!!!
Un beso enorme
Hildy
A mi si que ya casi seguro que no me va a alcanzar la vida para ver tantas pelis como nos propones, insinuas, comentas, mencionas, metes el gusanillo de verla ya, evocas tan bien que te irías en ese momento a verla o a alquilarla… en fin, que la que ahora nos cuentas también ha sido visto en el silencio de estas noches de verano y me he vuelto a enamorar de Robert Mitchum como cuando era una jovencita…He sufrido con él y por él porque nunca me dio buena espina la joven complicada…pero no me escuchaba y menos mal que al final todo acaba bien.
Ay, Robert Mitchum, qué grande es y qué personajes más maravillosos. En esta película es curioso te pones de su parte desde el principio… pero él está engañando sin mala conciencia a su compañera de vida…, lo que pasa que se fija en una dama muy compleja… y muy pero que muy inestable.
Besos
Hildy