Estas dos comedias románticas no sólo reflexionan sobre este género a la hora de desarrollar sus historias sino que además comparten a una de sus actrices: Julianne Moore. Las dos películas son conscientes de su condición de comedia romántica (y ambas realizan el rizo de hablar sobre cine en el cine y cómo este arte afecta a nuestras vidas y forma de relacionarnos) y además aunque no sean redondas se convierten en obras con un halo especial y extraño que las hace únicas y frescas. De ambas surgen cuestiones sobre los caminos que recorre dicho género. Y las dos saben a lo que están jugando. No proponen una nueva formulación o un paso más innovador, sino que reflexionan sobre el propio género (a este dúo sumaría Con derecho a roce pero me parece la propuesta más floja de las tres… aunque tiene esa cualidad de frescura y reflexión).
Crazy, stupid, love (Crazy, stupid, love, 2011) de Glenn Ficarra y John Requa
Cine dentro del cine o influencia de dicho género en la propia narrativa de la película. En la escena romántica entre los personajes de Ryan Gosling (un conquistador musculitos de una chica para cada noche) y Emma Stone (chica seria e inteligente que enamora al musculitos), ésta le pregunta que qué hace antes de llevarse a su conquista femenina a la cama. El personaje de Ryan Gosling le dice que emplea una fórmula que jamás le falla. Y es decirle a sus conquistas que es capaz de realizar el paso de baile de Dirty Dancing. Les reta a que prueben el salto y que él logrará sostenerlas… y después directos a la cama. Obviamente terminan ensayando el salto… pero precisamente lo romántico en esta escena es el grado de confianza que alcanzan los dos personajes que en un principio iban simplemente a pasar una noche de sexo (uno por costumbre, y la otra por despecho) y al final se quedan toda la noche dale que te pego a golpe de charla y risas. Cine dentro del cine y además comedia romántica al cien por cien…
Llevaba tiempo detrás de esta película, pues ambos directores ya me llamaron la atención con otra propuesta cinematográfica imperfecta pero distinta que no me dejó indiferente y me desconcertó bastante, Phillip Morris, ¡te quiero! (otra comedia romántica-onírica-dramática sobre una pareja de homosexuales que se enamoran en la cárcel)… Con Crazy, stupid, love disfruté de una comedia romántica que trata de romper con los estereotipos del género para finalmente construir una comedia romántica… parece un rompecabezas absurdo pero funciona (lo mismo pasa con Don Jon). Y la premisa de la que parte es que tanto los espectadores que ven la película como los propios personajes son consumidores de comedia romántica (y ésta influye en sus vidas y en sus relaciones personales… más bien en sus ensoñaciones personales). Y jugando con esta premisa y rompiendo los estereotipos… finalmente se construye una película de género. Así se forma una especie de bucle cinéfilo… la comedia romántica tiene unos códigos y se puede jugar a romperlos pero lo que tiene que resultar al final es una película con los ingredientes del género… Los personajes tratan de huir de los estereotipos pero finalmente viven una comedia romántica. Estas dos películas rompen y reconstruyen a la vez… y el resultado funciona.
La película empieza por donde ninguna comedia romántica lo hace (y no me estoy refiriendo a Dos en la carretera u otras comedias clásicas sino al género de comedia romántica como se conoce ahora y que indagamos sus orígenes a partir de Cuando Harry se encontró a Sally…). Se muestra un local pero sólo vemos los pies bajo las mesas… que se interrelacionan y comunican. Hasta que llegamos a una mesa con unas playeras y unos tacones distanciados, sin comunicación… después nos ponen los rostros a los que pertenecen dichos pies. Un matrimonio formado por Steve Carell y Julianne Moore. Ésta le comunica, en un momento cómico y brusco, que quiere el divorcio… Y el título de la película hace su aparición.
Crazy, stupid, love resulta porque no esconde lo que es pero a la vez es como si quisiera romper los códigos del género al que pertenece y demostrara que no es posible porque lo que quiere contar es una historia de amor con gotas de humor. Así a través de tres generaciones distintas construye lo que sabemos desde el principio, una comedia romántica de la que terminamos disfrutando sin complejos (y por unas buenas interpretaciones de actores con química y buenos momentos tanto humorísticos como románticos). El matrimonio maduro a punto de romperse por la monotonía donde muestra la vida del uno sin el otro y cómo encaran la ruptura de muy diferentes maneras… para darse cuenta (de algo que ya sabíamos) que terminarán juntos de nuevo (con la aparición estelar de un personaje secundario genial con el rostro de Marisa Tomei). Después la historia de dos jóvenes con distintas concepciones del amor (el don juan musculitos y la tía seria que busca el hombre ideal) que terminarán en el mismo barco (Ryan Gosling y Emma Stone) y por último el amor adolescente, platónico y no correspondido: el que siente el hijo del matrimonio, de 13 años, por su joven canguro, de 17.
Don Jon (Don Jon, 2013) de Joseph Gordon-Levitt
El debut de Joseph Gordon-Levitt propone una película aparentemente superficial con una pareja de lo menos romántico: un musculitos adicto a la pornografía, católico hasta la médula, que sólo le interesa su coche, su familia, sus amigos, su gimnasio, una limpieza meticulosa y sus salidas nocturnas… y una choni adicta a las comedias románticas que busca ser una princesa con el príncipe azul perfecto según su cabeza. Y he de decir que Joseph Gordon-Levitt y Scarlett Johansson están perfectos en sus roles. Así oímos la voz del protagonista que explica por qué es mejor el porno que una relación sexual real y por qué merece más la pena que una comedia romántica… mientras su choni pierde el norte ante una de esas películas y se esmera por cambiar a su novio al tipo de príncipe que busca. Mientras ninguno de los dos consigue comunicarse, los dos tratan de presentarse como una pareja ideal y maravillosa ante los demás.
Y tras estos personajes superficiales surge su incomunicación, insatisfacción, miedo y vacío. La comedia esconde un drama. Y aparece así el tercer personaje en cuestión… la mujer con rostro de Julianne Moore que se acerca a musculitos en unas clases nocturnas (impuestas por la choni para que su príncipe encuentre un trabajo mejor y con futuro). Y en ese personaje surge lo que Joseph Gordon-Levitt nos quiere contar (y lo que a muchos espectadores les ha decepcionado… a mí me parece un giro brillante): desmonta una comedia romántica con una historia de amor imposible (y más bien trágica) para finalmente reconstruir ante nuestra mirada una comedia romántica que devuelve una dimensión a un mito: la redención de un Don Juan con más músculo que cerebro.
Y ese personaje es el que logra que una espectadora se acerque también a Don Jon y su princesa choni y empatice con ellos. Los entienda. Es ella la que saca la ternura y la vulnerabilidad del personaje. Y es ella la que después de dinamitar los fundamentos del género, los restablece. Pero lejos de verlo como un giro conservador y moral (como lo han vivido muchos), creo que Gordon-Levitt lo que quería era construir una comedia romántica pura que hablara sobre la incomunicación, la soledad, la frustración, la evasión para evitar el dolor… Y cómo el enamorarse, escuchar y respetar al otro puede ser también una evasión compartida, una huida del dolor, y un intento en construir relaciones y destruir soledades e inseguridades.
El personaje de Julianne Moore no está metido con calzador sino que surge en el momento preciso. Muchos ven imposible que se interese o se fije en Don Jon… precisamente creo que es posible porque ella lo que busca en ese momento de su vida es la evasión, alejarse lo más posible de su realidad cotidiana. Siente que con alguien como Don Jon podrá evadirse pero ella no es egoísta como lo es Don Jon (que lo es como estrategia de supervivencia y por miedo) sino que quiere compartir esa evasión con él… Y así es la única que se acerca a la esencia del personaje de Don Jon y que logra un clic en su persona, una vía para la transformación y el cambio. No es el príncipe azul de la princesa choni pero sí puede ser alguien con quien compartir una huida, un dolor. No es más que otra comedia romántica… y a mí eso me atrapó…
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Adivina, adivina, mi querida Hildy, que es lo único que aborrezco más que un musical, que Nicolas Cage o que Nicolas Cage en un musical…: en efecto, la «comedia romántica».
No me atraen nada ninguna de la dos, ni el género en conjunto. Quizá porque con el paso del tiempo se ha convertido en falso, en aparente estímulo amoroso que en realidad no trata sino de vender un esquema tradicional y conservador de pareja, de familia de individuo bajo la superficie de unos estereotipos irreales y unos personajes planos -no sólo uno no es capaz de imaginar su pasado, sino que es imposible proyectar su futuro-. La mejor comedia romántica de todos los tiempos, precisamente porque no lo es ni aspira a serlo, siempre será «El apartamento».
Besos cómicos
Ya lo sabía, mi querido Alfredo.
Sí, pero de la comedia romántica (que también tiene sus joyas y sus descalabros) se puede realizar un análisis y realizar una tesis, como ocurre con todos los géneros. El propósito de este post es ése. Dos comedias románticas actuales que me han parecido interesantes en su planteamiento e intentar explicar el porqué. Dos comedias románticas que han llamado mi atención y que me han hecho poder escribir sobre el género en sí. Tu mirada también es una tesis y también se podría realizar un ensayo la mar de interesante con un conjunto de películas…
Besos
Hildy
¿Lo ves? Ya está el amigo Alfredo pinchando el globo.Ja,ja.Hay una comedia que sigue siendo mi favorita de todos los tiempos:El colegial,de Buster Keaton.Hay que ver lo que hace el personaje para llamar a atención a una chica la mar de estúpida colada por esos tipos de cuerpos atléticos y cerebros vacíos.Buster hace lo imposible¡y lo consigue! Se lleva la chica al altar y se casan.Después la película pasa apresurada dándonos unas imágenes de lo que sigue:Tienen hijos.Luego ya son maduros y con caras un tanto agrias y sin comunicarse porque todo está ya dicho,es decir,nunca se dijeron nada.Otra imagen ya muy ancianos.Ni se miran.Ella haciendo calceta y él leyendo el periódico.Y la última.Se ve un par de tumbas juntitas.
Besos dominicales,mi querida amiga.
Joer, y dice Paco que yo pincho el globo… Si yo lo pincho, él lo dinamita…
Entiéndeme, mi querida Hildy: el fenómeno romántico, tal como se trata hoy en día en esas comedias románticas, es más ciencia ficción que la ciencia ficción. Son modelos estereotipados que poco o nada tienen que ver con la realidad. La única tesis que para mí cabe es esa, cómo vendernos una moto. Miro a mi alrededor, y no veo a nadie para quien lo romántico sea cómico, ni viceversa.
Besos pinchosos
Querido Francisco: Manera magistral de Buster Keaton para narrar con cine puro una determinada historia matrimonial a partir de ‘se casaron’ y… economía de imágenes y toda una historia de décadas.
Besos keatonianos
Hildy
Querido Alfredo: la comedia romántica a partir de Cuando Harry encontró a Sally no es que lo romántico sea cómico sino contar una historia de amor con ingredientes de humor… A veces transcurren como la vida misma, son más bien tragicomedias. Dentro del género, estoy de acuerdo en que en algunas películas hay ciencia ficción pero no en todas (y a veces esta ciencia ficción funciona divinamente… mira el día de la marmota), pero también existen buenas comedias románticas (últimamente El novio de mi hermana). ¿Qué hay unos ingredientes identificativos del género? Sí, por supuesto. ¿Que es un género que tiene vida propia y como otros géneros puede evolucionar o no? Sí, claro. ¿Que pueden existir propuestas que llamen nuestra atención? Claro. ¿Que sea un género que pueda gustar más o menos? También. ¿Que se puedan crear alrededor de él buenos ensayos, debates y diálogos…? Ya lo ves, ya está siendo motivo de ello.
Pero esta sesión doble que propongo, predispone a una mirada y una reflexión interesante sobre los caminos del género.
Besos con unas cuantas risas
Hildy
Dicen que toda opera prime tiene algo de autobiográfico. No se si es el caso, pero desde luego, vaya dos que ha escogido el amigo para resolver sus enigmas erótico-sentimentales.
No las he visto y no soy amigo de meter a todas las comedias, sean románticas o no, en el mismo saco.
Sí he visto alguna que responde a un patrón presuntamente agridulce y otras con mucha glucosa.
Pero no todas. Por ejemplo, se suele hablar de las comedias de «Jennifer Aniston». Incluso alguna vez se me ha escapado. Lo considero un error. Películas como «separados» o «love happens» nada tienen que ver con otras suyas. Como esa en la que trabaja de cajera de super y se lía…¿con jake Gillenhall es?.
Romper los ingredientes básicos del género es una opción, muy usada hoy en día.La cuestión es si la ruptura es total (Cassavettes) o un simple giro sin llevar la premisa rupturista hasta el final.
Te devuelvo la pelota. Rupturista es Rett Butler, diciendole a Scarlata lo que le dice al final. No se si hoy los cineastas se atreven a eso, que parece tan clásico, pero que es muy rompedor al dar un tajazo al final feliz. Pero claro, esa es un film rio, no una comedia romántica…
Que no se pierda la cortesía…Un abrazo Hildy.
Querido Victor, tienes razón, que nunca, nunca se pierda la cortesía…
Sí, fíjate que listo Gordon-Levitt, entre Scarlet y Julianne. Y Crazy, stupid love también se rodea de buen reparto.
Estas dos comedias curiosamente no llevan la ruptura a su totalidad porque creo que en realidad sus directores no quieren una ruptura total sino que lo que quieren contar es una comedia romántica a partir de su ruptura. Se valen entonces de la ruptura para decirnos que en realidad lo que nos están contando, y sin complejos, es una comedia romántica… siendo conscientes de ello, reflexionando sobre ello. Y ése es su atrevimiento: mostrar que realmente lo que quieren, aunque en un principio parezca que lo dinamiten, es contar una comedia romántica, de género. Y así consiguen dos propuestas a mi parecer interesantes y frescas.
¡Bien devuelta la pelota!, ja, ja, ja.
Pero por cierto hay tanto repelús a los finales felices… que al final se convierten en una osadía…
Besos con final feliz
Hildy
¡¡Cuanto hilo se puede sacar del tema del romanticismo en el cine!! Yo creo que en el cine, como en la vida, no hay romanticismo sino momentos románticos…y para conseguir uno de ellos se da por bien empleado pasar por otros vulgares, tediosos o anodinos…porque si realmente consigues un solo instante romántico de verdad se te quedará grabado en el corazón toda la vida.
¡Qué palabras más sabias, querida Maria Rosa! Me recuerdas otra película, Las horas, donde al personaje de Meryl Streep le hacen la siguiente reflexión: no hay felicidad absoluta sino momentos felices… y esto hay que saber vivirlos y aprovecharlos.
Besos
Hildy
¡Hola Hildy! Aquí estoy volviendo a la ciber – actividad de a poco luego de unas vacaciones.-
Acabo de descubrir «Crazy, stupid, love» y me encantó. Aunque sólo fuera por entretenimiento (una vez cada tanto no hace daño ver una peli «pochoclera»), ya estaría bien, pero creo que esta película es más que eso. Me gustó mucho que aborde, como otras de este último tiempo (pienso en «¿Qué voy a hacer con mi marido?» con Meryl Streep, Tommy Lee Jones y también Steve Carell, por quien tengo debilidad) el tema del romance desde el punto de vista de una pareja ya establecida, en contraposición con la clásica comedia romántica que llega hasta el matrimonio. A partir de allí creo que hace un ensayo sobre el sostenimiento de la individualidad y la pasión en la pareja, superficial pero jugoso… Además estoy pensando en cómo la parte que describís, en la cual el personaje de Ryan Gosling evoca «Dirty Dancing» podría interpretarse como un guiño irónico a la forma en que las películas románticas tradicionales dejan en nuestro inconsciente estereotipos de «lo romántico» más bien ridículos, cuando lo pensamos fríamente. Incluso la escena en el acto escolar me pareció bien ejecutada: generalmente estas películas incluyen una escena de explicación pública de la situación que muchas veces parece forzada, pero aquí sale a flote ¿no?
Me quedo con las ganas de ver «Don Jon». Me gusta Joseph Gordon-Levitt como actor e imagino por tu comentario que saldrá bien parado como realizador.-
Un cariño grande, Bet.-
Querida Bet, me alegro que hayas regresado con fuerza al ciberespacio después de unas merecidísimas vacaciones. Y sí Crazy, stupid, love fue también para mí una agradable sorpresa más allá del entretenimiento que me provocó al verla. Muchas fueron las reflexiones que salieron a flote.
Creo entonces que te va a gustar Don Jon, a mí me sorprendió bastante y me resultó mucho más interesante de lo que esperaba (además de echarme unas risas y entretenerme también bastante).
Besos de bienvenida
Hildy
Me encantó la escena de Ryan Gosling y Dirty Dancing porque efectivamente, como dices, hace el guiño irónico que comentas pero termina convirtiéndose en una de las escenas más románticas de la película, curioso, ¿verdad?
Otro beso
Hildy