Sophie (Emma Stone) percibe “impresiones mentales” que le hacen adivinar los secretos ocultos del alma de toda persona que se relaciona con ella. En ella, en esa joven, está el misterio, lo inexplicable de la vida, y lo demuestra en sus sesiones de espiritismo en las que logra conectarse con el más allá. Así Woody Allen vuelca también sus “impresiones mentales” en su última película Magia a la luz de la luna y bajo una aparente y sencilla comedia de amor, emulando a las screwball comedies y la guerra de sexos, filosofa sobre los grandes temas que le han preocupado siempre a lo largo de su filmografía.
Así Woody Allen vuelve a hacer un viaje al pasado, a los locos años 20, a Europa (ya lo hizo hace relativamente poco en Midnight in Paris) y nos presenta a un mago racional y pesimista, ególatra y narcisista (elegante Colin Firth)… que trata de desenmascarar a una joven médium y a su madre que están, en teoría, engañando y desplumando a una millonaria familia. El encargo viene de otro mago, mejor y único amigo del protagonista y amigo a su vez de la supuesta familia estafada. Así que Stanley, que así se llama nuestro escéptico mago, se ve enredado en la mirada y la sonrisa de Sophie. De pronto, ella con su misterio y como portadora de lo inexplicable da un sentido a la vida, una explicación posible a la nada, una esperanza… Y el escéptico se siente vencido y arrebatado. De pronto descubre que quizá no todo es tan lógico y a la vez tan sin sentido, y que tal vez haya más magia de la que imagina.
La presencia de la magia o del espiritismo no es nuevo en la filmografía de Woody Allen. Es como si el director tratara de que sus personajes lograran una cierta tranquilidad en su relación con lo inexplicable, alimentando esperanzas. Como si lo racional y lo lógico no hiciera feliz a sus personajes y sí dejarse llevar por lo misterioso, por lo que el ser humano no puede explicar pero siente que está ahí, por esas “impresiones mentales” que emanan por el aire. Así Allen se ha dejado llevar por la magia y el espiritismo o incluso por los viajes en el tiempo en La maldición del escorpión de sangre, Scoop o Conocerás al hombre de tus sueños… Personajes que encuentran un motivo para vivir e ilusionarse.
Así Allen crea un inteligente debate sobre la razón y lo espiritual bajo una aparente sencillez (y parece que este debate está últimamente en varias películas en cartelera pero en forma de ciencia ficción). Y esa sencillez hace que nos metamos de lleno, tanto en la descripción de los personajes como en los acontecimientos que transcurren, en una elegante screwball comedy con guerra de sexos de fondo. En Sophie y Stanley hay ecos de grandes comedias clásicas dirigidas y escritas por Preston Sturges o dirigidas por Mitchell Leisen o Howard Hawks. Sophie es el elemento discordante, que viene de otro lugar y de otra clase social, a poner patas arriba el mundo de unos excéntricos millonarios. Y sobre todo a desmoronar la ordenada y construida vida de Stanley, mago de éxito (pero como una profesión cualquiera que tiene su fruto por el arduo trabajo) y a punto de casarse con la mujer más perfecta y racional que existe. Sophie siembra un delicioso caos, como buena heroína de un screwball. No puede faltar la alegría chispeante de una canción de Cole Porter ni el disparate siempre presente en este tipo de comedias con personajes tan especiales como un joven millonario que canta fatal con un ukelele a su amada, y nunca se agota, o su madre que es feliz al poder hablar desde el más allá con su señor marido y preguntarle si alguna vez le fue infiel… O una tía encantadora, excéntrica y solitaria que conoce como nadie a su en el fondo triste sobrino…
Todo regado con un romanticismo elegante donde no falta la tormenta que obliga a Stanley y a Sophie a ocultarse en un observatorio. En un momento dado, pueden ver el cielo estrellado. Stanley le ha explicado a Sophie que esta visión le parecía amenazadora cuando era un niño. Como si el Universo le aplastara y fuera evidente su insignificancia y lo incomprensible del mundo. Sophie mira ese cielo y le pregunta que si realmente le parece amenazador, que si no lo ve simplemente romántico… ¿Hay forma más sencilla e inteligente de reflejar la magia a la luz de la luna? ¿Hay forma más sencilla e inteligente de mostrar la convivencia entre lo racional y lo espiritual?
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Supongo que no tardaré en ir a ver la lección anual de cine del maestro Woody Allen y ojalá vuelva a salir del cine con el deseo de que esa no sea su última clase. Leyéndote no me queda menos que pensar que será así.
Saludos.
… no va a ser su última clase, querido Licantropunk, y esta película consigue algo importante: tiene magia…
Besos
Hildy
Maravillosa, una delicia de film (por cierto, «escorpión de jade»… No te pases de trágica…).
Todo lo que cuentas está ahí, esos referentes magníficos, ese aire al cine de otro tiempo, esa ligereza aparente cargada de significados y sensaciones, silencios y miradas de lo más expresivos. Y qué grande Firth, y qué bueno su personaje de tipo estirado y odioso… Si te soy sincero, a mitad de metraje me vi venir de qué iba la cosa. Pero… ¿y qué? Allen consigue que eso dé igual, porque esta historieta de amor suave y precisa como un reloj suizo no es más que un pretexto para la gran cuestión (en plan el debate de «La herencia del viento» pero sin tintes religiosos): necesitamos engañarnos para seguir adelante, tener ilusiones, esperanzas, espejismos. Y Allen, una vez más, disecciona magistralmente cómo y por qué los creamos, tanto de manera individual como colectiva. Me dieron ganas de levantarme a aplaudir, pero me dio corte…
Besos lunáticos…
Ja, ja, ja… La maldición del escorpión de sangre… Dios, sí que me he puesto trágica… Sí, me encanta Firth y los matices de su personaje… y todo con una elegancia muy atractiva. No es de extrañar que Sophie descubra bajo su aspereza, al hombre asustado y aplastado por el Universo y la dificultad de encontrar sentido a la vida. Pero todo es más fácil de lo que él imagina, basta con refugiarse en una sonrisa determinada…
Besos
Hildy
La vi ayer y me pareció genial. Al poco de empezar la película ya estaba metida en la historia, el ambiente, los personajes… para una escéptica como yo, tan parecida al pedante y gruñón Firth pero sin tanto pesimismo, reconozco que también me dieron ganas de aplaudir al final. Y viva la ilusión si viene de la mano de Allen… sin duda.
El personaje de Firth me recordó mucho a Houdiny, un tipo que siempre me ha parecido fascinante. Él fue mago y escapista y como el mago de Allen, también se dedicó a desenmascarar espiritistas y mediums, embaucadores muy frecuentes en aquella época… y que le ponían de los nervios. Leí algunos articulos escritos por él y se puede decir que fue tan arrogante y ególatra como Stanley, ufff, qué señor!
En fin, una delicia de película que hace honor a la magia del cine. Y en la que yo resaltaría también su aroma a cine clásico.
Besosss
(Claro que tengo blog, se llama desnortado norte y puedes pasar cuando gustes. No esperes gran cosa que no sean delirios, eso sí, jeje)
Una delicia…te envuelve como la mágica luz de la luna y pasas un rato encantador…porque el cine bien hecho, hecho con inteligencia y amor a partes iguales, y con actores que hacen creíbles sus personajes, como sucede en las películas de Woody Allen, son un disfrute…Es verdad que daban gas de aplaudir al final…Y me fijé en la cara de la gente que salía del cine (completamente lleno) y todos iban sonriendo…¡¡Gracias Woody!!
Pero ¡bueno, querida Marga, desnortado norte, me encanta el título del blog! Y claro que sí voy a pasarme…
Sí, Magia a la luz de la luna es de esas películas que sales un poquillo más crédula, intentando buscar, si se puede, la magia de la vida. Una magia que puede encontrarse en ciertos momentos.
El personaje de Stanley (ay, Colin Firth) se mete a todos en el bolsillo pero también los ojos y la sonrisa que le descolocan, esa médium que responde al nombre de Sophie.
Allen trata de encontrar el sentido de la vida… y señores y señoras, da respuestas. Así crea una screwball comedy, una comedia de la vida. Recuerdo como en una de las escenas que más me gustan de Hannah y sus hermanas, el personaje de Woody Allen ha perdido la fe en la vida porque no le encuentra sentido y además cree que está muy enfermo y cercano a la muerte, consigue que se le pase la angustia cuando entra a una sala de cine y se divierte con una película de los hermanos Marx…
Y ahora es el propio Allen el que consigue que te metas en una película y encuentres una explicación para seguir adelante…
Sí, es una delicia.
Por cierto, super interesante lo de Houdini.
Besos
Hildy
Inteligencia y amor, cóctel explosivo que define perfectamente Magia a la luz de la luna, querida María.
¡Qué ganas teníamos todos de aplaudir! ¡Pues aplaudamos!
Besos mágicos
Hildy
Bueno, bueno…..vaya expectativas ya que aun no la he visto…screwball, ironía, magia, romance, atracción entre opuestos….veo que esta genera más simpatías que la anterior. Leyendo veo que el listón está muy alto…. y que todo el mundo se lo ha pasado en grande. Ya era hora…parece mentira que sean tan escasas las pepitas de oro y que tengan que venir los de siempre a salvar el año. Un abrazo
… sí, es una película para disfrutar. De esas como yo llamo películas-medicina que te inyectan un chute de optimismo inteligente. Mientras quede un momento agradable que pasar, una sonrisa que mirar, un paseo agradable que hacer o una conversación interesante que escuchar…, puede que quizá quede un poco de magia a nuestro alrededor.
Buena películas para disfrutar en los últimos días que quedan del año 2014…
Besos
Hildy
Hola Hildy, ¿cómo estás? Veo que no paras y eso es bueno. Claro que sí. A diferencia de todo el mundo puedo decir que esta película me ha aburrido un poco, la verdad, esperaba algo más. Quizá le falta esos giros ingeniosos del geniecillo con gafas de pasta, porque la verdad el tema da para eso: una vidente falsa y un descreído a lo Oscar Wilde pero mago de verdad. Los actores están estupendo, todos, pero Emma Stone la encuentro muy sosa. En fin. No me lo pasé mal del todo, ni mucho menos, pero le falta el toque Woody que no tiene.
Saco de mi chistera unas cuántas palomas al mismo tiempo te te guiño un ojo y te lanzo un beso.
Oh, mi querido Francisco… te aburrió y la magia se escapó… Ja, ja, ja… ¿No tiene encanto Emma Stone? Allen ha pillado uno de sus puntos fuertes: la mirada. Y ¿no te parece que tiene una buenísima voz? Yo me quedé contenta este año con el ritual Allen. Me quedé en la pantalla, cual protagonista de la Rosa Púrpura del Cairo, con Colin y Emma. Y con la tía. Hubo un momento que estuve a punto de arrancarle el ukelele a uno que yo me sé… pero luego me corté un rato.
Besos bajo un cielo estrellado
Hildy
Esta película es la prueba evidente de que soy raro y me hago terriblemente viejo, pues a un servidor le parece una pieza maestra, de altisima precisión y diálogos sobrelientes, que desde su aparente levedad nos habla como pocos sobre los misterios de la vida (pero que henchido y pedante me resulta Berman); cuando a toda la crítica le parece una película menor. Lo dicho, ya no sé de cine y mis gustos son tan rancios como superficiales. Mientras tanto, Tarantino, Nolan o Mallick, cada uno a su estilo, son los dioses cinematográficos. Un gran beso.
Querido Altaica, qué alegría leerte. Estoy de acuerdo sobre lo que piensas de esta película. A mí, como digo en el texto, me parece muy buena y que bajo el género screwball comedy desarrolla temas trascendentales sobre lo racional y lo espiritual. Yo, la verdad, la disfruté muchísimo. ¡Viva la rareza y el hacernos cada vez más mayores… porque estamos vivos!
Beso
Hildy
Siempre me he preguntado sobre muestras edades, y tú?
Jajaja, yo también. Te quito un poco de misterio en mi caso. Yo estoy en la década de los 40…
Beso
Hildy
Esto es como en la radio y el misterio de ver comprobar quien se esconde tras ciertas voces. En este caso se permuta la voz por la escritura. Puede que aún más enigmática cuestión. En mi caso tengo la misma edad que Woody Allen, tan solo que unos 30 menos. Un gran abrazo.