Crimen en las calles (Crime in the streets, 1956) de Don Siegel

crimenenlascalles

Entre Rebelde sin causa de Nicholas Ray y West Side Story de Robert Wise y Jerome Robbins nos encontramos con Crimen en las calles de Don Siegel… películas que siguen una senda que puede rastrearse en el cine norteamericano, las pandillas de delincuentes juveniles. Pero es en los cincuenta y sesenta donde surge prácticamente un subgénero con antecedentes ilustres. Las formas de tratarlo son varias desde un realismo social duro y sucio a otro más idealista que apela a la figura del maestro, trabajador social, cura o policía para poder enderezar los caminos torcidos del joven delincuente con o sin causa. Por otra parte este cine generaba (sobre todo en los 50 y 60) jóvenes intérpretes masculinos que ejercían su papel de adolescente atormentado… y se convertían en estrellas.

Si este tipo de película caía en manos de directores con una cierta sensibilidad hacia el personaje del perdedor (como Nicholas Ray y sus adolescentes) o de un buen director del sistema de estudios como Don Siegel (especializado en películas ‘duras’) surgen obras de interés como la que nos ocupa. Algunas veces tan sólo se aprovechaba la ‘moda’ de chicos malos y salían películas como Salvaje donde un actor como Marlon Brando se convertía en un icono.

Sin embargo el cine americano siempre reflejó a pandillas de jóvenes problemáticos. Hay una cierta tradición. Así podemos centrarnos en el nacimiento cinematográfico de los The Dead End Kids en esa pequeña joya de realismo social de William Wyler, Calle sin salida (1937). Esa pandilla de intérpretes también estuvo magnífica como el grupo que admira al gánster en Ángeles con caras sucias. Durante esta década de los treinta también estaba un Spencer Tracy con sotana enderezando a jóvenes rebeldes con un líder con rostro de Mickey Rooney en Forja de hombres.

Para Crimen en las calles Don Siegel oscila entre un cine realista donde se refleja la vida de un barrio marginal y sus gentes y un cine que aboga por un cambio social gracias a la implicación de agentes transformadores como en el caso de esta película, un trabajador social o un familiar cercano (como el hermano pequeño del protagonista).

Así nos presentan a una familia disfuncional, la familia Dane donde una madre agotada y trabajadora mantiene a un adolescente problemático y al más pequeño. El adolescente problemático y arisco tiene el rostro de John Cassavetes (futuro director de cine independiente) que seguiría la estela de rebeldes atormentados. Éste es líder de una pandilla que se enfrenta a otras pandillas y que además aterrorizan y molestan a los vecinos del barrio. El joven Dane tiene el odio enquistado en el rostro y no permite que nadie le toque, tiene ataques de furia y va golpeando todo lo que se le cruza por delante. Ante la denuncia de un vecino por lo que detienen a uno de sus compañeros… decide que hay que matarlo. Casi ninguno de los miembros de la pandilla le apoyan sólo dos, un chaval de quince años con cara de Sal Mineo y otro muchacho que no parece estar muy equilibrado emocionalmente con el rostro de Mark Rydell (también futuro director de cine) que se convertirán en sus cómplices.

En ese barrio además de los vecinos se encuentra Ben Wagner (James Whitmore), un trabajador social que trata siempre de comunicarse con los jóvenes, apoyarles y tratar de apartarles de la delincuencia. Wagner es un tipo duro que no se rinde aunque a diario en su trabajo no recibe más que malas caras y malas contestaciones. Pero no se cansa de intentar cambiar las cosas… y trata de acercarse al joven Dane.

Don Siegel junto a sus jóvenes intérpretes consigue una película con ritmo, cierto suspense, aires de cine negro y drama social. Así empieza de manera fuerte mostrando un enfrentamiento entre dos pandillas en un descampado. Después se presenta la intimidad en un ambiente de pobreza donde viven los jóvenes y el reflejo de su vida cotidiana. Y luego se genera el suspense y la tensión sobre si el joven Dane y sus dos cómplices cometerán el asesinato que cambiará para siempre sus vidas o no.

Así Crimen en las calles se convierte en una película muy interesante de ver porque además de estar bien contada ofrece la oportunidad de descubrir por primera vez en una pantalla de cine a John Cassavetes (está especialmente bien en sus diálogos con el trabajador social) o seguir la carrera del malogrado Sal Mineo que empezó especializándose en jóvenes problemáticos.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

6 comentarios en “Crimen en las calles (Crime in the streets, 1956) de Don Siegel

  1. En fin, el pobre Sal Mineo estaba predestinado a acabar como acabó, si se veía venir… No sé si al final el personaje lo poseyó, o es que sólo daba lo mejor de sí mismo cuando se interpretaba a sí mismo. Una pena, en todo caso.
    Me gusta mucho Cassavetes como director. Por distinto a su tiempo, más que nada.
    Y me quedo admirado con Siegel, que por entonces dirigía dos o tres películas por año y le salían la mar de bien.
    Besos

  2. Sí,querido Alfredo, Siegel tiene una filmografía interesante del que todavía me quedan por descubrir títulos. Y ahí estoy en ello.

    También me gusta Cassavetes.

    Besos
    Hildy

  3. Pues si, un director considerado de acción. Que tiene muchas peliculas bastante decentes aunque se le recuerde por fuga de Alcatraz y Harry el sucio. Particularmente me gusta mucho Código del hampa, donde trabajaba como curiosidad…. Ronald Reagan

    La peli que comentas, muy bien contada, aunque hoy en día las peliculas de pandilleros de esta época. Son las que peor han resistido el paso del tiempo y se ven algo desfasadas en cuanto a historia. Pero esta resiste con cierta dignidad, en especial por sus protagonistas que están realmente bien interpretados. Con ciertos excesos quizás, pero creíbles al fin. Trama e historia bien llevadas sin duda alguna.

    En cuanto a Sal Mineo. La verdad es que sus gestos de dolor y rabia contenida siempre me gustaron. Su papel en Rebelde sin causa en realidad lo bordaba y fue el que marco todo su cine posterior e imagino que su vida. Que fue negus creo un tormento de sufrimiento. Cuídate y muy buen articulo, se nota que amas el cine.

  4. Querido Plared, Don Siegel además de ser el director de una película que me impresionó mucho de pequeña y que yo recordaba como la de las vainas (La invasión de los ladrones de cuerpos), también me entusiasmó, como bien dices, con Código del Hampa a la cual me acerqué al ser un remake de una de mis películas favoritas de cine negro, Forajidos. Pero cuando ya me sorprendió del todo fue con EL SEDUCTOR. Así que sigo descubriendo su filmografía cada vez que una película suya cae en mis manos.

    Sí es cierto que algunas de las películas de pandilleros rebeldes se han quedado como reflejo de su tiempo pero otras logran trascender ese tiempo y una podría ser en algunos aspectos ésta. NO así por ejemplo aquellas en las que Sydney Poitier era profesor de muchachos difíciles. Una revisitación kitsch de este casi género fue Grease (donde imitaban hasta la exageración esa ‘estética’).

    Sí, Sal Mineo representaba como nadie la fragilidad del adolescente sobre todo en el papel de chico complejo ‘pobre niño rico’ en Rebelde sin causa. Su Platón no deja indiferente.

    Sí, amo el cine.

    Besos
    Hildy

  5. Estoy contigo Hildy. Este es un director a reivindicar. De esos a los que el término de buen artesano (siempre sospechoso) le queda muy pequeño. Esta película como otras suyas que citas van más allá del director que conoce su oficio. Manejar drama social y cine negro no es fácil y en esta película casan como un guante. Completamente de acuerdo con el seductor. YU otro tanto con tehe act of killing. Ver para creer. O no dar crédito, no sabe uno muy bien que término emplear. Un abrazo

  6. Qué bueno tenerte de vuelta querido Victor.
    The act of killing la has descrito estupendamente: ver para creer… Es muy fuerte.
    Seguiremos descubriendo a Siegel. En Crimen en las calles, en blanco y negro, crea en determinados momentos un buen ambiente de cine negro (destino oscuro, callejones, sombras, tensión…) y emplea los ingredientes del drama social con soltura… Merece la pena mirarla y disfrutarla.

    Un beso
    Hildy

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.