Programa doble de verano: Un invierno en la playa (Writers, 2013) de John Boone / Guerra mundial Z (World War Z, 2013) de Marc Forster

Una película de un debutante (dirección y guion) y otra de un cineasta con una interesante carrera cinematográfica a sus espaldas. Dos propuestas para el verano. Ninguna de las dos cambiará la historia del cine pero sí son capaces de proporcionar una buena tarde veraniega (y eso no es fácil). Una apela a las relaciones familiares, a los distintos tipos de amor y a la creación literaria. La otra a un mundo apocalíptico con zombis de por medio. Ninguna presenta innovación alguna sino temas y estructuras ya vistas y ‘vividas’ en las pantallas de cine pero ambas muestran que se pueden contar bien historias ya sabidas.

Un invierno en la playa (Writers, 2013) de John Boone

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Un invierno en la playa transcurre en un año, entre dos comidas de Acción de Gracias, y nos cuenta la crónica sentimental de la familia Borgens. Así la película forma parte de la tradición de tragicomedias sobre familias casi disfuncionales que superan obstáculos. Ni contigo ni sin ti. Me vienen a la cabeza títulos como A casa por vacaciones de Jodie Foster, Pequeña Miss Sunshine o Los descendientes. La mayoría de los Borgens son escritores (éste es el título original de la película, creo que más adecuado) y la creación literaria les sirve para expresar sus miedos y vivencias… y seguir en el día a día.

Cuando empieza el año el padre lleva tres años separado de su mujer pero todavía con la esperanza de que va a regresar. Ella se fue con otro. Pero él espera… y no escribe. Se dedica a ‘vigilar’ la vida de su ex por una de las ventanas de su nuevo hogar y de vez en cuando se acuesta con su vecina, una activa y joven mujer casada. También está pendiente de sus dos hijos: un adolescente que vive con él y una joven hija que ya es universitaria… los dos tienen maneras distintas de vivir el amor en un año que será crucial. Él está enamorado de una chica de su clase que arrastra problemas con las drogas. Es tímido y romántico… y un amante de las novelas de Stephen King. Ella prefiere el sexo al amor, no comprometerse nunca. Dice que es realista. Está muy enfadada y resentida con su madre. Y además va a publicar su primera novela… y va a conocer a un chico que no quiere sólo sexo con ella…

Y así entre el amor y el desamor transcurre Un invierno en la playa con buena banda sonora de fondo y una galería de actores absolutamente creíbles. El matrimonio Borgens está formado por Greg Kinnear y Jennifer Connelly (a mi parecer saca adelante el papel más complejo. Ella es la ‘musa’ de la familia pues a parte de ser la única que no crea, es la que desestabiliza el ‘orden’ familiar… y la que hace que todos sufran su personal transformación… incluida la propia). Los hijos tienen los rostros de Lily Collins y Nat Wolf y te los crees absolutamente como jóvenes adolescentes en fase de descubrir la vida. Y pese que las sorpresas de argumento son más bien pocas, sin embargo, el espectador se siente enganchado a cada uno de los personajes y a sus avatares amorosos… mientras pululan en una playa que se convierte en testigo de sus vicisitudes (y tópicos, sí no os voy a engañar). Así en un año cada uno de los miembros de la familia Borgens tiene un recorrido y una transformación. Un cuento familiar con final feliz donde no hay sitio para la desgracia o la mala baba y el cinismo… Y que queréis que os diga, a veces, apetece uno de estos finales. Aunque lo sepas desde el principio… pero te alegra enormemente que suene el teléfono y que llamen a la puerta.

Guerra mundial Z (World War Z, 2013) de Marc Forster

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Siento debilidad por Marc Forster. Es uno de esos directores a los que a partir de una película les guardo fidelidad cada vez que estrenan en la sala oscura. Forster lo que toca sabe darle un toque especial, sabe rodarlo y dirigir bien aunque los últimos derroteros de su carrera me han desconcertado (de un cine intimista a cine de acción pura). Así Guerra mundial Z es más que el blockbuster del verano y más que todos los rumores que han rodeado su rodaje (digno de formar parte de los míticos rodajes infernales. Además los fans de la novela que adapta se han mostrado más que desencantados)… queda una película apocalíptica y de catástrofes con zombis (la metáfora estrella del siglo XXI sobre el futuro comportamiento de la humanidad) de fondo y la lucha de una familia (de nuevo otra familia) por sobrevivir en el caos. Dentro de esos argumentos que no varían demasiado nos encontramos con otro héroe a su pesar (con el rostro del actor y productor Brad Pitt) y con una ‘aventura apocalíptica’ que no deja un respiro al espectador. Desde la primera escena toma un ritmo vertiginoso y ya no te suelta hasta un final que es sólo un principio.

Así Marc Fosters hace que el espectador no pueda respirar tranquilo ni un solo segundo. Primero es un embotellamiento de tráfico misterioso, después nos vamos a una Corea fantasmal, desembocamos en Israel, volamos en un avión infectado y acabamos en un hospital donde quizá haya una mínima esperanza… Los humanos se transforman en zombis y se comportan como un ejército de hormigas que no dejan a nadie en el camino… Es una plaga que se extiende sin piedad, la naturaleza no perdona. Y el héroe tiene que encontrar el antídoto antes de que todos se conviertan en zombis…

Así Guerra Mundial Z forma parte de un subgénero —donde los protagonistas son los zombis (o seres más que extraños pero que les gusta comer carne humana)— que está resucitando con fuerza en este siglo con películas (con referentes literarios) como La carretera, Soy leyenda, Zombieland… donde las metáforas que pueden crearse son potentes. Así vemos ese Israel militarizado que se ha convertido en un estado-muralla donde la obsesiva seguridad no vale de nada y donde se advierte que se han equivocado siempre de ‘enemigos’.

Yo estuve durante toda la proyección en tensión… no pude estar tranquila ni un sólo segundo. Desde ese embotellamiento de tráfico hasta ese paseo por los pasillos de un hospital lleno de amenazas… pasando por ese avión donde algo ocurre tras las cortinas.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

8 comentarios en “Programa doble de verano: Un invierno en la playa (Writers, 2013) de John Boone / Guerra mundial Z (World War Z, 2013) de Marc Forster

  1. No he visto la de Brad Pitt. Perdón la delos zombies. Perdón la de Marc Foster, tienes razón. Pero intentaré sofocar el calor con ella.
    Si he visto la otra. Me parece una película que auna aciertos y errores a la vez. Por ejemplo no me creo para nada a esa adolescente superdotada de la literatura. A mi también me recordó el clima de «los descendientes», pero para mal, ya que la película de Clooney, exceptuando un excelente Beau Bridges me parece horrenda.
    Al que si me creo cada día más es a Greg Kinnear, que poco a poco se está conviertiendo en un actor excelente. Y el rollo con la vecina funciona. Y el chaval que lee a su madre me llegó. Sin embargo lo de la novia del hijo y la llamada de Stephen King…me volvió a colocar bajo mínimos. Incluso mi admirada Jennifer Connelly a la que le perdono cualquier cosa, aquí mmmm. Sin embargo creo que tiene buenos momentos, buenas pinceladas aisladas.
    Luces y sombras. Veremos los zombies, a ver…Un abrazo

  2. Je, je, je… Victor tienes razón sobre las luces y sombras de Un invierno en la playa… pero te confieso que pasé una buena tarde.

    Uno de los amigos con los que fui a verla no sólo no le gustó (me decía que tenía que apartarse la melaza de la cara)sino que decía que no aguantaba cosas como que se mostrara que el talento para escribir es hereditario… ¿Y qué me dices de que te publique una editorial grande con todo lujo, siendo desconocida (sin decir quién es papá) y con 19 años? Ja, ja, ja… me atraganto. Aunque todo es posible porque si la novela tiene mucho sexo… ahora se apuesta por ello…

    Ahora sí, totalmente de acuerdo, Greg Kinnear me fascina. Desde que le vi en Mejor imposible me volví instantáneamente fiel a su trayectoria. Y tu amadísima Jennifer Connelly tiene el personaje más complejo (quizá por no estar del todo bien dibujado) y creo que lo salva.

    A mí durante toda la proyección no se me quitó la cara de tontuela y los suspiros de ¡Ay qué bonito! Luego la piensas y pasa lo que pasa… pero fíjate que si la pasan por la tele, seguro que vuelvo a verla…

    Besos
    Hildy

    PD: Los zombies te pueden hacer pasar una buena tarde veraniega… aunque te ponen de los nervios… y no te dejan un respiro con su ritmo frenético.

  3. A ver, mi queridísima Hildy: ¿qué te pasa? Hay confianza; puedes contármelo…

    Pero algo pasa, lo sé. Sólo así puede expicarse que dediques tantos párrafos a ese telefilme barato de sobremesa de Antena 3 sobre escritores «cool de diseño». Se salva, como siempre, la Connelly, actriz desaprovechadísima en su país, dicho sea de paso. Y «Los descendientes» es un castañón, ya que sale a colación.

    Y además debe de ser grave, y me preocupas, querida. Porque glosar este bodrio de zombis con protagonista más zombi todavía es para nota. Tampoco entiendo tu fascinación por Forster. Vale, «Más extraño que la ficción» es curiosa, incluso me gustó, pero, ¿y lo demás?. No me digas que te gustó «Descubriendo Nunca Jamás» o «Cometas en el cielo». O peor, no me digas que te gustó el peor Bond que se ha hecho jamás (pero que el de Lazenby, que ya es…).

    Ay, si es que me acabo de llevar un disgusto «que pa qué»…

    Besos disgustados

  4. Ja, ja, ja… me he tomado la temperatura con un termótreto que tengo en casa y no tengo fiebres y creo que tampoco sufro de alucinaciones preocupantes. El calor todavía no ha fundido los plomos de mi pobre cerebro.

    ¡Te juro que estas dos películas me hicieron pasar tardes entretenidas en la sala de cine con el aire acondicionado! (… a no ser que el misterio esté oculto en los aires acondicionados). Vuelvo a decir que soy consciente de que pronto caerán en el olvido y no formarán parte de la historia del cine pero… me lo pasé bien viéndolas.

    De El invierno en la playa salvo a Connelly y a toda su tropa (menos a la novia de su hijo adolescente que tiene un poco cara de mazapán y no mucha pinta de estar versada en el mundo de las drogas y el sexo) porque si bien ‘viven’ en una película sin sorpresas y tópicos logran que les acompañes y que te apetezca que les vaya bonito…

    Je, je, je te contaré que de Forster no vi su película de 007… pero las otras que mencionas más Monster’s Ball sí… sniff, sniff y le tengo cariño yo al tipo pese como digo que me tiene desconcertada con los vaivenes de su filmografía como tantos otros (Steven Soderbergh o Michael Winterbottom).

    Y por cierto pero ¿de verdad Los descendientes de Payne (otro cineasta al que tengo cariño) os pareció tan tan tan mala?

    Ja, ja, ja… ando yo con curiosidad con el uso del zombi en películas y series de este siglo XXI. Y aunque me da mucho asquete a veces trato de ver estas películas para analizar el zombi como metáfora de ser humano que anda por el mundo como pedro por su casa sin cerebro… (je, je, je… ¿suena a disculpa intelectual petarda?). Y ahí estaba yo de los nervios con estos zombis y con el bello Brad Pitt de mi corazón flipado con todo lo que ocurre a su alrededor pero siendo muy pero que muy observador…

    No te me disgustes, mi querido Alfredo, que ya sabes el cariño que te tengo y lo bien que me lo paso poniéndote de los nervios…

    Besos muy gustosos y cariñosos
    Hildy

  5. Casi seguro que veo la de Marc Forster (muy buena «Monster’s ball») pues el libro en el que esta basada, la novela de Max Brooks (hijo de Mel), me gustó mucho cuando la leí en su día. Conque haya un buen montón de adrenalina (esa tensión que mencionas) me conformo fácilmente para una sesión de cine de verano.
    Y la otra, si la viera sería por ver a Jennifer Connelly, excelente actriz, que no es decir poca cosa.
    Saludos.

  6. Querido Licantropunk: Sí, Monster’s ball era impactante. Te cuento que yo no me he leido el libro de Max Brooks pero que a aquellos que les gustó mucho se desilusionan con la película de Forster. En la película no hay ni rastro de las entrevistas a los supervivientes (ni de la estructura del libro)… sino que debe inspirarse lejanamente y contar algunos de los hechos que se narran en las entrevistas. Ahora sí que genera adrenalina, tiene un buen ritmo y hay mucha tensión y además existe un cierto tono documental a la hora de narrar cinematográficamente la historia…
    La otra, la Connelly salva un papel muy difícil en manos de otra actriz. Ella logra hacerse con su personaje. Y me gusta verla como ‘la musa’ que inspira todos los vaivenes emocionales de la familia. Curiosamente es la única que no escribe… Es de esas películas que merecen la pena por su reparto y por lo bien que actúan todos (con alguna excepción).

    Besos y más besos
    Hildy

  7. Vale, te compro que «Monster’s Ball» vale mucho la pena. Pero un cineasta no es una película. Es como los grupos de un único éxito, you know…
    Lo de los zombis no me parece para nada una excusa intelectual petarda, ni mucho menos. Porque tu lectura me parece la correcta… si estuviéramos en otra época. Me explico: ¿cuál es la época dorada del cine de zombis y muertos vivientes? El período 1930-1943, de «La legión de los hombres sin alma» a «Yo anduve con un zombi». Es decir, de la Gran Depresión al descubrimiento de los horrores de la II Guerra Mundial, que durante un tiempo (breve) hacían a la gente cortarse bastante a la hora de banalizar la muerte en la pantalla.
    ¿Cuál es un segundo periodo «revival» más célebre? 1968, con George A. Romero. En este caso, el zombi adquiere una lectura profundamente política y contestataria; por un lado, sintetiza la alienación del ser humano en una sociedad frustrante que genera insatisfacción; por otro cuestiona las ideologías políticas y los seguidismos; y, por último, expone abiertamente la cuestión de las drogas, la psicodelia y el LSD (y no precisamente a favor…).
    Pero, ¿y hoy? ¿Qué representan los zombis hoy? Una moda estética, y nada más. Una moda comercial, otra más, completamente vacía, carne de efectismos con vocación de máxima audiencia. Profundamente conservadora políticamente, pobre cinematográficamente y pacata moralmente. Es decir, las películas de zombis han pasado de advertirnos sobre la amenaza del «establishment» a formar parte de su propaganda y de su doctrina, digamos del fascismo que implica el legítimo recurso a la violencia para «defender nuestro superior modo de vida». O sea, propaganda yanqui.
    Perdona por el speech…
    Nuestro común amigo Paco Machuca, fan absoluto de «The walking dead» tendrá a buen seguro una visión diferente que coincida más con tus intereses; a poco que deje caerse por aquí… Si los zombis le dejan, claro…
    Besos vivientes

  8. … Je, je, je, buen análisis del ‘uso’ de los zombis en el cine. Pero sigo erre que erre, curiosamente es en los tiempos convulsos cuando los zombis aparecen… Y ahora, querido mío, son tiempos convulsos.
    Tu speech, como siempre es la mar de interesante, pero creo que no sólo son una moda estética (que sí me parece que lo fueron los vampiros de true blood o los de crepúsculo… pero que también nos pueden servir para una lectura interesante sobre el miedo y ese tratar que nuestros monstruos más temidos se conviertan en nuestros colegas)… sino que el zombi (y en esta de Brad Pitt más… pues se comportan como ejércitos de hormigas) actual muestra la alineación del ser humano y el abismo hacia la desesperación…, y lo difícil que es pensar y actuar diferente y tratar de emplear el sentido común… ahhhhh.

    Besos zómbicos atrapados en el tiempo
    Hildy

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