10 razones para amar El hombre que mató a Liberty Valance (The man who shot Liberty Valance, 1962) de John Ford

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Razón número 1: El senador y la mentira

Ransom Stoddard es un mítico senador del Congreso de los Estados Unidos y un día llega en tren a una pequeña localidad del Oeste, Shinbone. Para sorpresa del periódico local el senador está ahí para asistir al entierro de un hombre que nadie recuerda, Tom Doniphon.

En una destartalada funeraria sólo acompañan el ataúd: el senador, su esposa Hallie, el amigo fiel Pompey y un hombre anciano que fue en tiempos lejanos comisario, Link Appleyard. Uno de los periodistas quiere saber por qué el senador está ahí y le dice que tiene derecho a saberlo porque él es noticia. El senador mira a su esposa. Ésta asiente. Y se lleva a los periodistas a otra sala. Y empieza a contar su historia.

Éstos son los cimientos sencillos de un relato cinematográfico complejo. El hombre que mató a Liberty Valance es un western desencantado, íntimo,  tremendamente romántico y poblado de idealismos y sueños rotos. Como acostumbraba John Ford, sus historias aparentemente parecen simples y sin complicaciones pero es en lo que no se dice donde se hayan las complejidades y las otras lecturas.

El personaje del senador es tremendamente rico en matices. Nos lo presentan ya mayor y con éxito… distinguido y tranquilo. Sin embargo, vamos viendo a un hombre desencantado, distante y cínico, que arrastra una historia que quiere contar. Y que no le hace más feliz y sí carga más peso en sus espaldas. Le hace reflexionar sobre su vida y méritos políticos. Al final toma una decisión que implica la felicidad de su esposa, Hallie. Descubrimos tristeza, y también ese desencanto, en el matrimonio.

Y todas las claves se van desvelando según vamos escuchando los hechos que relata el senador… Todas las piezas van encajando. Así descubrimos los inicios de un joven abogado que en un pequeño pueblo del Oeste pierde su idealismo y gana su prestigio político y su estabilidad emocional. A su favor decir que todo le vino dado, incluso el convertirse en leyenda. Y que realmente creía y cree en los ideales políticos… piensa que puede mejorar la vida de los habitantes del salvaje Oeste.

Para este papel nadie mejor que un James Stewart capaz de dar todos los matices, todas las luces y sombras, a su personaje. Un personaje que arrastra a su pesar una mentira sobre la que se ha cimentado su carrera y prestigio político.

Y ahí está John Ford para convertirse en un trovador de buenas y emocionantes historias y contar en imágenes una maravillosa y extremadamente compleja. Una de sus últimas historias. Nada es plano. Nada sobra. Nada falta. El hombre que mató a Liberty Valance surge del relato corto de una mujer, Dorothy M. Johnson y de la visión y añadidos de John Ford que guiaron la escritura del guion de James Warner Bellah y Willis Goldbeck.

Razón número 2: El héroe protector

Tom Doniphon es el héroe protector y sólo podía tener el rostro y la presencia de John Wayne. No habla mucho, no tiene el don de la amabilidad aunque sí un sentido especial del humor y la lealtad. Ante todo es fiel a sus amigos y al amor. El hombre duro es despiadadamente romántico.  Y cuando no consigue a la mujer de sus sueños y cuando ya no es necesaria su protección, cae al abismo en silencio. Cae en el olvido. Y no se queja ni acude a nadie. Sólo permite que se quede a su lado otro amigo y compañero de trabajo fiel, Pompey. Él se sacrifica por lo que cree y por el amor de su vida. En silencio. No quiere glorias, prefiere la soledad. Prefiere morir en vida.

Cuando llega ese joven abogado, valiente con la palabra pero un desastre con las armas, se convierte en su sombra protectora. Y en sombra se queda. Porque siempre ha actuado así. Sólo sabe actuar así. Todos los del pueblo lo saben. Los dueños del restaurante. La mujer de su vida, Hallie. Cada uno de los habitantes: el periodista, el doctor, el comisario…Todos saben que pueden contar con él. Y todos saben que está ahí, protegiéndoles en silencio ante los desmanes de Liberty Valance y su pandilla. Valance sólo siente cierto respeto por Tom Doniphon.

Y él vive trabajando, protegiendo, y labrándose un futuro tranquilo. Por eso en su casa lejana está construyendo una hermosa habitación… para cuando la ocupe con Hallie. Nunca da el paso de pedir su mano pero va dejando pistas: no sólo la protege sino que la regala un hermoso cactus con flores, siempre tiene una palabra amable y le encanta cuando Hallie se enfada…

Pero dicen que cuando a los hombres duros se les rompe el corazón ya no tienen consuelo. Se retiran a beber y morir lentamente, en olvido. Y nadie mejor que John Wayne para mostrarnos a ese héroe protector que se derrumba.

Razón número 3: Las armas y la ley

Y El hombre que mató a Liberty Valance tiene diversas capas. Y una de ellas es glosar o trovar el fin de una etapa en el lejano Oeste. Y en esa línea de cambio, dos hombres.

Tom Doniphon representa al vaquero del Oeste, al héroe a su pesar que sobrevive en un territorio sin ley. Diestro con las armas se hace respetar y cuida a los suyos. Primero los enemigos fueron los indios (¿o los enemigos fueron ellos?), también los ladrones y saqueadores de los caminos, después los rancheros que no quieren compartir la tierra y que sólo conocen la ley del más fuerte y el lenguaje de las armas. Si no admites lo que te propongo, te mato. Mientras sobrevivo.

Y el senador Ransom Stoddard representa el futuro. La fuerza de la palabra. La construcción de nuevos ciudadanos. El joven Ransom cree en la educación, en el poder de la escritura y la lectura. Cree que se puede enseñar lo que es la democracia por eso sabe la importancia que tiene la información (el periodismo). No cree que tenga que imperar la ley del más fuerte sino lo que opine la mayoría. Él llega al pueblo y es recibido con máxima violencia por Liberty Valance que le deja moribundo… y él quiere combatir con Valance con la ley en la mano y meterle en prisión. Ransom Stoddar muestra el siguiente paso del salvaje Oeste, él cree en el progreso, en la comunicación, en la política, en el paso de la diligencia al tren, en la construcción de un estado…

Sin embargo la gran ambigüedad del asunto (y es un tema ya tratado por John Ford varias veces) es que para poner los cimientos al progreso y para construir la democracia (para entender la historia de ese lejano Oeste)… hace falta que existan héroes como Tom Doniphon que no tienen problema en empuñar un arma…

Razón número 4: Los malos y otros secundarios

Como es habitual en el universo fordiano, la galería de secundarios es un lujo de buenos personajes. Así entre los malos nos encontramos a un pistolero y mercenario (que se une al mejor postor) que hace la vida imposible a todos los habitantes del tranquilo pueblo del Oeste. Él es Liberty Valance, un hombre excesivo que deja su firma con un látigo… especialista en desestabilizar, crear violencia y no tener un atisbo de piedad. Pero sí se da cuenta y por eso los toma inquina que esos hombres que emplean la palabra y el saber pueden acabar con su reino de miedo y terror. Por eso se convierten en objetivos el periodista y el abogado… Y el rostro de Valance con su risa incluida no podía ser más que el del mítico Lee Marvin. Le acompañan dos secuaces, uno de risa desagradable y el otro siempre callado y frío. Y en ese secuaz silencioso descubrimos al futuro rey del spaghetti western, Lee Van Cleef.

Pero como no podemos pararnos en todos los secundarios, nombraremos a los más cruciales en la trama.  Así nos encontramos que Pompey, el amigo fiel de Tom, es otro ser marginado como él y cuenta con el rostro de un siempre eficaz y carismático Woody Strode. Un hombre negro no lo tenía fácil en el salvaje Oeste pero Pompey siempre se mantiene como un hombre íntegro, fiel y con la dignidad intacta. También nos encontramos con ese comisario puesto en su cargo por su inutilidad y cobardía para que no sea un estorbo ante los desmanes de Liberty Valance y su pandilla. Y ese comisario tiene el rostro de Andy Devine, inolvidable secundario. No obstante al comisario se le regalan no sólo momentos cómicos y de cobardía sino un enfrentamiento verbal con Valance y una fidelidad hacia todos aquellos que considera amigos. También se ilustra el nacimiento de una democracia donde ya se ve el poder de la oratoria, la artimaña y el proceder de los políticos para conseguir sus fines, la importancia del espectáculo y los mítines para conseguir votos, el peligro del populismo… Y ahí se nos regala la interpretación de John Carradine como oponente político del joven senador.

No son los únicos… hay muchos otros rostros identificables del universo fordiano. Y uno de ellos me lo guardo para un único apartado, el periodista Dutty Peabody con el rostro de Edmond O’Brien.

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Razón número 5: La memoria, de la diligencia al tren

El hombre que mató a Liberty Valance es también un tratado sobre la memoria. Así nada como la muerte de un ser querido para activar los mecanismos del recuerdo. El senador le dice al periodista que él es un hombre joven que sólo sabe lo que ocurrió a partir del descubrimiento del tren… pero que su mundo era muy diferente. Y en ese mundo iban en diligencia. Y entonces en esa funeraria (que sirve para más negocios) hay una polvorienta diligencia. El senador señala esa polvorienta diligencia para dar a entender su pasado… y de pronto quita el polvo y descubre la inscripción y cree, emocionado, que puede ser la misma diligencia que le trajo a ese lejano pueblo. Entonces se pone en marcha la memoria, el recuerdo y la nostalgia… y ya el espectador queda atrapado ante esa historia rescatada del pasado en las brumas de la memoria.

Razón número 6: El triángulo y el amor

Una de las razones por las que amo eternamente a El hombre de Liberty Valance es por su romanticismo extremo pero sin estridencias. Y así entre el senador y el héroe protector surge el tercer personaje de un triángulo: Hallie, la chica voluntariosa, inteligente, llena de vida, con carácter y analfabeta (pero con muchas ganas de aprender), que trabaja duramente en el restaurante con los dueños —un matrimonio que ejercen prácticamente de padres adoptivos—, y que marca la vida de los dos protagonistas. Y marca sus vidas porque los dos la quieren. Así su vida se construye a partir de una elección. Esa elección la sigue para siempre. Al final queda como un halo de nostalgia alrededor del personaje. Sobrevuela una duda, ¿se equivocó en la elección?

No lo sé. Creo que esa duda hubiese también sobrevolado si hubiera elegido a Tom. Hallie siempre dudaría porque los amaba a ambos (pero de manera diferente) y cada uno le ofrecía un mundo y posibilidades diferentes. Y además Hallie sabía cómo tratarles a ambos y no sólo eso, se da cuenta de que ambos están y estaban totalmente enamorados de ella…

Y es Hallie la que precipita el sacrificio de Tom pues éste decide retirarse del juego del amor cuando descubre que ella quizá quiere vivir tan sólo al lado del hombre de letras y ahora héroe mítico.

Hallie arrastra la pena de la pérdida porque sí valora el sacrificio de Tom e incluso parece que, suavemente, se lo echa en cara a su flamante marido, el senador. El senador significaba un mundo de conocimiento, apertura y aventura fuera del pequeño pueblo. Y ése fue el camino que tomó. Y Tom hubiese sido quedarse donde estaban sus raíces, en una casa construida para ella, vivir en una comunidad pequeña, rodeada de naturaleza y quizá con una pasión más profunda. Hacia el senador sintió una admiración honda…, y con Tom quizá fue una mujer enamorada que no dio el paso porque él tampoco se atrevió o se le pasó el momento.

Hallie tiene el rostro de la actriz Vera Miles, actriz que compone dos hermosos papeles tanto en Centauros del desierto como en esta película. Aquí Ford le regala un buen papel y la actriz despliega su arsenal y se apodera del personaje.

Razón número 7: Desmitificación de la leyenda

Si por algo también me entusiasma El hombre que mató a Liberty Valance es porque aparentemente parece que está contada de una forma sencilla… pero la sorpresa que la convierte en película imprescindible es que es una de las más demoledoras historias de desmitificación de una leyenda. De desmitificación del acto de un hombre.

Construye el engranaje completo de cómo el senador se convirtió en el hombre que mató a Liberty Valance. Un hombre por ello admirado, respetado y querido. Y cómo este hecho es una leyenda y cómo su protagonista lo sabe. Así cuenta los sucesos acaecidos a unos periodistas ávidos de noticias… pero cuando éstos se dan cuenta de que la leyenda se quiebra, uno de ellos dice frase demoledora: “Esto es el Oeste, señor. Cuando la leyenda se convierte en hecho, se escribe sobre la leyenda”. Así que el senador se queda con la leyenda que cada vez más le pesa… y Tom relegado al olvido. John Ford nos cuenta la verdad, los hechos de una historia, pero se nos dice que se prefiere la leyenda…

Y lo que parece una bella historia se convierte en una culpa oculta. En una mentira sobre la que se construye una carrera política. Y eso termina doliendo al matrimonio Stoddard. Y a todos los que rodean el ataúd.

Ford nos cuenta de manera magistral y en el momento justo de dos maneras diferentes, desde dos puntos de vista distintos, el instante en que Liberty Valance cae abatido por un tiro. Primero la gente del pueblo, y nosotros los espectadores, vemos cómo el senador gravemente herido (y valiente, eso no se lo quita nadie) con su mandil y su pequeña pistola dispara a Valance y éste cae moribundo. Pero en el momento crucial de su carrera política, en un momento que va a abandonar, Tom le cuenta lo que pasó aquel día. Y vemos la misma escena desde un callejón donde se encuentran Pompey y Tom… y como siempre el héroe protector está ahí a tiempo de actuar.

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Razón número 8: La libertad de prensa y Dutton Peabody

El periodista Dutton Peabody es el personaje secundario que hace que uno se quite el sombrero. Protagoniza además uno de los momentos más increíbles cinematográficamente que muestra a un Ford maestro del lenguaje en imágenes.

Dutton Peabody es además el alcohólico del pueblo… tanto cuando bebe como cuando no bebe le gusta hablar y contar verdades pero se encuentra tan desencantado en un mundo de locos que prefiere parecer un cínico que nada le importa y que lo único que le interesa son sus botellas. Sin embargo la llegada del joven abogado le hace volver a creer que el cuarto poder sirve para algo y este propietario, editor, director, reportero… y también, para qué engañarnos, el que barre el local del periódico local empieza a emplear sus páginas para la denuncia y termina, sin quererlo ni beberlo, en el mundo de la política. Pero también se convierte en objetivo de Liberty Valance y sus hombres y en un defensor acérrimo de la libertad de prensa…

Así protagoniza una escena increíble en su local. Está escribiendo su próxima portada pero a la vez se encuentra muy bebido (el miedo: se sabe en peligro y que Liberty Valance va a por él y a por el senador). En esa portada cuenta la derrota de Valance en una votación… queda claro que no sirve para la política ni para la democracia. Descubre una errata y que tiene que corregirla… pero antes decide ir a por más alcohol. Vemos cómo apaga la luz de su quinqué y cómo su sombra se proyecta en la pared del local. Va a la cantina a por más alcohol. Y cuando regresa, sólo vemos su sombra en la pared. Todo está oscuro. Alcanza su quinqué y lo vuelve a encender y ante la tenue luz aparecen de pronto Liberty Valance y sus dos secuaces. ¡Una pasada de escena! A partir de este momento recibe una brutal paliza… que le deja prácticamente muerto.

Dutton Peabody está magistralmente interpretado por Edmond O’Brien en uno de los mejores papeles de su carrera cinematográfica. Me quito el sombrero.

Razón número 9: Lo que no se dice

Ford es el rey en contar silencios. En sus películas hay que estar atento a lo que no se dice, a lo que se muestra con una mirada o con un gesto. Y surgen otras historias y otras lecturas. Y en El hombre que mató a Liberty Valance hay que estar atento a las miradas de Tom, a las de Hallie, a las de Pompey, a las del senador… Cómo Tom se sienta en la mesa de un restaurante, cómo el senador mira a Hallie cuando descubre que ésta no sabe leer, cómo Hallie sale a la puerta para despedirse de Tom pero no le llama y cómo Pompey mira a cada uno de los protagonistas de esta historia y sufre con dolor el sacrificio de Tom.

Si seguimos tan sólo las miradas encontramos un subtexto que enriquece cada vez más la película en cada nuevo visionado.

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Razón número 10: Flores de cactus encima de un ataúd

Y llega entonces para mí una de las escenas más hermosas: un humilde y sencillo ataúd de madera con unas flores de cactus encima. Y los que ya sabemos los hechos nos damos cuenta del significado de esta escena y entendemos la mirada del senador…

Y eso es El hombre que mató a Liberty Valance la flor de cactus en la filmografía de John Ford. En el momento de su estreno fue vapuleada por la crítica, fueron pocos los que supieron ‘leerla’. Sólo hizo falta que pasara el tiempo para descubrir el potencial y la complejidad de una historia que destruye, con delicadeza, la leyenda y la épica del Oeste…, y muestra un mundo brutal y duro.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

20 comentarios en “10 razones para amar El hombre que mató a Liberty Valance (The man who shot Liberty Valance, 1962) de John Ford

  1. “That´s my steak, Valance!”.
    Uff, querida Hildy, una de la películas que más veces he visto en mi vida y en la que a cada nuevo visionado aún descubro o me emocionan cosas nuevas…
    Imposible escoger dos o tres grandes momentos en una película repleta de ellos: la rabiosa borrachera final de Wayne, haciendo entrar en el bar a Woody Strode, al que como negro le estaba vetado; la votación para delegado que intenta apañar Valance, que muestra a la perfección lo difícil que ha resultado siempre implantar la democracia (secuencia que deberían mostrar en todos los colegios); la salvaje paliza que le propinan Valance y sus “camisas pardas” al periodista de Edmond O´Brien; James Stewart enseñando a leer a Vera Miles; ese saturday night cotidiano en un pueblo del Oeste violentado por una zancadilla y un imborrable duelo de miradas,…
    Al hilo de lo que dices en la razón nº 6, es curioso pero la última vez que la vi, hará algo más de un año, fue el personaje de Ransom Stoddard el que en cierto modo más me conmovió: él se quedó con la chica y con una brillante carrera política, pero la flor de cactus sobre el ataúd nos sugiere que el corazón de ella ha estado y siempre estará con Tom Doniphon, y de ahí toda la amargura que destila el personaje en ese momento final en el tren…
    Una película amarga pero quizás algo más esperanzada (al menos, en su visión del progreso de la civilización) que la anterior, “Dos cabalgan juntos”, otro de mis Ford favoritos y muy sombría en su visión de la sociedad “civilizada”, y que contiene la que junto con el mítico “Scottie” es mi actuación favorita de James Stewart, ese cínico y sibarita sheriff McCabe.
    Un texto fantástico y muy iluminador, como de costumbre.
    Servidor se marcha de vacaciones a tierras brasileñas, lo que me alejará unos días de las películas salvo porque intentaré hacerme con algunos clásicos del Cinema Novo.
    Besos,
    Javier

  2. En El hombre que mató a Liberty Valance las características del cine de Ford se multiplican, llegando a un éxtasis en su propia sustancia. Con la silueta de Western, donde el director americano es catedrático, nos cuenta una historia profunda, con una composición exquisita para el paladar de los cinéfilos. Puede ser catalogada de anacrónica por el Blanco y Negro, pero quizás ese toque le dé una doble vuelta a la misma película, y nos muestra una nostalgia externa del filme.

  3. Buscando desde ya Dos cabalgan juntos pues hace años pero años que no la he vuelto a visitar y la tengo en la nebulosa de mis recuerdos…

    ¡Disfruta muchísimo de tierras brasileñas para después contarnos! Tengo esperándome, fíjate si es casualidad, un libro que me regaló Alex sobre el cinema novo.

    ¿Sabes?, la escena de la borrachera de Wayne es otro de los momentos por los que amo esta película.

    Y sí querido Javier en cada visionado, tienes toda la razón, se descubren y emocionan cosas de esta película…

    Y efectivamente el personaje de James Stewart arrastra su amargura porque sabe que Hallie durante todos esos años a su lado no ha olvidado nunca a Tom, ¿qué es lo que no ha funcionado? Y por eso le duele esa flor de cactus en un ataúd.

    Besos
    Hildy

  4. Bienvenido GCPG

    … El hombre que mató a Liberty Valance fue en su momento calificada de anacrónica pero no es anacronismo sino memoria, recuerdo, nostalgia… lo que deja en sus fotogramas. Pero como digo y como dices esconde mucho de la esencia del cine de John Ford y es una obra que trabaja desde la memoria, el recuerdo y la desmitificación de la leyenda. Así es cierto, como apuntas,que es una historia profunda y que permite múltiples miradas y todas ellas interesantes. Porque bajo su aparente sencillez, es un mecanismo complejo y perfecto el cómo está contada.

    Yo siempre he adorado el blanco y negro… siempre. Es curioso porque nunca lo viví como anacronismo.

    Besos
    Hildy

  5. Obra maestra sin paliativos, muy superior, incluso, al relato de Dorothy M. Johnson, más redondo, más preciso, más envolvente y más emotivo.
    Dos cosas me chirrían, no obstante, en ella: uno, todo lo relativo a las elecciones me resulta notablemente cargante; dos, James Stewart como joven abogado recién llegado, ya tan talludito, no se lo cree nadie.
    Por otro lado, tres virtudes: el malo maloso Lee Marvin, llamado, y no por casualidad, «Liberty»; el mecanismo de realidad, mito y ficción para la conformación de mentalidades «nacionalistas» (es decir, el empleo de la manipulación de la historia y la confección de mentiras para la cohesión de comunidades inexistentes hasta entonces); tres: es la primera «muerte del western» rodada por el mayor valedor del género: la llegada del tren, es decir, de la civilización, el entierro del «cowboy», son precursores y la mejor versión de lo que luego harán Roy Hill en «Dos hombres y un destino», Peckinpah en «Grupo salvaje» e incluso Bogdanovich en «La última película», las otras grandes muertes del género.
    Por cierto, «Dos cabalgan juntos», que me gusta aunque no me apasiona, es una película que John Ford aborrecía, y que rodó, según él, con el piloto automático. Poco hay en ella bueno que no esté previamente en «Centauros del desierto»; Stewart me pone de los nervios, aunque Widmark compensa para bien.
    Besos libertynos

  6. Precisamente cuando se estrenó y recibió tan malas críticas uno de los motivos es el que apuntas, mi querido Alfredo: el que James Stewart y John Wayne a sus cincuenta y muchos se convirtieran en los jóvenes que se rememoran… pues se da a entender que pasan muchos, muchos años… y sin caracterización alguna. Y a mí me pasa algo curioso. Yo no me doy cuenta, olvido. Así como en otros casos me chirría, no me preguntes por qué, aquí olvido. Olvido.

    Las tres virtudes que apuntas son miradas que permiten interesantes análisis.

    … Dos cabalgan juntos, apuntada. Vuestros comentarios me hacen desear más todavía rescatarla del fondo del baúl. Os contaré.

    Besos
    Hildy

  7. Enhorabuena Hildy por tu espléndida inmersión en la obra maestra de Ford a través de sus personajes. Podríamos encontrar cien razones para amar esta película nostálgica, lúcida y crepuscular, de una poesía y una humanidad inusitadas. Te confieso que es mi western favorito de John Ford y la película que más aprecio de su filmografía junto a «¡Qué verde era mi valle!» y «El hombre tranquilo».
    Un abrazo y besos.

  8. Amigo Antonio, pienso en la filmografía de Ford (y en alguna que me queda por descubrir u otras que tengo que volver a visionar para refrescarlas)y son bastantes las películas de su obra cinematográfica que no me cansaría de ver. A las que nombras (te diré que hace poco vi una copia restaurada en pantalla grande de EL HOMBRE TRANQUILO y fue una gozada)añadiría La diligencia, Centauros del desierto (que también pude ver restaurada en pantalla grande) y Las uvas de la ira.

    Pero me gusta Ford porque también me da sorpresas como con El desertor o Carne, dos películas muy pero que muy curiosas de su filmografía. O también me gustó disfrutar de CARAVANA DE PAZ.

    En fin probablemente dentro de unos meses si he repasado alguna o descubierto otra te cambio la lista… pero siempre hay alguna película de Ford que apetece ver otra vez.

    Besos
    Hildy

  9. Ante todo una película de renuncia. Ya que el bueno de Wayne si algo hace en esta película es renunciar a todo, simplemente por que sabe que su tiempo ha terminado y empieza el de otros.

    Tanto el como Liberty, son resquicios de un tipo de vida que se va diluyendo ante el avance de la civilización. Lugar donde ya no tendrán sitio, de ahí que como buen héroe clásico opte por la autoinmolacion en favor de otro. Quizás con menos méritos, pero con mas papeletas para hacer lo que el ya sabe que nunca podrá realizar.

    Incluso hacer feliz a una mujer, que curiosamente termina siendo infeliz. Al igual que el, solo y con un cuarto a medio hacer. Cruel y demoledor final, sobre una sociedad que avanza, dejando en el camino a quien no sabe adaptarse. Es curioso, pero el mensaje de esta película es mucho mas directo y demoledor que la mayoría de las actuales dedicadas por entero a la critica social. Y eso que es….Una del oeste

    Muy buen articulo, saludos

  10. Me gusta, Plared, varios asuntos que planteas. El hombre que mató… como una película de renuncia. Sí, es demoledor darse cuenta de cómo el tiempo de Tom se terminó… y como opta por quedarse al margen y ceder su puesto… Una sociedad que ‘progresa’ y deja en el camino a quien no se adapta (me interesa mucho esta mirada que deja paso a un interesante análisis y reflexión)… Brutal.

    Qué bueno ha sido leerte.

    Besos
    Hildy

  11. despues de verla mas 40 veces me sigue golpeando el corazon el personaje de john wayne,un hombre con sentido del honor,amistad i sacrifio unos valores por desgracia desaparecidos

  12. Bienvenido… Sí, tienes razón, es una película que no se agota ni con cuarenta visionados y además con unos personajes muy bien construidos, complejos. Yo también siento debilidad por el personaje con rostro de John Wayne…
    Besos
    Hildy

  13. Magnífico análisis de la película. Tengo que hacer un trabajo sobre ella para un taller de cine y me ha aportado muchos datos y matices la lectura de tus diez razones.
    Gracias
    Ana

  14. Bienvenida Ana.
    Me alegro mucho de que las diez razones para amar El hombre que mató a Liberty Valance te hayan aportado pistas y matices para tu trabajo para el taller de cine. Es una película que no te cansas de ver y que cada nuevo visionado te proporciona un descubrimiento, un matiz, una mirada, un punto de vista que enriquece más la complejidad de la historia. Ésa es una de las claves: la sencillez en la forma de contarla, la complejidad de lo que narra.

    Suerte con tu trabajo.

    Besos
    Hildy

  15. Obra mayúscula. Es al mismo tiempo una de las películas más certeras y lúcidas sobre el mundo de la política y su charlatanería, una crítica social feroz sobre la mentira como base de cualquier sistema social presente (y posiblemente pasado), sobre la nostalgia y el desencanto y una de las películas más desesperadamente románticas que se han filmado nunca, encarnado ese lirismo poético nada más y nada menos que en el personaje viril de John Wayne que, de un plumazo se convierte en el verdadero héroe y perdedor de la historia.
    Una película tan real como la vida pues yo me pregunto la cantidad de héroes anónimos se encuentren bajo el polvo de los años (siglos y milenios también) y que, gracias a ellos, otros se han llevado la fama injustamente.
    Una película de una profundidad que asusta, plena de matices, lecturas y capas. Una inagotable obra maestra que se revaloriza con cada nuevo visionado.

    P.D. Yo lo tengo claro, me quedaría con Tom sin dudarlo.

    Abrazos!!

  16. ¡Qué alegría leerte de nuevo, Isis! Y, sí, asiento a todo en tu comentario. Qué maravilla cuando se encuentra una película, como tan bien explicas, con profundidad, con varias capas y muchos matices. Y es cierto, cada vez que uno la ve, puede fijarse en un aspecto o descubrir una nueva lectura o punto de vista…

    Isis, yo creo que también me quedaría con Tom…

    Beso
    Hildy

  17. maravilosa película¡ Cada vez que la veo descubro nuevos matices. Maravilloso Tom! interpretado por el actorazo que fue John Wayne, actor al que no se le recocieron sus méritos en vida. Yo misma reconozco que lo he descubierto llegada mi madurez, casi mi otoño.Y yo que he sido y soy una romántica descubro en la mirada de Hallie la nostalgia por el amor perdido.En la mirada del senador se descubre la sensación de haber construido su carrera y su vida sobre la base de una mentira y el gran sacrificio de Tom.
    Me encanta John Wayne!

  18. Bienvenida, Mariang. No me extraña que te encante John Wayne, pues en esta película está maravilloso. Y es que es una película llena de matices, y siempre se puede descubrir algo nuevo en cada visionado.
    A mí John Wayne me gusta en muchas películas que protagonizó. Por ejemplo, en una menos conocida: El ángel y el pistolero.

    Un beso
    Hildy

  19. Yo la vi, con 14 años el día de nochebuena en el que siempre me llevaba mi padre al cine. Justo en el desaparecido cine Gran Vía de Zaragoza.A esa edad yo no sabía analizar los aspectos que arriba se describen, pero sin embargo, algo provocó en mi ánimo que hizo que nunca la olvidara. Y desde entonces, siempre que me preguntan por mi película favorita digo (con la incredulidad de muchos) EL HOMBRE QUE MATÓ A LIBERTY VALANCE».

  20. Bienvenido, Luis, gracias por pasarte. Qué bonito recuerdo. Qué importante es cómo a veces nos marca una película y la huella que nos deja. Esa sensación que tan bien explicas y que ya nunca olvidamos. Es bonito atesorar esas películas favoritas que nos llegan por algún motivo a lo más hondo.

    Beso
    Hildy

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