Aviso: si quieres entrar en la sala de cine sin saber absolutamente nada del destino de Jesse y Céline… no leas todavía este texto. Desvelo y analizo absolutamente toda la trama.
… Después de París
Recuerdo a otra pareja que se ama, George y Jackie (Warren Beatty y Julie Christie), en una screwball comedy del desencanto, Shampoo (1975) de Hal Ashby. Se encuentran en una habitación solos y entonces George confiesa que ha tenido un sueño y no le ha gustado: ha soñado que se despertaba mayor, que habían pasado ya cincuenta años, y que a su lado estaba Jill, su novia en ese momento. Y que el sueño no le había gustado, le había asustado, porque no se imaginaba después de cincuenta años despertar al lado de Jill. Porque con quien quisiera despertarse es con Jackie… Algo así ocurre con Jesse y Céline que crean ambos con sus palabras, una máquina del tiempo en Grecia y la pregunta que se repiten una y otra vez es: ¿dentro de cincuenta años querremos seguir juntos?… Y la pregunta nos la trasladan a nosotros, los espectadores que les hemos seguido todos estos años.
Y Antes del anochecer nos muestra un nuevo encuentro entre Jesse y Céline que nos visitan de nueve en nueve años… y sólo disfrutamos de ellos un día, unas horas. Pero si antes del amanecer preludiaba un encuentro y una promesa; y antes del atardecer una nueva oportunidad después de nueve años de ausencia y alimentar una imagen del otro…, antes del anochecer presupone el día a día de una pareja que se siente atrapada en su cotidianeidad con todo lo bueno y todo lo malo que arrastra una convivencia y un compromiso mutuo. Ya no hay una imagen del otro sino una presencia continua del otro. Y lo difícil es seguir amando.
Así ha llegado a la historia de Jesse y Céline la sombra del desencanto (o no… la sombra del realismo cotidiano): el encuentro absoluto con el otro, con todas sus virtudes y defectos, y la construcción de una vida común. ¿Qué es lo que hace que sigan juntos? Y así nos van revelando, en un paseo y una velada, como si fueran los nuevos Joanna y Mark (ya sabéis, dos en la carretera) por qué tendrían que seguir juntos.
Diálogos
Los que hemos sido fieles a Jesse y Céline nos gusta escucharles conversar. Y es que hemos vivido su relación a partir de sus diálogos. De sus conversaciones. Y en Grecia la construcción de sus diálogos-conversaciones es perfecta porque nos va revelando su yo más interno.
Primero, después de que Jesse deje a su hijo (fruto de su primer matrimonio) en el aeropuerto griego para que regrese a EEUU junto a su madre. El niño ha pasado las vacaciones con él y la despedida le remueve cosas. Cuando sale del aeropuerto le espera Céline al lado de un coche. Tienen una conversación en el interior del coche, con sus dos gemelas detrás dormidas, antes de llegar a su residencia veraniega. Ahí se nos sitúa a los espectadores qué ha pasado nueve años después de su encuentro en París y se siembra el germen que estallará en la conversación nocturna (el conflicto: una posibilidad de cambio de rumbo en su relación).
Por primera vez en la trilogía nos presentan a Jesse y a Céline separados. Jesse hablando sobre creación literaria con sus amigos griegos. A Céline con sus amigas griegas y las gemelas… para después unirles a todos en un almuerzo y protagonizar una conversación para la que esto escribe emocionante y rico donde claramente cada uno habla de distintas maneras de vivir en pareja (son de generaciones diferentes), surge el tema de la memoria, la ausencia y el recuerdo y de forma sutil se pone sobre la mesa el eterno tema de la screwball comedy, la guerra de sexos (ni contigo ni sin ti, mejor juntos pero enfrentados). También habla de trabajo creativo con la mente o con las manos (lo artesanal).
Después como siempre en la trilogía vuelven a estar solos conversando: primero de camino a un hotel (donde incluso entran a una ermita bizantina), después mirando el anochecer desde una terraza que da al mar, a continuación en la habitación del hotel donde estallará la tensión que se vislumbraba desde el principio y finalmente de nuevo en la terraza…
Y entre diálogo y diálogo seguimos conociendo a Jesse y Céline, sus maneras de comportarse y enfrentarse a la vida, sus miedos y temores… su historia en común, el amor y el desamor, el encanto y el desencanto, los sueños y las frustraciones… y un sentido del humor a prueba de bomba que es lo que les sirve de arma infalible para continuar el día a día.
Grecia
Desde Grecia nos viene una ‘sensación’ de vida mediterránea que pulula en muchas obras cinematográficas europeas. Los paisajes hermosos, el mar en calma, las casas rurales, las buenas conversaciones alrededor de una mesa, el cuidado en la preparación de una comida, la importancia de los detalles, los gestos, las miradas; la importancia de los placeres de la vida, el carpe diem, la presencia de antigüedad y pasado, de memoria… en cada una de las calles, en sus edificios, la calma para mirar un anochecer o para estar sentados en una terraza o en una pequeña cala solo contemplando el océano. Pero también nos hace ver esa ‘Europa idealizada’ de los americanos, esa Europa donde se sabe vivir bien, sobre todo sentir. Esa Europa como ‘paraíso’.
Una Grecia llena de ruinas. Llena de historias. Llena de sabiduría y conocimientos. Grecia, cuna no sólo de filósofos sino también de la tragedia y la comedia. Las máscaras de la sonrisa y la lágrima. La relación entre Jesse y Céline puede ser una historia en ruinas que trata de reconstruirse continuamente. Ambos sin embargo cuidan la sabiduría y los conocimientos. Les gusta conversar y expresar. Y su día a día, como la vida de todos, une tragedia y comedia.
Cine, siempre cine
Pero los personajes de Linklater (y de sus actores) se mueven en un ‘universo cinematográfico’ y las referencias cinéfilas no dejan de aparecer en sus imágenes, acciones e incluso forman parte de su vida. Antes del anochecer nos recuerda en muchos momentos a Copia certificada… conversación en el coche, paseos por unas calles mediterráneas, una pareja… y las dos de manera diferente un tratamiento especial del tiempo.
En uno de sus paseos, como también eran evidentes los ecos en Copia certificada, Céline recuerda a Jesse una película que le impactó de una pareja en crisis (que también curiosamente tiene una conversación en el coche) que pasea por las ruinas de Pompeya y a ella le impresiona la visión de una pareja calcinada y abrazada. De nuevo regresa a nosotros Te querré siempre de Roberto Rossellini.
Si en antes del amanecer y antes de atardecer había ecos de Tú y yo de Leo McCarey (y sus dos versiones), en antes del anochecer se nos da la posibilidad de una narración que cuenta que les pasa a los protagonistas después de y comieron perdices y fueron felices. Lo cotidiano entra en sus vidas. Como a Mark y Joanna les pasaba en las sucesivas etapas de su matrimonio, siempre dos en la carretera.
Cuando Jesse está contándoles a sus amigos el argumento de su próxima novela, que curiosamente ya no versará sobre su experiencia amorosa con Céline que ha dado como resultado dos novelas, sino sobre varios personajes que tienen ‘percepciones’ alteradas de la realidad, explica que el nexo de unión entre todos los personajes será su visión de La ley del silencio de Elia Kazan (una de las películas favoritas de la que esto escribe), obra cinematográfica que presenta un determinado tipo de cine americano.
Los personajes griegos, que conviven en este día nuevo con Jesse y Céline nueve años después de su estancia en París, tienen un rostro que pinta el cine griego que ahora protagoniza un panorama cinematográfico con fuerza a pesar de que la crisis golpea fuertemente este país. El cine de ayer y de hoy en sus rostros. Patrick, el viejo novelista que invita a Jesse y familia a Grecia, tiene el rostro de Walter Lassally, un conocido director de fotografía británico que trabajó en una de las películas griegas más famosas, Zorba el Griego. La joven Anna tiene el rostro de Ariane Labed, intérprete de películas representativas del nuevo cine griego como Alps o Attenberg. Athina Rachel Tsangari es Ariadni; ella es guionista, directora y productora de ese cine griego que están dando que hablar.
Clases de amor
Un buen momento clave es la conversación en la mesa, durante el almuerzo. Siempre he pensado que esas escenas son de lo más complejas porque es difícil dar naturalidad a un grupo de amigos o familiares en una comida íntima. En Antes del anochecer se consigue. Y la conversación pasa de un tema a otro pero quedan de pronto reflejados los distintos tipos de amor y cómo las viven los hombres y las mujeres. Así se ve el amor de unos jóvenes del siglo xxi donde las nuevas tecnologías son fundamentales (si hubiese existido el skype y las redes sociales tal y como están instauradas ahora, la historia de Jesse y Céline hubiese sido totalmente distinta). La relevancia del sexo y la prioridad de cada uno en la relación en pareja. La permanencia y las relaciones largas en el tiempo. La importancia del trabajo, los amigos y la familia… La ausencia del otro cómo se vive y se siente. La fidelidad o no. Los roles dentro de la pareja cómo se van construyendo…, las tensiones latentes y las no latentes. Las bromas…
El desencanto y lo que persiste
… Y tranquilamente pero sin pausa Jesse y Céline nos van llevando al desencanto. Después de años vividos juntos y de convivencia diaria. Con los sueños y las frustraciones. Pero siguen juntos y discuten. Y se hieren con las palabras. Se hieren mucho. Pero porque se quieren tratan de avanzar. Y de pronto los dos recuerdan lo que persiste de los chicos del tren de Viena o de los que vivieron una segunda oportunidad en París. De pronto cobran importancia los pelos pelirrojos de una barba o la sonrisa o la atracción mutua o lo que les gusta conversar juntos… o darse cuenta que se hacen de reír todavía. Cuando parece que todo se desmorona, puede venir una carta del futuro y poner una nota de continuidad, de futuro. Y entonces vemos a Jesse y Céline en una mesa al lado del mar y como se va alejando la cámara. Y les dejamos charlando… La noche ha llegado.
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Jopé, pues con semejante advertencia, no me lo leo… Y mira que me cuesta dejarme algo tuyo sin leer, pardiez. No me dejas otra opción que verla cuanto antes, pero en mi caso no será antes del anochecer, del atardecer o del amanecer de, como mínimo, dentro de un mes…
Besos de antes
… Ja, ja, ja… esperaré con muchas ganas tu comentario con tus sensaciones cuando veas Antes del anochecer. La película tiene mucha pero que mucha miga.
Besos antes de espabilarse y comenzar un nuevo día
Hildy
la influencia de «te querré siempre» está muy presente; este desenlace a partir de una pequeña tontería inesperada, en el film de rosselini era la procesión del final, que pone en su sitio todos los años de relación… con esta tercera parte también encuentro referencias a «dos en la carretera» otro film indispensable de la relaciones de pareja.
y al mismo tiempo también me ha servido para pensar en esta maravillosa serie británica que es «dates.
en definitiva, para mi un film excelente, vi con 17 años «antes del amanecer» y ahora con 35 y padre de gemelos; aunque mi barba no sea aún la de jesse, todo llegará, me identifico plenamente con la trilogía.
¡Hola Josep!, sí efectivamente la sombra de Te querré siempre es muy pero que muy alargada. Y es irremediable, con el desencanto y el humor en medio de todo, que nos venga a la cabeza Joanna y Mark los protagonista de Dos en la carretera. La serie británica Dates no la he visto nunca pero me apunto en mi cabeza la referenia.
Sí, Antes del anochecer es una buena película y una buena guinda para seguir a Jesse y a Céline a lo largo de tres décadas… y los espectadores hemos crecido con ellos… Tu identificación es increíble hasta tienes unos, seguro, preciosos gemelos…
Besos
Hildy
Esta película es una maravilla,querida Hildy,porque soy fan de las otras, magníficas.Antes del anocheces está llena de pequeños detalles, como por ejemplo, el primer plano de la película;vemos los zapatos del siempre buen actor Ethan.Vemos un calzado descuidado y la cámara sube y sube hasta darnos con el personaje con una vestimenta la mar de pésima.Más tarde,el escritor griego se lo dice, que nunca había visto un escritor vestir de esa manera.Esa manera de vestir nos dice mucho del personaje que además es un escritor no demasiado bueno.La historia transcurre en Grecia y me parece otro acierto de la película aunque no vemos la Grecia actual sino la de las ruinas,la Mediterránea con su buena comida para la dieta perfecta.»No pasa nada»,dice en una ocasión Ethan.La Delpy en ese primer plano secuencia en el coche con las gemelas dormidas dice: «Vista una;vista todas»,(las ruinas)ay,las ruinas que vendrá dentro de poco en esta pareja admirable para los amantes del cine.Yo me quedo con las escenas finales en la habitación del hotel,porque, hija, no veas la de detalles que hay y el espectador va cobrando la triste conciencia de la verdad.Ella se desnuda para volver a ponerse bien el vestido.Él se quita los pantalones para volver a ponérselos.Y la frase fatal de Julie: «Creo que ya no estoy enamorada de ti».Precisamente esta frase nunca se dice gratuitamente.¿Desde cuando ella ha dejado de quererlw? ¿Le quiso realmente a alguna vez? Ethan ya lo sabe y no quiere seguir sabiéndolo y despista la realidad con el recurso de la máquina del tiempo.En fin,que podríamos hablar etermamente de esta película,amiga Hildy.Y para terminar,se suele decir la clase de influencias a la hora de rodar por parte de Richard Linklater,pero yo me quedo con la más descarada a modo de homenaje y no es más que la de Eric Rohmer.
Besos al amanecer,al atardecer y al anochecer,pero sin máquina del tiempo.
Sí, tienes razón, está llena de pequeños detalles que la hacen especial. Y su análisis es riquísimo. Entonces ¿estás seguro de que Jesse no es un buen escritor?¿crees que no lo leerías? Es algo que no me había planteado. Nunca he pensado en él como un escrito mediocre.
Y sí la Grecia que aparece es más una Grecia escenario de un encuentro y un desencuentro.
Me gusta tu frase de «despistar la realidad» con una máquina del tiempo. Después de que Céline suelte su frase y pegue el portazo: «Creo que ya no estoy enamorada de ti». Podemos pensar, querido Francisco, dos cosas. O ella desde el principio preludia que ese día es el principio del fin o anuncia el cansancio que a veces se apodera de los seres humanos ante las relaciones con los otros. Un cansancio que a veces provoca frases hirientes (pero donde la tópica frase donde hay confianza da asco se hace cierta) y sólo se necesita una vía para canalizar ese hastío y reconstruir de nuevo esa querencia…
Efectivamente, querido Francisco, podríamos charlar antes del amanecer, del atardecer y del anochecer sobre esta película y que todavía nos faltase tiempo.
Besos a través del tiempo
Hildy
Siempre he creído que Jesse no es un gran escritor y creo que no es cosa mía sino del director. Si analizamos un poco vemos en Antes del anochecer cómo Jesse cuenta sus ideas para escribir una novela. Esto no lo hace un escritor de verdad. En Antes del atardecer lo vemos en una librería de París firmando libros y allí no hay mucha gente y además me da la sensación que él escribe, sobre todo, basándose en sus experiencias personales a la cual le reprocha ella, muy a la línea de los escritores de Woody Allen pero sin el humor del viejo Woody. Otra cosa, no debemos olvidar que Céline es muy parisina, quizá demasiado. A él se le muere su abuela y ella no quiere acompañarle con la excusa del dinero, es decir, es fría como buena francesa que es e implicada en movimientos ecológicos y luchando por la causa, pero a la vez desorientada. Él se lo dice, porque al principio del filme ella está muy segura del trabajo que quiere realizar, pero en la habitación del hotel ya no lo está tanto. Además, Céline no se presenta a la famosa cita por el entierro de su abuela (o eso es lo que nos hace creer). Recordemos que aquí tenemos dos entierros de abuelas. Ay, paro ya.
Besos, también,a través del tiempo.
Sí, el tema de la muerte de las abuelas como círculo y como dos vivencias y momentos diferentes. Es curioso lo importante que es en las tres películas el transcurso y el tratamiento del tiempo. Me parece muy interesante tu análisis de Jesse como escritor mediocre… y de la Céline parisina. Me encanta cómo plantea la película, en ese tratamiento especial del tiempo y la percepción del amor (otro de sus fuertes), si realmente, en ese momento: Jesse se hubiera acercado a Céline en el tren y si Céline hubiese accedido a bajarse del tren para pasar un día en Viena… Yo creo en lo que persiste aunque a veces lo que duele vence.
Besos
Hildy
Hildy, sólo puedo decirte que magistral. He leído un montón de reseñas sobre este film y lo que has escrito es extraordinario. El film es una maravilla, un tour de forcé a la trilogía que creó este cineasta, cultivado en el documental y que nos hace creer en eso que tanto nos gusta: el buen cine. No me digas el porqué, el cómo, dónde y cuándo…Sólo que esta película es como un buen blues de W. Dixon marinada en el mejor Rohmer. Las tres historias conectan cada una de mis ex esposas a las que siempre he querido, aunque las dos primeras nunca lo hayan entendido. Me gusta mucho la última July Delfy. Es obvio, que a la tercera va la venciada… Je, je… Gran Linklater. Gracias por hacernos tan felices y por favor, no te pierdas una de las mejores comedias del año de este cineasta; Bernie. Besos desde la Riviera
La verdad es que la disfruté muchísimo en la sala de cine… esta tercera parte en Grecia, como paraíso perdido o reencontrado. Lo bueno de la forma en que ha rodado estas tres partes es que pueden pasar otros nueve años y ver qué ha pasado. NO sabremos si pasará o no pero si pasa no sería mala noticia. Me gusta esa mirada que describes sobre Céline, tres épocas, tres mujeres. Lo mismo ocurre con Jesse. Tres épocas, tres hombres. Pero como repito también se ve en las tres épocas lo que permanece de ambos. Lo que nos hace ver que son los mismos de siempre.
Me apunto, como siempre JC, tu recomendación de Bernie.
Besos en un día caluroso pero lleno de posibilidades
Hildy
Qué bonito recordar la película días después a través de tus palabras.
Y qué bien traída la referencia a la screwbal comedy y ese «ni contigo ni sin ti». Recuerdo que me reí en muchos momentos (las entradas y salidas de ella es una gran vía de escape de la tensión acumulada) y según pasan los días el final crece en perfección.
Ya ves que nosotros seguimos hablando y hablando sobre ellos…
Besos,
Andrea
Sí, conversan Jesse y Céline, conversamos los espectadores. Y a mí me ocurre lo mismo, Andrea, según van pasando los días me va gustando más Antes del anochecer…
Seguimos charlando.
Besos
Hildy
Ya está vista.
Coincido sustancialmente con todos, eso sí, con alguna salvedad.
La fórmula, evidentemente, ha perdido espontaneidad y frescura. Partamos de un hecho: nosotros no les hemos visto en nueve años, pero ellos se supone que sí; por tanto, no pueden hablarse, contarse experiencias, recuerdos, vivencias, como si no se hubieran visto en mucho tiempo, o como si fueran una compañía ocasional, es decir, siguiendo el esquema de las dos películas previas.
Por otro lado, la introducción de más personajes, aunque sea en roles secundarios o testimoniales, resulta aparatosa y artificiosa. La secuencia de la comida, muy estimable en algunos momentos, resulta falsa y postiza en otros (se ve a las claras la intención de los guionistas, que no es otra que colocar en un mismo plano temporal distintas fases de las relaciones de pareja, y hacerlas interaccionar; esa clase de «añadidos» no figuraban en las películas previas.
En la conversación del hotel, finalmente, hay otro momento que me chirría, y que es el de la discusión en relación a las tareas del hogar como argumento para el enfrentamiento. Me suena a anticuado (aunque ya sé que, por desgracia, no lo es, aunque no en mi casa, ¿eh?). Creo que una pareja hoy no se achacaría esas cosas tras tantos años de relación; o lo habrían resuelto mucho antes o habrían partido peras mucho antes.
Por otro lado, he notado saltos de ánimo en los intérpretes muy radicales, es decir, de pasar del amor al odio en centésimas; no sé, quizá debiera ser algo más modulado.
Eso sí, ambos están espléndidos, dan un recital extraordinario de interpretación a todos los niveles, con frase y, sobre todo, sin ella. Un detalle: me da la impresión de que ciertas cosas del personaje de Céline son ocurrencias de ellos, y no de ella. Quiero decir, que veo en ella cosas que son estereotipos (su comportamiento histérico, casi esquizofrénico, en algunos momentos; el detonante de la discusión (esa mudanza a Chicago que nadie ha planteado), su carácter ciclotímico, sus opiniones y comportamientos un tanto «veleta»…); creo que son cosas que los hombres han convertido en un lugar común con respecto a sus opiniones sobre las mujeres, pero que, como todo tópico, sólo son verdades a medias o mentiras completas. En esos momentos me ha parecido que se trataba de cosas que un hombre pondría en boca de una mujer, pero que no diría ni sentiría, al menos de esa manera, una mujer de verdad.
En todo caso, la he disfrutado mucho, y me ha dado para charrar mucho rato, y de muchas cosas, con la compañía que me he llevado a Grecia…
Los intérpretes, repito, geniales. La dirección, magistral: no se nota que hay director, ni cámara, ni cine. Es un pedacito de vida. Lo cual es muy de agradecer, sobre todo en estos tiempos de tanto director onanista.
Sean bienvenidas películas así. Ojalá abundaran.
Besos
Ya sabes mi querido Alfredo que me encantó leerte… y ver cómo analizas este ANTES DEL ANOCHECER y apuntas dentro de los ‘peros’ cosas la mar de interesantes… pero me quedo con una frase que creo atrapa la esencia de la película… que es un pedacito de vida.
Y te doy mil gracias por compartir este pedazo análisis. Sigo pensándolo.
Un beso enorme
Hildy
Hola, Hildy, buenas tardes; para mi vergüenza (y sin la más mínima lógica, porque es este un corte de cine que siempre me resulta atractivo, esté mejor o peor resuelto), no he visto ninguna de las tres cintas. Lo cual no resta un ápice de valor a tu reseña —extraordinaria—, aunque me prive del disfrute adicional de poder contrastar opiniones. Todo se andará, espero…
Un abrazo y buen agosto.
¡Mi querido, querido Manuel… vergüenza ninguna! Ja, ja, ja… yo siempre pienso, cuando veo todo lo que me queda por ver, «¡bien… jamás podré aburrirme, me queda tanto por descubrir!». Así que ya sabes, te esperan Jesse y Céline para que les conozcas en sus andanzas primero en Viena, después en París y ahora en Grecia.
Qué bueno leerte.
Besos
Hildy