Jugando en los campos del señor (At Play in the Fields of the Lord, 1991) de Héctor Babenco

jugandoenloscamposdelseñor

No llegaba a los veinte cuando fui al cine para ver Jugando en los campos del señor de Héctor Babenco y no había vuelto a verla de nuevo. Fue una película que me impactó. Algunas imágenes todavía las recordaba nítidas. Y curiosamente es una película que no cuenta con muchos adeptos, no tuvo mucho éxito en su momento, ahora mismo no es muy considerada y tampoco recordada. Hace poco he podido volver a enfrentarme a ella y no me ha decepcionado. Sigue llamándome la atención y me parece una propuesta interesante que conduce a la reflexión y al debate sobre la naturaleza humana. Sus más de tres horas muestra a un grupo de personas con distintas motivaciones jugando a ser ‘dioses’ en los campos del señor (metáfora con la que juega la película a lo largo de todo su metraje y que es una frase que pronuncia uno de los protagonistas cuando sobrevuela el paisaje donde transcurre a trama. Le preguntan que dónde se encuentra y él dice que jugando en los campos del Señor). Nunca mejor expresado. Todo transcurre en una parte del Amazonas (que como se irá demostrando es un sitio estratégico y donde bailan muchos intereses) donde este grupo de personas también con distintas motivaciones sembrarán el caos, la muerte y el horror que afectará sobre todo a los indígenas niaruna.

Los personajes llegan a situaciones extremas y se comportan de manera extrema provocando la incomodidad del espectador que sufre continuamente una especie de catarsis trágica que conduce a una reflexión compleja: el ser humano es un lobo para el ser humano y siembra desgracia allá por donde pasa… Los personajes principales son unos misioneros protestantes, un cura católico, un par de mercenarios (uno de ellos, que es crucial en el giro de la trama, es un indio norteamericano) y los niaruna (un grupo que vive más influenciado por las distintas misiones católicas y ahora protestantes que han tratado de ‘evangelizarles’ y otros que están ‘incontaminados’ de ese mundo que llamamos ‘civilizado’).

Fue la segunda aventura americana del director Héctor Babenco y tras su fracaso tardó años en volver a dirigir. No he visto toda la filmografía del director (que no es muy extensa) pero de cada película extraigo bastantes imágenes que no olvido y plantea temas que no dejan de interesarme. Así me ocurrió con El beso de la mujer araña (mi favorita), Tallo de Hierro (su primera aventura norteamericana), Carandiru (impresionante y el regreso al cine brasileño que le dio sus primeros éxitos) y la que ahora nos ocupa. Jugando en los campos del Señor cuenta con un reparto coral y variopinto… y todos se arriesgan en la representación de sus personajes extremos. Es una película que incomoda y quizá por ello se deba en parte su mala fama además de su duración extrema. A mí el exceso de su propuesta me seduce y me remueve pero entiendo que pueda echar para atrás e incluso provocar el desconcierto o la risa (pero creo que es más una risa incómoda ante algo que no nos gusta ver) ante los complejos comportamientos de sus personajes principales. A mí al final me genera una tremenda inquietud y pena.

La película tiene varias lecturas, dimensiones y simbolismos para ser mirada. Se encuentra llena de significados ocultos que generan complejos debates pero al final lo que nos dice es que irremediablemente hay maldad repartida por el mundo y que son los intereses económicos, políticos, religiosos los que llevan la desgracia y el caos por el planeta tierra. Y son los hombres los que aprenden y transmiten esa maldad que se extiende como la pólvora.

Como si el pecado original no hubiera desaparecido nunca. Héctor Babenco habla así de la culpa que se arrastra… por la ambición, la codicia y las ansias de conquista y poder que tiene el hombre en su código genético (esto puede permanecer dormido y reactivarse todo lo bueno que esconde o activarse en cualquier momento). Así una de las escenas principales del film es el encuentro entre la protestante rubia, angelical y hermosa con rostro de Daryl Hannah y el indio norteamericano transformado ahora en un niaruna con carácter de líder porque le creen un dios caído del cielo (Tom Berenger en un papel de riesgo por el que fue bastante criticado y a mí sin embargo me parece que se tiró a la piscina —me gusta a mí esa expresión— y salió bien parado). Ambos se besan, desnudos. Como si fueran unos nuevos Adán y Eva en el paraíso, este acto idílico lleva a la destrucción, enfermedad y muerte al pueblo niaruna porque el falso dios lleva la gripe al poblado… Y además generará que el misionero ambicioso y cobarde con el rostro de un siempre eficaz John Lithgow realice la llamada que provoque un reguero de violencia y muerte. Ante su fracaso de ‘evangelizar’ a unos indígenas a los que no respeta nada y ante la furia que siente por una posible infidelidad de su esposa (y un posible parón en su carrera religiosa y ascenso al poder), no tiene reparo en facilitar el camino para la destrucción de un pueblo. Sea todo por preservar la fe. Echará un tupido velo… y colaborará con las fuerzas militares locales que saben que los indígenas viven en una zona estratégica y rica en intereses para los poderosos. Sólo esperan el momento propicio para poder destruir.

Ninguno de los personajes encuentra el paraíso ni es redimido. El choque entre culturas (y religiones) es fatal porque no empieza desde el respeto y porque en esos campos se esconde también el oro (y son tierras ricas) y porque hay muchos intereses para echar y a ser posible exterminar a los indígenas (y al final todos son títeres de otros intereses y ambiciones). Sea como sea. Y lo más triste es que el personaje que trata un acercamiento desde el respeto fracasa estrepitosamente y paga su osadía (se equivoca varias veces… es cien por cien humano) con un final estremecedor. El acercamiento llega demasiado tarde y no bastan sólo las buenas intenciones… hace falta menos ingenuidad, menos pájaros en la cabeza, más realismo, más conocimiento, más capacidad de aceptación del otro y propiciar el encuentro y el diálogo… y cuando ‘aprende’ todo esto ya es demasiado tarde, ya ha sembrado también sin darse cuenta odio (y se ha buscado enemigos). Así el personaje de Aidan Quinn asiste al quebrantamiento de su familia (impresionante la transformación de su esposa, una poderosa Kathy Bates, una mujer acomplejada y débil que pierde totalmente la cabeza) y de su fe (que creía inofensiva y se da cuenta de que puede separar y destruir). Aprende la lección y despierta pero se queda indefenso y se convierte en una víctima más…

En el camino también se destruye todo atisbo de inocencia. El hijo pequeño de los misioneros será el único que se acerque desde la igualdad y el respeto… pero perecerá en su aventura. Y el indígena que se enfrenta con una flecha, con valentía, ante un avión que siente como enemigo de su pueblo… se dará cuenta, con gran dolor, de que tenía razón… y que la confianza no ha llevado la felicidad a su pueblo sino mucha destrucción y muerte. El destino de todos los personajes es demoledor y acabas el visionado con una angustia que se te queda en el cuerpo. Y lo que queda claro es que siempre es peligroso creerse dioses o superiores al otro… pues el caos quedará sembrado.

Para su historia Babenco no sólo cuenta con un peculiar y acertado reparto sino que rodó en el Amazonas con lo que el espectador es seducido por imágenes poderosas, también creó personajes complejos (ninguno es plano), no se quedó en el reflejo de los indígenas con el estereotipo del buen salvaje indefenso sino que los dota de una personalidad luchadora por mantener su cultura y costumbres, por mantenerse incontaminados (aunque también fracasan), pero que poco a poco son minados por el otro, ese enemigo que avasalla y no respeta. Y por último toda la película está impregnada de una banda sonora increíble compuesta por Zbigniew Preisner (¿recordáis las bandas sonoras de las películas de Krzysztof Kieślowski?).

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

17 comentarios en “Jugando en los campos del señor (At Play in the Fields of the Lord, 1991) de Héctor Babenco

  1. Lo siento, mi querida Hildy, pero discrepo. Esta película me parece un horror sin paliativos. Es verdad que todas esas cosas que comentas están apuntadas, pero de un modo terriblemente superficial, vulgar y dependiente de clichés más pretendidamente sentimentales que analíticos. El reparto me parece muy mal elegido, con los personajes mal atribuidos (no sé qué pareja me parece más improbable (si la de Quinn-Bates o la de Lithgow-Hannah), y la concepción del personaje de Berenger, sus acciones, su caracterización, etc., me resultan ridículos, por no hablar ya de la casualidad de que sea un Cheyenne (tócate las narices, pensé, cuando la vi). Me quedé con ganas, además, de ver más a Tom Waits… Me parece una película fallida en todas sus líneas, dispersa, confusa, difusa e incluso semifusa, demasiado larga y contemplativa para lo poquísimo que da a cambio. Y encima me aburrí…
    Besos amazónicos

  2. Mi querido Alfredo, ya sabía yo que íbamos a disentir pero bueno los besos amazónicos lo compensa todo un poco.

    Sí, lo sé. Es de esas películas que soy consciente de que es fallida… pero por eso trato de explicar qué fue lo que me sedujo y sigue seduciendo de ella. Qué es lo que me atrapó y por qué no la siento como un horror.

    Incluso el reparto y ese extrañamiento que produce ese grupo tan raro a mí me atrae. Qué va a hacer ese grupo tan raro, qué es lo que va a armar a su alrededor, por qué son tan raros, por qué incluso dan un poco de miedo y pena…

    Como la vi hace tanto tiempo, esta segunda vez me podría haber parecido el horror pero siguió resultándome interesante.

    Quizá como al personaje de Tom Berenger, ese indígena que apunta el avión con una flecha me hizo caer ya en sus redes. Su metraje es excesivo y apunta muchos temas pero creo que los temas que apunta me tocan, me llegan… No me aburrí.

    Sí, Tom Waits… forever… Babenco también trabajó con él en Tallo de Hierro con un personaje muy bonito… y con una canción suya que pone los pelos de punta… de maravillosa.

    Aquí su mercenario desaparece demasiado pronto… y crea al principio esa atmósfera extraña de todos esos seres humanos raros en pleno Amazonas…

    En fin qué se le va a hacer… yo salvo de la tienda de los horrores Jugando en los campos del Señor. Creo que se pueden extraer muchas pero que muchas cosas que merecen la pena a pesar de ser plenamente consciente de que no es redonda y sí más bien incómoda, es prácticamente imposible empatizar con alguno de los personajes, sin embargo, los acompañas en ese viaje y sus pasos de ciego te provocan una enorme tristeza y desazón.

    Besos desde un avión que vuela y vuela paisajes increíbles…
    Hildy

  3. Mi querida amiga,no he visto esta película y poco puedo decir.Tampoco he visto El lago azul ni tampoco La isla con el DiCaprio.Sí recuerdo con cierto agrado una película de Boorman,La selva esmeralda y El señor de las moscas y La costa de los mosquitos y Congo,es decir,todas esas historias donde van a parar actores americanos para enseñarnos que la naturaleza se vuelve contra nosotros,pero la naturaleza humana y Pocahontas y el remake Avatar… me estoy liando,yo tan urbanita y que cuando veo entrar por el balcón una lagartija se me antoja un velocirraptor y llamo al venino para que lo caze.Ah,y también Jurasic Park…

    Besos de Tiranosaurus Rex…pero de plástico,eh.

  4. De todas las que nombras otra que quiero rescatar porque en su momento también me impactó y también causó bastante rechazo es LA COSTA DE LOS MOSQUITOS de Peter Weir. La conseguiré y la volveré a mirar para ver si me impacta igual que cuando la estrenaron.

    … ja, ja, ja… también hay historias de urbanitas que se las tienen que ver con junglas de asfalto… ay, la pobre naturaleza humana. Capaz de encerrar cosas tan tiernas y las más horribles. Ay, esa lucha entre la parte luminosa y la parte oscura…

    Besos y maullidos de gata doméstica (vamos, de mi gatita Sally Bowles que siempre sigue atenta todo lo que escribo)

    Hildy

  5. La costa de los mosquitos no es una mala película,quizá porque me gusta mucho su autor literario Paul Theroux el gran escritor de libros de viajes y gran novelista.Creo que Harrison Ford está muy bien,quizá una de sus mejores interpretaciones.Muy bien ambientada.

    Una cosa más,¿sabías que todas las grandes novelistas tenían su gatito,casi siempre negro.¡Sally Bowles! Tu cielo protector.Podrías escribir algo sobre eso,¿no te parece?
    Yo tuve un gato una vez,se llamaba Spunink y tenía muy malas pulgas.Cuando me levantaba por las mañanas muy temprano para ir a trabajar él me miraba con casa de sueño y seguía mis movimientos torper mañaneros,ya sabes,en pijama y rascándome,bostezándo,tropezando con los muebles,el café se me caía al suelo y él seguía mirándome como diciendo: Mira que llega a ser estúpida la condición humana,allí tirado en el sofá.No sabes la razón que tenía.Murió por envenenamiento. El tunante se fugaba de vez en cuando para tirarse a las gatas de los otros vecinos y creo que uno de ellos no quiso ser su suegro.Me puse muy triste.

    Besos

  6. ¡Mi Sally Bowles parece siamesa, oscura, delgadita, pequeñina y con unos tremendos ojazos azules! Es inquieta, muy traviesa y le encantan los seres humanos tanto que siempre quiere estar encima de todos. Yo la digo cariñosamente que es una chaquetera porque en cuanto viene alguien a casa se va directa a ponerse encima del desconocido… Me río muchísimo con ella y a veces le digo que es un poco plasta porque me sigue a todas partes.

    Sí, a mí también me ha gustado leer algunos libros de Paul Theorux.

    Volveré a la peli de Weir.

    Besos
    Hildy

  7. Es que no solo es que la combinación Paul Theroux- Peter Weir de resultados excelentes. Es que el complejo y muy interesante guión dela costa es de Paul Schrader, y está muy bien construido, pese a los problemas que hubo durante la filmación con el productor Saul Zaentz y el presupuesto. Ese momento en el que Harrison (Allie Fox) que rechaza todos los males de la civilización, ha de aceptar una bujía que le pasa su hijo para poder poner en marcha la motora y no ser pasto de las tormentas es de esos momentos sublimes que justifican la visión de la película y abre el debate.
    La de Hector Babenco. Apunta cosas muy interesantes, es cierto. Pero creo que incide mucho y machaca por repetición ciertas ideas. No me parece deplorable, pero coincido en que el casting está un tanto descompensado y el metraje juega en su contra.De todas formas se pueden rescatar cosas. Tal vez necesite otro visionado por mi parte.
    Y respondiendo a tu mensaje y como dijo Arnie «volveré».Un día de estos. Un abrazo.

  8. … Ya sé yo que volverás… y yo esperaré impaciente… pero sin insistir, je, je, je.

    Sí, con lo que añades, ya no tengo duda de que debo rescatar de nuevo LA COSTA DE LOS MOSQUITOS de Peter Weir. La vi en el cine y como Jugando en los campos del señor no he vuelto a verla (a pesar de que sí la han puesto más veces en televisión)pero sí recuerdo lo tocada que salí de la sala. Y, sí, creo que a pesar de sus sombras se pueden rescatar varias cosas de Jugando en los campos del señor y realizar una sobremesa muy pero que muy rica en matices, detalles y temas. Yo me alegré de volver a verla.

    Besos de ida y vuelta… quedamos en la sala oscura
    Hildy

  9. Entrando al tema, yo solo he visto del director su última película , el pasado y no estaba tan mal aunque muy por debajo de lo que esperaba del libro de Alan Pauls. Suena bien la que mencionas aunque parece un filme menor en cuanto a cine. Habrá que verlo para sacar conclusiones. BESOS.

  10. Mi querido Mario, qué bueno leerte. Sí, ya he leido sobre EL PASADO pero no la he visto. Y otra que me apetece de Babenco es CORAZÓN ILUMINADO. JUGANDO EN LOS CAMPOS DEL SEÑOR con sus claros y sus oscuros merece una oportunidad y en pantalla grande algunas de sus imágenes eran muy poderosas…

    Besos
    Hildy

  11. La pelicula no hace honor a la magnífica novela original de Matthiessen, pese al guión de Carriere y del propio Babenco. Y eso explica la crítica negativa de tu primer comentarista, cachondeándose de los indios cheyennes y demás.

    Leed la novela, aquí se tradujo, bastante bien, por la editorial Siruela.

    Un saludo

  12. Hola Lansky, bienvenido.

    Pues la novela seguro que es interesante como señalas porque sí que es cierto que guste o no guste la película de Babenco (con guion de Carriere) son muchos los temas que toca y mucho lo que te hace reflexionar. Yo no la he leido pero tomo nota.

    Beso
    Hildy

  13. Coincido que Jugando en los Campos del Señor es muy inquietante y quizá por eso es rechazada por muchas personas. A mi me parece una buena película y su rechazo se debe a que aborda una problemática latente en América Latina relacionada con los esfuerzos por «civilizar» a los pueblos indígenas. La nueva invasión civilizadora y encargada de llevar la «verdadera religión» a estas comunidades rompe con complejos y ancestrales sistemas de creencias y prácticas que aún persisten en los territorios indígenas, pese a sus sincretismos. Considero que el film aborda algunos de los graves daños que, con buenas o malas intenciones, generan los «redentores» en los contextos territoriales, sociales y culturales indígenas. Ya sea programas de desarrollo o cruzadas de evangelización, «ofertan» de manera impositiva y sin ningún respeto a la «otredad», ideologías y valores que los indígenas ni piden ni comparten porque no se encuentran en sus conceptos de «bienestar social y espiritual». Lógicamente si no partimos de estas premisas, nuestra atención se centra en hechos tales como si la nariz de Berenger da o no el tipo de cheyenne… Sólo basta con analizar el dramático desenlace del personaje de Kathy Bates, enloquecida por enfrentarse a un mundo que nada tiene que ver con sus valores espirituales, morales y sociales, para comprobar que el director aborda de manera excelente -claro, con la perspectiva de un latinoamericano que sí conoce y comprende el mundo indígena- el choque cultural que necesariamente resienten aquellos que osan llevar la «civilización» al incomprendido mundo indígena. Coincido en todo con la crítica de Admin. Por cierto, es muy difícil conseguir la película, y más aún con subtítulos en español.

  14. Bienvenido Jatam, sí, Jugando a los campos del señor creo que es una película arriesgada y que ofrece un punto de vista interesante sobre una problemática determinada. Y creo que explicas muy bien tu punto de vista y tu mirada sobre esta película. Es una película de debate intenso.
    Yo conseguí un dvd con subtítulos, que creo recordar formaba parte de una colección que ofrecía un periódico, pero después de buscarla mucho y pensar que era imposible encontrarla. Admin soy yo, Hildy Johnson.
    Muchas gracias por tu rico comentario.

    Beso
    Hildy

  15. Gracias Hildy por tu respuesta… También me parecieron muy buenos tus comentarios sobre la película, creo que tu análisis es muy acertado y vas a la esencia del film (además escribes muy bien)… Te comento que buscando la película que nos ocupa caí en tu blog… Continuaré por estos rumbos
    saludos y afecto
    JATAM

  16. Estoy de acuerdo contigo Hildy, en su momento me impactó y no he conseguido volver a verla.
    En los días posteriores cené con un amigo que acababa de llegar de Brasil, de visitar a Casaldáliga.
    Él le explicó lo mismo que pasa en la película, que llegaban misioneros y se construían una valla altísima que lo único que provocaba era la curiosidad de los habitantes de la selva.
    En todo el tiempo pasado desde el estreno de la película hemos visto como les arrebatan su territorio, los desplazan, les contagian enfermedades… Ha idio a mucho peor.

  17. Bienvenida, Susana

    Sí, a mí me parece que es una película que merece la pena y que hace plantearse un montón de cuestiones.
    Muchas cosas que los seres humanos no hacemos bien, y que nos pone frente a frente con las dificultades de la convivencia y de nuestra relación con la naturaleza o con otras sociedades diferentes a la nuestra.
    Es una película para reflexionar.
    También me gustaría leer la novela que adapta.

    Beso
    Hildy

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